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Capítulo 33

"Voy por ti, Potter"

Luego de que Harry les ofreciera unas almohadas y colchones para dormir, y aprovechando que Sam había subido con Quil para ver a su compañero, Seth tomó la oportunidad de ir con Harry y preguntarle si podía subir para ver cómo estaba Teddy. No fue ninguna sorpresa que Harry pareciera debatir internamente su respuesta, y aunque estaba bastante nervioso no pudo evitar un suspiro de alivio cuando recibió el permiso. Gracias a su estatura pudo llegar más rápido subiendo los escalones de tres en tres, pero cuando finalmente llegó a la puerta que tenía un pequeño letrero que rezaba "Theodore" colgando al frente no pudo evitar sentir que estaba de pie frente a la gigantesca bóveda de un banco.

Aún recordaba cuando recién conoció al dueño de ese cuarto. Cuando Teddy y Harry eran aún unos recién llegados al pueblo y les contrataron para hacerle arreglos a la casa. Él mismo fue quien ayudó a hacer esa habitación. Pintar las paredes, limpiar el piso y acomodar el mobiliario; todo ese trabajo resultó mucho más llevadero mientras escuchaba a Teddy hablar con su gracioso acento británico. Nunca había conocido a alguien que pudiera hablar tanto como él, incluso más. Además de romper completamente con el estereotipo de los ingleses estirados; Teddy era divertido, inquieto, parlanchín y bromista. La mitad de las manchas de pintura ese día fueron responsabilidad del inglés.

¿Y ahora?

-Teddy... -Verle allí tumbado, sin saber si estaba durmiendo o inconsciente, le provocaba tantas emociones que ni siquiera podía empezar a contarlas. No era solo temor, o pena, ni siquiera solo rabia. Eran sólo el constante temblor de sus rodillas mientras le observaba.

Increíble, ¿por qué estaba tan asustado? Claro que tenía miedo antes, solo pensar que Teddy pudiera salir lastimado le aterraba a un nivel que nunca imaginó. Pero, ¿por qué ahora también?

-"Me gustas Seth, y mucho..."

Ah claro, era por "eso". Los sentimientos que Teddy tenía para con él. Desde que escuchó esas palabras que aún hormigueaban en su cráneo todo se había tornado tan... difícil. Por eso estaba tan asustado.

Él quería a Teddy, como un amigo. Como su mejor amigo.

¿Y que si había ido a rescatarlo? ¡Uno debía ayudar a sus amigos cuando estaban en problemas! ¡Y también debía acompañarlos cuando estuvieran inconscientes o heridos! Era algo de sentido común. Los humanos normales tardaban mucho más en recuperarse que ellos, pero... ¿y si despertaba?

¿Qué podría imaginar Teddy si despertara y le viera de pie a su lado? Era demasiado obvio.

No quería un mal entendido. Había subido para ver con sus propios ojos que Teddy estuviera bien, y ya lo había hecho. Cuando despertara por la mañana podría hablar un poco con él y todo estaría bien. Podía esperar abajo con los otros, se suponía que así sería. Entonces, ¡¿por qué demonios su hombro dolía tanto?!

Era mucho peor que antes. Desde aquella noche, hacía casi una semana, luego de hablar con Seth y acordaran que podrían seguir siendo amigos, hacer como si nada hubiera pasado. La noche de aquella pesadilla en la que su propio lobo le había atacado y herido en el hombro.

Aunque hubiera sido solo un sueño el dolor había sido tan real que había despertado a su madre y a los vecinos tras el mismo despertar a mitad de un grito de dolor. Era tan intenso, que aun consciente podía sentir esos agudos colmillos enterrándose y desgarrando su carne. Solo luego de calmarse fue cuando poco a poco el dolor fue mermando, retrocediendo lo suficiente hasta ser apenas una leve incomodidad cuando hacía demasiada fuerza con el brazo. Ninguno de los ancianos tenía una explicación para ello, y aun cuando Sam y el resto vieron los recuerdos del sueño a través de su conexión ninguno había visto nunca nada parecido. Todos pensaban igual que Seth, que el lobo era solo una porción salvaje de sus instintos; nunca imaginaron que pudiera ser como una segunda consciencia viviendo dentro de ellos. Y aun cuando Billy y los ancianos dijeron que el Lobo era parte de ellos tampoco lo imaginaron de aquella manera. Mucho menos que fuera capaz de atacarles de aquella forma.

