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Capítulo 8

"Aquelarre"

—Oigan... —Resguardado de la lluvia, había un chico algo bajo, pero que sin duda miraba de brazos cruzados directamente hacia ellos.

—Es él —Confirmó Edward —No escucho nada en su mente, es como Bella...

—Pero sin duda es humano —Jasper lo encontraba extraño; podía escuchar su pulso y su respiración, pero no percibía ningún olor proveniente de esa persona —Quiere hablar con nosotros...

Con decisión, los tres vampiros fueron directo al encuentro con ese extraño muchacho que no dejaba de mirarlos a través de sus lentes. Jasper podía percibir sus emociones, y no sabía qué pensar al respecto. Podía sentir una fuerte intensidad en ellas pero a la vez como eran contenidas con fría calma. Era como estar de pie a la rivera de un pequeño río admirando hacia arriba la represa que contenía la corriente. Una corriente que podría arrastrarlos sin siquiera pensarlo.

Desde su lugar en la entrada Harry esperó pacientemente a que las tres criaturas se acercaran. Sin duda eran de los más jóvenes que había visto, al menos en apariencia. Podía decir que cada uno tenía no menos del siglo. Pero a juzgar por su actitud al caminar y mirarle no parecían agresivos.

—Buenos días —Les saludo en cuanto estuvieron frente a frente bajo el pequeño pórtico de entrada del instituto —Mi nombre es Harry Potter —Lo primero que hizo fue presentarse como si fuera una simple ocasión formal. A juzgar por su acento Edward y sus hermanos podían decir que era inglés —Me he presentado, deja de intentar leer mi mente

—... —Edward se quedó helado, no solo de escuchar aquellas palabras, sino también de los ojos de aquel chico. Su mirada se mantenía estoica pero había algo en ella. Un brillo en aquel verde que resultaba inquietante. Y a juzgar por los pensamientos de Jasper, era incluso peor que eso —E-está bien, lo lamento

—¿Qué tal si nos calmamos un poco? —Tercio Alice, mostrando su sonrisa como ofrenda de paz para Harry —Mi nombre es Alice Cullen, y ellos son mis hermanos Edward y Jasper.

—Un placer —Respondió fríamente el ojiverde. Jasper sabía que sus defensas no habían disminuido ni un poco —Ahora quiero saber, ¿qué hacen cinco vampiros en una escuela humana?

Como si lo de antes no hubiera sido lo bastante directo. Primero, de alguna manera, ese chico bajo se daba cuenta de la capacidad de leer mentes de Edward, y ahora daba conocimiento acerca de lo que era y de cuantos eran. Obviamente se refería a la ausencia de Rosalie y Emmet, que seguían en clase. Tras toda esa información, tan de golpe y difícil de digerir, solo podían hacer una pregunta:

—¿Quién eres? —Fue Jasper quien la hizo

—Son una amenaza —Respondió sencillamente el ojiverde —Tengo poco tiempo aquí y no sé nada de ataques, pero no dejaré que estén por ahí si es que planean alimentarse en este pueblo.

***

—Oye Teddy, ¿te encuentras bien?

—Si, es solo que se me hace raro que Harry no esté por ninguna parte —Cuando no se lo encontró durante el almuerzo no se preocupó demasiado. Pero ya habían acabado las clases y no veía señal de su padrino por ninguna parte. Eso si era para preocuparse.

—Tal vez se escapó de clases —Sugirió Andrew.

—Sí, eso debe ser... —No creía ni un poco en esa teoría. Pero tampoco tenía ganas de contradecir a su amigo —Oye Teddy, ya que tu hermano no está, crees que puedas... Tú sabes, ir a comer o algo.

Normalmente habría aceptado sin pensarlo. Le gustaba salir con amigos. En ese momento le preocupaba más su padre. No podía imaginarlo herido o lastimado, no por nada era el mejor auror de todo el ministerio. Pero su condición no era la mejor, ¿tal vez había regresado a casa para descansar? Si, eso era bastante plausible

—Bueno, si no quieres está bien, digo, tenemos mucha tarea y eso...

—Sabes qué, suena divertido —Tal vez se estaba preocupando demasiado ¿Qué tal si vamos por una hamburguesa?

—¡Claro!

Como hacía buen clima, es decir que sólo caía una pequeña brisa ligera, decidieron irse caminando. Aunque, de haber sabido Teddy lo que su padre estaba haciendo en realidad. Seguramente las cosas ese día habrían terminado muy diferentes.

