27. Epílogo: Reconquista2
Por fin estaban en Shanghái antes de caer la noche. Fueron al Hotel H donde Boun tenía una reservación en la suite más costosa. Entraron a la espaciosa habitación. Para Prem era lujosa, para Boun era un lugar más donde iba a dormir. Prem se deleitó con la comida junto a Tee frente a una película en la inmensa pantalla de la televisión, ambos parecían deslumbrados con tanto lujo mientras Boun solo se concentró en trabajar en su laptop y hacer llamadas a los socios de ese país. Luego de la cena, Prem dejó durmiendo a Tee en la habitación contigua, se bañó y se detuvo a mirar la iluminada ciudad desde el gran ventanal de cristal de la habitación, ya que la misma estaba en el piso más alto del edificio. Cuando Boun salió de darse una ducha, abrazó a Prem por la espalda, dejando que su respiración golpeara su cuello. Ambos cerraron los ojos unos segundos sintiendo la tranquilidad y la calidez que transmitían sus cuerpos juntos solo siendo separados por las batas de baño. Prem se giró y besó al castaño con cariño. Sorprendido pero sin esperar mucho, siguió el beso lleno de afecto y ternura. Luego fueron aumentando la intensidad de los besos. Las manos del castaño buscaban la cintura y más abajo, mientras que el rubio agarraba el oscuro y suave cabello y presionaba más sus labios. Prem quedó recostado en el cristal. Ambos se rozaban con desesperación. Boun dejó de besarlo.
-¿Me quieres enloquecer gatito? Tee podría escucharnos.- Su cuerpo estaba cediendo ante el deseo, su voz era áspera y su erección más que prominente y no pudo evitar soltar una palabra del pasado.
-Sé que esta habitación tiene paredes insonoras, no intentes engañarme Bou.- Dijo Prem jadeando en la boca del castaño. Hizo caso omiso a la nueva forma de llamarlo, quiso pensar que era un mote cariñoso.
-Prem...- Besó frenéticamente su boca para callarlo. Cuando faltaba el aire tiró de su cabello para separarlo.
-Arrepiéntete después de pecar Bou.- Boun mandó al diablo el autocontrol y cedió al deseo.
Pronto se deshicieron de las batas y Boun hizo que el peli gris quedara de espaldas a él con las manos apoyadas en la ventana que reflejaba su cara excitada, rió con soberbia de victoria manteniendo la mirada en Prem a través del cristal, lo veía así de excitado y eso sirvió como gasolina a punto de incendiarse. Comenzó a estimular los pezones mientras que succionaba y lamía las marcas que dejaba en su cuello. Susurró contra la nuca del contrario.
-Separa las piernas Prem.- Este no lo hizo, solo por probar fuerza. Pero contrario a forzarlo, Boun pasó su lengua por el lóbulo y susurró contra su oído. -Tienes que ser bueno gatito salvaje.- No podía ganar contra esa acción, así que rápidamente separó sus piernas. Boun agarró su cintura y la inclinó un poco hacia atrás, puso tres dedos en la carnosa boca de Prem, este los lamió hasta mojarlos lo suficiente haciendo aún contacto visual con Boun mediante la ventana. Le introdujo un dedo en su orificio, haciendo que Prem soltara un leve grito de dolor, lo movió hasta que se acostumbró, introdujo otro y luego otro haciendo movimientos para estirar el apretado agujero. Aunque parezca loco, la falta de memoria de Prem le había impedido recordar lo bien que se sentía estar con Boun. Pero nunca olvidó el día que su exnovio lo desechó y lo hizo sentir inservible aunque eso ya no le importara en lo mínimo. Prem trataba de ahogar los gemidos apretando sus labios.
-Déjalos salir bebé. Quiero escuchar cuán excitado estás.- Orden recibida y cumplida. Prem parecía que iba a perder la voz y la poca cordura que le quedaba.
-Ahh Boun... ahh yo.... Boun...- Pronto Boun sacó sus dedos para evitar que terminara antes de estar dentro, lo giró haciendo que Este rodeara su cintura con sus piernas para moverse a la cama. Donde pronto quedó sobre sus rodillas y manos. Sin tiempo a respirar tomó su miembro y lo introdujo con cuidado. Prem sintió un escalofrío que le provocaba una corriente de emociones en su columna. Cuando se relajó un poco, escuchó un susurro.
-Voy a hacer que no te puedas levantar mañana. No debiste desobedecerme y venir.
-Boun yo... ahh... que...ría... ahhh contig...- Cada vez que intentaba articular palabra Boun daba embestidas profundas y aumentaba la velocidad. Su aliento de goce y satisfacción estaba reflejando excitación, mostrando que el autocontrol lo traicionaba otra vez.
-Eso es gatito, grita mi nombre. No podía ver la hora de estar dentro de ti de nuevo.- Prem sintió una tormenta de placer al sentir los labios húmedos del castaño besando su espalda, sus manos atrayendo sus caderas hacia su cuerpo y siendo penetrado. Todo se juntaba y nublaban sus pensamientos, solo jadeaba y gemía el nombre de su seductor amante. Boun encontró sin mucho trabajo el punto erógeno, Prem gimió más alto. De repente su memoria le soltó un breve recuerdo, 'Eres un gatito salvaje pero tentador.' ¡Eres un demonio! Ya había estado con Boun antes de mil maneras. Sonrió ante ese pensamiento.
Boun aumentó el vaivén cada vez más mientras chocaba con el límite en la zona erógena de Prem. -Bo... Boun ahh... no puedo más ah.
-Vente bebé.- Tras unas pocas embestidas se corrió sobre las sábanas y el otro dentro suyo. Poco a poco fue saliendo de su interior y caía sobre Prem quien cedía al cansancio de sus piernas. Boun atrajo la mano del otro y la besó manteniendo sus ojos cerrados, luego la entrelazó con la suya apretándola, queriendo convencerse de que todo era real. De que no importaba cuantas veces se separaran, siempre volverían al otro. Tan seguro como que la luna sale de noche aunque no se vea a veces.
El castaño giró a su amante haciendo que quedaran frente a frente. Minutos después, comenzó a besar cada espacio, su frente, mejillas, boca, mandíbula. Descendió a su clavícula dejando pequeñas marcas, continuó con su viaje por el cuerpo desnudo y pálido bajando a sus pezones, los cuales pellizcó con sus dientes y dedos y pasó su húmeda lengua varias veces. En segundos, Prem sintió la temperatura de su cuerpo elevarse una vez más y su miembro endurecerse nuevamente, de nuevo, la capacidad de razonar lo estaba abandonando. Boun se subió encima del rubio, levantó las piernas a sus hombros y esta vez, con más calma, se introdujo en su intimidad, haciendo desesperar a Prem, quien se arqueaba y gemía sin pudor. Prem cerró los ojos por un momento, comenzó a forzar a su mente, necesitaba recordar.
-Prem... Mírame bebé. No necesitas recordarme. Te amaré no importa cuánto tiempo pase.- Debajo de su cuerpo, sonrojado y levantando sus caderas en busca de mimos, estaba un Prem a su merced, que disfrutaba de cada roce y de poder marcar con sus uñas al otro, besó o más bien, casi se traga la lengua del otro, devoraba la boca ajena como la fruta más dulce que haya probado. Tras encontrar otra vez el punto que lo volvía loco, aumentó la rapidez de las embestidas, Prem se estremeció ante otro orgasmo asomándose desde su próstata, derramando su semen sobre su abdomen. Boun tras unos segundos se corrió dentro de Prem. Se acercó y le dio un dulce beso. La noche terminó en el baño. Claro que al bañarse juntos, terminarían teniendo duchas de una hora o más.
En la mañana Boun pasaba sus dedos por el cuello, la espalda hasta la abertura del trasero de su chico una y otra vez con suavidad. Despertar con ese chico desnudo a su lado, era sin duda de sus mejores vistas del paraíso. Un sueño que le pertenecía solo a él.
-Buenos días gatito.- Dijo cuándo Prem abrió los ojos y maldijo de dolor al intentar girarse sobre su espalda.
-¿Dónde está lo bueno? Definitivamente mis quejidos por dolor no son el mejor sonido.- Puso un puchero y Boun le dio un rápido beso.
-Para mí es uno de los mejores. Además eso significa que anoche hice bien mi trabajo. Cualquier gemido que salga de tu boca me gusta.
-Eres un demonio. Me duele todo.
-Dime eso cuando estés debajo de mí, así sabré que di en el punto correcto.
-¿No tenemos una reunión?- Dijo sonrojado. -Eres imposible.- Necesitaba cambiar de tema o sino terminarían posponiendo la reunión de inversores de China.
-¿Tenemos? Oh no, tú te quedas. Necesito concentrarme allá.
-Ni notarás que estoy. No me trates como un inútil.- Dijo el rubio con un sobresaliente puchero en sus labios. De repente se vio bajo Boun con sus manos en cruz sobre su cabeza.
-¿De veras crees que me puedo centrar en algo que no seas tú?- Tenía una pequeña sonrisa seductora, se pasa la lengua por su labio inferior. -Me gusta cuando te hago sonrojar, bebé.- Prem quiso sepultar su cabeza en la almohada.
-Soy tu asistente. Es mi trabajo seguirte.- Dijo con un tono serio. Pudo ver la duda en los gestos de Boun, pero no dijo nada. -Po... ponte ropa, es incómodo hablar así.
-¿Para quién? Te recuerdo que me viste así anoche y no te quejaste.- Levantó una ceja con su típica sonrisa ladina. Apretó sus mejillas, se levantó y fue al baño. Al salir, Prem estaba en la cama aún pero despierto. -No quiero que vayas a la reunión.
-Deja de querer controlarlo todo. Conmigo no funciona.- Besó su frente antes de dejar que Prem se levantara para ducharse. -Espérame, saldré en seguida.- Prem pensó que no podría salir de la cama en días pero igual temía alejarse de Boun. Ahora entendía por qué se conocían en el pasado, por alguna razón, destino o casualidad, y que sin quererlo se enamoraron. Al salir abrió su maleta que aún se encontraba sin desempacar, sacó un pantalón holgado de color azul y una camisa blanca, mientras que Boun tenía un pantalón blanco y una camisa del mismo color con la inicial de su nombre en dorado incrustada en una parte del cuello. Boun estaba junto Tee sobre la cama vestido de azul claro.
Ahora comenzaba la verdadera vida de los tres como familia. No importa cuántas veces el destino se ponga en contra, su camino estaría unido por algo más que una simple obligación, era un lazo inquebrantable. Ya sea en el pasado o el futuro, su amor sería más fuerte, posesivo y defectuosamente protector.
《Notas de la autora》
Síganme en mi nuevo insta fe escritora: JF_clichewriter. Estaré actualizando otras cosas que no es tan en mis historias, curiosidades de las ships y avances, etc.
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