Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

"Aroma a Detergente"

A la mañana siguiente Jacob se despertó mordisqueando su almohada. Era una costumbre que había descubierto desde que volvió a dormir con una. Por suerte aún recordaba la rutina de cuando tenía trabajo: levantarse, tomar un baño, ir al cobertizo a buscar las herramientas, desayunar y luego esperar a que llegaran los demás para salir. Al principio habían sido solo Quil y él quienes habían comenzado a trabajar así haciendo cualquier clase de trabajo pesado o no, pero también se les habían unido Embry y, más recientemente, Seth.

En la reserva no había muchos trabajos, así que los más jóvenes siempre estaban buscando trabajo en Forks. Él problema era que ellos, a causa de su herencia lupina, no podían permitirse mucho tiempo para trabajar, e incluso para estar fuera de la reserva

—¡Jake vámonos! —Finalmente habían llegado sus amigos; habían entrado de golpe a la cocina para resguardarse de la lluvia —Ah, hola Billy...

—Hola —El jefe estaba tan acostumbrado a la costumbre de los chicos de entrar a su casa sin avisar, que ya ni siquiera se inmutaba por eso —Aléjense de la nevera —Pero no a tener que ir al súper cada vez que vaciaban su despensa.

—Ya está... —El menor de los Black tomó de la puerta del refrigerador el papel donde tenía anotada la dirección y se la metió al bolsillo. Se puso dos tostadas en la boca y salieron de la casa despidiéndose del anciano en silla de ruedas.

El camino fuera de la reserva fue rápido, más no del todo cómodo. Aunque llevaban todas las herramientas en la parte de atrás, en la parte delantera apenas había espacio para ellos cuatro; Jacob iba como conductor, y a su lado, Quil y Embry se acomodaron como pudieron, quedando los tres algo apretados y dejando al pobre Seth tienen que viajar en las piernas de Quil. Vale decir lo contentos que estaban los dos con eso, nótese el sarcasmo.

Según la dirección que había anotado antes la casa quedaba en las afueras de Forks, más o menos. Seguían la carretera, hasta una zona residencial colindante con el bosque. La casa en cuestión quedaba más alejada del resto, y separada de la vista por un pequeño tramo de bosque que rodeaba el camino. Cuando llegaron ninguno pudo dejar de sorprenderse, y Seth dio un pequeño silbido de admiración:

—Linda choza —Comentó mientras bajaban, por suerte la lluvia había parado. La casa en cuestión era grande, con dos pisos y seguramente un ático. Aunque se veía a leguas que era vieja, la madera estaba descolorida y la pintura se hacía cáscara, además de tener un serio problema con la maleza y unas cuantas enredaderas en el techo. Solo viéndola los chicos sabían que tenían bastante trabajo por delante —Ey miren... —Seth señaló hacia el pórtico, en el cual estaba echado un gran perro golden retriever, agitando perezosamente su cola

—... —El perro levantó sus orejas y cabeza en cuanto Seth comenzó a silbarle y a llamarlo:

—Ven amigo, vamos, ven sksksk —Al pequeño Quileute le gustaban mucho los animales, pero el golden solo les ladró un par de veces antes de entrar en la casa —Oh...

—Lo espantaste —Quil le despeinó el cabello mientras comenzaban a caminar a la casa. Aunque había algo extraño. Jacob podía sentir un pequeño cosquilleo en su nuca y un escalofrío recorrerle todo el cuerpo por un instante. Pero no podía atribuírsele a la casa, después de todo siempre se ponía a la defensiva cuando estaban en el territorio de los Cullen

—¡Hola! —Apenas hubieron puesto un pie en el pórtico cuando la puerta de entrada se abrió, revelando a un joven que parecía de unos catorce o quince años —Quil y Seth ¿no? —Agregó señalando a cada uno respectivamente

—¿Eh? —Los mencionados se miraron perplejos un segundo.

—Soy yo, Teddy Lupin —Se volvió a presentar —Nos conocimos el sábado en la playa ¿recuerdan?

—C-Claro... —Ahora sí podían reconocerlo. Era el mismo chico inglés que Bella les había presentado como los nuevos en el pueblo; solo tenía una cosa diferente —Pero, tu pelo.

