Capítulo 32
"Amanecer en Casa"
Sam odiaba la sensación de incertidumbre. No era un obseso del control, y tampoco pensaba que fuera el lápiz más afilado del estuche. Pero como líder sentía la necesidad de estar debidamente informado de lo que ocurría a su alrededor. La previsión era una de las cualidades más importantes que debía poseer un alfa, esa fue una de las primeras lecciones que aprendió de Billy y de su padre cuando se le asignó aquella posición. Tal vez ese fuera el origen de la conexión mental que poseían los lobos, compartir todo sin guardarse nada. Fuera como fuera, a Sam le gustaba estar informado. Todo lo concerniente a la manada era un tema sumamente delicado, con muchos riesgos para cualquiera que se viera implicado. Esa era una lección que había aprendido por las malas, luego de su incidente con Emily.
Desde ese día había cambiado. Definitivamente había dejado de ser solo un chico despreocupado, se había convertido en un hombre que cargaba una gran responsabilidad. Aunque sentía que seguía siendo el mismo, sabía que había cambiado, como si fuera una versión más áspera de sí mismo.
Esa era la razón por la que las circunstancias actuales le estaban provocando semejante jaqueca ¡y ni siquiera recordaba la última vez que había tenido dolor de cabeza!
Todo iniciaba con el problema de Jacob, le preocupaba enormemente que de la nada el resto de sus compañeros comenzarán a perder la capacidad de cambiar; aunque por el momento ninguno daba signos de ello. Luego, cuando esa inquietud no estaba ni cerca de disminuir, llegaba Seth a solo diez centímetros de la hiperventilación diciendo que había sido testigo de un secuestro; eso era un nuevo problema, si no contaba la eventual fuga de Jacob. Lo cual lo dejó solo con un muy alterado Seth que le rogaba por ir a rescatar a su amigo.
—No Seth, lo siento, pero no podemos ir y meternos al territorio de los Cullen —Había dicho. No conocía personalmente al tal Teddy, pero había escuchado de él de parte de Quil y Embry. Parecía un buen chico. Pero esa no era suficiente razón para hacer una invasión al otro lado de la frontera y poner a todos en riesgo. Puede que fuera algo cruel de su parte —No es nuestro asunto.
Y justo cuando esas palabras escaparon de sus labios estaba seguro de que tendría que consolar a Seth al tiempo que intentaba convencerlo de que aquello era lo correcto. Pero en ese momento la puerta de la casa de Emily se abrió de golpe dando paso a un hombre rubio de aspecto formal; lucía ansioso mientras miraba a cada uno de ellos, hasta que clavó sus ojos en el menor de toda la manada. Ciertamente los Quileutes no eran los más abiertos a los extraños; y que uno llegara de repente y quisiera llevarse a uno de los suyos, eran sin duda alguien que no apreciaba su integridad física. Pero ese sujeto, de algún modo, los había paralizado con un simple gesto de su brazo.
Estar allí congelado, en una sola posición apenas pudiendo mirar a su alrededor; debieron ser los tres o cuatro minutos más angustiantes de toda su vida antes de que de repente sus ataduras invisibles se soltaran. La mayoría estaban confundidos, algunos confirmaban que efectivamente podían moverse con normalidad, pero Sam se precipitó a la salida. No había rastro de Seth ni del adulto. Literalmente, no había nada. Ni huellas, ni su aroma por ningún lado. Era como si se hubieran desvanecido.
No era extraño que entonces se movilizaran a encontrar a su compañero. Sin embargo, la ley seguía siendo la ley. Ellos no podían cruzar la frontera solo porque sí. Tal vez los Cullen pudieran dejar pasar a Jacob y a Seth, ¿pero toda la manada? Eso estaba completamente fuera de discusión.
Eso cambió luego de que oscureciera. Se encontraban patrullando cerca del límite del bosque cuando pudo sentir a Seth en su cabeza:
—¡Seth! —Le llamó de inmediato. Su tono era apremiante y severo —¿Estás en el pueblo? ¡¿Qué haces allí?! ¡Y en fase!
—¡Perdona, Sam! —Respondió apresuradamente al tiempo que intentaba no pensar; era pésimo en eso —Solo, vamos a hacer algo y regresaremos...
—Ustedes dos, ¡no se atrevan! —Bramo mentalmente al ver lo que él y Jacob estaban planeando —No van a... ¿Seth? —Ese escalofrío, ¡conocía ese escalofrío! —¡SETH!
No podía comprender porque Seth se había descontrolado igual que él, pero eso ponía todo lo demás en perspectiva. Todos siguieron el rastro de Seth hasta los muelles en Port Ángeles, a una vieja bodega abandonada. Él, junto con Paul y Embry, fueron quienes redujeron a Seth; fue difícil hacer a un lado al animal salvaje, pero al final lograron controlar todo. Pero claro, el problema no podía terminar ahí, ¿cierto? Comenzaba a creer que los ancestros disfrutaban complicando su vida.
