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Capítulo 36

"Lo siento… Jake"

Cuando despertó y asimiló la idea de que su vida se encontraba en peligro, de nuevo, no fue difícil imaginar quiénes podrían ser los responsables. Después de todo, aun con la caída del señor oscuro gran parte de sus seguidores aún continuaron creyendo firmemente en su afán de supremacía de sangre. Además, como Voldemort ya había regresado de la muerte una vez no era extraño que todos sus lacayos creyeran firmemente que lo haría una segunda. Pero conforme pasaba el tiempo dichos remanentes habían comenzado a impacientarse, las constantes disputas de poder provocaron la creación de diferentes facciones a las cuales el ministerio aún intentaba dar caza.

Y de entre todas existía una en firme pie de guerra que era especialmente peligrosa. Su tamaño era desconocido, así como los motivos tras sus diferentes actos criminales; a diferencia de otras facciones de mortífagos esta no cometía atentados contra muggles o aquellos de sangre impura. Claro que cualquier posible testigo de sus acciones era eliminado, lo cual dificultaba aún más intentar comprender lo que buscaban.

El Ministerio tenía todo un equipo de inteligencia intentando seguirles la pista. Harry y Draco habían trabajado con dicho equipo en un par de ocasiones, y era por eso por lo que el ojiverde se encontraba tan anonadado en ese instante mientras cruzaba el pasillo seguido por Amos Diggory:

"¿Era por eso que no logran conseguir ninguna pista?" —Iba pensando rápidamente con cada paso —"Es cierto también se hizo seguimiento a las familias cercanas o con posibles conexiones pero ¿esto? Es absurdo. Habríamos tenido que instigar a cada mago, pero…" —Pero eso se sentía demasiado mal. Sospechar de sus amigos, de viejos aliados, era algo impensable para él.

Draco siempre decía que era demasiado confiado con las personas a su alrededor, por eso era que insistía en siempre acompañarle; y si, en varias ocasiones le salvó cuando alguien intentaba atacarle por la espalda. Sabía que su compañero tenía razón, y tal vez por eso mismo era que dolía tanto en ese momento. Pero no tenía tiempo para perderlo en golpes de pecho, necesitaba encontrar una forma de salir de allí. Y si podía hacerlo antes de llegar a donde fuera que le estuvieran llevando, mucho mejor. Amos era un anciano ya, tal vez podría inmovilizarlo y tomar su varita.

—¡…! —Su plan fue rápidamente frustrado cuando percibió a otros dos magos siguiéndoles muy de cerca en el pasillo. Y por las vibras que percibía de ambos le tenían una maldición jurada ante cualquier movimiento sospechoso. Sin más opciones tuvo que hacer el resto del camino por el largo pasillo, aunque no tenía idea de donde estaba era obvio que el espacio había sido ampliado con magia.

Al final de dicho pasillo les esperaban un amplio par de puertas dobles. Eran el perfecto ejemplo de elegancia y decadencia, con decoraciones tan finamente elaboradas en oro y marfil, así como de algunas gemas preciosas en el marco; con todo y eso no daban una impresión admirable, mucho menos imponente. O al menos no para Harry. No estaba seguro de en qué momento había comenzado a asociar la ostentosidad con la debilidad de carácter, pero no era una percepción que quisiera cambiar.

—Un capital envidiable, como siempre —Tal vez fue por eso que no pudo evitar soltar ese comentario mordaz hacia sus captores —Además de tiempo libre, claro está.

—Es obvio que sigues siendo el mocoso consentido de Dumbledore —Murmuró una tercera voz acercándose a ellos desde el fondo del lugar; esta vez a Harry se le hizo imposible mantenerse calmado. Se giró bruscamente, sin importarle ser apuntado por tres varitas diferentes, y encaró al hombre había estado deseando ver desde que despertó:

—Tú —Aún seguía siendo bastante alto, y aunque era relativamente joven ya tenía una incipiente calva colándose en su cabello rojo y una barriga cada vez más pronunciada. Cuando lo vio la noche anterior no pudo evitar pensar en lo mucho que Ron se parecía a su padre. Ahora ese pensamiento le parecía insultante.