Sin embargo, todos lo tomaron como un simple evento fortuito producto de la inexperiencia de Seth, después de todo él era el más joven de todos ellos por mucho; y dado que el dolor había mermado ya lo desplazaron a un simple tema sin importancia después de todo tenían problemas mucho más importantes.

Pero había algo que Seth se había guardado para sí mismo, un pequeño descubrimiento que le ponía nervioso.

Era cierto que para el amanecer el dolor había desaparecido por completo, pero esa supuesta incomodidad no era lo que les había dicho a todos que era. Por alguna razón cada vez que pensaba en Teddy sentía una serie de pequeñas punzadas de dolor en su hombro, un dolor que seguía una forma definida a través de su hombro: la impresión de las mandíbulas de una bestia. Como una cicatriz o una herida invisible. Y era mucho peor cuando le echaba de menos. Era tan doloroso que tenía que apretarse el hombro con la mano, aunque fuera un gesto inútil.

Ni que decir durante el secuestro. Todo el rato fue como si su hombro hubiera estado incendiándose.

En ese orden de ideas no fue ninguna sorpresa que verle allí, a salvo en su cama, aliviara por completo el malestar de su hombro. El problema fue que apenas intentó dar media vuelta el dolor regresó; y no solo el dolor, sino un horrible peso en sus hombros. No había nada allí, pero si cerraba los ojos podía jurar que el lobo estaba de regreso sobre él, presionando sobre sus hombros al tiempo que le mordía con odio. Cuando dio un paso atrás sintió como el lobo se movía. Ahora sus colmillos se presionaban en su cuello. Era como si dijera:

"Si das un paso más ¡te mataré!"

***

Fue así como terminó sentado en el suelo, con su espalda apoyada en la cama y los brazos apoyados sobre sus piernas dobladas hacia arriba. Al menos desde que decidió quedarse el dolor se había desvanecido. Como si eso fuera mejor. ¿Por qué demonios su lobo quería que se quedara allí? ¡¿Es que acaso no comprendía lo incómodo que sería?! ¿De dónde surgía esa necesidad de quedarse a su lado?

-¿Qué rayos es lo que quieres? -No estaba seguro de si el lobo le respondería, pero no perdía nada con intentarlo.

Él también quería a Teddy. También estaba preocupado por él y quería que se recuperará. Eso era lo que los convertía en amigos. Entonces, ¿por qué su lobo insistía tanto? ¿Qué era lo que pasaba por la mente del animal?

Su mente estuvo dándole vueltas y vueltas al asunto por un buen rato. Se hizo la misma pregunta una y otra vez, de todas las formas diferentes "¿Por qué, por qué, por qué...?" Y en ningún instante estuvo ni cerca de hallar alguna respuesta. Su lobo no estaba interesado en nada más que no fuera torturarle por lo que tenía que inferir una respuesta por sí mismo. Aun así, aun con todos sus esfuerzos, terminó cayendo presa del sueño antes de eso.

-¿Mm...? -Varias horas más tarde, cuando comenzaba a despertar, no pudo evitar frotar su rostro en la almohada e inhalar profundamente el aroma que la embargaba -¡...! -Pero ese solo sentimiento le hizo levantarse de golpe. ¿Qué hacía él olfateando la almohada de Teddy?

No, ese no era él. Lo sabía, ese había sido el lobo. Aprovechándose de su semiinconsciencia al estar recién levantado, pero ¿qué es lo que pretendía ese pulgoso? No, no tenía tiempo para pelear con eso.

¿Por qué estaba en la cama de Teddy? ¡¿Y Teddy?!

Su cuerpo comenzó a reaccionar a sus recuerdos del día anterior y empezó a hiperventilar. El miedo se filtraba a través de todo su cuerpo y de no ser por su oído seguramente habría tenido un ataque de pánico allí mismo. Podía escucharlo, no muy lejos en el piso de abajo. Salto de la cama y se precipitó al pasillo; no le importo tropezar y golpear la pared, mucho menos bajar rodando por las escaleras. Aterrizó sobre la madera del piso y se tomó un segundo para escucharlo:

-¿Escucharon eso?

-Creo que vino de las escaleras...

¡Ahí estaba! No podía equivocarse, esa era su voz. Corrió al comedor y finalmente lo vio, sentado y observándole sorprendido como todos los demás:

-Teddy... -Jadeo quedamente, ¿también estaba sudando? No le importaba, se arrojó contra él en el instante en que se puso de pie y lo rodeó firmemente con sus brazos. ¿Qué era eso que sentía?