No solo ese sujeto rubio estaba allí y, aparentemente, sabía quiénes eran ellos. Ah, y Harry Potter también, quien de paso se había desvanecido como por arte de magia con un muy herido Jacob:
—Oigan, su compañero está grave y no querrán perder el tiempo aquí. Y si, sabemos que él también es un cambiaformas —Las palabras del hombre rubio fueron la horrible confirmación de que su secreto ya no lo era más. Y lo más extraño era que hablaba de ello como si hablara del clima. Al menos verle guardar esa vara extraña, con la que antes los había congelado, le ayudó a tranquilizarse.
—¿Quieren una explicación? —Aunque su tono era levemente provocador —Nos veremos en casa de Harry —Y así, sin más, había desaparecido también.
—¿Sam qué hacemos? —Después de todo aquello Sam solo quería regresar a casa, cenar con su amada novia y luego llamar al loquero más cercano para que lo internaran, con muchas fuertes y maravillosas drogas. Obviamente eso no podía decirlo:
—Vamos con ellos —La prioridad ahora era que Jacob estuviera bien. Aunque caminar en medio de un depósito donde las cosas estaban flotando por el aire, reparándose solas no ayudaba a mermar su idea del abandono de su propia cordura —Esto es una locura...
Y allí estaban, una hora después. En un principio solo irían él, Paul y Quil, los demás debían llevar al inconsciente Seth de regreso a la reservación. Sin embargo, bien el chico había recuperado el conocimiento y escuchado lo que había ocurrido de parte de Jared, emprendió la retirada. Por lo que ahora estaba toda la manada reunida en la inusualmente amplia sala de estar de la casa Potter. Ninguno decía nada, el único ruido procedía del constante golpeteo del talón de Seth sentado a un lado de Sam. Obligado, claro está.
—Waoh, ni siquiera tocaron el té —Draco estaba de pie bajo el marco de entrada con sus brazos cruzados, lucía relajado y ligeramente burlón, señalando a la charola con varias tazas de bebida caliente que él mismo había colocado sobre la mesa de centro —¿Pensaron que los iba a envenenar? Eso es muy grosero ¿saben?
La única respuesta que recibió fue un montón de miradas malhumoradas:
—Y es justo esa actitud por lo que siguen aquí en la sala
Mientras Draco continuaba tocando las cuerdas de los licántropos, arriba en la habitación principal Harry y el auror Budd atendían a un inconsciente Jacob. Tratar la maldición Sectumsempra era un trabajo arduo. Las pociones y los ungüentos no servían; la contra maldición solo cerraba las heridas presentes, no evitaba que siguieran apareciendo más. Debían usar el mismo hechizo individualmente en cada una de las nuevas heridas. Era un proceso largo, tenían cerca de hora y media trabajando ya:
—La maldición comienza a ceder —Diagnóstico el auror tras otros veinte minutos. Harry estaba de acuerdo; aliviado, podía notar que las nuevas cortadas aparecían más lentamente y eran menos profundas —Deberíamos administrarle ya la poción.
—¡Aquí la tengo! —Un pequeño tarro voló desde la mesa de noche hasta la mano extendida de Harry; al mismo tiempo Budd hizo descender lentamente el cuerpo de Jacob hasta posarlo sobre el colchón. Después de todo, las heridas surgían por todo su cuerpo, era mucho más efectivo tratarle mientras flotaba en el aire. El ojiverde destapó el frasco con el pulgar y deslizó su contenido entre los labios del quileute. El frío contacto de su piel, así como la palidez de la misma eran prueba de toda la sangre que había perdido.
Continuaron tratando los remanentes de la maldición por una hora más hasta que quedaron exhaustos; Budd fue el primero en hablar, mientras se limpiaba el sudor de la frente:
—Eso es todo, con algo de descanso deberá estar bien.
—Gracias por su ayuda —Respondió Harry, tomando asiento en la silla del escritorio, pero mirando hacia la cama y la puerta.
—Ni lo mencione, señor... —Agregó el auror guardando su pañuelo —Para mí es un honor serle de ayuda, además debo admitir que encuentro fascinantes a las criaturas de su tipo —Esto último lo dijo en dirección a Jacob, con un tono que se asemejaba mucho al de un coleccionista. A Harry no le gusto —Como sea, si no le molesta quisiera ir por algo refrescante.
—Por favor —Afirmo Harry —Sírvase lo que quiera de la cocina.
Solo por si se lo estaban preguntando: sí, estaba deshaciéndose del auror. Una vez a solas se tomó un momento para observar al muchacho que ahora descansaba sobre su cama, aunque casi al instante se vio obligado a desviar la mirada al techo. Antes, a causa de la urgencia, no prestó especial atención a un detalle tan trivial; pero ahora era difícil ignorar el hecho de que Jacob estuviera desnudo. En su cama. Tras agitar la mano en su dirección fue cuando volvió a mirar más tranquilo, pues una sábana cubría la mitad del cuerpo del quileute.
