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Capítulo 5: Tras el telón de Alicia

Dominick quiere conmigo, pero les coquetea a otras en mi cara. Estoy segura de que algo se trae con Alejandra y desde hace un tiempo, la bruja de Kara Jovancevic no le quita los ojos de encima. A este punto es imposible no preguntarse ¿Por qué le tolero tantas cosas? El motivo es fácil de explicar: oferta y demanda.

Un bien es más valioso entre mayor cantidad de personas esté dispuesta a demandarlo. El hecho de que sea "picaflor", hace que sea "cotizado" y a mi ego le gusta saber que tengo al chico que todas quieren. Recuerden que soy una chica mimada, rica y superficial. No debería ser sorpresa. Es solo el mismo utilitarismo que me han enseñado desde niña.

El lío es que para que dicha lógica sea útil, tengo que estar desprovista de todo sentimiento de apego "real" hacia él. Es decir, verlo como un ligue y ya. Algo similar a cuando un chico busca a la chica más deseada para algo fugaz.

Solo que he ahí el problema. En realidad, sí me gusta. Aún recuerdo cuando lo vi por primera vez. Yo sabía que había un chico popular de tercer año que estaba dando de qué hablar. Así que sentí curiosidad.

Rostro, check, cuerpo, check, aptitudes, check. El filtro inicial lo había pasado. Luego cuando me mostró esa adorable sonrisa presumida y me dijo que no le importaba en lo más mínimo quién fuera mi familia, algo en mí se movió de su sitio. Supongo que quedé flechada.

¿Quién era esa persona y por qué no agachaba la cabeza como el resto al oír mi apellido?, pensé en ese momento. Me costó tiempo entenderlo, pero capté que él tenía algo que yo no. Todo el poder que ejerzo en el colegio depende de mi apellido, Rosenzweig. En cambio, el poder de él era propio.

Otro aspecto que me gusta es que, aunque no lo aparente es muy inteligente. Es de las pocas personas con las que puedo hablar de filosofía y novelas de suspenso. El asunto de fondo es que no sé qué tan dispuesto estaría él a dejar de querer con todas para estar solo conmigo.

Sé que los paradigmas sexoafectivos han cambiado mucho, pero aún soy algo conservadora en términos de relaciones. En resumidas cuentas, no, no pienso aceptar una relación abierta y menos con la ofrecida de Iriabelle.

Quiero alguien con un exterior lindo, pues soy superficial, pero también quiero alguien que me mime y que solo tenga ojos para mí. Es por eso... Es por eso por lo que mi corazón palpita más rápido de la cuenta contigo... Axl. «¡Sí! ¡Lo dije!». Me parece adorable. Es un terrón de azúcar.

Intenta disimularlo por respeto a su amigo, pero siempre me mira con mucho cariño, me observa como si yo fuera algo extraordinario, algo fuera de este mundo. Su mirada me halaga ¡Me siento como una princesa!

Me gusta jugar al gato y al ratón con Dominick. Ambos estamos intentando presionar al otro a ver quién cede y se declara primero. Sé que en algún momento me lo voy a tirar y será grandioso, pero...

Cuando se acabe este juego tendré que mostrar quién soy realmente y eso es lo que me da miedo... ¿Qué sigue después de esto? ¿Lograré ser más importante en su vida que Iriabelle? ¿Disfrutará más de estar conmigo que con ella?

Mi aversión a esa tipa radica en que en el fondo siento que es más divertida que yo. A veces creo que sin mi apariencia, solo soy una chica aburrida y robótica que sobre analiza las cosas. No obstante, a ese niño hiperactivo, cabeza hueca que no para de decir que será el más fuerte no parece que yo vaya desagradarle, aunque sea aburrida. Al contrario, creo que entre más le muestre a la "verdadera" Alice, más le va a gustar.

Toda mi vida me han enseñado que cada cosa tiene su lugar, que hay un statu quo que existe por algo, que hay ganadores y perdedores, ricos y pobres, que todo es blanco o negro, pero él me está haciendo cuestionar esas cosas.

