Capítulo 28
"Es una broma ¿Cierto?"
Harry estaba enojado. Mucho.
Y contraria a la creencia popular, él no era tan apacible como podía parecer en primera instancia. Si, ¡bien! Era una persona paciente y comprensiva, pero había ciertos botones que nadie debía presionar. Y ciertamente "Teddy" era ese botón que desencadenaba el equivalente a una fusión nuclear en su sistema. Obviamente cuando bajó las escaleras, con una toalla atada a la cintura esperando saber quién había tocado a la puerta, y se encontró al joven hecho un ovillo en el sofá, temblando y llorando en silencio, toda el agua remanente de su ducha se evaporó casi al instante al igual que un breve parpadeo en las luces de la casa, y posiblemente el resto del vecindario.
Pero no sería justo achacarle toda la culpa de ello solo a Seth.
Luego de lograr calmar un poco a Teddy y que este le explicara lo que había ocurrido en su sala no pudo hacer más que suspirar para drenar un poco su enojo. Por supuesto que no iba a arrojarle un "te lo dije" a la cara a su ahijado. Solo se sentó junto a él y dejó que le abrazara por largo rato.
Pero al mismo tiempo, mientras dibujaba círculos en la espalda del menor, no podía ignorar esa pequeña vocecita en su cabeza que clamaba por venganza. Después de todo Seth había decidido huir luego de que Teddy expusiera sus sentimientos y se mostrará en total vulnerabilidad frente a él, acción que ocasionó aquel terrible dolor que ahora aquejaba a su niño. Por suerte su sentido común aún mantenía las manos sobre el volante. Y Seth no tenía la culpa de nada. Era apenas un chico, era normal que no supiera reaccionar a la situación y decidiera huir.
—Estás pensando que me precipite... —La tenue voz de Teddy ahogada contra su pecho le regresó a la sala donde estaban —¿Verdad?
—Si —Pero Draco tenía razón. No le hacía ningún bien si le consentía como a un niño —¿Por qué lo hiciste?
—Cuando... —Teddy aún se negaba a separarse de él, por lo que llevó la mano a su cabello y comenzó a peinarlo para transmitirle algo de tranquilidad —Cuando lo vi ahí parado, supe que terminaría por decirle todo lo que siento.
—Pudiste solo decirlo...
—Pensé que podría reaccionar así... —Respondió con una amarga risa que nada pegaba con su persona —Por eso, preferí tomar mi última oportunidad y robarle un beso.
—Ay Teddy... —Era difícil intentar reprocharle en ese estado. Pero de repente, mientras sopesaba las posibles consecuencias de ir a ver a Seth con cualquier excusa que se inventara en el camino una idea mucho mejor cruzo por su cabeza —¿Quieres cenar pastel de carne? —No escucho nada pero pudo sentir como Teddy asentía contra su pecho —Bien. Ve a darte una ducha y luego bajas ¿de acuerdo?
En cuando se aseguro de ver a Teddy desaparecer arriba de las escaleras puso marcha a la cocina y a poner su plan en acción. Tomó el teléfono de la pared, marco el número de memoria y sostuvo el aparato contra su oreja con el hombro mientras abría el refrigerador y comenzaba a buscar los ingredientes para la cena. Sabía que era algo manipulador de su parte enviar a Teddy a darse un baño, en el que sabía se tomaría su tiempo para volver a llorar pero era mejor eso que arriesgarse a que escuchara su llamada:
—¿Hola? —Contestaron del otro lado mientras él sacaba la carne molida y la colocaba.
—Buenas tardes... —Saludo al que supuso debía ser Billy —¿Está-
No sería fácil describir lo que ocurrió a continuación. Del otro lado pudo escucharse como alguien parecía llamar a Billy, seguido por ruidos de forcejeo, gruñidos, insultos, y luego de varios segundos justo antes que Harry considerara llamar en otra ocasión finalmente alguien volvió a hablar:
—¡Harry! —Jacob sonaba levemente agitado, podía escucharse su respiración sobre el auricular, pero su tono resultaba extrañamente, contagiosamente alegre.
—¡Jake! —Respondió al saludo el inglés —Hola, oye quería pedirte un favor...
—Claro, Harry. Lo que tú quieras —¿Eran ideas suyas o Jacob sonaba algo...? Ni siquiera estaba seguro de cómo definir aquel tono de voz. Pero, primero lo primero.
—Veras, ¿te importaría hablar con Seth y ver si te dice algo? —Inquirió algo tímido, perfectamente consciente de lo repentina que sonaba su petición. Aparte de algo tonta en realidad.
—Ahh, claro, Seth... —¿Y por qué Jacob sonaba tan desinflado de repente? —¿Te molesta si pregunto por qué?
—No, claro que no —Después de todo sería muy egoísta pedir un favor tan extraño sin dar alguna clase de explicación —Estuvo aquí hace un rato, y él y Teddy tuvieron un encuentro —Aunque tampoco quería convertir a su ahijado en un chisme —Que terminó mal.
—Oh rayos, ¿Teddy está bien? —Pero el repentino tono y la preocupación en el tono Jacob si le descoloco un poco —¿Fue por lo de...? Tú sabes...
—Sí, exactamente. Y no es que Seth le dijera nada malo, es que no dijo nada. Solo se fue ¡desapareció! Y dejó solo a Teddy, con el corazón roto y ahogado en lágrimas... —Ni siquiera era consciente de lo fácil que había sido dejar salir todas aquellas palabras —Ahff, perdona. Sé que no es un mal chico. Solo me enoja un poco todo esto.
—No te preocupes, yo hablaré con él —Tercio Jacob con suavidad —Le explicare todo, ya es hora que empiece a madurar un poco también.
—Gracias, Jacob
—Descuida, sabes que también quiero mucho a Teddy —Por alguna razón Harry no pudo evitar reparar especialmente en el "también" de aquella afirmación. Como si hubiera alguna clase de sub mensaje allí oculto —Dale un abrazo de mi parte, y dile que iré a verlos en un rato de acuerdo —Agregó.
—Preparare pastel de carne para cenar —¿Por qué rayos aquello le sonaba a invitación?
—Definitivamente estaré allí
—Gracias, Jacob...
—Ni lo menciones, Harry
Lo que si era digno de mención fue que durante todo el tiempo que duró aquella conversación telefónica Jacob, luego de que el joven licántropo le arrebatara el teléfono de las manos a su padre aun a pesar de sus quejas y claros intentos por evitarlo, este se aseguró de mantener a Billy alejado. ¿Cómo? Fácil, solo había tenido que mantener su pierna estirada contra la silla de ruedas del mismo y aunque Billy amenazaba con romperle el tobillo poco le importó.
—Jacob —Llamó el anciano en cuanto su hijo colgó el teléfono. La relación entre ellos había estado particularmente volátil desde que había desobedecido las órdenes de Sam y tensa desde que él no podía entrar en fase. Así que Billy estaba listo para una nueva discusión con su hijo.
—Iré a casa de Seth —Pero lo más extraño era que, luego de regresar a la casa, su hijo había estado de muy buen humor —Y luego iré a visitar a Harry
—Te lo prohíbo —Sentenció su padre con autoridad mientras veía a Jacob caminar hacia su habitación:
—Iré de todas formas —No que le hiciera caso. Solo simplemente no discutía. Su vástago salió de la habitación acomodándose su chaqueta y extrañamente oliendo a loción —No cenes mucho, seguro Harry te manda algo de pastel de carne.
—Jacob... —Con la mezcla de tan buena disposición y terquedad a Billy se le dificultaba discutir con su hijo. Pero aun así intentaba hacerle obedecer —Si ese chico tiene algo que ver-
—Me voy —Para su sorpresa su hijo se acercó para besarle la frente y luego girar hacia la puerta —¡Regresare tarde! —Agregó desde afuera y dejando a su padre severamente preocupado.