—Jacob —Tenía toda una mezcolanza de emociones solo por pronunciar su nombre. Principalmente ¡estaba enojado! ¡No necesitaba ser Sherlock Holmes para saber que hacían él y Seth en ese almacén! ¿Cómo se les ocurría meterse en semejante peligro? Por otro lado, estaba sumamente aliviado de ver que ya se encontraba a salvo. Desde que se había convertido en el señor de la muerte tenía una escalofriante facilidad para sentir cuando otras personas estaban cerca de morir. Y por un instante había tenido esa sensación de Jacob, por eso se había apresurado tanto en ayudarlo.
¡Ah, pero que ni creyera por un segundo que se libraría de una buena reprimenda!
Pero eso sería luego de agradecerle por salvar a Teddy; aunque no le alcanzaría la vida para agradecer lo suficiente por eso. Se sentía profunda y sinceramente agradecido con él. Teddy valía más que cualquier otra cosa en el mundo; sentía que no importaba lo que Jacob pudiera pedirle, él se lo daría sin dudar un instante. Y ahí era donde surgía el embrollo de sus emociones:
¿Acaso la intención de Jacob había sido... atarlo a él con agradecimiento? ¿Ese era su plan?
No quería pensar que fuera justamente eso. Él tenía al quileute en buena estima; le conocía, le agradaba y sabía que era un buen chico, y si admitía que durante el corto tiempo que tenían de conocerle le tenía algo de afecto. Así como también sabía lo mucho que Jacob también quería a Teddy, lo había demostrado antes. Pero, de tenerle afecto a querer arriesgar la vida por él había un largo trecho. Ahora se sentía culpable.
—Haffff.... —Suspiro pesadamente. No importaba cuánto lo intentara; no podía sacarse esa sensación de intriga de su mente. Y al mismo tiempo su corazón confiaba en el chico que ahora dormía. Era una sensación complicada.
Mientras pensaba en ello se puso de pie y caminó hasta la ventana de la habitación para abrirla y dejar entrar algo del frío aire de la noche. Inspiró profundamente para llenar sus pulmones con aire fresco para intentar despejarse; fuera como fuera, no podía negar que Jacob ahora era merecedor de la distinción de héroe. Antes de salir de la habitación para ir a ver a Teddy se tomó un momento para cubrir un poco mejor al quileute con la cobija; y, por solo un instante, frotar su mejilla con el dorso de la mano. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios al sentir que la temperatura del chico comenzaba a subir.
Luego de la habitación principal su destino era ir a ver a su ahijado, quien para ese momento debería haber despertado ya o estaría pronto a hacerlo. Solo que apenas se volteó vio a Draco esperarle con los brazos cruzados, apoyado de espaldas en la pared a la derecha de la puerta:
—¿Cómo está? —Fueron sus primera palabras. Harry le dio una explicación clara y concisa del estado del quileute; grande fue su sorpresa ante el enorme suspiro de alivio que emitió el rubio, así como de ver cómo la tensión escapaba levemente de sus hombros —Me alegra, no habría podido dormir en paz si algo le pasaba —Solo tras decir esas palabras fue consciente de la mirada socarrona que le dirigía su mejor amigos —Si, búrlate.
—Es lindo ver que tienes corazón —Se mofó el ojiverde con altanería.
—Eres un... ¿Sabes qué? Olvídalo, no te daré el gusto —Justo cuando Harry estaba a punto de soltar un comentario mordaz, fue silenciado por la seriedad que repente invadió toda la expresión del Malfoy —Más importante, con Teddy a salvo tenemos que regresar y dar un informe ¿Qué vas a hacer?
—Voy a alterar sus memorias —Sentenció sin dar espacio a la más mínima objeción. No había mucho que meditar al respecto; desde que se mostró con su verdadero aspecto esos tres estaban destinados a perder sus recuerdos. No podía arriesgarse a que el resto del mundo mágico conociera su secreto.
—Vale, yo me encargare de eso entonces —Acoto Draco —¿Vamos con Teddy? —Lo pregunto tan rápido que Harry comprendió que su declaración previa no estaba abierta a la discusión. Internamente le agradeció por todo su apoyo en todo ese tiempo.
Una vez que llegaron a la habitación de Teddy encontraron a su único ocupante profundamente dormido también. Al parecer sus captores le habían inducido algún tipo de embrujo hipnótico; los aurores quisieron interrogarlo tan pronto como deshicieron la magia, pero Harry insistió en que le avisará en cuanto despertara que le dejaran descansar. Claro, su tono había sido más una orden que una petición.
Luego de confirmar el estado de su ahijado, Harry sólo tenía una cosa más por resolver:
—Entonces yo me los llevaré de regreso al ministerio luego de alterar sus recuerdos —Aturdir a los aurores mientras intentaban aparecerse fue fácil, por suerte estaban en la parte trasera de la casa y nadie más pudo ver nada. Aunque con todas las defensas potenciadas la casa era virtualmente invisible si se la miraba desde cierta distancia —Despídeme de los perritos ¿quieres?
Harry solo le dedicó una mirada cansada antes de regresar a la casa.