—Ahorra el aliento —Espeto Ron cerrando el espacio entre ellos y sujetándole del cuello de la camisa —Lo vas a —Sólo que nunca espero recibir de lleno un golpe con la cabeza en toda su cara; Harry podía ser pequeño, pero fue capaz de hacerle retroceder mientras se sujetaba su sangrante nariz definitivamente rota —¡Hijo de-

—¡Suficiente! —Ninguno noto en que momento las opulentas puertas se habían abierto desde el interior. Pero ahora había un hombre alto observándoles desde el marco, había calmado el ambiente sin apenas levantar la voz, pero filtrando su autoridad en cada fonema. Su aspecto era el de hombre adulto, sin duda pasaba de los cuarenta, su piel parecía cetrina y sus ojos hundidos transmitían una mirada extraña que mezclaba calidez y demencia; era alto, pero su complexión era difícil de distinguir a causa de la túnica negra que usaba. Tenía su atención fijaba en examinar a Harry de arriba abajo mientras se frotaba el mentón con una mano cargada de anillos —Fascinante…

—… —Normalmente aquello era más que suficiente para incomodar a Harry. Pero había algo más respecto al mortífago frente a él que le ponía la piel de gallina.

—¡Ah! —Salto de repente el mortífago captando por primera vez la mirada de Harry —No nos han presentado ¿cierto? —Agregó haciendo una exagerada reverencia con un brazo extendido —Rodolphus Lestrange, para servirle al Señor de la Muerte…

***

—Aquí es… —Luego de extraer toda la información relevante de la cabeza de Dawlish, y de dejarlo reducido en el maletero del auto, habían conducido directo a Port Ángeles dejando el auto estacionado cerca del muelle y caminando el resto del camino hasta llegar a una zona residencial aún en construcción y aparentemente abandonada —Black, recuerda el plan —Instó Draco mirando severamente al quileute.

—Lo tengo —Aunque el apremio en su voz no le dio demasiada confianza al rubio.

El sol en el cielo estaba pronto a ocultarse en el horizonte por lo que debían darse prisa. Él, Jacob y Hermione eran quienes debían rescatar a Harry; y dado que eran solo ellos tres contra Merlín sabrá cuantos magos tenebrosos debían ser especialmente cuidadosos.

El plan era simple. Primero, cubrir a Jacob con todos los hechizos para pasar desapercibido que fueran posibles: hecho. El quileute tenía unas tres capas de conjuros desilusionadores, de sigilo y de protección sobre él. Su trabajo consistía en que mientras Draco y Hermione llamaban la atención él debía encontrar a Harry y sacarlo de allí. Para lo que la bruja le había dado una pluma encantada como traslador:

—Tienes que sacarlo de la casa y alejarte hasta que salgas de los bloqueos —Explicó la morena mientras le daba unos golpecitos con la punta de su varita al objeto —Cuando lo hagas empezará a brillar, entonces asegúrate de que ambos lo toquen y los llevara de regreso. La palabra clave es "Hogsmeade".

—¿Qué hay de ustedes? —Inquirió el quileute guardando el objeto en su bolsillo. Estaba determinado en rescatar a Harry, pero le pesaba la idea muda que había estado flotando sobre ellos mientras le explicaban:

—No nos esperes —Espetó Draco como si nada mientras sacaba su varita —La prioridad es rescatar a Potter

—Pero-

—¡Pero nada! —Atajo el rubio con brusquedad pero en un tono moderado —¡No tienes idea de lo que significa Harry, de las cosas que puede hacer ni de las que harán con él! ¿Crees que ser un mago es todo? Él es especial en un sentido demasiado literal, así que: sigue-el-plan.

—B-bien —Respondió Jacob con pesar.

Sabía que la única razón por la que no estaba tendido mirando a la nada intentando asimilar el hecho de que Harry, Draco, esa mujer Granger e incluso Teddy fueron magos, con varitas, escobas y pociones, era porque su mente encontraba mucho más apremiante el hecho de rescatarlo que el tumbarse y contemplar su propia ignorante existencia. Sin embargo, eso no le ayudaba a disminuir las preocupaciones consecuentes de dicho conocimiento. Había demasiadas interrogantes intentando presionar hacia la superficie de su mente y alterar su conciencia:

¿A qué se refería Draco? ¿Quién era Harry en realidad? ¿Qué había hecho como para que alguien lo quisiera muerto? ¿En realidad habían llegado a sus vidas huyendo? ¿Acaso debía regresar a su mundo luego de esto? ¿Tenía una vida diferente en ese otro mundo? ¿Tal vez, alguien más? ¿Pensaba Harry decírselo alguna vez? Sabía que el inglés no era ese tipo de persona. Lo conocía lo suficiente, era leal, era honesto, demasiado para su propio bien; pero la perspectiva de que el ojiverde pudiera no confiar tanto en él estaba provocando que muchas inseguridades comenzarán a emerger y a pesarle en todo su ser. Una sonrisa amarga dibujó sus labios. Al recordar lo que Harry le había dicho hacía unas horas antes:

"—No hay garantías…"

Aún no lograba comprender como alguien que no era su impronta podía provocar emociones tan intensas en él. Quería salvar a Harry, sí. Quería regresarlo con Teddy, definitivamente. Pero, ¿acaso Harry querría regresar con él? Sabía que seguir dándole vueltas no era ni saludable ni inteligente. Sabía que su estado mental no era el mejor, y lo que era peor para un quileute: sus emociones. De por si no podía entrar en fase. No hace falta decir que no estaba en la mejor condición para lo que estaba a punto de ocurrir.

Debería decírselo a Draco, él rubio podría idear otra estrategia.

—"Eso sería lo más sensato ¿no?"

Pero no lo hizo. Estaba decidido a salvar a Harry, porque era su amigo. Porque era lo correcto.

Sería suficiente con eso… ¿verdad?

***

Pero mientras Draco y los otros tenían pensado causar un alboroto desde afuera, ninguno tenía idea que en el interior de dicha casa ya había demasiado desorden. Los mortífagos y cómplices de Rodolphus se agitaban como avispas en el panal, buscando al intruso que se había colado entre sus dedos. Desesperados por encontrarle, motivados por alcanzar su ambición y por el terror que les provocaba el castigo que les haría pasar Lestrange como dejaran escapar a Potter. Y al mismo tiempo, ocultos en un armario luego de aturdir a dos mortífagos:

—Increíble… —Murmuró el ojiverde mientras veía los nudos de las ataduras terminar de hacerse y apretarse con algo de saña, ya decían que su magia era especialmente susceptible a las emociones. Pero en ese momento no podían culparlo si las cuerdas de repente empezaban a formar nudos de viuda.

No estaba frustrado. No estaba molesto.

Estaba preocupado, y asustado. Muy aterrado. Pero no por sí mismo, sino por los dos adolescentes que se encontraban con él en la habitación; Seth se encontraba de pie junto a la puerta cerrada, atento a cualquiera que pasara cerca mientras Teddy estaba dentro de una pequeña bolsa de cuero en sus manos. Aún ahora le costaba entender cómo era que esos dos habían llegado hasta allí tan rápido. Ni él tenía idea de en donde estaban. Si, le habían salvado el cuello, pero aun preferiría estar colgado de los tobillos con cadenas a que Teddy estuviera allí corriendo semejante riesgo.

¡Y había arrastrado a Seth con él! Vale, no era exactamente su persona favorita del mundo. Pero eso no significaba que no fuera solo un niño metiéndose directamente en una cueva repleta de lobos hambrientos.

Flash Back:

—Malfoy nos va a desollar —No habían pasado ni quince minutos desde que Jacob se había ido con los dos ingleses. Y tanto el rubio como Jacob les dejaron muy en claro que debían mantener a Teddy perfectamente ileso, y que incluso una astilla en el pulgar sería severa y cruelmente castigada. Y si bien Malfoy y su palito mágico daban bastante miedo, era difícil decidir quién sonaba más amenazador, si él o Jacob.

Así que obviamente, ya habían perdido a Teddy.

—¿Creen que él y Jake tomen turnos? ¿O solo lo hagan a quemarropa?

—No sé, pero si empezamos a correr ahora podríamos llegar a Argentina antes de que empiecen a buscarnos

—Dejen de decir estupideces y sigan buscando —Espeto Sam mientras se volteaba para ver ceñudo a Jared y a Quil. Claramente molesto, después de todo también habían perdido a Seth.

—Lo ves… —Susurro Embry —Incluso Sam está asustado, ¡yo voto por el plan de Argentina!

—¡A trabajar! —Obviamente los susurros no significaban nada para el oído de un lobo.

Al mismo tiempo, de regreso en las ruinas de su hogar Teddy se encontraba levantando los escombros. Su semblante era serio mientras alzaba los restos de lo que parecía ser una de las paredes de la cocina y murmuraba para sí mismo con algo de fastidio sobre el desorden mientras buscaba un punto de referencia.