***

De alguna forma, Carlisle sabía desde la mañana que debía quedarse en casa. Por eso había llamado al hospital diciendo que cambiaría su turno. Estuvo pasando las horas leyendo en su estudio tranquilamente. Por eso cuando escuchó llegar a sus hijos en el auto de Edward, bajó para recibirlos

—¡Carlisle, Esme! —Edward entró en la casa haciendo uso de su velocidad —Tenemos pro —Pero jamás espero entrar y ver al mismo chico de la escuela de pie en mitad de la sala con los brazos cruzados y mirándolo expectante. Era imposible —...blemas —Estaba seguro de que lo habían dejado atrás.

Carlisle también miraba sorprendido desde las escaleras al extraño invitado. Parecía un muchacho de instituto. Pero en ningún momento lo había escuchado entrar, y por alguna razón sus hijos parecían muy sorprendidos de verlo allí. Incluso, podría decir que hasta asustados

—Última oportunidad, no pienso repetirlo —Su tono era serio. Y Carlisle no paraba de mirar de uno al otro, confundido esperando encontrar alguna explicación.

—¿Qué está ocurriendo? —En el momento que Esme apareció en la sala Harry se dio cuenta de que eran una especie de familia. Aquello sí que era extraño, había escuchado de vampiros que viajaban en grupos pequeños y se movían de un lugar a otro para cazar. Pero estos eran diferentes; al juzgar por la casa, por su comportamiento entre ellos... No había otra palabra para describirlos que "Familia"

—¿Qué está ocurriendo? —Como buen padre Carlisle se adelantó para hablar con el chico que no había escuchado entrar —¿Quién eres tú?

—Me llamo Harry Potter, usted debe ser el líder de este grupo —Carlisle asintió con la cabeza, cada vez más curioso acerca de esa persona. Lucia muy serio y expectante —Quiero saber porque hay un grupo de vampiros viviendo en plano pueblo humano

—¿D-disculpa?

—Sé lo que son, y que cinco van a la escuela —Su tono neutral era una perfecta oposición a la estupefacción en el rostro de Carlisle —No estoy trabajando, ni busco problemas, solo quiero saber porque están aquí

—No tenemos porqué darte explicaciones —Jasper ya había soportado suficiente de la arrogancia de aquel sujeto. Si sabía lo que eran debía estar preparado. No era su intención hacerle daño. Solo lo asustaría un poco y ya. O al menos ese era su plan. En cuanto dio un paso hacia el ojiverde algo lo obligó a quedarse en su lugar. No podía moverse, estaba congelado en su lugar. Literalmente. Sus hermanos vieron sorprendidos como el suelo alrededor de los pies del vampiro empático se iba congelando. Y cristales fríos formándose en sus zapatos muy rápido.

—¿Qué..? —Carlisle no lograba concebir... aquello era... Era increíble... Dirigió su mirada al ojiverde, y este no había movido ni un músculo —Eres..?

—Soy un auror —Respondió. A pesar de la actitud agresiva del que estaba congelado, Jasper si recordaba bien, el líder del clan no parecía molesto. Solo, sorprendido, como el resto; pero cuando se fijó en el rostro de la mujer, no pudo evitar que una pequeña acidez se instalará en su estómago. Estaba asustada, de ver a su hijo con hielo cubriendo ya sus pies y trepando por sus piernas. No podía con aquella expresión, le recordaba tanto a la señora Weasley cuando perdió a Fred.. Y a Ron —Mi ahijado.

El hielo en las piernas de Jasper se deshizo, y Harry se tomó un momento para respirar. Momento que el resto de vampiros también aprovechó para intentar calmar sus ideas, Edward especialmente. No podía captar nada de aquel chico, pero sí de sus hermanos.

—¿Qué pasa con él? —Pero Jasper sí que podía percibir algo. Un profundo sentimiento de nostalgia y tristeza; como si estuviera recordando un evento doloroso. Tal vez se había precipitado antes, y este chico no era lo que parecía.

—Vive conmigo, y vamos juntos al instituto —El sentimiento de tristeza fue reemplazado por uno más cálido, era como si hablara de un hijo, o un hermano. Pero casi de inmediato sus emociones se tornaron agresivas y regias —Es lo más importante en mi vida. Y no dejaré que nada lo ponga en peligro.

—Ah, comprendo... —Finalmente Carlisle podía especular acerca de lo que ocurría —Harry, ¿cierto? Carlisle Cullen, como bien dijiste, soy el líder de este aquelarre —Agregó con su usual sonrisa y extendiendo la mano. El ojiverde lo miró un instante, entonces correspondió al saludo con un apretón. El tacto era frío y duro, pero sin ningún signo de hostilidad —Y puedo asegurarle que no somos ninguna amenaza.

—Perdone si soy escéptico —El comentario de Harry fue tan natural, que Carlisle no pudo evitar encontrarlo un poco divertido —¿Qué pasa?