¿Miedo? Si... había estado tan asustado que no podía evitar aun temblar un poco. No lo había notado pero la idea de que el inglés entre sus brazos pudiera desaparecer de nuevo hacía que todo su cuerpo se sintiera helado. Solo imaginar que podría estar a merced de malditos que lo lastimaran hacía bullir la ira dentro de él.

Pero estaba bien. Teddy se encontraba en buen estado. Desayunando, y a salvo.

Y con él allí. Nunca en su vida se había sentido tan aliviado. Definitivamente no existía nada que pudiera preocuparle ahora; era como si la palabra "problema" de repente hubiera perdido todo significado para él. Cualquier cosa a partir de ahora sería menos que un inconveniente. Mientras Teddy estuviera a salvo, no había nada...

-"...que yo no pueda hacer" -¿Realmente esos eran sus pensamientos? ¿Realmente estaba llorando?

-Ey, ¿estás bien? -Mientras Seth estaba perdido en sus cavilaciones, Teddy le tomó de los hombros e hizo que le soltara, de paso alejándose un poco de él. La cercanía de Seth le resultaba muy agridulce; pero verle llorar era amargo sin duda. Extendió su mano y limpió unas pocas lágrimas del rostro del quileute.

-S-si, perdón yo... -Como si de repente fuera consciente de los demás, torpemente Seth comenzó a limpiarse la cara y a intentar parecer más tranquilo. Teddy estaba bien, era un juicio fácil viéndole estar allí -Me asusté cuando desperté y no estabas.

-Bueno, ya lo viste, ¿por qué mejor no te sientas a comer? -A un lado de Harry, Jacob no pudo evitar hacer un gesto gracioso. Era obvio que el mayor de los ingleses aún tenía a Seth entre ceja y ceja -¿Y tú de qué te ríes? -Agregó Harry apretando los dientes en su dirección.

-"Ah cierto, a mí también me tiene en la mira" -Después de todo Harry le había prometido un buen sermón a ambos -No nada, es el chocolate que me pone de buen humor -Aunque siendo honesto, le alegraba no estar en los zapatos de Seth.

Con Seth allí todos pudieron terminar de desayunar en paz. Teddy estaba concentrado en comer y bromear con Jacob y Quil, intentando no pensar en que Seth había elegido sentarse en el lugar más alejado de él en la mesa. Harry empleó el tiempo para hablar con Sam, aunque el alfa continuaba siendo sumamente receloso de él, demostraba ser una persona bastante sensata. Tal vez con el tiempo pudieran llevarse mejor; después de todo, contrario a sus intenciones iniciales, seguramente estaría tratando mucho con los Quileutes y la manada a partir de ese momento. Y el responsable estaba sentado a su izquierda discutiendo con quien acababa de robarle su tostada. Bueno, no era algo tan simple.

-Oh, ancestros... -Cuando no quedaron más que platos sucios y sin una miga en ellos, Paul no pudo evitar echarse hacia atrás y apoyarse en el respaldo de su silla mientras frotaba su estómago -No recuerdo la última vez que pude quedar satisfecho.

-Y eso estaba delicioso... -Las declaraciones de Paul y Quil, junto con la expresión de Sam, hicieron que Harry considerara un poco más en serio las palabras de Jacob. Al parecer el punto débil de todos los Quileutes era la comida; era mejor tomar nota mental de eso.

-Gracias por la comida -Por su parte era obvio que Sam considerado que habían estado allí lo suficiente, y aun con las caras de descontento de los otros decidió que ya era momento de que se fueran. Después de todo tenían una larga conversación pendiente con Billy y los otros ancianos, por no mencionar que necesitaba hablar muy seriamente con Jacob y con Seth. Ya antes habían sospechado que podría haber algo extraño con Potter, ahora era una completa certeza. Que además había excedido toda expectativa -Nosotros ya debemos irnos.

-Gracias de nuevo por su ayuda... -Por su parte Harry había llevado ya la mayor parte de platos sucios al lavado -Si alguna vez necesitan algo, no duden en pedirlo.

-De hecho, yo voy a-

-Tú vienes con nosotros -Atajo Sam ante las palabras de Jacob. No necesitaba ser un genio para adivinar lo que iba a decir a continuación. Al instante ambos comenzaron una intensa lucha de miradas, que de ser una caricatura habría rayos de colores colisionando entre ellos. Sam rechinaba sus dientes y Jacob sonreía desafiante; ninguno pensaba ceder en su postura. Y justo cuando los demás comenzaban a retroceder levemente porque el choque era inminente, una mano presiono suavemente en el hombro al Black y le mantuvo en su sitio:

-No te preocupes Sam, Jacob regresara con ustedes -El tono de Harry era increíblemente afable, pero aun así había algo en él que dejaba muy claro que no pensaba debatirlo. Cosa que provocó un profundo suspiro de Jacob.