Por su parte Seth observaba todo desde el frente de la casa destruida, sin perderse un solo movimiento del inglés al mismo tiempo que vigilaba los alrededores; aunque una parte de él no paraba de recriminarse a sí mismo. Debería haber intentado persuadir a Teddy de quedarse en la reserva un poco más. Draco dijo que no estaba seguro que no intentarán de nuevo algo contra él…

—¡¿En dónde rayos está?! —Pero Teddy no pensaba cesar, y eso era obvio al ver la forma en que seguía rebuscando entre los restos de tablas. Ir con él fue la mejor decisión, al menos podría protegerlo si pasaba algo o llamar a la manada. Justo estaba mirando por encima de su hombro hacia el bosque cuando un grito de júbilo provino del joven inglés. Teddy se acercó mientras inspeccionaba el contenido de una bolsa de cuero de tamaño mediano para entonces proceder a atársela a la cintura y empezar a caminar —Estoy listo, vamos.

—Teddy-

—No voy a discutir esto —Espetó el chico sin detener sus pasos y adivinando las intenciones del quileute por su tono; estaba demasiado ansioso como para perder el tiempo, mucho menos cuando nada le haría cambiar de opinión. Al menos eso pensaba hasta que Seth le adelantó y se plantó frente a él con los brazos extendidos a los lados. Pero lo más impresionante fue que Teddy no dudó en sacar su varita y clavársela en la garganta donde empezó a hacer una pequeña presión —Hazte a un lado —Ordenó muy lentamente.

—Solo quiero que estés a salvo —Murmuró claramente Seth mirándole a los ojos. Aunque su respuesta amerito un pequeño bufido por parte de su interlocutor:

—¿No me digas? —Dijo mientras rodaba sus ojos —¿Por qué? —Inquirió fríamente y Seth podría jurar que la punta de la barita que hacía contacto con su piel comenzó a enfriarse bastante —¿Cual. Es. ¡Tú maldito problema!? —Espeto Teddy con toda la frustración y la rabia acumuladas mezclándose con su ansiedad cuando el silencio de Seth le colmó su de por sí frágil paciencia —Mi padre fue secuestrado, Draco y Jacob fueron a enfrentar a un montón de magos tenebrosos y no tengo mucha familia de la cual prescindir ¡así que perdóname por querer ir tras ellos! —Y con la represa de sus emociones abiertas no tenía forma de detenerse solo allí —¡¿De verdad esperan que me quede sentado esperando?! Y qué demonios hago diciéndote esto… —Se dijo a sí mismo cubriéndose los ojos con una mano —Dices que quieres ser solo un amigo ¡bien! ¡Pero te comportas como un maldito crío! Te niegas a alejarte, pero cada vez que estoy cerca me apartas, me miras como si fuera a explotar y lo peor de todo… —Siseo con la rabia aguando sus ojos —Es que no te habías dado cuenta de nada de esto hasta ahora, ¡¿tienes idea de lo que duele?!

—Ted-

—Solo… solo intenta detenerme, Seth Clearwater —Sugirió con una clara amenaza velada en su tono.

—Iré contigo —Susurro el quileute, apenas lo bastante alto como para ser escuchado. La única respuesta que recibió fue un brusco asentimiento con la cabeza antes de empezar a moverse de nuevo.

Luego de ello fue solo cuestión de seguir el rastro de Weasley a través del pueblo, y en cualquier otra situación Seth habría elogiado la facilidad que tenía Teddy para rastrear, casi tan bueno como los lobos. Pero en ese momento sus pensamientos se encontraban revueltos a causa de la culpa y el estrés.

Infiltrarse a través de la entrada del sótano en la parte trasera fue sospechosamente fácil, pero orientarse dentro del espacio mágicamente ampliado del lugar fue una pesadilla. Y el estado de ánimo de Teddy parecía empeorar con cada habitación vacía o pasillo que cruzaban; fue un alivio que lograran encontrarle a tiempo cuando Harry estaba a punto de ser llevado a través de una elegante puerta que le envió escalofríos a Seth por los dos segundos que la miro antes que Teddy arrojará lo que debía ser la bomba de humo más efectiva del mundo.

Fin del Flash Back

Luego de eso fue simple cuestión de suerte que lograran escapar y ocultarse, temporalmente, en una de las habitaciones vacías del lugar luego de aturdir a dos mortífagos.

—Debiste quedarte con la manada —Espetó Harry luego de escuchar rápidamente el resumen de lo que había ocurrido —¡Teddy esto es-

—Ya estoy aquí, de nada sirve protestar —Espetó el mago más joven. Era la primera vez que Seth le escuchaba usar ese tono con Harry —El tío Draco y los demás no tardarán en llegar

—¡Ese no es el punto!- Aff… —Ciertamente la preocupación por su ahijado más que por sí mismo estaba a solo un centímetro de provocarle una ulcera, pero tampoco era el momento ni el lugar para discutir sobre la insensatez. Lo mejor era sacar rápidamente a los chicos de allí, con algo de suerte se toparía con Draco mientras escapaban —¿Qué más te queda? —Inquirió en dirección a la bolsa del chico:

—Un polvo peruano de oscuridad instantánea, un par de bocinas, una varita de truco y una tormenta portátil —Finalizó sacando un frasco lleno de algún tipo de líquido azul brillante —El tío George me la dio el día de la fiesta de cumpleaños del tío Draco. Dijo que quería que lo probara…

—Normalmente diría que es una pésima idea —Acotó Harry con una mota de humor, después de todo cualquiera que conociera al pelirrojo siempre tenía cuidado de no convertirse en un conejillo de indias para sus nuevos inventos —Pero justo ahora nos cae de perlas, no vayas a usarlo hasta que sea lo último que nos quede-

—¡Shh! —De repente ambos se tensaron cuando Seth les instó a guardar silencio desde la puerta —Alguien viene… —Susurro mientras apretaba sus puños al tiempo que se concentraba en los pasos que venían desde el pasillo; estaba pensando en saltar sobre cualquiera que intentara entrar pero con un gesto de su mano Harry arrastró al quileute hasta donde él y Teddy se encontraban:

—Quédense detrás de mí —Susurró el mago; era consciente de que Seth era el más capaz para pelear de ellos, pero aun así no podía permitir que un chico de su edad se pusiera en riesgo. Además, ahora tenía su varita de repuesto gracias a Teddy —Silencio —Mando cuando vieron la manija de la puerta sacudirse:

—¡…! —Inconscientemente contuvieron la respiración cuando la puerta se abrió lentamente con el clásico chirrido de las bisagras. Sin embargo, fue extraño cuando no vieron a nadie asomarse del otro lado, pero no pasó mucho tiempo cuando la puerta volvió a cerrarse.

—¡Harry!

—¡Finite Incantatem! —Puede que su visión fuera bastante mala, pero definitivamente había alguien más allí con ellos. Y por suerte era una voz familiar, o el encantamiento habría sido una maldición. En cuestión de segundos todos los encantamientos que cubrían y ocultaban a Jacob se disolvieron, pareciendo como si le hubieran sacado una sábana de encima —Jacob… —No estaba seguro de porqué, pero aun cuando significaba que una persona más estaba en riesgo por causa suya, tener al quileute cerca le brindaba una reconfortante sensación de seguridad.

—Ancestros estaba tan preocupado —Sin dudar un solo instante él Black le alcanzó y rodeo con sus brazos de tal forma que parecía querer fundirse con él, gesto que el inglés tampoco dudo en corresponder. Se sentía realmente bien, por una vez, sentirse protegido por alguien más —¿Estás bien?

—Estoy bien

—Eh, chicos seguimos aquí… —Ese comentario rompió fácilmente la burbuja que se había construido a su alrededor. Y casi al instante Teddy se volvió blanco de una mirada perpleja de parte de Jacob, que empezó a alternar entre él y Seth, claramente cada vez más enojado.

***

Al mismo tiempo, en la planta baja de la casa:

—¡Confringo! —Los escombros del muro destruido cayeron sobre sus perseguidores, dándole a Draco el tiempo suficiente para recuperar el aliento. Había menos enemigos de los que habían previsto, pero aún era bastante complicado enfrentar a tantos magos a la vez; además que había algo más que le preocupaba —¿Cuántos magos cambiaron este lugar? —Inquirió para sí mismo mirando a su alrededor.

Normalmente ampliar mágicamente un espacio requería de tanta habilidad como magia, por no mencionar que siempre había un límite sobre cuánto podrías ampliar un lugar. Pero esos sujetos habían transformado todo el lugar casi en una mansión, aunque sería más preciso decir un "laberinto" con todas las habitaciones y pasillos que había. Sin embargo, no tenía tiempo para admirar las habilidades de un montón de criminales. Lo mejor que podía hacer era encontrar al líder y reducirlo mientras Black sacaba a Harry de allí:

—¿Jmm? —Justamente había cruzado a través de un pasillo especialmente amplio cuando llegó a una puerta de aspecto ominoso. Y a juzgar por el escalofrío que le provocaba estar cerca de allí, ese era el lugar que estaba buscando —"¿Qué es este lugar?"