—Ese sentido del humor es muy británico —Comentó el rubio —Hacía tiempo que no me encontraba con un compatriota... —Después de eso Carlisle lo invitó a subir a su estudio para hablar. Se tomó su tiempo para explicarle cómo eran un grupo de vampiros "vegetarianos", de sus hijos adoptivos, que asistían a la escuela solo por pasar el tiempo; de cómo eran capaces de soportarlo gracias a su dieta de sangre animal. Y que ya tenían cerca de seis años viviendo en Forks.

—Es increíble —Fue lo primero que dijo Harry sentado desde una de las butacas frente al escritorio —Jamás había escuchado algo parecido.. Sé de algunos que siguen una dieta con un sustituto artificial, pero son muy pocos.

—Si me permites ahora, quisiera preguntarte cómo sabes tanto de nosotros —Inquirió el vampiro, cruzando sus manos sobre la madera —Y también, algo más..

—Supongo que no hay problema con eso —Respondió Harry luego de pensarlo unos momentos —Pero si sus hijos van a estar escuchando, prefiero que estén aquí.

Carlisle levantó las cejas sorprendido. Ese chico, Harry, parecía más joven que Edward y era más pequeño que Alice, pero su presencia era la de un adulto. Un hombre con más experiencia en la vida; que sabía ser diplomático y directo, que no temía enfrentarse a un grupo de vampiros él solo para defender a su familia.

—Aquí estamos —Para cuando la puerta del estudio se abrió entró Edward, seguido del resto de sus hermanos. Harry reparó en una rubia y un chico grande que no había visto antes. Y a juzgar por sus miradas habían estado escuchando todo desde abajo, justo como él suponía.

—Rosalie, Emmet, él es Harry Potter —Por suerte fue Carlisle quien lo presentó. Había perdido la cuenta de todas las veces que se habían presentado ese día —Estaba a punto de explicarme quién es exactamente.

—¿Podrías dejar de intentar leer mi mente? —Atajo Harry, empezaba a dolerle la cabeza por tener que estar bloqueando constantemente al vampiro.

—No puedo evitarlo —Edward también parecía frustrado. Incluso un poco apenado —Pero necesito saber, ¿Cómo lo haces?

—Oclumancia —Respondió el ojiverde —Es el poder de bloquear la mente a cualquier invasión externa —¿Quieres decir que naciste con ese don? —Inquirió Alice, curiosa.

—Bueno, he dicho poder, pero en realidad es algo que cualquiera puede aprender —Explicó Harry —Aunque es muy complicado. Yo tuve un buen maestro.

—¿Qué clase de maestro enseña ese tipo de cosas? —Inquirió Rosalie, con su típico tono mordaz.

—Los magos —Explicó Harry sin vacilar. Y, como si anticipará las reacciones escépticas de los presentes, sacó su varita y transformó la lámpara del escritorio en una pequeña garza blanca. El animal solo agito sus alas un momento antes que Harry lo regresará a la normalidad —Yo soy uno.

—Increíble —Carlisle habló antes de lo que Harry había esperado —Había escuchado algo, pero nunca demasiado en serio

—Los magos tenemos nuestra propia sociedad, alterna a la de los humanos comunes —Explicó Harry —Y también tenemos un ministerio.

—¿Un Ministerio de Magos? ¿Y qué hace?

—Principalmente se ocupa de evitar que las personas descubran el mundo de la magia. Ya se imaginará porque —Agrego con un poco de humor —Yo mismo trabajé allí hasta hace unas semanas como Auror.

—Lo mencionaste antes —Edward parecía comenzar a superar la sorpresa —¿Qué es?

—Somos algo así como la policía de los magos —Explicó Harry —Hacemos un poco de todo

—Cómo lidiar con vampiros —Inquirió Alice. De todos, ella era quien lucía más seria.

—No solo vampiros —Explicó Harry —Licántropos, banshees, dragones... Aunque eso es más del departamento de regulación de criaturas mágicas. Solos nos llaman si hay algún asunto de contrabando o algo por el estilo

—¿Dragones? —Esta vez fue Emmett quien se mostró escéptico —Por favor...

—Si, dragones —Pero Harry no parecía molesto —Lo creas o no, lo que existe, existe. Es así de simple.

***

Mientras cenaban pizza, Teddy logró convencerlo de ordenar una, su ahijado no paraba de mirarlo inquisidoramente:

—No vamos a cenar pizza los viernes —Atajo Harry dando una mordida a su rebanada

—¿Qué hiciste hoy? —Pero Teddy sabía que solo era una evasiva.

—Si te lo digo, prometes no involucrarte —Conocía la naturaleza curiosa del metamorfo tan bien como Teddy a él —Y lo digo en serio..

—Oh, eso significa que es bueno... —Era igual a Tonks —Cuenta, cuenta...