—¿Qué tengo? —Teddy se pasó la mano por su cabello buscando un chicle o algo por el estilo, ignorando que antes ellos lo habían conocido con el cabello azul oscuro y ahora lo tenía rubio platinado —Ah no importa, ya me bañaré en la tarde....

—¿Teddy con quien estás hablando? —Todos pudieron escuchar una segunda voz desde el interior de la casa. Un momento después apareció otra persona tras Teddy. Era como de su misma altura aunque sus facciones eran un poco más maduras, tal vez era dos o tres años mayor, con la tez blanca como la leche, el cabello negro revuelto, lentes de montura redonda y ojos de un verde que recordaban a esas gemas esmeraldas. El joven llevaba una camisa negra y jeans, además parecía estar en cholas nada más.

—Son los chicos que vinieron a trabajar —Respondió el menor.

—Ah hola, mucho gusto —Harry les estrechó la mano, hasta que le tocó el turno a Jacob. El moreno se había quedado pasmado en su lugar, apenas si pudo reaccionar cuando estrecharon su mano. Ese chico, ese muchacho, él—

—Jake —De no ser por el codazo que Quil le dio en las costillas, no habría reaccionado.

—Eh sí, mucho, gusto... Yo, Jacob —Vale decir que sus amigos tuvieron que aguantarse las carcajadas al ver la expresión confusa en el rostro de los otros dos. Y es que uno de sus trabajadores parecía salido de una película de Tarzán.

Después de eso fueron Jacob y Embry quienes fueron a buscar las herramientas a la camioneta, mientras Quil se quedó para ir viendo porque parte de la casa era mejor comenzar a limpiar para posteriormente pintar. Seth, por su parte, fue con los dueños para ayudarles a pintar adentro por orden de sus mayores. Detestaba que lo trataran como a un crío, pero esta vez no se quejó ya que si comenzaba a llover otra vez, él no tendría que mojarse el traeros.

—Es raro que nos encontremos así, ¿no? —Además era agradable charlar con Teddy.

—Más raro es que sean ustedes quienes nos contrataron —Rebatió Seth con humor —Pero mejor, hacía tiempo que no nos salía trabajo —¿Siempre trabajan pintando casas?

—O ayudando en mudanzas, o cargando costales... —Respondió Seth enumerando con los dedos —Hacemos casi cualquier clase de trabajo.

—Se nota —Comentó Teddy, usando su dedo índice para señalar los abultados bíceps de Seth. El quileute comenzó a reírse de la cara del más joven mientras lo veía flexionar el brazo, solo por presumir

—Aquí están —Harry apareció en la sala cargando un par de latas de pintura; y también haciendo caso omiso de encontrar a su ahijado tocando el bíceps de Seth —¿Crees que alcancen para toda la fachada?

—Creo que sí. —Respondió el pequeño quileute rascándose la nuca —Embry es mejor para calcular eso, déjame ir a preguntarle

Mientras ellos habían estado charlando adentro; Quil y Jacob habían estado haciéndolo afuera mientras sacaban las brochas y rodillos. Y Embry aprovechó para hablar con Jacob además:

—¿Oye qué fue lo que te pasó hace rato?

—Sí hermano, creí que ya habíamos superado al niño de la selva —Agregó Quil.

—Cállense —Jacob solo se limitó a mirarlos enojado mientras sentía sus orejas calientes —Solo me pareció raro ¿si?

—¿Raro?

—Si, ¿no lo han notado? —Pregunto —Aquí no huele a nada... —Ahora que lo decía, ambos Quileutes pudieron notar que tenía razón. Lo único que podían percibir era el aroma de los árboles y el césped. No podían oler ni la madera vieja, ni comida, ni siquiera a las personas que vivían allí. Fijándose aún mejor, no había olido nada en ellos. Era como estar frente a un galón de detergente genérico

—Ey, traje la pintura —Para ese momento Seth llegó cargando las latas con la pintura —¿Alcanza con esta?

—¿Oye Seth, pudiste oler algo allá adentro?