A diferencia de con los magos, la situación con el resto de los Quileutes si había ameritado una buena reflexión. Aunque no advertía del todo lo que había ocurrido en Port Ángeles, no había duda de que era gracias a la manada que Teddy se encontraba en ese momento arriba en su habitación. Así que, aunque Draco hubiera usado magia en ellos y hayan sido testigos de más, no podía simplemente desmemoriarlos también. Sería sumamente ingrato de su parte, especialmente considerando que uno de los suyos había salido gravemente herido. Así que, luego de pensarlo mucho, había ideado un plan que podría funcionar para ambas partes. La desmemorización sería solo la última opción.
—Buenas noches —Saludo en cuanto ingresó a la sala de estar, donde todos esperaban y la tensión era palpable. No recibió respuesta alguna, pero sí podía sentir una fuerte mirada taladrándolo —Para quienes no me conocen, soy Harry Potter —Tal vez si se presentaba podría hacer que bajaran un poco la guardia con él —Antes de cualquier cosa, quiero agradecerles por rescatar a mi ahijado. De verdad, gracias.
La honestidad en sus palabras logró calar entre los lobos. No bajarían la guardia, pero al menos Sam estaba un poco más abierto a la posibilidad de confiar en él:
—¿Y Teddy? —Saltó Seth de inmediato, aunque fue rápidamente detenido por una sola mirada de su alfa.
—Él se encuentra bien. Al igual que Jacob —Agregó con prontitud —Ahora ambos están descansando, por la mañana deberían estar-
—Nos llevaremos a Jacob —Atajo Sam con brusquedad. Harry no lo culpo por su postura desconfiada y de hecho comenzaba a considerar a Sam un buen tipo, pero eso era algo que no podía permitir:
—Si quieren, todos pueden pasar la noche aquí para vigilarlo —Ofreció el mago —Pero él se queda. No sé cómo vaya a reaccionar su cuerpo luego de la maldición, es por su bien —Agregó, aunque un poco más severo de lo que quería. Y para empeorar las cosas, sus palabras incitaron al tema que justamente había rogado por evitar:
—¿Qué es esto? ¿Qué fue lo que pasó allá? —Inquirió uno de los lobos que no conocía, para entonces ser secundado por sus compañeros:
—¿Maldición?
—¿Quiénes son ustedes?
—¿Qué le pasó a Jacob?
—¡Basta! —A la sola orden de Sam todos guardaron silencio. Harry no pudo evitar impresionarse. Pero entonces el enorme sujeto de dos metros diez giro la mirada hacia él —Quiero una explicación, y la quiero ahora.
—Eso es un problema, porque no les puedo dar una —La reacción inmediata del Sam era previsible, pero Harry no se iba a dejar amedrentar por un mocoso como ese; así que le sostuvo la mirada furiosa al quileute frente a él y le respondió con toda la frialdad de la que era capaz —Es una cuestión de Ley, y normalmente se deberían tomar medidas ya que vieron algo que no deberían ver. Pero en vista de que ustedes también comprenden lo que significa guardar un secreto, confió en que podremos acordar no influir más en el asunto.
Básicamente estarían acordando fingir demencia él uno con él otro. Era algo manipulador de su parte, por no decir MUCHO, pero era lo mejor que podía ofrecerles. Era eso o puff adiós a sus recuerdos.
—¿O qué? —Inquirió Sam. Con eso el plan de contingencia solo ganaba más y más fuerza.
—Olvidaran todo lo que pasó —Respondió directo. Después de todo, una simple vaguedad no podría persuadirlos lo suficiente; aunque a juzgar por las expresiones que provocaron sus palabras tal vez había sonado algo macabro —No es nada malo, solo recordarán esta noche como si hubieran ido a dormir luego de cenar y ya...
—¿Cómo en Hombres de Negro? —Inquirió Quil, mitad tentativo mitad escéptico. Harry dio gracias a su ahijado por esos maratones de películas de ciencia ficción por lo que respondió asintiendo con la cabeza —Waoh... —Con esa respuesta la tensión en el aire había disminuido considerablemente y Harry decidió aferrarse a esa oportunidad:
—Escuchen, mírese por donde se mire, es gracias a ustedes que Teddy ahora puede estar a salvo en su habitación. Es algo que nunca podré agradecerles lo suficiente, especialmente a ti Seth... —Agregó en dirección al menor, quien pareció encogerse un poco en su lugar. Pero decidió ignorar eso y dedicarles una mirada general a todos los Quileutes presentes, centrándose especialmente en su lieder —Así que, por favor, confíen en mí. No soy su enemigo, y nada le va a pasar a Jacob mientras esté aquí.
Eso era todo. Si lograban aceptar sus palabras podría ser no solo un acuerdo tácito de paz, podría marcar el inicio de una buena relación con el resto de la tribu quileute; no que fuera de importancia, solo sería una manera de llevar las cosas en paz. Por otro lado, si Sam y los otros insistían en ello solo había un camino a tomar. Harry inspiró profundamente, intentando evitar el cosquilleo en sus manos mientras esperaba la respuesta.