—Resulta que hay un aquelarre de vampiros vegetarianos en la ciudad y que cinco van al instituto como si nada —Por supuesto que ese era solo el resumen. Después de eso Teddy lo acribilló a preguntas y no estuvo satisfecho hasta que le hubo extraído hasta la última gota de información.

Quienes eran, como eran, que significaba que fueran "vegetarianos", si parecían divertidos. Esta última hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Harry. Después de pasar la tarde con los Cullen, podía concluir que eran una familia de confianza. Pero Teddy... —Ni se te ocurra.

—¿Por qué siempre piensas lo peor de mí?

—Me ahorra tiempo —Bromeó —Recuerda que mañana comenzamos a pintar la casa, y también traerán todos los muebles... Aff... —Solo de pensar en todo el trabajo que les esperaba para el sábado le daban ganas de echarse para atrás y hacer todo a la manera mágica

—Pues para que veas que a veces hago cosas buenas —Teddy hizo especial énfasis en "a veces" al tiempo que sacaba algo de su bolsillo —Encontré esto esta tarde en la ciudad.

—¿Qué hacías esta tarde en la ciudad? —Quiso saber su padrino mientras tomaba el papel.

—Andrew me invitó a comer unas hamburguesas

—Mmmm —Ya después pensaría en alguna forma de encargarse de ese Andrew. Lo que su ahijado había llevado era una especie de folleto fotocopiado. Decía que se hacía toda clase de trabajos a buen precio. A Harry no le importaba lo último, pero si podía contratar a alguien que les ayudará con todo el asunto de pintar y amueblar la casa...Cualquier ayuda era bienvenida.

—¿Hola?

—Si, buenas noches, llamaba por lo del anuncio que tienen

—Ah, si, espere un momento —Harry pudo escuchar como gritaban del otro lado de la línea. Entonces escuchó una voz diferente —Si, ¿diga? —Era más joven, y sonaba ansiosa, pero si tenía algo extraño.

—Sí, me preguntaba si podían trabajar mañana

—Claro, ¿Qué, clase de trabajo, es? —Claro, hablaba entrecortado

—Primero es pintar una casa y luego ayudarme a amueblar todo —Explicó Harry enumerando con los dedos —¿Cree que puedan?

—Por supuesto, es perfecto. Solo, deme la dirección, y la hora y ahí estaremos, mañana —Resultaba extraño hablar con alguien así. Le recordaba a ese cuento infantil de "El Libro de la Selva".

Harry le dio la dirección y lo citó temprano en la mañana. Seguramente podrían terminar de pintar para el almuerzo, y a esa hora la mudanza ya habría traído los muebles. Ya le urgía su cama y una biblioteca decente. Subió a su habitación y para su sorpresa, Teddy estaba allí:

—¿Puedo dormir contigo?

—Teddy es una cama individual, y plegable —Podía soportar dormir con Teddy, cuando era más pequeño siempre lo hacían, pero desde que comenzó a despertar junto a un bulldog o un tigre empezó a pensarlo dos veces. Su ahijado en serio tenía un muy mal dormir.

—Por favor... —Pero le resultaba imposible decirle que no a esos ojitos de cachorro.

—Está bien —Y ver la sonrisa de satisfacción en la cara de su ahijado solo le decía que Teddy lo sabía muy bien —Mañana pondré un hechizo insonoro a tu habitación

Apenas se había acostado sintió como Teddy se aferraba a su torso. Y más aún cuando un rayo iluminó momentáneamente la ventana. Su ahijado siempre les había tenido miedo a los relámpagos y truenos. Tal vez era a causa de su propia capacidad como cambiaformas

***

—Si si, mañana estaremos ahí. Gracias —Jacob pegó el papel con la dirección a la puerta del refrigerador y comenzó a marcarles a los demás. Hacía tiempo que no les salía un trabajo, Quil no dejaba de quejarse sobre querer invitar a una chica. Y al parecer era bastante

—¿Qué tal? —Preguntó Billy cuando su hijo regresó a sala para seguir viendo el juego.

—Tenemos que, pintar una casa, y mover las cosas pesadas —Explicó el moreno tan rápidamente como pudo; su lenguaje ya empezaba a regresar a la normalidad. Solo se le acentuaba cuando sus amigos lo fastidiaban, e incluso su propio padre —¿Cómo van? —Por el momento se entretendría viendo el juego con su padre. Extrañaba el fútbol

—Los Caballeros acaban de anotar, ahora les viene la defensa —Por suerte el partido estaba a punto de terminar. Jacob quería irse a dormir temprano para descansar y no tener ningún problema para despertarse por la mañana.

Claro, que de haber sabido lo que le esperaba al día siguiente no habría sido capaz de pegar el ojo en toda la noche... De hecho...

Bueno, ya lo descubriría mañana...

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