—¿Eh? —Les tomó un momento explicarle a qué se referían con una pregunta tan repentina —Pues no, nada. Qué raro ¿no?

—Como sea, vinimos a trabajar —Lo mejor era dejar de lado todo el asunto. Destaparon las latas y comenzaron a pintar, Quil y Jacob tomaron las brochas mientras que Embry se quedó con el rodillo; adentro, como aun estaba prácticamente vacío, Seth y Teddy se dedicaron a extender la luna para no manchar la madera del piso.

—Yo comenzaré por la cocina —Dijo Harry tomando una brocha y una lata, dejando la sala solo para Seth y su ahijado —Estaré aquí junto —Agregó mientras le lanzaba una mirada inquisidora a Teddy

—Vale Harry —Y el metamorfo, por supuesto, le sonrió con inocencia. Haciendo como que no entendía. Él y el quileute comenzaron a trabajar de inmediato —¿Te pasa algo? —Pregunto al ver que Seth tenía su atención puesta en raspar un pequeño punto de la pared que debían pintar —Hehe —Rio un poco nervioso el quileute —Es que tu hermano me asusta un poco —Su comentario le causó bastante gracia a Teddy.

—Solo es algo serio —Dijo en defensa de su padrino mientras limpiaba el exceso de pintura de su brocha —En realidad es buena persona —Aunque por dentro no podía dejar de pensar —"Solo es algo celoso conmigo"

—Es increíble que se lleven tan bien —Seth dijo mientras pasaba la primera mano de pintura blanca —Mi hermana y yo siempre estamos peleando

—Bueno, Harry es la única familia que tengo; y lo mismo para él. Si no nos lleváramos bien, estaríamos solos

Ante un comentario tan melancólico, Seth no pudo evitar girarse y mirar a Teddy. Y el chico también lo miraba a él: su mirada amistosa y su sonrisa tranquila. Como si estuviera muy acostumbrado a un pensamiento así.

—Todos se sorprenden cuando lo digo —Comentó con naturalidad, volviendo a mojar la brocha para seguir pintando —"Claro, todos se sorprenden porque es Harry Potter"

—Lo dices tan natural que da un poco de miedo —Comentó Seth regresando a su trabajo. Para su alivio Teddy soltó una gran carcajada.

—Harry dice que lo hago a propósito

—¿Y lo haces?

—Si

Los dos se rieron y siguieron trabajando al mismo tiempo que seguían charlando. Era agradable. No era una conversación del todo seria, pero entre las bromas de Seth y el humor cínico de Teddy la atmósfera se les hizo muy entretenida. Seth se metía con la forma de hablar de Teddy y Teddy hacía una imitación de Seth fanfarroneando su musculatura. Estuvieron así hasta que la conversación se enrumbo a sus orígenes:

—Bueno, yo nací en Inglaterra —Narro Teddy —En casa de mi abuela materna, en algún pueblito. Pero crecí en Londres con Harry. Y hemos conocido casi toda Gran Bretaña

—Waoh, que envidia...

—¿Y tu Seth?

—Bueno, nací y crecí aquí en la reserva —Contó Seth, sin mucha parafernalia —Y, nunca he ido más allá de Port Angeles. Pero he estado en Canadá.

—¿Cómo has estado en Canadá sin ir más allá de Port Ángeles?

—Jejeje —Seth rió nervioso mientras se rascaba la nuca, no podía decirle que como lobo podía correr hasta la frontera sin ningún problema.

—¿Cómo dices que se llama tu tribu? —Por suerte Teddy desvió el tema el mismo.

—Quileute —Se apresuró a responder —No somos muy famosos, de hecho solo somos una pequeña reserva.

Al mismo tiempo, en la cocina, Harry se dedicaba a pintar la pared del fondo escuchando atentamente la conversación de su ahijado. No que fuera metiche, o que estuviera usando magia para hacerlo, era solo que los chicos hablaban muy alto. Pero tampoco podía negar que estaba algo nervioso. En cuanto esos muchachos se habían acercado a la casa, los hechizos protectores que había colocado se habían disparado en alerta. Por supuesto que Teddy no sabía nada, solo él era capaz de percibir la magia advirtiéndole que esos chicos no eran del todo normales. Tenían algo de magia en ellos.