Pasaron varios minutos hasta finalmente el alfa hablo:
—Jared, regresa con Leah y Embry a la reserva, patrullen la frontera —Mando girándose hacia ellos —Regresen aquí al amanecer para volver todos —Agregó la última palabra con especial énfasis. Harry solo se encogió de hombros, era un acuerdo bastante razonable. Con eso en mente, decidió ir a rebuscar en su closet algunas almohadas que pudiera prestarles a sus invitados. Dudaba que fueran a dormir, sabía que solo se estaban quedando para vigilarlo de cerca; pero necesitaba ocuparse en algo mientras se preparaba para la conversación que le esperaba cuando quien ocupaba ahora su cama despertara.
***
—Mm... Mjmm —Habían transcurrido ya unas ocho horas desde los acontecimientos en aquel almacén abandonado. Había amanecido hacía rato, pero debido al clima era difícil discernir la hora. El cielo nublado solo filtraba una tenue luz gris a través de las ventanas en cuyos cristales se acumulaban las gotas de lluvia. Y adentro de la habitación, el único ocupante de la cama se agitaba incómodo. Normalmente Teddy era de sueño pesado, y más aún de los que no se levantaban si el clima era lo bastante fresco como para estar cómodamente envuelto en sus cobijas. De allí que su despertador, entiéndase Harry, constantemente estuviera quejándose de ello.
Pero en esta ocasión no estaba disfrutando de un descanso placentero. Tenía la cabeza embotada y un ligero dolor en las sienes, además sentía todo el cuerpo adormecido; le recordaba a esa vez que había bebido a escondidas de la petaca de su tío Draco. Esa experiencia le había enseñado dos cosas: primera, que tenía muy buen paladar para el licor. Segundo, que odiaba la resaca. Aunque esta vez estaba seguro de no haber probado gota de alcohol, sus recuerdos eran difusos mientras se incorporaba sobre el colchón:
—Ya... —Como pensaba esa era su cama y su habitación, esa cobija del Capitán América era inconfundible. Sentía la garganta seca, pero antes de levantarse e ir a la cocina por algo de beber se percató de que no estaba solo en su habitación —¿Eh? —Seth estaba sentado en el piso junto a su cama, durmiendo con la cabeza sobre sus brazos cruzados en el colchón a un lado de las piernas de Teddy. Desde esa perspectiva parecía un cachorrito. Con ese pensamiento pudo sentir una fuerte punzada de dolor en su pecho.
No era una mala persona, pero hacía muy difícil el no quererle.
—"¿Ahora, qué está haciendo aquí?"—Se preguntó mentalmente. Admitía que muchas veces había fantaseado con la idea de despertar con Seth al lado, aunque no de esa forma precisamente. Pero ahora no tenía idea de que podría haber llevado a Seth a estar allí, y el no recordar nada del día anterior no le ayudaba en absoluto. Bueno, no era como si todo su día estuviera en blanco; recordaba haber ido al instituto y sus clases. Pero luego de eso, no recordaba absolutamente nada más.
Justo estaba devanándose los sesos haciendo memoria cuando la puerta de su habitación se abrió:
—¡Teddy! —Su padrino entró a paso firme pero suave hasta sentarse en el colchón a su lado y apretarlo entre sus brazos —Merlín... —Aunque no era ajeno al cariño de su padre, ese abrazo tenía muchas más emociones entremezcladas en él. Y comenzaba a tener una pista de lo que pudo haber ocurrido durante su pequeña laguna mental —¿Cómo te sientes?
—Algo atembado... —Respondió, procurando dar su mejor sonrisa a su padre para tranquilizarlo —Pero nada que un buen desayuno no resuelva.
—Afff —El ojiverde no pudo evitar soltar un pequeño suspiro de alivio. Teddy pensando con su estómago, esa era la mejor de las señales. No quería presionar el estado de su pequeño, lucía bien y quería mantenerlo así por un rato más; al menos para que pudiera disfrutar de una merecida comida —Vamos, todos están desayunando también.
Aunque el mago más joven se encontraba sumamente curioso ante la presencia de más personas, su atención se concentró en el joven quileute que aun seguía dormido a sus pies:
—No pensé que fuera a quedarse aquí —Soltó de repente Harry mirando a Seth con una expresión indescifrable; ante la expresión interrogante de Teddy explico los eventos de la noche anterior —Anoche me preguntó si podía venir a ver como estabas, debí revisar antes de ir a la otra habitación.
—¿Vamos a comer? —El cambio de la conversación fue casi demasiado forzado, pero Harry no hizo ningún comentario al respecto. Sus emociones hacia Seth estaban muy divididas en ese momento.
Decidieron dejar al chico que durmiera un poco más, luego de acomodarlo en la cama de Seth bajaron. Teddy creyó que irían a la cocina, después de todo solían comer en el mesón lateral de la barra; grande fue su sorpresa, no solo cuando fueron directamente al salón junto a la sala donde estaba el comedor sino también al encontrar a otros más sentados alrededor. Fácilmente reconoció a Quil, y a juzgar por el aspecto de los otros también debían ser Quileutes, solo que un pequeño borrón color café nubló su visión antes de verse levantado un buen trecho del suelo mientras comprendían lo que sentían los limones al ser convertidos en limonada:
—¡No respiro! ¡No respiro! —Obviamente si podía hablar era prueba de que solo bromeaba. Reconocería a quien le sujetaba aún con los ojos cerrados:
—¡Estás bien! —Solo que las palabras de Jacob lo confundieron un poco. Ya ahora que se fijaba su cuerpo parecía temblar un poco; por instinto su reacción era llevar su mano a su cabeza y peinar su cabello a modo de consuelo.
Flash Back:
Luego de poner varios conjuros de vigilancia sobre el inconsciente Black y transfigurar la silla del escritorio en una butaca más cómoda, Harry había pasado la noche junto a la ventana observando la lluvia caer; ahora con el alivio y la tranquilidad de tener a Teddy a salvo, finalmente podía pensar fríamente sobre lo que había ocurrido. Y las ideas que vinieron a su mente no le gustaron en lo más mínimo. Fue cerca de la medianoche que el cansancio logró pasarle factura a su cuerpo por toda la tensión bajo la que había estado y cayó profundamente dormido.
—¡...! —Fue uno de sus hechizos el que lo despertó, cerca de las siete de la mañana. Aunque estaba alerta, resultó ser uno de los que había dejado sobre Jacob. El cual estaba despertando —Auh, ¿Dónde...?
—No te levantes —Harry se apresuró a ir al lado del quileute, quien había quedado sentado sobre la cama con la cobija cubriendo sus piernas; Jacob lucía aún algo aturdido, pero viéndole parecía estar en buen estado y sondeando un poco más profundo pudo respirar aliviado. Todo estaba bien. Incluso mejor que eso, no había quedado ni una cicatriz del maleficio lo cual era casi insólito —"Ah, debe ser por su sangre" —No tenía mucha información sobre la tribu, pero sabía por experiencia propia que los cambiaformas tendían a recuperarse más rápido que una persona normal —¿Cómo te sientes? —Ahora lo importante era evaluar su estado mental; había estado muy callado durante todo el rato que Harry estuvo examinándolo. Eso le daba un mal presentimiento.
—¡Teddy! —Fue lo primero que salió de los labios de Jacob, con tanta fuerza que era obvio que había estado conteniéndola —¡¿Cómo está Teddy?!
Esta vez fue el turno de Harry para quedarse sin palabras:
—"¿De verdad? Le cortaron todo el muslo cuando corría, casi muere desangrado y de paso soporto la maldición Cruciatus, debió de ver más cosas sobre nosotros que los otros ¿y lo primero que hace es preguntar por Teddy? ¿Cuándo debería estar preguntando quien soy o qué somos? Es claro que recuerda lo que pasó..." —El producto de toda su introspección fue una amarga sonrisa —"Este tipo" —Pensó con incredulidad.
—No... —Solo que su largo silencio, mientras pensaba todo aquello, y su eventual sonrisa provocaron una impresión equivocada sobre su interlocutor. Harry se dio cuenta de su error a tiempo, justo cuando Jacob parecía a punto de comenzar a quebrarse:
—Wouh ¡No! No es nada de eso: Teddy está bien, está durmiendo en su habitación ahora —Se apresuró a explicar con sus manos al frente —Solo me perdí en mis pensamientos, perdona por eso —Se disculpó brevemente. Y entonces lo vio: pudo notar cómo de inmediato los hombros de Jacob eran liberados de toda tensión, para entonces seguir con el resto de su cuerpo y finalmente su expresión mientras soltaba un profundo suspiro de alivio:
—Ancestros... —Murmuró mientras dejaba caer todo su peso hacia atrás, apoyando su espalda en el cabezal de la cama contra la pared —No me des esos sustos, Harry.
—Jeje, perdona —Se disculpó nuevamente tras soltar una pequeña risa nerviosa. No podía negar que la situación resultaba ligeramente graciosa. Pasaron varios minutos en silencio, hasta que noto la mirada fija que le dedicaba Jacob —¿Qué?
—¿Estás bien? —Inquirió con una pequeña tenue sonrisa y evidente preocupación.
—¿Es en serio? —Rebatió Harry sin poderlo creer —Jacob, ¿recuerdas lo que pasó anoche? ¡Casi mueres! —Se respondió él mismo justo cuando Jacob abría la boca para hacerlo —¡¿Tienes idea de lo peligroso que fue?! Y ahora, despiertas, y lo primero que haces es preguntar por otra persona ¡Y-y lo que es peor, le preguntas si está bien a la persona encargada de cuidarte! ¿Qué clase de prioridades tienes en la cabeza ... —Mientras Harry se explayaba cada vez más en su diatriba, una sonrisa se dibujó en los labios del otro. Era la primera vez que veía esa faceta de Harry, y no podía evitar que le resultará increíblemente tierna. Aunque estuviera a dos centímetros de empezar a gritarle. Además, no podía evitar regodearse levemente al saber que el ojiverde no solo le había cuidado, sino que también estaba así de preocupado por él —...y arrastrar a Seth a una bodega, ¿es que de verdad no pensaron en nada? ¡Y no te rías maldición!
