El arte del Mañana
Mamá llegó de su corrida y me atrapó en el sofá, en reparos de segundos comenzó a gritar:
—Levanta el culo y comienza a recoger. Mañana debes irte.
—¿Qué?—Las órdenes nunca habían sido cumplidas en tan poco tiempo.
—Le diré a la abuela que te visite. Ella está cerca de la manada de Adam.
Ahora mismo recojo las cosas sin gusto ninguno, la ropa, mi cepillo, mis libros. Ohh, los libros.
Corro al librero buscando el libro no conocido. Lo tomo en mis manos y lo sacudo"el arte del mañana" vuelvo a leer el título. Dejándome caer sobre la cama lo abro entre mis piernas.
Capítulo 1
La mayoría de las personas creen no conocer su destino, sin saber que el destino esta en tus manos.
Cada línea de cada diminuta mano que nace trae un destino y solo los ojos de aquellos que tienen el arte del mañana pueden conocer.
El don del mañana fue entregado a cada hembra espiritual que porte los zafiros como lagunas y su oscuridad como persona.
Para obtener el don hay que nacer pura. Hay que encontrar su alma gemela en el hogar que la vio nacer.
El destino es solo destino en mano cualquieras pero en manos de la luna es el cambio.
Guardo el libro en mi mochila junto a todas mis cosas. El libro no llama mi atención pero me llama a guardarlo.
Recuesto mi cabeza en mi almohada pensando en la frase:
El destino es solo destino en mano cualquieras pero en manos de la luna es el cambio.
La luna siempre es nuestra esperanza ahora será la mía. Tocan a la puerta.
—Pasa—Mi madre cuela su silueta por la puerta de mi habitación y se sienta en mi cama.
—Te extrañaré pequeña.—esas simples palabras me hacen llorar y abalanzarme a sus brazos.
—No todo será malo, lo verás.
—No tengo palabras para expresar como me siento.
—Es solo una nueva casa y en una semana estarás conmigo. Abuela cuidará de tí.
****
No recuerdo cuando caí rendida, ahora, las lágrimas corren por mis mejillas mientras bajo mis maletas a la sala de mi pequeña casa. Recuerdo los momentos de mi miles. Saltando sobre un pon imaginario, mamá tomando mi altura en una de las paredes de la casa siempre marcaba con dos AA.
Recuerdo la pequeña niña que salía corriendo todas las mañanas hacia la escuela esperando ver al príncipe de sus sueños.
Y hoy dejo el hogar por el príncipe no azul.
Mi madre tiene una aura oscura desde la mañana. No le he preguntado porque no se va conmigo porque en lo profundo se la respuesta. Ella pidió la ayuda del Alpha para construir una casa y la condición para dársela era no salir de los perímetros , solo lo necesario.
El sonido de un auto fuera de mi casa es aún más fuerte que antes.
—Es hora—dice mi madre mientras me abraza.—Todo irá bien.—Creo que ni ella misma cree lo que dice.
Salimos juntas hacia mi castigo. Como odio haber conocido a Dylan. Esta vestido de blanco completamente y a su lado Marta. Los dos me las pagarán.
Por el contrario Adam es un arcángel pues está completamente vestido de negro y su mirada, está lejos, ni siquiera sé si está presente.
—Hoy comienza tu castigo, Anny.—Dylan es el que rompe el silencio.
Subo al auto sin mirar atrás. Adam comienza a manejar don decir palabra alguna. Estoy al pensar que es mudo.
—Lo siento mucho, estás costumbres son de lo más arcaicas.—lo observó por primera vez. Su voz es una de las mejores notas vocales que he escuchado es profunda como un océano y cálido como el desierto.
—No es tu culpa. Solo es mía.
—La culpa no importa de quién es, sólo debes avanzar.—Asi cerró la conversación entre los dos.
¿Que hombre más extraño?
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Llevamos horas en su coche, ni siquiera sé cuántas porque me he quedado dormida y acabo de despertar. Imaginen ir con un desconocido y caer nkow nada más de entrar al Rin.
—Por fin despertaste...estamos llegando.—Giro mi mirada hacia la ventana.¿Cuando en verdad me gustaría mirarlo a él? No me juzguen, está buenísimo para comer con patatas.
Mi estómago suena, no tenía que pensar en patatas. Sin poder.mirarlo miró el pasaje es algo hermoso porque en mi manada nunca los árboles eran tan verdes. Adam toma el camino a la derecha y veo un cartel.
Prohibida la entrada de los cazadores.
Veinte metros después otro.
Área protegida
Detrás de ese había uno pequeño casi imperceptible para los humanos claro.
Piedra Alta a 5 km
Nunca había escuchado de ese lugar. En apenas veinte minutos un hermoso camino de arbusto aparece frente a nosotros. Gracias a Dios creía que moría de aburrimiento. Adam es tan guapo como mido. Si como lo oyen solo dos palabras a dicho.
Detiene el auto frente a una caballa parece desierta. Me matará.
Mira que soy histérica. Tanto viaje para matarme. Na, no lo creo. O eso creo. Me lleno de valor para preguntarle pero su voz es la que rompe el silencio.
—Bajate.—Intento mirarlo, si ya saben para intimidarlo.
—No me mires.—¿Como lo supo?
—Bajate.Es una orden.
¿Que se cree? Obstinada como me conozco lo miro desafiante. Sus ojos son pozos profundos oscuros en este momento.
—Odio a las personas que no obedecen reglas he dicho bájate.
—No sé que harían ustedes pero yo no me bajo. Que me saque.
—Aqui estoy cómoda.—Respondo mientras me reclino en el asiento delantero, aún mirándolo.
Niega con la cabeza en dirección a la casa con una mirada abatida. Será bipolar, ahora mismo estaba enojado.
—Vale como tú quieras, puedes quedarte aquí.
Anny 1vs Adam 0.
Lo veo bajarse del automóvil y dar la vuelta frente a mí. Camina directo hacia mí. Abre la puerta.
—Te bajaré yo...
Soy tomada del brazo y sin previo aviso me jalan. Sin poner controlar el equilibrio soy tirada al piso como cachorrito callejero. Me las pagará.
—¿Quién eres para tratarme así?— el se agacha, mira mi rostro que ahora está a su nivel.
—Aqui las órdenes se cumplen, cachorra.
—Tony.—Se levanta.
—Llevala con María.
Esta me las paga. Si chicas, soy rencorosa y este cabrón no sabe de lo que es capaz una mujer.
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