14. Verdades por saber
Prem POV
Pasé todo el día encerrado en la mansión, para que cumpliera su orden, Boun me dejó a su guardaespaldas personal. Este hombre me mira como si yo fuese a desaparecer en un segundo frente a sus ojos, pero a veces pienso que me sigue a todos lados, obviamente menos dentro de la habitación porque tiene algo que decir y yo sé que se trata de mi pasado. La mayoría de las personas que me miran igual que él sabe quién soy pero no se atreven a decirme nada. Bajé a la sala principal en busca del hombre vestido de funeral y me detuve frente a él a una distancia considerable.
-Sabes quién soy ¿cierto?
-Claro señor. Es el asistente del jefe.
-No me tomes por idiota. Tú me conoces de años atrás pero actúas como si no. El día que entré a trabajar a la empresa soltaste una expresión como si hubieses visto un fantasma. ¿Por qué?
-Yo... eh... señor.
-No me llames señor, tengo nombre.- El hombre nervioso estaba debatiendo si contar la verdad o no. -No omitas información, el señor Boun no sabrá que me contaste pero necesito que me digas quién soy.
Suspiró y una vez comenzada la frase, no hubo vuelta atrás. -Usted fue pareja del jefe en la universidad. Entraste siendo su asistente personal. Sinceramente yo fui quien lo encontró cuando lo secuestraron.- Hizo una pausa detallando mis expresiones y continuó. -Solo sé que gracias a sus amigos y a que no descansó hasta encontrarlo, usted está aquí con él nuevamente.
Prem sintió el mundo partirse en pedazos, quería gritar, patear y llorar, simplemente para sacar la rabia de haber olvidado todo, de sentir lástima por sí mismo y porque dejó una vida atrás.
-Llama a Ai'Tul y dile que venga urgente. Estaré en mi habitación.- Antes d irse dando la espalda al hombre rígido en la sala. -Nadie debe saber que estoy consciente de esto.
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Tul entró con cuidado hasta donde estaba Prem, tirado en su cama hecho un rollito y sin energías por haber llorado tanto. Lo abrazó acariciando su espalda y luego de algunos eternos minutos, se escucharon hablar.
-¿Estás bien? Ya sé que te lo dijeron. Solo quiero que sepas que haríamos más por ti si es necesario.
-¿Podrías estar bien si perdieras tu memoria en el momento crucial, o si te enteraras de que tuviste un novio al cual no recuerdas y por tanto no sabes si lo amabas? o peor ¿no saber si le hiciste daño en el pasado?
-Prem, no dudes de que lo amabas. Incluso ahora en el presente lo sigues amando, tienes dolores de cabezas cada vez que una imagen pasada regresa a tu memoria.- Tul lo llevó a la cocina para prepararle un té relajante.
-No quiero que pienses que le hiciste daño a Ai'Boun. Si él no te quisiera todavía no hubiese movido el cielo por ti. ¿Crees que llegué a Inglaterra por coincidencia? o ¿qué estás aquí porque compramos personas? Ai'Boun nunca estaría en negocios ilícitos como esos. Lo único que él desea es que lo recuerdes con el tiempo para que te puedas quedar.
El rubio colocó la taza sobre la isla de la cocina y miró a su amigo con curiosidad y sabiendo que una sorpresa nefasta llegaría a sus oídos. -¿Qué quieres decir con quedarme si recuerdo?
Tul se sentó a su lado con la mirada más triste que recordara Prem. -Para que pudieras estar aquí, Ai'Boun tuvo que comprarte, eso lo sabes. Pero no eres un simple chico con un amo al azar, él hizo un negocio, una especie de trato, entregó propiedades y muchos millones por ti. A cambio, tú debías recordarlo en medio año, sino deberás volver. Aunque sabemos que no lo harás, no dejará que te vayas por segunda vez sino es porque tienes libertad y decisión propia.
Estuvieron conversando muchas horas hasta que Tul recibió una llamada de su amado e impaciente esposo dando a entender que tendría que irse.
-Y ¿Cuándo llega tu esposo?- Prem levantó una ceja en señal de duda ante la pregunta -Deberías ser una esposa posesiva y autoritaria, a él le gustaba cuando eras así. -Dijo riendo.
Prem se sonrojó y gruñó de vuelta -¡Boun no es mi esposo!
-Pero es el único que vino a tu mente.- dijo Tul le hizo un guiño y se fue riendo. Esa había sido una afirmación, aunque no quisiera admitirlo.
............
Una hora después, Boun llegó a la mansión y como su rutina habitual marca, se encerró en la oficina sin siquiera tomar un vaso de agua. Prem llevó fruta picada al lugar con algún zumo saludable y natural. Notó que Boun, no levantaba la vista de los papeles y la laptop, así que dando rienda suelta a sus impulsos y deseos más primitivos, cerró la laptop y apartó todos los documentos, apilándolos lejos del centro del escritorio.
Su ''amo'' lo observaba con cara de incrédulo y temiendo la peor de las pláticas posibles, los sentimientos. Pero al contrario de lo que pensaba, vio a su asistente sentarse en su regazo, rozando la nariz fría con su cuello y haciéndolo imaginar todas las variantes de lo que podría hacer que tuviera estas acciones tan diferentes de su nuevo ''yo''. ¿Fiebre? ¿Bebió alcohol? ¿Recordó algo? Pero no recibió explicación, solo se quedaron abrazados hasta que llegó la noche y fueron a sus habitaciones.
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La mañana siguiente fue difícil para Prem, había visto un cuerpo conocido frente a la nevera abierta, tenía el cabello mojado goteando sobre sus hombros y con solo una toalla envuelta en la cintura. Lo que más se sorprendió de ver fue una cicatriz, en el lado derecho superior de su espalda. Tragó fuerte y volvió a subir los pocos escalones que había bajado sin hacer ruido. Esperó a que fuera la hora de irse para salir de su habitación.
Con esos pecaminosos pensamientos dejó caer unas copias de documentos en el suelo antes de entrar a la oficina de su jefe. Krist lo ayudó al instante mientras le sonreía como un adolescente enamorado y Prem devolvía el gesto aunque no con la misma intención. Boun los vio y rompió la magia tirando del brazo de su asistente hacia dentro y dando un portazo en la cara de su empleado y rival.
-¿Qué hacías con él?- Boun tenía una mirada de enojo. Respiró y con voz firme pero temerosa de escuchar la respuesta -Te dije que no lo quiero cerca.- Prem no tenía que preguntar, sabía muy bien a qué se refería.
-¡Responde!
-No sucedió nada, P'Krist solo...- No terminó de hablar ya que al instante fue besado. Una lengua posesiva estaba invadiendo su cavidad bucal, recorría cada parte con un delicioso sabor a manzana. Se separaron por la falta de aire. Sus respiraciones estaban agitadas e inestables.
-Me pregunto ¿por qué siempre te esfuerzas en hacerme enojar? -Se acercó de nuevo y le dio otro beso, uno más tranquilo y dulce. Dejando saber sus sentimientos entre sus bocas. -Quiero que seas mío bebé. Solo mío.
-No hice nada para que enojarte.- Evitaba el contacto visual, sino dejaría ver sus sonrojadas mejillas ante esos ojos cafés que amaba.
《Notas de la autora》
Por haber demorado en actualizar tarde, dos capi en un día.
Gracias por leer brocolines 🖤🥦❤
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