—Perdón —Aunque hacía un gran esfuerzo en ello, no podía reprimir su sonrisa. Harry suspiró derrotado:
—Jacob... —Lo llamó entonces. El aire a su alrededor había cambiado drásticamente. Era muy serio y casi podía verse como la tensión manaba del cuerpo del inglés; el aludido sintió un horrible presentimiento —¿Por qué fuiste a rescatar a Teddy? —Esa era la pregunta que lo determinaría todo, y el por qué Harry se encontraba tan tenso.
Si la respuesta que recibía era algo como "Porque era lo correcto" entonces las intenciones de Jacob eran claras: quería atarlo a él con gratitud. Sería doloroso, pero en ese caso le borraría la memoria y caso cerrado. Le dolería saber que el chico sentado frente a él era capaz de un razonamiento tan manipulador, pero no sería la primera decepción de su vida:
—Yo... —Tenía tanta experiencia en ello, que prácticamente ya tenía el Obliviate cargado en su mente —Fue por ti, Harry, no quería que sufrieras —Si, justamente era la respuesta que esperaba. Pero no podía evitar sentir algo extraño, así que le hizo una seña con la barbilla para que continuara —Ah, no sé si sea lo más adecuado, ahora mismo... —Acotó rascando su nuca apenado.
—Explícate —Presiono; aunque sin pasar por alto ese tenue color rojo en las orejas de Black:
—Aff... —Suspiro, y volvió a llenar sus pulmones —Amar a alguien, significa que esa persona estará siempre primero. A-al menos eso fue lo que me enseñaron, ¡y es lo que siento por ti! —Agrego, sumamente apenado —Por eso sé que Teddy es lo más importante para ti, ¡Y-y no es que no me agrade, lo quiero mucho también! ¡Es como un hermanito para mí! ¡Si! Eso, y entonces, aunque... Aunque no quieras, entonces, Teddy también es importante para mí. N-no sé si me explique bien...
"Eres pésimo con las palabras", aunque ese fuera el primer pensamiento de Harry. No podía decirle eso. Si, la declaración de Jacob era algo confusa, pero todo el resto de él era completamente honesto; había actuado genuinamente por el bien de Teddy, en base a él. No podía decirle sus sospechas iniciales, sería sumamente ingrato de su parte. Ese asunto estaba resuelto.
—Eres muy transparente, ¿te lo habían dicho? —Inquirió con una pequeña sonrisa de alivio. Su respuesta fue una pequeña negación con la cabeza y una sonrisa apenada, y casi podía jurar que de no ser por su tono de piel ahora mismo podría ver un sonrojo —Eso te hace un buen chico, Jacob —No pudo evitar decir esta última parte con su mano peinando suavemente el cabello del quileute —Gracias por todo.
—N-no fue nada... —Por su parte, Jacob sentía que en cualquier momento empezaría a echar humor por las orejas. Estaba tan feliz y apenado al mismo tiempo. Y casi al instante su oreja derecha comenzó a doler:
—¡Pero como vuelvas a hacer algo tan irresponsable te las verás conmigo! —Amenazó Harry, tirando fuertemente de la oreja de Jacob —Y no creas que he acabado con esto, solo espera a que los tenga a ti y a Seth juntos. Vamos a tener una larga conversación sobre lo imprudentes que fueron —Amenazó con severidad.
—V-vale... —Aunque nuevamente no pudo evitar alegrarse —"¡Se preocupa por mi!" —Ojala esa voz de colegiala emocionada en su cabeza fuera solo temporal.
—Vamos abajo, Sam y algunos de tus amigos se quedaron anoche también —Explicó Harry poniéndose de pie; Jacob se sentó en el borde de la cama —Les prepare el desayuno antes de que se vayan, es lo menos que puedo hacer. Aunque creo que Sam no confía mucho en mí.
—¡Jah! —Exclamó Jacob mientras se ponía de pie, sentía el cuerpo levemente entumido —Espera a que prueben esas tortitas que haces, los tendrás a todos dándote la pata antes de tu segunda taza de café —Declaró despreocupadamente mientras se estiraba un poco.
—¿Tú crees? —Inquirió Harry levemente apenado, se había alejado solo unos pasos de la cama, por lo que se giró para decir algo como "¿entonces debería sacar la crema batida y el chocolate?" a modo de broma. Pero esas palabras murieron en cuanto vio a Jacob estirarse a todo lo alto que era —Eh, Jacob... —De repente la temperatura de toda la habitación parecía haber subido un par de grados al tiempo que él clavaba su mirada en el techo. Tal vez sería mejor voltearse, pero por alguna razón sus piernas no le respondían-
—¿Qué ocurre? —Inquirió genuinamente confundido el moreno.
—T-tu ropa, está en el baño —Respondió Harry. Jacob estaba a punto de decir un sencillo "ah, gracias" y preguntarle al ojiverde porque de repente estaba tan colorado; entonces, por instinto decidió mirar hacia abajo:
—"Ah, estoy desnudo..." —Pensó con tranquilidad. Claro, como licántropos hacía mucho tiempo que todos en la manada habían perdido la vergüenza de la desnudez y asimilado aquello como algo normal. Jacob no era la excepción —¡ESTOY DESNUDO! —Pero, al parecer, estar al natural frente a la persona que te gusta le imprimía una innegable emoción de bochorno al asunto.