Pero ningún encantamiento se había disparado aún, solo le advertían de la cercanía de seres mágicos. Seguramente tenían ascendencia mágica, tal vez un familiar lejano. Aunque, ¿cuatro chicos juntos? Eso era demasiada coincidencia. ¿Tendría algo que ver el que fueran de la misma tribu? Jamás había escuchado algo parecido, pero tampoco sonaba tan descabellado. Por otra parte, le sorprendía que Teddy aún no hubiera comenzado a estornudar. Su ahijado tenía una nariz sensible y olores, como el de la pintura o la tinta, siempre le provocaba un poco de alergias. Y ahora que se fijaba, ni siquiera él podía percibir el olor de la pintura fresca

"Creo que me pase un poco con toda la magia protectora" —Se dijo mentalmente con un dejo de diversión. La magia siempre dejaba alguna clase de huella, y esta vez parecía estar cumpliendo la función de un detergente genérico limpiando el aire. Pero, si eso podía detener las alergias de Teddy no pensaba quejarse. Después de un rato de estar pintando terminó con la cocina y puso a calentar algo de agua para preparar un poco de chocolate para todos.

Sirvió las tasas y las puso en una bandeja junto al plato con varias rodajas de pan dulce y queso.

—Ey, ¿porque no toman un descan— ¡PFFF! —Si no terminó por tirar todo fue producto, neta y puramente, de un milagro —¡Ponte la camisa! —Su ahijado lo miró confundido. Claro, él no veía desde el ángulo de Harry la posición tan comprometedora que era estar tirado en el suelo, sin camisa, y con Seth encima sostenido por sus brazos —¡Teodoro!

—Ya ya, solo me caí y por no hacerlo intenté agarrarme de Seth... —Explicó el joven mago mientras ambos se ponían de pie —Solo que es un torpe y terminamos cayendo los dos —Agregó dándole un zape en la cabeza del Quileute.

—¡Ey!

—... —Harry solo podía pensar en el amago de infarto que sufrió cuando los vio así. Además intentaba apartar de su cabeza todos los escenarios escatológicos que le vinieron a la mente en tan solo un segundo —Les traje chocolate

—Genial —Y ahora ambos chicos hablaban al tiempo

Por suerte el dulce de la bebida caliente le ayudó a calmarse mientras Teddy fue a llamar a los chicos de afuera para que también pudieran comer algo. Ni cortos ni perezosos los tres fueron adentro donde la bebida caliente y los bocadillos les esperaban. Quil y Embry agradecieron al mismo tiempo que masticaban, por su parte Jacob parecía no tener mucho apetito. Solo se bebió su tasa en silencio y no probó el pan. Todo el asunto de la ausencia de olores lo tenía algo turbado, además de que por alguna razón no podía apartar su mirada del muchacho frente a él. El que se llamaba Harry

El sujeto era tan normal. Era bastante más bajo que él, el color de su piel era todo lo contrario a la suya y con los ojos de un vivo color verde. Aun con unas diferencias físicas tan claras no se explicaba porque no le eran suficientes; había algo más, algo que no podía precisar, qué le decía a gritos que era diferente a todas las demás personas que había conocido antes. Diferente de su padre, de sus hermanas, de Quil, de Sam, del Bella, de Sue... Pero también.

También era como si faltara algo. Como si no fuera suficiente, también parecía estar ocultando algo. Algo que faltaba, que ocultaba, que sin duda era vital pero que se escapaba por completo a todos sus sentidos. Era una sensación francamente odiosa. Pero, como si no fuera suficiente, también parecía gustarle.

—¿Te vas a comer eso?

Por mucho que odiará pensarlo, se sentía como un cachorro al que su dueño estaba jalando las orejas. Lo odiaba e intentaba morderlo, pero sencillamente no podía dejar de divertirse con todo eso.

¿Quién demonios se creía Harry Potter para hacerlo sentir así? Y, peor aún, hacerlo y ni siquiera ser consciente de que lo hacía

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro