Capítulo 1: Mientras aún sonríes
Mi nombre es Alicia Dayanna Rosenzweig o Alice como me dicen mis amigos. Soy la hija de August Rosenzweig, un dirigente del Partido Republicano que además es parte de la junta directiva de una de las cámaras empresariales más importantes del país.
Vivo al norte del distrito, en una mansión ubicada en el Hill Valley. Allí reside la gente más acaudalada de la zona. Asisto a un colegio que se llama Gran Bretaña. Estoy en segundo año. Mi familia tiene buenas relaciones con el consorcio que administra dicho instituto y por eso gozo de una situación ventajosa en este.
También nos pertenecen algunas clínicas privadas, un par de cadenas de supermercados, tenemos parte de las acciones de algunos bancos privados y dos clubes campestres. Aunque decir "nos pertenece" es algo pretencioso, pues mi padre es el que se encarga de eso. Es un hombre con buena cabeza para los negocios.
No obstante, hay aspectos en los que no es un gran estratega. Sus decisiones económicas suelen ser precisas, pero sus decisiones políticas no. En ese ámbito tiende a dejarse llevar por sus emociones, pues es malo tolerando a las personas que piensan distinto.
Es por eso por lo que la labor de intelectual orgánica la hace mi hermana, Reyna Rosenzweig. Ella también es dirigente del mismo partido, pero a diferencia de papá es muy buena negociando. Tiene relaciones amigables tanto con empresarios como con líderes opositores y sindicales.
Es algo maquiavélica. Nunca le he visto sentir una emoción "cálida". A veces incluso me pregunto si me quiere realmente o solo me valora por lo que le puedo aportar a la familia. En fin. Desde que ella asumió protagonismo en la escena política nacional mi padre se replegó a la parte financiera.
Soy la más popular de mi instituto. Soy alta, tengo un buen físico, una cabellera larga y rubia, piel blanca y ojos claros. No es por ser presumida, pero soy muy bonita. Debido a eso no me cuesta hacer amigos pese a que mi personalidad no es agradable.
De hecho, soy algo odiosa, y aun así tengo pilas de personas queriendo formar parte de mi circulo social ¡Tanto servilismo me fastidia! Si actúo arrogante, lo perdonan, si hago un berrinche, me miman, si soy cruel, lo aplauden. Todo porque nadie quiere tener de enemiga a mi familia.
Hay cuatro personas relevantes que no me tratan mejor por ser rica. La primera es una chica llamada Kara Jovancevic. Está en tercer año. Ella también pertenece a las élites políticas de este país. No nos llevamos bien, pero la soporto porque su familia y la mía son aliadas. La segunda es un chico llamado Ryan Stalion. Cuarto año. Es hijo de uno de los financistas de campaña de mi padre. Con él tengo una relación neutra.
El tercero es un muchacho de tercer año llamado Dominick. Con él tengo una relación de amistad con beneficios. Es alto, guapo, su cabello es lindo, tiene facciones varoniles y un cuerpo envidiable. También es bueno en los deportes, pero lo que más me gusta es que tiene cierta altanería que lo hace interesante.
No pertenece a ninguna élite política o económica y aun así no agachó la cabeza ante mí por ser una Rosenzweig. Es por eso por lo que lo consideré un buen prospecto y decidí prestarle atención.
Es algo promiscuo, pues le va muy bien con las chicas. Me coquetea a mí, aunque coquetea con otras. Esto podría parecerle desagradable a más de una, pero ese cinismo me gusta. En especial porque yo soy algo cínica también.
Es cinturón rojo en Taekwondo. Ha ganado varias medallas de oro en juegos nacionales y se molesta cuando gana plata o bronce. Su orgullo en ocasiones lo enceguece, pero a mí me gusta jugar con eso. Yo soy cinturón negro en Jiu Jitsu y sé que en el fondo le molesta un poco que yo sea más fuerte que él.
Hace poco estuve en uno de sus torneos viéndolo pelear, pero no tenía intenciones de hacer más grande su ego actuando como porrista. Además de que nada de lo que hizo me sorprendió.
Quien sí parecía realmente sorprendido y lo animaba con todo era su "mejor amigo" Axl. Él es la cuarta persona. Está en primer año y asiste al colegio Diurno Rafael Granados o "Diurno" para la mayoría.
Es un instituto público ubicado en la zona este de la provincia. Con él tengo una relación amigable, pero que aun no entiendo bien. El motivo por el que no comprendo bien la naturaleza de nuestras interacciones es porque yo no suelo ser tan amigable con la gente.
Dominick y Axl eran compañeros en el Diurno hace tan solo un año, pero el primero obtuvo una beca para poder estudiar en el Gran Bretaña y por eso actualmente es mi compañero. El "joven prodigio" como le dicen muchos, sabe relacionarse con todo tipo de personas. Su apariencia y actitud le han valido convertirse en un estudiante de élite pese a no ser rico.
Axl por el contrario no es carismático, ni popular. Es tímido y no se le dan bien las relaciones con las chicas. Es en resumidas cuentas un looser, pero también es una persona muy dulce. Siempre le entrega lo mejor de sí a las personas. Él considera a Dominick su "ejemplo a seguir". Lo admira y lo apoya, pero este último, fiel a su actitud de cretino suele responderle a su amigo con burlas y menosprecio.
El hecho de que fastidien a los loosers es algo que nunca me ha importado. Después de todo, es normal que los populares se mofen de los que no lo son. A como es normal que las empresas grandes devoren a las pequeñas y que un político machaque a un par de opositores para obtener el poder, pero, por alguna razón, me importa cuando se trata de él.
Últimamente frecuento acompañarlo en sus entrenamientos. Al igual que Dominick, Axl también practica artes marciales, pero a diferencia de nosotros, él no tiene una pizca de talento.
―¿Qué haces? ―le pregunto a Axl al ver que ha decidido comenzar a trepar árboles. Nos encontramos en un área boscosa al este del distrito.
―Trepar ―expresa el señor de lo evidente.
―A lo que me refiero es al porqué ―gruño― ¿Qué es lo que pretendes al trepar? ―inquiero al ver que ya se ha estrellado contra la tierra varias veces.
―Necesito ganar velocidad ―explica antes de volver a empezar a trepar otro árbol.
―¿Uh? ―murmuro algo confundida.
―¿Uh? ―expresa él con humor imitando la mueca que hice. Admito que me parece divertido cuando me remeda.
―En fin. Vi que apoyaste a Dominick de forma muy enérgica en su último torneo. ―Mientras digo eso él se vuelve a caer y esta vez se estrella de frente. «¡Que golpe se acaba de llevar!», pienso mientras evito que el polvo me ensucie― ¿Por qué lo haces? Él se burla de ti cada vez que tiene oportunidad.
―Lo mismo te pregunto a ti ―replica sonriendo luego de levantarse. Cosa que le tomó menos tiempo del que pensé. «No será talentoso, pero al menos es resistente».
―Es diferente ―respondo con una expresión gruñona.
―Tú y yo sabemos que Dominick es un cretino, pero insistimos en ver algo bueno dentro de él.
―Supongo que tienes razón ―sonrío―. Algo bueno debe haber muy, pero muy en el fondo de él. ―A Axl le causa gracia mi broma y ríe conmigo.
―¿Ya se divirtieron lo suficiente conmigo? ―interrumpe Dominick con su dulce tono presuntuoso.
Vamos a ir a la academia de Taekwondo a la que Dominick asiste. Axl le insistió por semanas a su amigo para que lo dejara entrenar junto a él, pero este se negó ya que le daba vergüenza que lo vieran con un chico "no genial", pero al final lo convencí de que accediera.
―Solo decíamos que quizá muy en el fondo no seas un monstruo verde que odia la navidad ―responde Axl con ironía mientras deja su entrenamiento y se une a nosotros en nuestro camino al centro de la ciudad.
Noto que Dominick se pone algo molesto al ver que sonrío con las bromas de su amigo. Así que de forma deliberada decido seguir sonriendo cada vez que Axl habla.
―Si tanto te molesta puedes irte ―le reprocha mientras esperamos el autobús―, pero no lo harás porque no tienes más amigos.
―No hace falta que seas tan cruel ―le reclamo.
―No te preocupes Alice ―expresa Axl con un tono que busca reconfortar y admito que sí cumple su objetivo, ya que me tranquiliza―. Cuando sea más fuerte, tendrá que respetarme.
Esa es una promesa que considero vacía al ver la falta de talento que tiene, pues en meses que lo he visto entrenar, no ha logrado hacer ni siquiera una patada bien.
―Con todo respeto, pero creo que lo que dices es una tontería. Dominick es un prodigio de las artes marciales. ―Creo que fui algo cruel, pero es que desde pequeña no puedo evitar replicar a los enunciados que considero ilógicos.
―¿Ves? Hasta Alice piensa que eres un fracasado ―escupe Dominick ponzoñoso.
―Espera. Yo no dije eso ―intervengo, pero... «¿por qué? Nunca he sentido empatía por los débiles ¿Por qué ahora sí?»― Lo que dije fue que no se volverá más fuerte que tú porque no tiene talento, pero eso no significa que no pueda volverse al menos más fuerte que los abusivos que lo fastidian en el colegio.
Olvidé mencionarlo. Axl es el favorito de los bullyies. Su baja estatura, su voz aguda y su cabello largo y desordenado hacen que todos quieran hacerle daño. Por eso se puso a entrenar. Quiere derrotarlos a como dé lugar y también "proteger lo que ama".
Paradójicamente Dominick es un matón igual a los que se aprovechan de Axl, pero hace algunos años vio algo en él que le hizo tenerle un poco de respeto: una voluntad inquebrantable. Creo que en el fondo Dominick tiene algo de fe en que el sueño de su amigo es posible y por eso lo presiona para que se haga más fuerte.
―¡Estoy muy emocionado! Finalmente, podre entrenar con ustedes —expresa un Axl que desborda felicidad mientras nos montamos en el bus.
—No es cool que todo te emocione tanto —contesta Dominick con una sonrisa burlona mientras se sienta a mi lado.
—Cuando sea más fuerte que tú, voy a ser cool —afirma Axl. «Parece que de nuevo se enfrascarán en su habitual discusión», pienso mientras lo escucho responder.
—No seas iluso. Nunca serás más fuerte que yo —critica de forma altanera. «Correcto. Aquí vamos de nuevo», me confirmo a mí misma.
—Axl ¿Por qué no habías venido antes? —interrumpo antes de que continúen.
—Porque no tengo dinero —comenta él con un tono sereno, casi que sin darle importancia.
—Pídele dinero a tus padres —sugiero.
—Mi mamá tampoco tiene dinero —explica.
—Son treinta mil ¿Quién no tiene treinta mil pesos? —cuestiono. Ante lo cual Dominick se ríe.
—¿De qué te ríes? —inquiero. Me molesta sentirme ignorante, No creo haber dicho nada ilógico.
—De tus preguntas de niña rica —señala Dominick con ironía.
—¿Preguntas de niña rica? ¿Qué? ¿Acaso pregunté algo indebido?
—No te preocupes —comenta Axl con un tono amigable. De nuevo la forma en que se expresa me transmite tranquilidad.
—En fin —retoma Dominick cuando estamos por llegar a nuestro destino—. Ya llegamos. Procura no avergonzarme niño.
...
Axl sonríe. Finalmente hemos llegado a la academia. Hay chicos haciendo calentamiento, otros practicando sus patadas contra sacos de boxeo, algunos lanzan sus ataques a alguien que sostiene una taqueta.
—Te avergonzaré cuando te pateé el trasero —contesta de forma desafiante Axl mientras es el primero en entrar.
—No puedes ganarme ni en cartas —afirma Dominick con sarcasmo mientras ingresamos él y yo—. Menos me vas a ganar una pelea.
—¡Eso es porque tienes cartas caras! —se excusa—. Si yo pudiera comprar boosters podría ganarte.
—¿Boosters? —pregunto mientras nos acercamos al salón de deportes. Dominick hace una reverencia al acercarse al Do Chang.
—Son sobres de expansión —explica este mientras se dirige a los vestidores. Axl y yo hacemos una reverencia frente al Do Chang.
—Entonces, si pudieras comprar esos sobres de expansión, ¿vencerías a Dominick en cartas? —pregunto antes de irme al vestidor de las chicas.
—Sí —afirma animado Axl.
—No —replica Dominick al mismo tiempo.
Una vez en el vestidor comienzo a ponerme el uniforme. Normalmente haría gala de mi cinturón negro, pero aquí no puedo, pues mi arte marcial es el Jiu Jitsu.
En este sitio soy una invitada. En el Do Chang soy un cinturón blanco más. Mientras salgo, me percato de que Dominick hace alarde de su cinturón rojo y Axl, no tiene uniforme, así que solamente lleva puesta una camiseta sin mangas y una pantaloneta.
—¡Ese uniforme se ve genial! —le expresa Axl a Dominick. Esto porque el uniforme de él tiene unos bordes negros que le dan un estilo muy particular.
Me encuentro a una distancia media de los chicos haciendo ejercicios de estiramiento y mientras esto sucede capto las miradas de varios de los chicos de la academia.
Admito que me gusta ser el centro de atención, me hace sentir como una especie de estrella pop. Dominick y Axl comentan entre ellos. De seguro el primero está diciéndole al segundo cómo planea "ligarme".
Axl no deja de hacer abdominales. Ya van unas quinientas desde que comenzó el calentamiento y ya había hecho otras quinientas antes de venir.
Es demasiado intenso. La gente normal solo estira antes de entrenar, pero eso es porque para la gente común esto es solo un entrenamiento, para él, va más allá de eso. Es como si fuera de vida o muerte. Seguir siendo débil implica seguir recibiendo golpizas. Así que entrena como si su vida dependiera de ello.
Mientras reflexiono esto, Dominick se me acerca y me ofrece algo de "ayuda" con mis ejercicios. En realidad, es una excusa para acercarse a mí. Tengo ambas piernas extendidas y bajo mi tronco lentamente hacia el piso para estirar las articulaciones de mis rodillas. Es un ejercicio que generalmente requiere de un compañero.
—¿Qué te parece la academia para pobres, princesa? —indaga Dominick con ironía, mientras recuesta sus manos sobre mi espalda para ayudarme a bajar más el tronco y que mi frente toque el piso.
—La academia está bien, pero la verdad, preferiría jugar tenis o montar a caballo —comento mientras reflexiono que en realidad entreno porque quiero ser mejor que mi hermana Reyna en algo.
—¿Qué tal si jugamos una partida de tenis luego de esto? —pregunta con algo de picardía—. A menos que el entrenamiento te deje algo cansada. En dicho caso, podría ser mañana.
Él sabe que soy competitiva. Lo dice para provocarme, pero quiero ver hacia dónde quiere llevar esto, así que le sigo el juego.
—Este entrenamiento es un juego de niños —sentencio con mi usual tono arrogante—, y aunque fuera agotador, igual te vencería fácilmente pese a eso.
—De acuerdo, entonces es una cita —afirma Dominick con una sonrisa confiada y guiñándome un ojo. Admito que me gusta su cara cuando hace esa mueca pedante.
—Ya quisieras —ironizo con un tono presuntuoso—. Será una cita cuando yo así lo decida.
—En otras palabras, estás aceptando que en algún momento lo será —agrega mientras me ayuda a levantarme.
—Quién sabe —comento con picardía antes de iniciar el entrenamiento—. Por ahora, asegúrate de seguirme el ritmo. No me gustan los perdedores.
Mientras transcurre la clase, Axl parece un niño al que Santa Claus le acaba de traer su juguete. Corre más rápido que los demás, se esfuerza más, pero lamentablemente su técnica es mala. Los otros chicos se ríen de él cada vez que falla una patada.
—¡Alguien dígale a este pobre que se devuelva al hueco donde vive! —se burla uno de los chicos luego de que Axl falla una Mon Dollyo Chagi.
Dominick se ríe. Yo tengo mi usual cara de póker. No sé qué es lo más adecuado en este tipo de situaciones, pues no he pasado por algo así. Nunca se han reído de mí. Todos intentan complacerme, pero con Axl es a la inversa. Es como si todos quisieran verlo caer.
—¿No deberías defenderlo? —le cuestiono a Dominick.
—¿Por qué lo haría? ¿Acaso soy su niñera? —pregunta en respuesta.
—Se supone que son amigos.
—Lo somos, pero no por eso me como sus broncas —explica con un tono despreocupado—. Él fue el que insistió en venir aquí.
—Supongo que tienes razón. —No replico porque su enunciado es lógico. «Quizá encuentre respuestas si me acerco a Axl», pienso mientras dejo a Dominick y avanzo hacia donde se encuentra él.
...
—¡Me convertiré en el peleador más fuerte de todos! Y así nadie me volverá a fastidiar —proclama Axl mientras entrenamos intercambios de patadas.
—Lo dudo —afirmo mientras hago una patada con amague que detengo al último momento para no lastimarlo—. Ser algo fuerte tiene sentido. El más fuerte es ridículo. Inviertes mucho tiempo entrenando, y al final, nada de eso te dará el resultado que quieres. Si yo fuera tú, usaría ese tiempo para hacer cosas divertidas. Podrías comprar esos boosters de los que hablaste.
No sé lidiar con los enunciados ilógicos. Por eso no puedo evitar replicarle de esa forma. Axl se ríe. En esta ocasión su risa no me trae calma sino ansiedad, pues tengo el presentimiento de que dije algo equivocado.
—¿Por qué te ríes? ¿Dije algo gracioso?
—Nada, nada. No te preocupes.
«Cuando me dice que no me preocupe, parece que es porque dije algo incorrecto», pienso.
—¿Es porque eres pobre?
—Sí. Algo así. Admito que si tuviera más dinero quizá dedicaría algo más de tiempo a jugar cartas.
Axl se prepara de nuevo para hacer la Mon Dollyo Chagi y yo pongo la taqueta arriba de mi hombro para recibirla, aunque tengo dudas de que logre ejecutar bien la patada y llegar a esa altura.
»Los boosters son caros —agrega antes de lanzar su patada, la cual, efectivamente no llega a su destino y además de eso le provoca una caída. Todos los chicos de la academia se ríen tras verlo estrellarse. Este permanece serio, pero luego intenta volver a sonreír—, pero también es porque Dominick tiene algo de razón respecto a mi forma de jugar cartas —señala siguiendo la conversación como si nada.
Cuando las chicas populares de mi clase se ríen de las chicas feas normalmente guardo silencio. No disfruto el dolor ajeno, pero tampoco me he molestado en hacer algo para cambiar dicha situación porque siempre me ha parecido que así funciona la naturaleza. El fuerte devora al débil. Nunca había pasado por mi cabeza la idea de que alguien pudiera desafiar al destino y romper con ese orden predeterminado.
—Entonces, aún con esos boosters, perderías, porque él es mejor que tú en el juego, ¿es correcto? —indago respetando su voluntad de seguir con la conversación mientras lo ayudo a levantarse.
—Mis decisiones no siempre son las mejores y me gusta usar cartas que veo en el anime. —No veo anime, así que no entendí bien esto último, pero por contexto lo deduzco.
—La estrategia que usan los personajes de ese anime del que hablas no son las adecuadas en la vida real y por eso Dominick te gana, ¿es correcto?
—Sí —me afirma sonriendo. Mientras tanto Dominick se nos acerca.
—Te digo que no me avergüences y es lo primero que haces —le reprocha.
—Lo siento —se disculpa Axl algo apenado.
—Oye Dominick ¿Por qué no dejamos la partida de tenis para luego? —Tras recibir este revés de mi parte el joven prodigio se sorprende— Creo que podríamos ir al Centro Comercial del Oeste los tres luego de esto. Quiero comprar zapatos.
Dominick acepta, pero no está nada feliz de mi cambio de decisión.
...
Esa misma tarde. Centro Comercial del Oeste.
...
Axl no vino con nosotros porque supuestamente estaba "cansado" luego del entrenamiento. Lo cual no tiene sentido porque a él no se le acaba la energía. Me suena a que Dominick lo obligó a no venir para estar a solas conmigo.
—¿Desde cuándo te gustan las cosas de otaku? —indaga Dominick mientras observo el mostrador de una tienda de hobbies.
—¿Estos son los boosters de los que hablaban? —pregunto mientras estoy inmersa en los colores de los diversos artículos de la tienda.