La entrada daba a una especie de palco interno, dejando ver un amplio salón vacío excepto por un objeto grande cubierto por una sábana en mitad del lugar. Estaba seguro de que "eso" era lo que provocaba esa aura siniestra por todo el lugar.

—¡…! —Incluso siendo quien era, podía sentir toda su piel de gallina debajo de su ropa. Y lo que era más preocupante aún:

—También lo sientes, ¿cierto, sobrino? —Estaba tan inmerso en intentar sacudirse aquel sentimiento que no se dio cuenta de cuando alguien cruzó la puerta tras él. Pero lo que le aterraba no era la varita que presionaba su espalda ni escuchar la voz del hermano del esposo de su tía Bellatrix, Rodolphus —Como, pica…

Lo que le estremecía era el escozor en su brazo derecho. El ligero ardor en su viejo tatuaje.

—N-no es posible —Murmuró Draco apenas conteniendo el terror que pujaba por dominarlo —Él está muerto, ¡todos estuvimos ahí! —Espetó furioso —¡Su propia maldición rebotó y lo golpeó! ¡Revisamos su cadáver!

—Si… —Con un movimiento de la varita Rodolphus colgó a su sobrino con una cuerda invisible en su tobillo —Y no tienes idea de lo difícil que fue conseguir esto… —Conforme hablaba el mortífago bajaba las escaleras y llevaba a Draco tras él —Verás, sobrino, puede que nuestro señor allá muerto. Pero eso no significa que su magia haya desaparecido —Expresó mientras extendía su mano y revelaba aquello que se ocultaba bajo la tela gris.

Un pedestal de mármol sobre el cual se erguía una figura bastante alta. Parecía como si alguien hubiera tomado un bloque de obsidiana y comenzado a tallar toscamente; dejando esquinas filosas de aspecto letal o solo bordes ásperos. Sin embargo, a pesar de la técnica descuidada podía apreciarse perfectamente la silueta de un hombre que surgía de la piedra, extendiendo su mano hacia arriba como si intentara escapar desesperadamente mientras gritaba al cielo.

—Ustedes están locos —Draco estaba sorprendido de ser capaz de hablar con él miedo atenazando su corazón de la forma en que lo hacía. Pero, aun así, su respiración se hacía cada vez más agitada y el sudor empezaba a empapar su espalda. Podía sentirlo, no tenía idea de cómo o cuándo, pero estaba seguro de la identidad de la figura dentro de la obsidiana —¿Qué es lo que están pensando hacer?

—Es muy simple —Explicó Rodolphus, sin duda la locura teñía cada sílaba en sus palabras, así como de sus acciones —Nuestro señor es el único mago que ha logrado burlar a la muerte, y sin embargo ese mocoso de Potter osó apoderarse del título de "Señor de la Muerte"

—Ahórrate el discurso —Espeto Draco con rabia, rezando internamente porque su tío se alejará de ese lugar. Pero igualmente sorprendido de que conocieran el secreto de Harry, ¿cómo era posible?

—Ahhh, eso sonó igual que mi querida cuñada… —Respondió Rodolphus con genuina nostalgia —¿No lo entiendes, Draco? Si usamos a Potter podremos traerla de regreso-

—¿De eso se trata? ¿Quiere revivir a ese lunático de nuevo? ¡¿Cuánta sangre más quieren?!-

—No Draco, no… —Respondió Rodolphus negando además con la cabeza, sonaba contrariado —Nuestro señor nos mostró un camino, pero él también era un sucio mestizo. No. Esta vez seremos Bella y yo quienes guiemos a los puros… —Siseo, más como si hablara consigo mismo que con su sobrino —Si, purgaremos a todos los impuros ¡Y a esos sucios traidores a la sangre! Sí, estoy seguro que Bella querrá encargarse ella sola de esos sucios Weasley

—Entonces es eso… —Inquirió Draco, esforzándose por conseguir toda la información que pudiera —Pero estas trabajando con varios "traidores" ¿no? ¿Desde cuándo están bajo la maldición Imperius?

—Ohh eso es lo hermoso del plan, sobrino —Explicó Rodolphus con sorna —Los seres humanos son mucho más fáciles de usar cuando les ofreces una ganancia.