¿Qué rayos estaba pasando con su hijo? Los cambiaformas eran temperamentales, y los cambios drásticos de humor no eran raros en su raza. Pero "eso" era extraño, hasta para sus estándares.
Claro, un momento estaban los tres reunidos en su sala discutiendo los posibles motivos de la incapacidad de Jacob para entrar en fase. Jacob había estado molesto, frustrado, confundido y todo al mismo tiempo que parecía ocultarles algo. Por lo que cuando salió de la casa alegando necesitar aire fresco no pusieron ninguna objeción. ¿Qué ocurrió después? Jacob regresó con una expresión tal que solo había dos opciones: o había encontrado la cura contra el cáncer, o estaba MUY drogado.
Pero a Jacob no le enojaba la insinuación sobre que usaba sustancias estupefacientes. Solo se había reído bonachón antes de ir a darse una ducha. No estaba orgulloso de sus acciones en la playa, honestamente se sentía bastante pervertido luego de su pequeño tiempo a solas entre los árboles; pero no podía dejar de sentirse estúpidamente feliz. ¿Cómo había podido ser tan ciego?
Su aroma le enloquecía a un nivel que rayaba en un frenesí. Su presencia resultaba tranquilizadora, aún más que el viento y el arrullo del oleaje. Su personalidad no le parecía menos que fascinante y como persona el calificativo de "admirable" parecía insignificante. Casi insultante. Lo consideraba alguien inteligente. Lo sabía alguien muy responsable. Su madurez le hacía sentir un tonto en comparación. Y además, cocinaba delicioso.
Si. Eso era más que un simple flechazo. O un simple crush como decían los millennials.
No señor. Él estaba total, completa, absoluta y estúpidamente enamorado de Harry James Potter.
—... —Que incluso sólo pensar en su nombre completo le hacía sentir mariposas en el estómago. Afirmación que se aseguraría de mantener para sí hasta su último aliento. Que el resto de la manada lo fastidiaría hasta el cansancio si llegaban a escucharlo hablar como colegiala enamorada, con los Ancestros como testigos —Los chicos... —De repente no pudo evitar fruncir los labios. Tendría que pensar muy bien como decirles todo eso.
—Oh, Jacob...
—"Ya pensaré en eso luego" —Decidió mentalmente cuando hubo llegado a la casa Clearwater y se encontró a Sue saliendo —¡Hola Sue! ¿Está Seth? Necesito hablar con él —Por el momento su prioridad era Teddy.
No había mentido cuando dijo que quería mucho al chico, que ya antes se había ganado su afecto. Pero ahora, con sus sentimientos hacia Harry despejados, y como buen perro que era solo podía pensar en proteger a su familia de la misma forma que lo protegería a él.
—Afff, ¿ocurrió algo? —Preguntó preocupada la madre luego de suspirar —Llegó muy raro, dijo que no tiene hambre y se encerró en su habitación —Agregó ante la mirada confusa del Black.
—Algo así... —Respondió rascándose la nuca. No tenía derecho a exponer una situación tan privada pero tampoco se sentía cómodo de mentirle a Sue —Pero es algo, personal. ¿Te molesta si-
—Pasa con confianza, cariño —Atajo la madre dándole una palmada en el hombro —Leah y yo iremos al mercado, espero que este mejor para cuando regresemos.
—Gracias, Sue —Él se quedó de pie en el marco de la puerta observando a las mujeres marchar. No quería sonar cruel, pero agradecía su partida; eso le daba luz verde para no tener que contenerse —¡Seth...! —Llamo al tiempo que alargaba el nombre del chico en su lengua y entraba en la casa —¡SETH! —Repitió tajante caminando por el pasillo al no recibir respuesta. La puerta estaba, por supuesto, cerrada —Seth abre la puerta —Demandó.
—Vete Jacob
—Si así lo quieres... —Por un instante Seth temió que el mayor rompiera su puerta al puro estilo policial. Pero al escuchar los pasos volver al pasillo pudo respirar aliviado al pensar que Black había desistido. No alcanzó a tomar aire cuando Jacob irrumpió en su habitación entrando por la ventana como si fuera alguna clase de acróbata mal pagado.