Él no es nada, no tiene amigos además de nosotros. Eso es algo patético. No es fuerte, no es popular, no es carismático, ni siquiera tiene buenas calificaciones. No tiene ninguno de esos requisitos que le pido a las personas, no le llega ni a los talones a Dominick en ningún aspecto, pero, aun así, se esfuerza por demostrar que puede trascender el papel de actor secundario que la vida le ha dado.

Cuando él sonríe yo sonrío. Si está triste, me surgen ganas de mimarlo y de ser linda con él, pero, sobre todo, algo dentro de mí quiere que él tenga razón. Estoy harta de todo este teatro de los Rosenzweig. Los demás también se esfuerzan. Incluso hasta se esfuerzan más que yo como en el caso de la becada.

Gracias a Dominick y a Axl he conocido cosas nuevas. He visto el mundo fuera del Hill Valley, he compartido con la gente de barrio Lala y de Colina. He visto a los niños soñar con ser seleccionados nacionales mientras juegan al futbol con un balón desinflado.

Roberto me ha ayudado a entender que no todo en la artes marciales se trata de poder y toda esta experiencia me ha ayudado a distraerme de la presión de tener que ser como mi hermana. No obstante, Axl me genera algo que Dominick no. Una promesa. La promesa de que el talento nato puede ser derrotado con esfuerzo puro.

Si él puede demostrar eso, entonces me habré equivocado y eso en vez de molestarme me haría feliz, porque significaría que quizá el mundo no es blanco y negro y si es así, quizá, solo quizá, todo el statu quo que me han encomendado proteger puede ser cuestionado y cambiado.

...

Las hojas comienzan a caer 🍂🍁

...

—¡Demonios! Fallé de nuevo —se reclama Axl luego de intentar una Dwi Chagi por milésima vez.

—Te equivocas —le respondo mientras tomo una de las hojas que dejó caer el roble que acaba de golpear—. Hay algo distinto esta vez.

—¿Uh? —musita Axl algo confundido.

«Torpe. Has entrenado tan duro estos últimos meses que no has notado tus propios avances», pienso mientras sonrío. Primavera, verano, otoño, han pasado tres estaciones desde que comencé a verlo entrenar. Sé que el entrenaba desde antes, pero según lo que cuentan Dominick y Coba, su mejoría fue casi nula en ese periodo, pero ahora, parece que está avanzando.

Primero entrenaba solo. Luego Roberto lo acogió y comenzó a enseñarle cosas. En cuanto a Dominick, si bien no le ayuda, al menos le sirve como una motivación adicional.

—Te caíste por la fatiga, pero la patada fue efectiva. Mira el tronco del árbol —le explico. Ante lo cual él voltea a ver, pero no sé si es por dormir tan mal que parece que aún no se da cuenta.

«Cuando esto termine tendré que ver qué hago para que puedas dormir. Me preocupas», pienso, ya sin la sonrisa.

—Creo que eso es producto de todas las patadas que he dado en el día —me responde.

Entiendo su razonamiento, cree que las cien o doscientas patadas que ha practicado son las que le hicieron daño al árbol. No obstante, está errado. Me explico: mi señalamiento fue respecto a la efectividad no respecto a la potencia. Es decir, la ejecución fue correcta y eso es independiente del daño acumulado que tenga el roble. Ese era el problema de Axl. Sus patadas no eran efectivas. Noto que su estómago comienza a rugir como un león.

—Ya veo —comento con una sonrisa—. Tienes hambre. Por eso es por lo que no me estás entendiendo bien— ¿Te invito a comer? —Él se sonroja y asiente.

Mientras comemos no puedo evitar sentir emoción. Una vez que dominas la efectividad, imprimir potencia es más sencillo. Luego nuestro break, le pido que vayamos a la plaza donde Roxxane y Roberto pelearon. Para eso tomamos el bus de Colina. Esta vez sí sé que hay que pagar con monedas.

...

Plaza de Barrio Colina.

...

—Patéame. Yo me cubriré. Úsame como si fuera una taqueta —lo expreso de forma desafiante ante lo cual Axl hace una mueca de disconformidad.

—¿Me subestimas demasiado? ¿Tan débil piensas que soy? —me reprocha.

—Te equivocas. —Siento un cosquilleo. Mi piel se estremece. Sonrío— Al contrario. Esta es la primera vez que estoy tomando en serio tu fuerza. Si no fuese así, ¿por qué crees que me cubriría de esta forma? —agrego mientras me pongo en guardia. Al ver que titubea, me pongo seria y asumo mi tono gruñón de siempre.

»¿Por qué dudas? ¿No ibas a superarme a mí y a Dominick? —le pregunto para motivarlo— No me salgas con que no golpeas chicas ¡Tú eres el que dijo que haría puré a Kara Jovancevic! ¡Muéstrame la fuerza con la que pretendes cumplir esa promesa!

—¿Lo logré? —Su Dwi Chagi impacta contra mi defensa y me hace retroceder un par de metros. Axl se sorprende— ¡Logré hacer una patada efectiva! —Comienza a brincar de la emoción.

Mi brazo está entumido y se siente genial. Quiero ser más vocal y felicitarlo, decirle algo lindo y más al verlo dando saltos de felicidad, pero la Alice racional y tosca me vence y termino diciendo algo seco y sin gracia.

—Aún no es nada. Sigues estando a un universo de distancia de Dominick —sentencio mientras intento calmar esa sensación de emoción que se apoderó de mi cuerpo.

Pero ¿por qué? ¿Por qué no puedo simplemente reconocer que hizo un avance genial, ofrecerle algo de calidez?, e incluso, darle un abrazo. «¿Quiero darle un abrazo?», pienso.

»Te dije que me atacaras porque vi que tu Dwi Chagi ahora es efectiva, pero sigue sin ser lo suficientemente potente. Jamás podrás vencer a Dominick con eso. —No sé por qué estoy siendo tan cruel— Te puedes volver fuerte, pero es irracional que insistas en superar a un prodigio.

«Vamos, dame esa sonrisa desafiante que siempre me das cuando digo esas cosas odiosas», pienso mientras me siento ansiosa al no ver lo que espero.

—Puede que tengas razón —comenta con una expresión de decepción.

«No, no puede ser, ¿cómo vas a perder tu ímpetu ahora? Debes demostrarme que me equivoco. Debes sonreír, ponerte de pie, como siempre lo haces y decirme que serás el mejor de todos, pero...». «Quizá él también quiere que alguien lo felicite», pienso, «¿Por qué soy tan fría?».

—Axl, lo siento mucho —mascullo.

—¿Por qué te disculpas? —me pregunta.

—Lo hiciste, muy bien —agrego algo apenada—. Quizá no serás tan bueno como Dominick, pero, quizá, te vuelvas alguien muy fuerte.

—Te equivocas. —Axl vuelve a sonreír como siempre lo hace.

—¿Uh? —Ahora soy yo quien está confundida— Creí que estabas desanimado. Dijiste que yo tenía razón.

—Claro que tienes razón. Es irracional que yo intente superar a un prodigio, pero ¿cuándo dije que me importa ser racional? No quiero vivir preguntándome qué podría haber sido de mí de haber entrenado un poco más. Prefiero fracasar intentándolo que vivir con la duda.

—¿Prefieres fracasar? —cuestiono impactada.

¿Quién prefiere fracasar? ¿Cómo es posible que alguien elija voluntariamente fallar? Si algo es improbable, ¿qué sentido tiene seguirlo intentando? Me enfado, pero no es con él, es conmigo misma porque no logro entenderme, pero sin saberlo vacío mi frustración en mi amigo.