Si era Harry quien lo decía no podía negarse ni discutir. Además, pensando un poco más, seguramente necesitaba algún tiempo a solas para hablar con Teddy; al parecer él no recordaba los eventos de su secuestro. En su opinión eso era una bendición, pero Harry realmente necesitaría hablar con él.

-"Bueh, ya me inventare una excusa para regresar..." -Pero que ni pensara por un segundo que iba a dejarlos luego de todo eso. A partir de ahora se aseguraría de vigilar muy de cerca a ambos; no tenía el más mínimo ánimo de pasar por algo parecido de nuevo -"Aunque tampoco me emociona tener que ir a casa ahora" -Después de todo su padre estaría bastante molesto, por no decir furioso y Sam tampoco estaba en su mejor humor.

Justo estaba pensando eso cuando sintió un agudo dolor a un lado de la cabeza:

-Pero si no te molesta, quiero unas palabras a solas son este irresponsable -De repente, mientras Harry le obligaba a levantarse tirándole de la oreja, la idea de enfrentar a su padre y a Sam no sonaba tan mala.

-Auh auh auh... -Como aún le tenían bien sujeto Jacob se vio obligado a caminar doblado y chueco detrás de Harry, al mismo tiempo que Quil y Paul aguantaban la risa y Teddy hacía una expresión indescifrable. Justo desaparecieron tras el marco de la sala cuando alguien se animó a hablar:

-¿Qué fue-

-¡Seth tú también ven aquí! -Escucharon desde la sala, y a juzgar por el tono era mejor hacer caso.

***

-¡Idiota! -Un golpe en el aire con la barita tuvo el efecto de un latigazo al golpear y arrojar de espaldas al mago frente a él -¡Idiota! ¡Idiota! ¡Idiota! -Cada adjetivo era remarcado por un nuevo golpe y una nueva herida.

Y la ira de su agresor no era para menos. No solo habían arruinado el plan y perdido su único señuelo. También habían llamado la atención de la MACUSA sobre Potter, y seguramente tendrían a Malfoy pululando en el Ministerio para aumentar la seguridad. Para colmo habían capturado a McLagen, era solo cuestión de tiempo para que descubrieran todo su plan.

Mejor dejaba de perder el tiempo con ese estúpido saco de carne, además si continuaba podría matarlo. Y aún podrían darle un buen uso; iba pensando en ello mientras se apresuraba en cruzar el corredor de la casa que habían elegido para llevar a cabo el plan hacia la sala central. Allí, en lugar de muebles y alfombra, solo había una docena de magos y brujas que caminaban de un lado a otro murmurando y zumbando hechizos alrededor de un objeto ubicado en el centro de la estancia. Era bastante grande, cubierto por una manta gris que le daba forma indefinida. En el suelo a su alrededor había múltiples palabras y runas que formaban líneas de círculos concéntricos separados por un espacio cercano de un metro, con líneas verticales que los conectaban entre sí. Visto desde arriba parecía una especie de red.

-Malditos cobardes... -Murmuró desde lo alto del palco al que había llegado tras cruzar el pasillo. Podía notar como todos los presentes evitaban acercarse demasiado al objeto central del lugar. Como fuera, tampoco era como si esperara más de ellos. Se llevó la barita al cuello y murmuró el conjuro de amplificación Sonorus -Atención a todos, ha habido un cambio de planes. Adelantaremos todo, ¡así que más les vale tenerlo listo para esta noche!

Su anuncio provocó varios escalofríos, así como alarma en los magos quienes empezaron a moverse mucho más aprisa. Una sonrisa de superioridad se dibujó en su rostro al ver esto; aunque se sentía bien, ese miedo no era nada en comparación a lo que buscaba. Aquello que su corazón ansiaba con todas sus fuerzas, con cada pequeño ápice de su ser.

Como fuera, no tenía tiempo para perderlo allí. Había otros preparativos importantes que requerían de su atención; había dicho que terminaran el asunto de la sala para esa noche, pero solo porque no quería preocuparse más por ello y luego estar corriendo con prisas. Para cuando el resto de los preparativos estuvieran listos solo haría falta la última pieza que necesitaban.