—¿Qué rayos te pasa? —Salto de inmediato el menor, levantándose de su cama y encarando al mayor.
—¿Qué rayos te pasa a ti? —Solo que nunca espero que Jacob le sujetara del cuello de la camisa y lo pegara a él, levantándolo del piso lo suficiente para que tuviera que ponerse de puntillas. Y con la diferencia de estaturas la acción parecía aún más amenazante.
—Jake... —Susurro temeroso. Conocía a Jacob y sabía que sus arranques de ira no eran tema de juego. Pero esta vez lucía diferente; su semblante era claramente de enojo. Pero parecía enfocado y en control. Eso era raro.
—Hiciste llorar a Teddy —Y su tono era áspero, serio. Incluso le hacía lucir aún más aterrador.
—¿C-como sabes-
—Harry me llamo —Atajo soltando a Seth y empujándolo, haciéndole retroceder un par de pazos en el proceso —Dijo que ustedes hablaron, y que luego te fuiste ¿Tienes idea de cómo se sintió Teddy entonces? —Espeto retórico y acusador.
—No sabes nada —Rebatió el menor frotándose el brazo.
—Le gustas al chico, Seth ¿Que hay que entender? —Su declaración provocó una mirada de sorpresa en el pequeño licántropo —Tal vez fue sin querer, pero lo lastimaste. Creí que eran amigos... —Agregó en un tono más suave.
—¡Exacto! —Salto de repente el otro —¡Amigos! No se supone que te gustan tus amigos, y menos si son hombres. Es raro. ¡Y me beso! Todo fue muy de repente y por eso me fui...
—Affff... —Jacob estaba preparado para esa respuesta, le molestaba un poco, pero suspiro y se llevó los dedos a la cara para presionar el puente de su nariz —Mira Seth, tal vez Teddy se excedió al besarte. Pero no puedes decir que fue repentino.
—Pero-
—Maldición Seth, le gustas casi desde que se conocieron —Se adelantó el Black —Siempre te estaba flirteando y tu ni cuenta te dabas...
—No me pareció que flirteara —Se defendió Seth, acabando peligrosamente con la paciencia del otro.
—No puede- ¡Mírame a la cara! —Estalló furioso dando un golpe al piso con su pie cuando el menor desvió su mirada hacia el piso —¡Tienes que madurar Seth! ¡Eres el más joven de la manada, te concedo eso! ¡Pero ya no eres ningún niño! ¡Ya tienes edad de sobra para las pajas! ¡Y tienes que entender que lo que haces puede lastimar a los demás! ¡Y en este caso fue Teddy el que salió herido!
—... —De repente ver la cara de Seth se contrajo en pesar y no era capaz de sostener la mirada. Jacob tuvo que respirar un par de veces antes de proseguir.
—Perdón, no quise hablarte tan fuerte —Dijo con un tono más neutral al tiempo que se cruzaba de brazos —Pero no me retractare de nada de lo que dije. Tienes que madurar, Seth —Reafirmó inflando el pecho.
—¿Qué hago entonces? —Inquirió dudoso y perdido. Jacob no pudo evitar que su corazón se ablandara un poco, ciertamente Seth a veces parecía un cachorrito perdido.
—Piensa por ti mismo, Seth —Pero ya era hora que el cachorrito creciera —Es parte de madurar... —Agregó al tiempo que se acercaba un par de pasos y clavaba su dedo en el pecho del más joven —Pero, quiero que te disculpes por haber huido como un cobarde —Espetó haciendo presión —Y si vuelves a hacer llorar a Teddy... —A continuación no hicieron falta las palabras. Hizo un puño con la mano que apretaba y lo presionó hacia arriba, duramente pero sin golpear en el mentón de Seth —¿Queda claro? —Aseguro con una mirada feroz.
—S-si... —Ciertamente el mensaje era más que claro.
—¡Perfecto! —A diferencia del comportamiento de Jacob, quien ahora lucía una enorme sonrisa con brillo en los ojos —Ahora debo irme, iré a cenar a casa de Harry ¡hará pastel de carne! —Agregó con emoción poniendo marcha hacia la ventana —Mmm, debería llevar un refresco al menos
—Ah —Llamo de repente Seth. Black, ya con una pierna fuera, se detuvo para mirarle curioso —Ah... A Teddy le gusta el de manzana —Dijo tímidamente. Jacob sonrió de medio lado.
—Bien... "No es una disculpa, pero es un comienzo" —Pensó para sus adentros, se disponía a salir cuando volvió a escuchar a Seth llamarle:
—¿Por qué te importa tanto? —Pregunto nervioso. Esperando no provocar otro estallido en su amigo. Pero Jacob solo pudo tirar de las comisuras de sus labios en una sonrisa de suficiencia:
—Porque él es importante para Harry
***
Un par de horas después, en la casa Potter, ambos habitantes y su invitado disfrutaban de la cena en un ambiente relativamente tranquilo. Ciertamente el pastel de carne ánimo visiblemente a Teddy, y el enorme refresco de manzana que llevó Jacob también tuvo mérito. Harry gesticulo un mudo "gracias" mientras Jacob abrazaba a Teddy cuando recién llegó:
—Vamos amiguito, anima esa cara —Le dijo Jacob mientras volvía a llenar su vaso —Creo que hasta el pastel se va a deprimir
—Mejor me lo como antes que empiece a llorar —Respondió con humor y una leve sonrisa en sus labios. Como premio se llevó una sacudida de cabello por parte de Jacob.
—Ese es el Teddy que me gusta ver
Por su parte Harry no podía dejar de agradecerle mentalmente al quileute por todo su apoyo. Él solo apenas había logrado sacarle una media risa a su ahijado; pero recién llegó Jacob el menor había corrido hacia él y se aferró a su cuerpo como si se tratara de un salvavidas. Gesto que él quileute no demoró en corresponder al tiempo que comenzaba a susurrar palabras de aliento al metamorfo. Aunque una parte de él no podía evitar cierta suspicacia en ello; sabía que desde un principio se habían llevado bien. Pero ahora Jacob parecía mucho más preocupado y cercano a Teddy. Como un hermano mayor.
—... es porque no soy normal —Se había desconectado tanto de la conversación por estar en sus pensamientos que no pudo reaccionar sino hasta que escuchó las palabras de Teddy. Estaba a punto de decir algo, pero Jacob se adelantó:
—Oye, no digas eso —Dijo dándole un amistoso golpe en el hombro —No eres ningún anormal. Solo eres un chico que aún está aprendiendo lo que es enamorarse, y ahora tiene que aprender a desenamorarse. Eso es parte de crecer. Y por eso, algún día, te será más fácil saber cuando algo es real... —Por alguna extraña razón en ese momento los ojos de Jacob se conectaron con la mirada de Harry, y por un breve instante el inglés podría jurar que acababan de guiñarle.
—¿Tú crees? —Inquirió dudoso mirándole con suplica.
—No es que lo crea... —Respondió el moreno tomándolo por la nuca y tirando de él para juntar sus frentes en un gesto fraternal —Lo sé —Agregó con un guiño del ojo.
—Está bien. Gracias, Jake —Aunque no pudo evitar sentirse levemente decepcionado al ver que Teddy no había captado su indirecta, estaba seguro que esa revelación haría maravillas para con su estado de ánimo. Pero bueno. Ya encontraría la ocasión para decírselo más directamente.
Luego de acabarse el pastel de carne era el turno del postre: pastel de chocolate con crema batida. Y Jacob se sintió un poco culpable al pensar el porqué de tan delicioso menú. No era fortuito. Ni mucho menos difícil adivinar que serían los favoritos de cierto inglés.
—¿Estás seguro de dejarlo solo? —Inquirió Jacob minutos después que Harry cediera permiso a su ahijado para ir a comer su postre a su habitación.