De seguro está molesto de que haya decidido venir a la tienda a buscar algo para Axl, pero Dominick se lo buscó. Así que tomo mi tiempo para elegir algo que le agrade. Conociéndolo, de seguro agradecerá cualquier cosa que sus amigos le den, pero aun así no quiero darle una carta inútil, así que pido información del sujeto que atiende el local.
Luego de que me hago la difícil un rato me dejo convencer por mi "cita" de ver una película juntos. No dejé que se me acercara mucho. Quiero que le cueste. Al salir de la sala de cine sonrío de forma confiada mientras miro a mi pretendiente. Me siento alegre al sentir que lo tengo comiendo de mi mano.
—Sabes. Se me hace raro que alguien con tanta resistencia física como Axl se haya lastimado por una simple caída —indago mientras estamos en una heladería comiendo.
—Me atrapaste —revela fingiendo sorpresa—. Quería estar un rato a solas contigo —susurra mientras juega con un mechón de mi cabello.
—¿Cuál es el motivo de tu interés por mí? —consulto con una sonrisa pícara—. Eres atractivo y hay varias chicas en el colegio que con gusto saldrían contigo.
—Pero ninguna es como tú —«Ajá. Toma mil por esa hablada», pienso.
—¿En serio? —pregunto de forma irónica—. ¿Qué es "eso" que me hace tan especial?
—Si quieres saberlo, tendrás que esperar un poco más.
—¿Esperar? —cuestiono algo curiosa.
—Sí. Tú misma lo dijiste: no te gustan los perdedores. —Arqueo una ceja. Le doy puntos por usar mi propia lógica —Es precisamente ese el motivo por el que me dejas coquetearte. Sabes que yo siempre gano. Por eso, aunque tú también tienes una larga fila de chicos que quieren salir contigo, prefieres ver una película conmigo.
Finjo indiferencia mientras bebo un poco de mi capuchino helado.
—Que arrogante eres —afirmo manteniendo mi cara de póker.
—¿Acaso me equivoqué? —ironiza sin disimular su tono presuntuoso.
—Puede que tengas razón —dejo entrever una sonrisa.
Esa última reacción hace que se sienta feliz, pero no quiere demostrarlo, tiene que lucir genial. Él sabe que también estoy jugando el mismo juego del gato y el ratón.
...
En la noche. Zona boscosa al este.
...
—¡Si no puedo hacer mil Mon Dollyo, haré dos mil Dwi Chagi! —exclama Axl mientras patea un montículo de rocas.
—¿No estabas lesionado? —le comento con ironía.
—Perdón. Para ser honesto, no quería ser "mal tercio" —confiesa mientras se pone en guardia para lanzar otro ataque.
—Torpe. Yo fui la que pidió que fuéramos los tres ¿No crees que es un poco ilógico pensar que tu presencia sobra en dicho contexto? Además, entrenaste antes de ir a la academia, durante la clase y aun así no te detienes —manifiesto algo preocupada— ¿No crees que es hora de descansar?
—¡Claro que no! Descansaré cuando sea más fuerte que tú y Dominick. «¡Por dios! ¡Que terco es!».
—Ya te dije que eso es ilo... —Antes de que termine mi enunciado, Axl se desmaya del cansancio.
—Es ilógico —expreso pese a que sé que está inconsciente—. Solo lograrás eso: caer rendido y destruir tu cuerpo, pero poco a poco lo voy entendiendo. No eres una persona lógica. —Decido esperar un rato a que recupere el conocimiento.
»Toma. —Le doy el booster que compré para él luego de que despierta. Ahora vamos camino a la parada de autobús.
—¿Para mí? —se sorprende.
—No. Es que decidí iniciar en los duelos de cartas. Obvio que es para ti —respondo con humor.
—Gracias Alice. —Sus ojos brillan de la emoción mientras abre el sobre. Al abrirlo parece que encuentra una grata sorpresa.
—¡Es una carta rara! —expresa Axl sorprendido.
—Nitemare, the Dark Witch. 2500/2100. —Es lo que dice el título de la carta. La ilustración es la de una especie de bruja guerrera— Tiene un lindo cabello púrpura. ¿Por qué es rara? ¿Es porque brilla?
—¡Sí! —Luego de eso me explica qué es lo que hace que una carta sea "más rara" que otra. Aunque siendo honesta, ya el encargado de la tienda me había dado la explicación, pero me agrada verlo hablar de algo que le gusta, así que decido escucharlo.
—Supongo que para ti eso es importante —«Es papel brillante. No es algo que me interese mucho, pero...»—. Me alegra verte feliz.
Esa tarde vuelvo a mi casa en el vehículo que mandaron por mí.
...
Luego de tomar una ducha y comer una deliciosa cena que nuestro cocinero prepara para mí, me dispongo a estudiar, pero no solo para los exámenes del colegio. Debo estudiar otros temas para poder "cumplir mi deber" como Rosenzweig. Las humanidades son unos de ellos.
Abro un libro escrito por un autor norteamericano y comienzo a repasarlo. Hay algo que desde hace meses me genera ruido con su teoría. Habla del statu quo y de por qué es vital mantenerlo.
Su obra siempre intenta evadir el conflicto, como si todo en la sociedad fuera consenso. Siguiendo su planteamiento, solo las élites deben dirigir la armonía del sistema y los ciudadanos normales no pueden ver qué hay tras bambalinas.
Mucho menos intentar cambiar su destino. Desde esta lógica, aquellos como Axl solo deben aceptar que no pueden modificar las estructuras, pero ¿qué pasa si no quieren aceptarlo? ¿Cómo se adaptan las estructuras a la disidencia?
Podrían evolucionar para mantenerla controlada, pero ¿qué pasa si hay un cataclismo tan grande que es capaz de derribar todo? Quiero pensar que mi terco y looser amigo es ese cataclismo, esa "tormenta", pero no sería lógico.
Pese a que ya es hora de dormir, sigo estudiando, pues no soporto dejar cosas inconclusas y quiero encontrar la respuesta a mi interrogante. Cierro mi libro con algo de molestia, salgo de mi habitación, tomo el elevador para subir al tercer piso de la casa, en donde se encuentra la biblioteca de la familia.
Anabelle, una de las empleadas de la casa me dice que no me tengo que molestar en subir, que si lo deseo ella me puede llevar lo que yo pida a mi recamara.
—No te preocupes Anita. Me gusta buscar por mi cuenta —le respondo cuando salgo de la biblioteca.
Ella se apena un poco al oírme responder eso. Tanto a ella, como al resto de la servidumbre suele recibir malos tratos principalmente de parte de August y en menor medida de Reyna, pero en mi caso no me parece correcto tratar mal a las personas que me ayudan con mi día a día.
Mientras vuelvo con una docena de libros hacia mi alcoba, escucho una conversación entre mi hermana y mi padre. Cuando ellos dos hablan, parece una de esas tertulias aburridas de los señores del canal cinco, pues ellos suelen charlar de política muy seguido.
Sin embargo, a mí me gusta la política, por lo que no considero monótonas este tipo de platicas, mas lo que sí me aburre es lo "predecibles" que son las respuestas de mi padre. Tal como lo dije, no es un buen estratega político. En ocasiones sus argumentos son más bien ataques a sus oponentes.
Se refiere a los muertos del bando perdedor de la guerra civil, pero, además de proferir odio contra ellos, precisa en un personaje histórico del cual nunca había oído, pues no se menciona en la historia oficial del país. Una mujer cuya cabeza llegó a valer quince millones de dólares. La CIA y el Pentágono la llegaron a considerar una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos.
Al parecer hace un par de décadas hubo una guerrillera a la cual llamaban Valkyria. El Ejército Nacional tenía la orden de devolverse si se encontraban con ella en el campo de batalla. Se supone que está muerta, pero según lo que acabo de escuchar, no solo está viva, sino que hay personas que actúan siguiendo sus ideas.
Una de esas personas, se llama Roxxane. En el bajo mundo se ofrece hasta un millón de dólares de recompensa por su asesinato y parece que August Rosenzweig la odia con todo su corazón, pero lo más importante, es que aún hoy el Ministerio de Asuntos Internos de mi país la considera una "amenaza de categoría Demonio" ¿Qué demonios es una amenaza de categoría Demonio?
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