Fue entonces cuando la mente del rubio hizo completa las ideas. Muchas personas habían muerto en la guerra, sin duda había muchos dolientes que aún no aceptaban su pérdida; y para un ser como Rodolphus Lestrange aprovecharse de ese dolor con promesas falsas era un simple juego de niños. Aun cuando pareciera imposible, Draco subió un nuevo nivel en el asco que sentía hacia los mortífagos.

—… pero contigo eso no va a funcionar —Espeto Rodolphus con rabia —Te usaría ya mismo como alimento, si no fuera porque puedes servir a un último propósito.

—¡No te atrevas!

—¡Imperio!

***

Aun cuando habían logrado reunirse y moverse a salvo la situación se les había salido de las manos; pero ya estaba muy acostumbrados a ello. Después de todo el universo parecía tener una especie de fetiche insano por siempre querer complicarle las cosas.

Habían estado moviéndose intentando llegar al sótano por el que Teddy y Seth habían entrado cuando se cruzaron con un grupo de magos al pasar por un pasillo. Fue tan repentino que apenas pudo reaccionar y desviar la mayoría de los hechizos que les lanzaron, pero no fue capaz de evitar que los separarán.

Él había sido arrojado a través de un agujero en la pared del pasillo, y aunque ningún hechizo le golpeó sí acabó herido en el brazo a causa de unas tablas rotas. Y para empeorar todo, su varita de repuesto se había roto al caer sobre ella. Apenas si fue capaz de parar el sangrado usando su camisa como vendaje, pero lo que realmente le preocupaba eran Teddy y los otros. Ellos habían sido arrojados a través de unas escaleras. Sabía que Jacob era bastante rudo y que no permitiría que nada le pasara a Teddy; y justamente eso era lo que más le preocupaba.

—… rápido —Voces y pasos tras él lo alertaron de ocultarse; se adentró en un armario que había a un lado del pasillo y cerró la puerta. El sonido de pisadas sobre la madera se hizo más fuerte y más cercano, y pronto pudo escuchar claramente lo que decían —No puede estar lejos, no podrá escapar de la casa por más que lo intente.

—Pero hace rato que no sabemos nada de Dawlish —Dijo otra voz conocida, pero no por eso agradable.

—Bah, ese idiota es pura palabrería —Gruño el primero —Su única utilidad era como rata espía en el Ministerio.

—Aun así, es útil para el plan —A esas palabras las siguieron un fuerte golpe en la puerta del armario donde Harry estaba oculto; por un instante temió por verse descubierto:

—¡Y cuerno! Solo necesitamos a Potter —Por suerte parecía que el primer mortífago solo estaba descargando su rabia contra el mueble —Después de eso no necesitaremos ningún estúpido ministerio…

—Vale, pero primero tenemos que encontrarlos

Poco a poco las voces fueron alejándose; cuando no pudo escuchar más Harry soltó el aliento que había estado conteniendo.

Como sospechaba para su alivio, era a él a quien buscaban estaban más enfocados en intentar encontrarle a él; pero, a juzgar por lo acababa de escuchar, no podrían escapar tan fácilmente y por suerte si llegaban a toparse con su ahijado y sus amigos estaban a salvo no dudaría en matarlos. Debía encontrarlos y rápido.

***

El viaje hasta la planta baja siendo arrojados por las escaleras resultaba mucho más doloroso de lo que pudiera parecer en primera instancia. Sin duda en momentos como ese era cuando Jacob más extrañaba la capacidad de curación de los lobos; pero regresando a su situación actual, por mucho que quisiera correr al lado de Harry, ahora su prioridad era cuidar de Seth y Teddy:

—Shhh —Jacob hizo que los otros dos agacharan la cabeza mientras se ocultaban tras un sucio y polvoriento mueble. Dos figuras pasaron presurosas apresuradas pero no los vieron; no se movieron sino hasta que escucharon los pasos girar en una esquina del pasillo —¿Cómo se encuentra? —Preguntó girándose hacía los dos chicos tras él.:

—Apenas le pare la hemorragia —Teddy sostenía a Seth en su espalda luego de ser arrojados por la explosión un hechizo había sido lanzado hacia Teddy, pero de alguna forma Seth logró sujetarlo y apartarlo del camino recibiendo él el golpe de lleno en el pecho dejándole una enorme herida —Pero perdió mucha sangre; necesita ser atendido pronto.