—¿Qué tonterías dices? —Sigo haciendo preguntas bobas. Esta vez con un tono de voz elevado.

Axl me mira con una expresión neutra. Debería estar molesto conmigo. A nadie le gusta que le griten, pero, de forma adorable decide no enfadarse y solo me pregunta de forma casual.

—¿Por qué te da tanto miedo fallar?

—¿Yo, le tengo miedo a fallar? —musito. Axl se comienza a reír.

—No le dices lo que sientes a Dominick porque tienes miedo de que él piense que es más guay que tú. —Se sigue riendo. Yo me pongo roja de pena. No me gusta que se rían de mí— Te da miedo sacar un noventa y dos porque tu hermana saca solo cienes —bromea—. ¿Tenías miedo de Roxxane? —pregunta— ¿Sentías miedo de perder?

—¡No te importa! —me defiendo casi en automático, pues realidad no sé qué responder.

—Puede que no, pero somos amigos, así que si me importa —«¿Te importa porque somos amigos?», pienso.

¿Por qué tengo tanto miedo de abrirme? ¿Por qué soy tan tosca? Solo tenía que darle un halago, pero en vez de eso estoy aquí a la defensiva. Él me está diciendo cosas que son ciertas. Soy miedosa, tengo tanto temor a la incertidumbre, que intento tener control de todo y soy incapaz de hacerlo.

—Tengo miedo —confieso—, de no ser la Alice que todos esperan que sea.

—Alice es Alice. Es genial sin importar qué. —Esa respuesta me apena un poco y me pongo algo roja.

—¿Qué es lo que me hace tan especial? —Es la misma pregunta que le hice a Dominick, «¿por qué le estoy haciendo esa pregunta?».

—Eres fría, algo arrogante, a veces haces preguntas desubicadas y a veces dices cosas hirientes sin darte cuenta —comenta con tono de broma. Yo me molesto por oír eso.

—Pero... —agrega.

—¿Pero? —repito.

—En el fondo eres dulce y empática. La más empática que conozco. —Mi corazón palpita más rápido— Te preocupa si duermo bien, si como. Regañas a Dominick cuando me fastidia, me enseñas a jugar bolos y te interesas por mis hobbies. Gracias a ti pude entrenar con Roberto. Eres cálida y estar cerca tuyo me hace feliz. Es por eso por lo que, si sientes miedo, siento que es mi asunto, perdona por ser entrometido.

Yo no puedo responder porque estoy demasiado apenada. No puedo verme, pero de seguro estoy roja como un tomate. No quiero que él me vea así, porque puede que lo malinterprete. «¿Malinterpretar?». «¿Cuál sería la mala interpretación?». Es decir, estoy roja porque me ha dicho las cosas que le parecen lindas de mí y eso me gusta y me hace sentir feliz. ¿Tengo miedo de que se de cuenta de eso? ¿Por qué?

No mencionó mi apariencia, ni tampoco mis aptitudes. Es la primera vez que alguien ve adentro mío de esa forma. Eso me hace sentir extraña.

—Demasiada palabrería —manifiesto intentando sonar chocante. Para ver si así logro aparentar que sus palabras no me llegan—. Tengo miedo, pero el que tiene que cambiar todo eres tú. Si quieres demostrar que estoy equivocada y que puedes superar al talento nato, entonces sigue entrenando y muéstramelo con resultados.

«¡Demonios! Alice deja de ser tan tosca».

—Que dura —bromea.

—Tú lo dijiste, soy arrogante y fría. Se acabó la conversación —le respondo. En parte estoy feliz de que no se haya enfadado conmigo.

—Por cierto, Dominick se la pasa hablando de lo lista y linda que eres —me confiesa mientras se da la vuelta para irse.

—Espera, ¿qué dijiste? —le consulto sorprendida.

—Tú dijiste que se acabó la conversación —agrega riéndose antes de marcharse.

Ha desaparecido muy rápido. «Quizá algún día será como un relámpago», pienso.

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