Esta vez podía sentir toda la cara arder por la vergüenza mientras tomaba la cobija y se cubría cual novicia virgen: del cuello hasta los talones. Pasaron varios segundos en silencio. Harry mirando al techo y Jacob mirando al piso. Ambos MUY apenados; tanto por lo sucedido, como por ese pequeño calor que se agitaba en sus vientres y que lentamente comenzaba a bajar:
—P-perdona... —Se disculpó Jacob, haciendo grandes esfuerzos por controlar su cuerpo —No me di cuenta.
—No, no importa —Agrego Harry dándose la vuelta —Fue una emergencia, tuve que quitarte la ropa para tratar tus heridas —Esas no eran palabras que ayudaran al estado mental de Jacob. En absoluto —Iré a preparar el desayuno...
—¿Puedo usar el baño? —Inquirió Jacob a lo que Harry respondió afirmativamente antes de salir de la habitación.
Ya afuera, en la soledad del pasillo no pudo evitar apoyarse de espaldas a la puerta. Era cierto lo que había dicho antes; era una emergencia, y no era la primera vez que veía a un hombre desnudo. Pero tampoco podía negar que ahora tenía la figura de Jacob Black, con todas y cada una de las líneas de sus músculos, así como la forma de sus piernas y su cintura, grabada a fuego en su cerebro. Como tampoco podía negar el pequeño efecto que estaba teniendo en su cuerpo.
—Ya, tranquilo... —Se dijo luego de calmar su respiración. Él era un adulto. Podía controlarse. Ese era un comportamiento vergonzoso para alguien de su edad —No fue nada —Con ese pensamiento en la cabeza y mucho más relajado, finalmente pudo poner marcha a la cocina. Seguramente Jacob estaba tan apenado como él, podrían dejar ese pequeño desliz en el pasado.
—Harry me desvistió... Harry me desvistió... —Mientras tanto, en el baño de la habitación de Harry, Jacob estaba de parado debajo de la regadera, con el chorro de agua fría dándole de lleno mientras repetía esas palabras y trataba con todas sus fuerzas bajarle a su calentura. Sin duda cuando regresara a su casa iba a matarse a pajas con ese solo pensamiento y todas las imágenes que conllevaba en su hormonal cabeza. Pero ahora, estaba en casa de Harry. Por mucho que le doliera a su entrepierna, se negaba a convertirse en un pervertido que hacía ese tipo de cosas en casa ajena. Y más aún en casa de la persona que amaba. Si iba a hacer algo así, sería con Harry —¡No! ¡No! —Se regañó. Eso no ayudaba a su estado —Ehm... Leah.... Emily... Papá —Intentaba pensar en cualquier cosa que pudiera quitarle las ganas; y al final usó la técnica comunal de la manada cada vez que alguien quería evitar un pensamiento vergonzoso: imagino la carota de aneurisma de Sam.
Fin del Flash Back
Siguiendo la recomendación de Jacob, Harry había preparado tortitas para desayunar. Aunque el padre dentro de él no pudo evitar picar algo de fruta también para acompañar con el jugo de naranja. Al principio Sam y los otros, Paul y Quil, se vieron algo reacios a comer, pero cuando vieron a Jacob bajar (ya vestido, gracias a los dioses) e ir directo hacia la comida no pudieron contenerse más. Incluso Harry podía escuchar sus estómago gruñir. Tampoco fue una sorpresa que cuando bajara con Teddy él se arrojara a confirmar con sus propios ojos el estado del menor:
—"Es demasiado honesto" —Pensó Harry con algo de ternura mientras tomaba asiento también para comer.
—Jake, no es como que me moleste estar aquí... —Dijo Teddy —Pero si no me sueltas nos vamos a quedar sin desayuno —Y como para dar más veracidad a sus palabras, el plato de Jacob ya había sido saqueado por Paul y Quil. La comida transcurrió en relativo silencio, los Quileutes y Teddy comieron al menos tres raciones de tortitas y fue Jacob quien obligó a Teddy a comer ensalada de frutas también:
—Viejo, eso estuvo muy bueno —Comentó Paul acabándose su vaso de jugo.
—Les dije que Harry cocina muy bien —Presumió Jacob.
—Así que tú eres el famoso Sam... —Por alguna razón Teddy le dedicaba una mirada filosa al alfa, quien solo frunció el ceño levemente confundido; Harry hizo la nota mental de vigilar cualquier cosa que su ahijado pudiera darle a Sam.
—Gracias por la comida —Fueron las palabras del alfa —Nosotros ya nos-
Pero antes de que Sam terminara su frase, el ruido de algo pesado lo interrumpió desde las escaleras. Y cuando todos comenzaban a preguntarse qué podría haber sido, Seth irrumpió en la estancia posando sus ojos de uno en uno por los presentes:
—Teddy... —Su nombre escapó como un leve jadeo de él cuando encontró lo que buscaba. Esa fue la segunda vez en dos horas que Teddy se vio aprisionado por los brazos de un quileute. La única diferencia era la sensación que transmitía —... —Y el sonido de los sollozos de Seth contra el pecho de Teddy
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