—Sí, necesita tiempo para pensar y no quiero agobiarlo con atención —Y allí estaba. Esa toma de decisiones acertadas y ecuánimes que tanto sorprendía en alguien tan joven —¿De qué te ríes? —Preguntó el mago, levemente a la defensiva, al notar que Jacob intentaba ocultar el gesto tras un bocado a su postre:
—Disculpa, no es por nada malo —Se apresuró a explicar con un gracioso gesto de niño descubierto —Solo pensaba, en que tiene sentido que a veces Teddy te diga "papá". Al principio me parecía algo raro.
—Ah —Harry sabía que muchas personas se les quedaban viendo cada vez que eso ocurría, y no era que Teddy se molestara en disimular. Pero dejando ese tema de lado, había algo que necesitaba preguntar —Oye-
—Sí, hable con Seth —Se adelantó el quileute. De paso luciendo una expresión de triunfo ante la cara de Harry al ver sus pensamientos adivinados —No voy a dar excusas por él. Pero no fue su intención lastimar a Teddy, solo está confundido...
—Sí, claro —Disculpen su tono escéptico. ¿Y por qué demonios la expresión de Jacob se le hacía tan molesta? Esa ceja erguida. Era como si lo desafiará —¡En serio! Lo entiendo, pero aun así me enoja.
—Es lindo que seas tan protector —Soltó de repente el moreno con una molesta sonrisa de suficiencia. Harry prefirió ignorar el halago en aquella frase —Por cierto, le dije a Seth que tenía que disculparse. Así que, cuando venga, intenta no apuntarle con una escopeta ¿sí? —Agrego sarcástico, con humor y otro guiño.
—No sería capaz —Se defendió. Solo porque no sabía manejar armas de fuego. Pero si se sabía unos maleficios bastante buenos. Intercambiaron una mirada y ambos comenzaron a reír. No comprendía porque la atmósfera se sentía tan cómoda; con solo ellos allí, comiendo pastel y charlando. Pero lo hacía. Y no podía negar que le gustaba —Jacob, gracias por apoyar a Teddy. Sé que prácticamente lo elegiste a él por sobre tu amigo... Así que-
—Ni lo menciones, Harry —Atajó con seguridad y una expresión indescifrable en su rostro. Lucia seguro y confiado, pero su sonrisa parecía querer decir algo más que no lograba identificar —Yo siempre estaré de tu lado.
—Querrás decir del lado de Teddy
—Están en el mismo bando ¿no? —Aquel comentario solo dio pie a más risas entre ellos. De esa forma, charlando un poco de todo, de Teddy y de nada, pasaron un par de horas más. Eran casi las diez de la noche cuando Jacob decidió que ya era momento de regresar a casa —Creo que voy a dejar tu casa sin recipientes —Comentó divertido cargando el pote en el que Harry había enviado algo del pastel de carne para Billy.
—No te preocupes por eso —Harry le resto importancia con un gesto de la mano mientras lo acompañaba fuera de la casa, hacia su motocicleta. Después de todo solo eran recipientes que podían aparecer con magia —Saluda a Billy de mi parte.
—Con gusto —Mintió con una sonrisa y tozudez. Después de todo, en esos momentos Harry no era la persona favorita de su padre. Subió a su motocicleta y tomó su casco, pero antes de ponérselo se giró hacia Harry que esperaba con las manos en los bolsillos. ¿En serio? Como no había notado antes lo guapo que era —Oye Harry, ¿qué harás mañana?
—Tengo clases hasta medio día —Respondió mecánico —Y Teddy dijo que se quedaría en casa, así que pensaba acompañarlo.
—Ah ya veo... —Jacob pareció pensar algo antes de agregar —Quería invitarte a Seattle, habrá una explosión de autos clásicos. Pero es todo el mes, así que podemos ir otro día.
—Ah, sí, claro... —Respondió extrañado de la repentina invitación —Podemos ir el viernes. Salimos temprano ese día.