—E-estoy bien —Contradijo el joven quileute herido, aunque podía sentir el ardor de la herida que le surcaba del pecho al estómago; aunque Teddy había hecho un buen trabajo aplicándole los primeros auxilios no era suficiente —T-tenemos que encontrar a Harry…

—Hazte el duro después —A pesar de sus palabras Jacob estaba de acuerdo; aunque era una situación imposible. Su mejor amigo estaba muy gravemente herido, él mismo estaba lastimado y agotado, pero… se había separado de Harry cuyo estado tampoco era el mejor.

¿Qué debía hacer? ¿Salvarlos a ellos primero? Sabía que Teddy era muy importante para Harry, así como Seth lo era para él, lo más sensato sería ponerlos a salvo primero; pero… No podía dejar solo al ojiverde, por muy poderoso que fuera seguía preocupándose por el mago como si fuera una persona común y sola idea se sentía sumamente antinatural. Por muchas inseguridades que tuviera respecto a Harry y a su verdadera vida y naturaleza, no podía solo…

Por desgracia, eligió el peor momento para perderse en sus pensamientos y no pudo seguir pensando.; todo ocurrió en una milésima de segundo.

La pared detrás de ellos estalló en miles de astillas, y la sala estaba llena de polvo,. Aún pero entre eso y el estruendo pudo captar el aroma que tanto la presencia de quien habían estado buscando:

—¡Harry! —El ojiverde reaccionó al llamado con una mirada de terror antes de gritar:

—¡Abaj-

—¡Avada Kedavra!

El destello verde de la maldición asesina iluminó brevemente la estancia antes de golpear directamente en la espalda de alguien:

—Maldita sea, no veo un demonio… ¡¿Qué rayos- —Aprovechando la voz del mago como guía, Teddy lanzó y rompió el frasco de George contra la cabeza del mortífago, desatando al instante un ventarrón que golpeó en todas direcciones. En poco tiempo densas nubes de tormenta se formaron sobre ellos y gruesas gotas de lluvia se sumaron al viento de antes.

—¡Harry! ¡HARRY! —Pero a Jacob no le importaba el viento despiadado que golpeaba cambiando constantemente de dirección. Él solo tenía su atención puesta en el chico en sus brazos, cada vez más pálido y frío —¡Harry! ¡No, no cierres los ojos! ¡Por favor! ¡Harry!

—Ja… ke… —Susurró débilmente el mago, extendiendo su mano para acunar la mejilla del quileute —Por… favor… Cuida… los… Y hu… yan…

—¡No Harry, tú también vienes con nosotros! —Dijo desesperado el moreno sujetando la mano de Harry con la suya —¡Por favor! Por favor Harry… Aun, aún tenemos muchas cosas

—Lo… siento… Jake… —Susurró Harry con una tenue y débil sonrisa —Real… mente… quería… estar… conti… go.

—No Harry, por favor… —Como último gesto desesperado, Jacob presionó sus labios contra los del ojiverde. Y pudo sentir como Harry correspondía el gesto —Quédate conmigo, Harry… —Susurro sobre sus labios.

—Te… quiero… —Respondió Harry del mismo modo, haciendo uso de sus últimas fuerzas —Jake…

En ese momento era imposible de notar, pero cuando Harry Potter dio su último aliento, algo más que solo una vida y los sentimientos se quebró. El muro que inconscientemente había levantado se rompió y permitió el paso a aquello que tan desesperadamente había intentado hacer su camino a él. Y de repente un fuerte y agudo dolor atravesó a Jacob en su pecho.

A solo unos metros de ellos, Rodolphus Lestrange lanzaba una maldición contra el imbécil que había cometido el error de asesinar a su pieza más valiosa:

—¡Idiotas! —Escupió con rabia aun por encima del viento —¡Maten a los otros y traigan el cuerpo de Potter! ¡Aún podría sernos útil! ¡Rápido! —Sin notarlo, sus palabras solo aumentaron la rabia y el dolor que atravesaba el pecho del quileute. Ni de cómo su cuerpo había empezado a palpitar.

—¿Harry…? —Y cuando solo necesitaba un último impulso: escucho la voz de Teddy acercarse. Verle palpar el pecho del mago fue como si la estaca que ahora atravesaba su pecho ahora comenzará a arder —¿Papá…?

Explicación sobre el complot para usar a Harry para regresar a Voldemort a la vida. Intento de fuga de Harry e incursión de Draco, Jacob y Hermione; simultáneamente Teddy y Seth los siguen también salvándolos cuando los emboscaron. Saltamos a la escena del prefacio que es cuando se separan y se reencuentran. El capítulo acaba con Harry cayendo herido, y Jacob reaccionando a su magia para protegerlos a todos.

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