Capítulo 11
Si bien sé que puedo caer, yo siempre prefiero la Adrenalina de volar.
Gabriela Infante.
Narra Dimitri.
Despierto, notando que me he dormido en el sofá de la sala. Me duele todo. Me levanto, estirando lo mejor que puedo mi cuello y mis articulaciones.
Noto que Martha está sentada en la mesa de la cocina, con una taza en sus manos y en la otra, una revista. Se ve arreglada, lista para salir.
—Buenos días —saludo, pasando por su lado. Tomo una taza y la lleno de café. Ocupo el asiento frente a ella. No me responde—. ¿Vas a salir? —Sé que pregunto lo obvio, pero no me gusta que esté tan callada.
—Sí. Iré de compras con unas amigas. —Asiento, bebiendo el café—. Deberías darte una ducha, hueles a perfume de zorra barata —escupe. Me atraganto con el café, comenzando a toser. Se levanta de la mesa, deja la taza en el lavavajillas y se va, cerrando la puerta de un fuerte golpe. ¡Mierda!
Subo a mi habitación para ducharme. Hoy debo ir a la empresa y ponerme al tanto de todo. He estado ocupado en cosas menos importantes.
Una vez que ya estoy listo, conduzco sin prisa hasta el edificio. Se me hace imposible no recordar a Alisson acostada en el asiento, con sus labios entreabiertos, jadeando por mi toque. Suspiro y bajo.
Apenas entro, mi secretaria comienza a decirme todas las cosas que hay por hacer. Me da dolor de cabeza.
—Organiza en orden las prioridades de lo que debe ser atendido de primero —pido. Asiente y se retira.
Comienzo a revisar unos documentos que hay sobre mi escritorio y pierdo la noción del tiempo. Me saca de mi concentración el ruido del celular. Frunzo el ceño. Es un mensaje de Alisson. Parece que está cumpliendo su promesa.
Revoltosa.
14:33 hrs: ¿Qué haces?
Yo.
14:33 hrs: Trabajando. ¿Y tú?
No demora nada en responder.
Revoltosa.
14:34 hrs: Muriendo de aburrimiento en el centro comercial, ¿vienes?
Paso saliva. Veo todos los documentos que aún me faltan por revisar, no tengo ni que pensarlo. Me levanto, tomando el saco del espaldar de mi silla. Le respondo pidiendo el nombre del centro comercial y salgo de la oficina.
—¿Va a salir, señor? —Se levanta Lina. Asiento.
—Intentaré volver temprano —miento. Salgo de la empresa y subo a mi coche.
Decido dejar el saco en el auto, aflojo las mangas de mi camisa y me quito también la corbata, dejándola en el asiento. Durante todo el rato, le pregunto a Alisson en qué tienda se encuentra. Al decirme el nombre, camino hasta ahí. La veo en la puerta, esperándome. Al verme, mira hacia adentro de la tienda y luego sonríe.
—Hola. —No me da tiempo de saludar decentemente, porque me arrastra hasta el interior de la tienda y me mete en uno de los vestidores—. ¡¿Pero qué?! —me quejo, sin entender. Coloca una mano en mis labios, callándome. Después, me besa. Me quedo totalmente descolocado un segundo, hasta que entiendo lo que está pasando y la aprieto contra mí, besándola igual. Jadea bajito.
—Tienes que quedarte aquí, yo voy a salir y volveré con ropa para irme probando, tú me dirás cuál te gusta y cuál no, ¿vale? —No entiendo nada.
—¿Por qué debo estar aquí adentro y no afuera? —inquiero sin entender. Ella sonríe, inocente.
—Olvidé decirte que estoy de compras con tu esposa, tu madre y unas amigas suyas, así que no puedes estar afuera —explica como si fuera la cosa más normal del mundo. Parpadeo varias veces intentando comprender la situación.
—¿Me pediste que viniera a estar contigo, mientras tú estás con mi esposa y mi suegra? —Su nivel de descaro es sorprendente, pero peor soy yo, que quiero permanecer aquí con ella.
—Ah, sí —responde—. No me divierto con ellas, pero si puedo hacerlo estando tú aquí. —Se levanta levemente una falda tuvo que lleva puesta. Mis ojos no pierden de vista el movimiento.
—Te encanta la adrenalina y el peligro —sentencio. Muerde su labio, provocativa.
—Me encanta la adrenalina que tendría si me lo hicieras aquí, contra ese espejo. —Señala el espejo a mi espalda y recuerdo sus palabras aquella vez que me provocó diciéndolas y luego se fue, riéndose de mí.
—¡Alisson! —Escuchamos que Martha la llama desde afuera. Gira los ojos.
—Tenías que casarte con ella —me reprocha. Me dan ganas de reír, pero lo evito. Si supieras toda la verdad—. Ya vengo —declara y se marcha, abriendo con cuidado la puerta del vestidor.
Froto mi rostro sin saber qué hacer. Alisson está loca y yo estoy tan desquiciado por permanecer con ella, que no voy midiendo mis actos de locura.
No demora mucho en volver. Tiene varias prendas de ropa en sus manos y no trae buena cara. Imagino que ninguna la eligió ella.
Sin esperar nada, comienza a desnudarse delante de mí. ¡Mierda! Queda con un conjunto interior de encaje color rosa fluorescente. Resalta mucho sobre su piel blanca. De pronto, se quita también el sujetador, dejando sus senos al aire.
—Cierra la boca, Dimitri —se burla. Paso saliva. Se coloca un vestido color piel con puntos negros. Jamás me han gustado los puntos en la ropa, pero ahora que la veo a ella con eso, se ve jodidamente sexy. Quiero quitarle ese vestido.
La tomo de la mano y la empujo suavemente contra la pared que tiene a un lado. Como el espacio es pequeño, me muevo rápido, para quedar detrás de ella. Gruñe bajito.
—Ahora tú vas a quedarte callada, mientras te cojo duro desde aquí. ¿Quieres eso? —susurro en su oído, de último dejo un beso ahí. Ella jadea al tiempo que asiente extasiada.
Levanto su vestido. Me contengo de darle una nalgada, puesto que se escucharía afuera. Así que libero rápido mi miembro del pantalón y sin esperar nada, hago a un lado su tanga y me hundo dentro de ella. Jadea. Cubro con mi mano su boca para que no nos escuchen, con la otra mano me encargo de estrujar sus senos y sus nalgas.
Rápidamente nos encontramos sumidos en una burbuja de placer impenetrable. Siento cuando presiona mi miembro en su interior, sé que está por venirse, así que acelero mis movimientos. Echa la cabeza hacía atrás al hacerlo. Me inclino para adelante, mordiendo su oreja al llegar yo también y vaciarme en su interior.
—Este me gusta —sentencio, hablando del vestido. Ella ríe bajito. Está sonrojada y con la respiración acelerada. Signos de que ha sido bien atendida.
Me estoy volviendo loco por está mujer.
A🌙A
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