—Perfecto
—Es una cita —Bromeó Harry. Solo que nunca espero ver aquella sonrisa de suficiencia en la expresión de Jacob, que hasta podría jurar que le vio relamerse los dientes con la lengua:
—Sí, lo es —Respondió manteniendo esa sonrisa enigmática antes de ponerse el casco y encender la motocicleta —¡Nos vemos, Harry! —Dijo por sobre el rugido del vehículo antes de arrancar y perderse en la oscuridad, dejando a un muy ofuscado mago con la boca abierta y una clara expresión de "qué-coño-acaba-de-pasar" en la cara:
—Waoh, me gusta su estilo —Y los comentarios de Fred no ayudaban —¿Que vas a ponerte Harry?
***
—¡Hola Harry!
—¿Qué haces aquí?
—Dijiste que tú y Teddy se quedarían en casa toda la tarde. Así que traje un montón de películas que podemos ver... A propósito, ya quiero que sea viernes
Como si Harry no tuviera suficientes preocupaciones ya. Que, en realidad, no las tenía. Pero necesitaba convencerse a sí mismo de que así era, o si no terminaría sucumbiendo a una espiral de confusión, histeria y negación propias de un adolescente. ¡Y él ya no era un maldito adolescente!
En un principio había creído que Jacob solo le había jugado una broma. Y que cuando se vieran el viernes solo se reiría en su cara y ya. Pero no. Para comenzar, el grandísimo hijo de su mamá, había llegado a la casa el día siguiente de la dichosa invitación a la cita-que-no-era-una-cita justo diez minutos después que ellos llegaran del instituto. Pasaron toda la tarde en aparente normalidad: vieron películas, comieron palomitas, cenaron.
Y así transcurrieron los siguientes días también. Todo aparentemente normal. Casi rutinario. Igual que todas las anteriores veces que Jacob había ido a visitarles. Pero había algo diferente. Algo tácito. Cada vez que Harry se levantaba o salía de la habitación podía sentir una mirada fija seguirle por todo el camino. Había roces de manos que poco tenían de disimulados. Había frases con doble sentido bien camuflado. Había miradas cruzadas. Y los guiños.
¡Esos endemoniados guiños!
Finalmente el tan fatídico día llegó. El viernes. Y fiel a su palabra, y a su negación, Harry acompañó a Jacob a la dichosa exhibición automotriz. Y por supuesto que el viaje hasta la ciudad de Seattle fue en motocicleta. Y si no fuera por aquella "cómoda-incomodidad" que había estado orbitándolo todos esos días Harry habría podido tomar todo el entusiasmo del quileute como algo normal. Como el buen fanático de los motores de combustión interna que era; parloteaba sobre esto y aquello, sobre modelos y actualizaciones, sobre clásicos eternos y sueños de algún día poder comprar ese convertible descapotable de los 70's.
Harry en serio estaba disfrutándolo. Pero no era tonto. El podía notar como Jacob se aseguraba de no alejarse a más de un metro de él; de cómo le tomaba de las muñecas para no perderlo entre la multitud; e incluso como fulminaba con la mirada a cualquiera de las promotoras que se acercaba a él:
—Muy bien, suficiente —Sentenció cuando lo escucho gruñir solo por recibir un cupón —¿Qué está ocurriendo? —Inquirió audaz cruzándose de brazos y exigiendo una explicación con la mirada:
—Perdona... —Se disculpó el moreno con una mano en la cintura y una boba sonrisa en el rostro mientras se rascaba la nuca —Es mi primera cita, no sabía que fuera tan celoso —Mintió descarado.
—¿Por qué insistes con eso? —Indagó Harry algo harto —Fue gracioso al principio, pero ya-
—No es un chiste, Harry —Rebatió Jacob, luciendo repentinamente serio —Ni una broma. Esto es una cita.
—¿Y por qué me invitas a una cita? —Pregunto al borde de la exasperación:
—¿Por qué más? —Respondió socrática y retóricamente Jacob al tiempo que se acercaba y le quitaba un papelillo de la mejilla con el pulgar —¡Porque me gustas, y mucho!
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