-Solo espera... -Se dijo mientras apretaba los puños al caminar -Esta vez, yo mismo te arrastrare hasta aquí, Potter...

***

-Viejo, eso se ve doloroso...

-Cállate, Quil.

Fueron cerca de diez minutos los que le tomó a Harry sermonear a Jacob y a Seth, o como él los llamaba "ese par de locos imprudentes". Podría parecer poco tiempo, pero luego de escucharle a ninguno de los dos le quedaron ganas de volver a hacer enojar a Harry por los siguientes diez años. Por no mencionar que ambos tenían una de sus orejas adolorida, de un rojo brillante y casi podría jurar que estaban palpitando. Un poco más y podrían estar humeando.

-Es lindo ver que no soy el único al que se lo hace -A un lado de ellos Teddy se aguantaba las risas junto a los otros Quileutes -Bueno, también al tío Draco... Pero esto es más divertido -Pensar que incluso era capaz de hacerle algo como eso a un hombre adulto. Todos hicieron la nota mental de no hacer enojar a ese chico; quien iba a decirlo, los británicos también daban miedo.

Luego de despedirse de los Quileutes y verles irse, una pequeña expresión de aflicción se dibujó en el rostro de Teddy. Había esperado que al volver a ver a Seth sus emociones estarían un poco más controladas; pero empezaba a creer que ese tonto bebe volador la tenía en su contra.

¿Por qué Seth tenía que hacérselo tan difícil? Ese abrazo en la mañana, y luego esa actitud distante.

Comenzaba a creer que la adolescencia no era como la pintaban en la televisión.

-Vamos adentro... -De todas formas, tenía otras cosas en las que pensar.

Algo había ocurrido el día anterior. Algo muy serio, si había ameritado que el dichoso alfa y algunos otros lobos se quedaran a dormir; y más aún viendo la actitud que Harry y Jacob habían tenido con él desde que despertó. Por otro lado, se sentía muy bien pensar en esos dos de esa forma.

Fuera como fuera, adentro en la casa Harry se tomó el tiempo para explicarle los eventos del día anterior. El secuestro, la llegada de Draco y los aurores; ciertamente era información impactante. A Teddy le tomó un buen rato asimilar la idea de haber estado cautivo, especialmente porque no recordaba nada de ello. Sus recuerdos llegaban simplemente hasta el mediodía luego de salir de clases, después de eso tenía una gigantesca laguna hasta esa mañana cuando despertó en su cama.

-Seguramente te borraron la memoria antes de desaparecer -Esa era una sospecha que había estado flotando en la mente de Harry todo el rato; pero ahora estaba seguro. Era un espacio de tiempo muy concreto el que había desaparecido de los recuerdos de su ahijado, sin duda era un embrujo desmemorizador.

-¿No podrías ayudarme a recordarlo? -Inquirió el más joven.

-Sí, pero no haré eso... -Respondió Harry con una media sonrisa mientras le pasaba la mano por el cabello -Podría haber algo ahí que te asuste; es mejor así.

-Aff... -El aludido no pudo evitar suspirar. La verdad, tampoco estaba seguro de querer tener esos recuerdos de regreso -Bueno, si tú lo dices está bien. De todas formas tú y tío Draco me rescataron ¡mis héroes! -Definitivamente Teddy era demasiado despreocupado, a veces sus cambios de humor preocupaban incluso a Harry.

-De hecho... -Mientras era apretujado por los brazos de su ahijado, Harry no pudo evitar mirar de lado levemente apenado -No fuimos nosotros quienes te rescataron.

-¿Ah?

-Bueno, en realidad -Harry estaba muy seguro respecto a la reacción que tendría Teddy al escuchar quienes eran sus verdaderos héroes; aunque solo le preocupaba la mitad de ello -Es gracias a Jacob, y a Seth.

Tal como había esperado la expresión de Teddy se tornó sumamente ácida. Era el resultado de la mezcla de demasiadas emociones. Aunque era obvio que intentaba disimular un poco sus sentimientos, no era tan efectivo como pensaba. Por un lado, estaba feliz de tener amigos que se preocuparan tanto por él, pero sin duda eso hacía pedazos su poca capacidad para frenar sus sentimientos románticos.

-Así que por eso se ganaron un regaño -Fuera como fuera no iba a dejarse abatir fácilmente -Supongo que no salieron ilesos tampoco.

-Ellos te rescataron a ti, y nosotros tuvimos que rescatarlos a ellos -Confirmó Harry con una sonrisa culpable; no le agradaba recordar las heridas de Jacob, pero tampoco podía evitar sentir cierto orgullo por haber sido él quien lo salvara -"Ahora que lo pienso, no le dije que necesitaba hablar con él..."

***

Al mismo tiempo, regresar a la reserva fue más rápido de lo que Jacob y Seth habían querido. Pero todos estaban ansiosos por "hablar" con ellos, además de tener que aclarar un montón de cosas más.

Sorprendentemente el sermón de Billy y Sam resultó bastante llevadero, y no hacía falta pensar demasiado cuál era la causa. Así que luego de todos los regaños fue cuando comenzaron a discutir sobre lo que debían hacer a partir de entonces; si bien a ninguno de los ancianos les hizo gracia que un extranjero conociera el preciado secreto de su tribu, de alguna forma Sam fue capaz de convencerles que Potter no haría nada contra ellos mientras ellos hicieran lo mismo.

-No me gusta -La reacción del jefe era comprensible; no era como si hubieran acordado nada, simplemente harían de la vista gorda él uno con el otro. No era como con los Cullen con quienes tenían un tratado. En un convenio así ambas partes establecían una serie de reglas y acordaron seguirlas. Todo en nombre de mantener la paz, si una de las partes llegaba a romper el tratado entonces se arriesgaban no solo a una colisión sino también a la destrucción. Ya fuera unilateral o la destrucción mutua sin duda ambos lados recibirían graves daños.

Aquello era lo que daba valor a los tratados y las alianzas.

Pero ellos no tenían nada parecido con Potter. Era solo una bomba de tiempo con el marcador escondido. Bueno, llamarlo "bomba" no era realmente justo; por lo poco que le conocía y por las mismas palabras de Sam no era un sujeto violento, mucho menos problemático o impetuoso; sino más bien bastante centrado para su edad. Además, había salvado a Jacob. Hasta ahí era posible ser ecuánime pero aún había algo que le crispaba ligeramente.

-Si ya acabamos, yo... Iré a dar una vuelta... Por ahí... Regresó tarde

Y eso era ¿de dónde rayos surgía la obsesión de su hijo por ese muchacho? Puede que los otros no lo notaran porque no Vivían bajo el mismo techo, pero él sí. Además ¡siempre usaba la misma excusa! Era algo patético si lo pensaba detenidamente. Y también un poco insultante.

-Espera un momento... -Jacob estaba ya a mitad de camino a la puerta de salida cuando su padre le detuvo -Iré contigo -La declaración de Billy hizo que Sam y el resto de los se giraran a verle sorprendidos, especialmente los ancianos. Ese no era el momento para ir a dar un paseo.

-¿Seguro? Esto es importante y... -Era obvio que Jacob intentaba zafarse, aunque también era obvio que Billy no pensaba retroceder. Aun con las tristes excusas de su hijo-... sería incómodo ir por el bosque con la silla. Además, los caminos están llenos de lodo y-

-Sé a dónde vas -Atajo Billy mientras giraba las ruedas de su silla hacia la salida. De paso provocando que Jacob palideciera -Yo necesito ir también, quedarnos así a medias es inaceptable.

-Amm... -Siendo que había sido descubierto seguir haciéndose el tonto era imposible; y dado que su terquedad la había heredado del mismo hombre que ahora rodaba frente a él, no le quedaban muchas opciones -¿Estás seguro? Él dijo que no haría nada mientras no insistieran. Es un hombre de palabra ¿sabes?

-Jmm... -Había cierto trozo en la composición de aquella oración que le daba muy mala espina al anciano quileute. Pero tendría que dejarlo para después -No voy a preguntar nada que no deba saber.

-¿Entonces para qué quieres venir? -Su hijo hizo un gran esfuerzo por no sonar como un pequeño caprichoso. Al final solo quedó como una pequeña queja.

-Solo quiero tener una charla amistosa, tal vez con una cerveza -Acotó Billy.

-"A Harry no le gusta la cerveza" -Aunque no era momento para caer en detalles como ese. Definitivamente dejar que su padre fuera era una idea, después de todo su temperamento también era heredado; sin embargo, la idea de quedarse no era una opción para él. Pensó en una forma de librarse mientras paseaba la mirada por toda la estancia, hasta que sus ojos se cruzaron con los de uno de sus compañeros -"¡Eso es!" -Había encontrado la solución perfecta que les daría a todos lo que querían -¡Bien! Pero con una condición...

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