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Capítulo 25

"De fiestas, disculpas y pérdidas"

Luego de los pavorreales y la fuente en la entrada de la casa, Harry temía que su mejor amigo fuera a armar otra locura para su cumpleaños. Pero resultó que Draco estaba tomando los preparativos con mucha ecuanimidad. Palabras de él, no de Harry. Aunque sí insistió en colocar una alfombra roja desde el frente de la casa hacia la sala de estar, cosa en la que el ojiverde no pudo protestar. Después de todo, el rubio era el homenajeado. Colgaron un par de luces de foquitos en el pórtico de entrada a petición de Teddy, agradaron ligeramente el interior de la sala de estar con magia, Harry reviso que no hubiera Stripers en el itinerario de Draco, movieron el diván a la sala con todo el licor que Draco había ordenado, prepararon casi toda la comida que servirían y Harry se encargó de dejar la carne lista de solo poner en el asador.

—Waoh esto se ve bien... —Comento mientras salía al jardín trasero secándose las manos. Draco había usado magia para instalar una serie de linternas estilo antorcha alrededor, por lo que todo estaría muy iluminado y Teddy estaba terminando de llevar el carbón que usarían en la parrilla.

—Y espera a que las encienda —Acotó Draco dándole unos golpecitos a la mecha con su varita. Harry esperaba que estallara en alguna cosa extravagante como un dragón o un fénix. Pero solo era una simple llama muy brillante —¿Qué? —Inquirió el rubio al ver que Harry suspiró aliviado.

—Nada —Respondió inocentemente el ojiverde para entonces girarse hacia su ahijado —Teddy ve a ducharte primero, nosotros iremos después

—¡Sí papá! —Un instante después un enorme San Bernardo estaba corriendo al interior de la casa con la lengua afuera.

—¿Has notado... —Dijo un pensativo Draco parándose junto a Harry. Ambos mirando en dirección a la puerta —Que está particularmente obediente hoy?

—Suele hacerlo cuando quiere pedir algo a lo que diré no —Adivino el ojiverde —Seguramente querrá que lo deje tomar un trago o algo por el estilo.

—Eso no va a ocurrir, no de nuevo —Espeto Draco con estoica seguridad —A propósito, no deberías... Tú sabes —Agregó con algo de incomodidad.

—Aún es temprano —Acotó el mago llevándose las manos a los bolsillos —Los invitados empezarán a llegar en unas horas.

Draco se sorprendió al mismo tiempo que se alegró de ver a su viejo amigo tan tranquilo. Realmente apartarse del mundo mágico estaba teniendo efectos muy positivos en él. Él viejo Potter ya habría tomado su dosis de poción de envejecimiento para parecer un hombre de su edad bajo el argumento de ser precavido; pero este Harry estaba tomándose todo con mucha calma. Claro que parte de su relajación era debido a que no debía lidiar con los efectos secundarios de beber constantemente dicha poción.

Pero era algo más que eso. Podía verse en su postura, su ceño y toda su expresión, incluso en sus movimientos, en sus pasos y en cómo se rascaba la nuca. Al verle Draco no podía evitar sentirse un poco viejo. Harry había quedado congelado en su apariencia de diecisiete años, posiblemente por siempre.

—Oye... —Le llamo de repente mientras se sentaban en la barra de la cocina y Harry se servía una taza de café. Se giró brevemente para preguntar con su mirada al rubio si también quería una —No, quiero preguntarte algo.

—¿De qué se trata? —Inquirió Harry tomando asiento frente a su amigo. Por su ceño podía intuir que no era un tema tan serio, pero si algo delicado.

—Teddy ya tiene quince años, en dos será mayor de edad. Y aunque no vaya a pasar pronto, él también dejará el nido en algún momento... —Explico, y Harry ya podía adivinar lo que proseguía —¿Estás bien con eso?

—Draco, se que Teddy se está convirtiendo en hombre. Y créeme más de una vez me he encontrado fantaseando con el día de su boda —Agregó con una boba sonrisa de melancolía.

—¿Y luego? No hablo de Teddy —Atajó el rubio al ver que Harry abría la boca para intervenir —Hablo de ti. ¿Planeas quedarte solo?

—Ahh te refieres a eso —Para sorpresa del rubio, Harry lo estaba tomando con calma —Antes solía repetirme que era mejor criar solo a Teddy, no quería exponerlo a un riesgo al involucrarme con alguien. Pero esa excusa ha perdido algo de fuerza ¿no? —Inquirió retórico con una media sonrisa —Aun así, he decidido que no necesito a nadie a mi lado.

—Potter, eres un-

—Piénsalo, Draco —Concilio Harry al ver que su amigo comenzaba a enojarse —No sé si realmente soy inmortal, y si lo soy no quiero buscar a una persona de la que enamorarme. Porque cada vez que le viera tendría muy presente de que tarde o temprano voy a perderla; y aunque yo pueda morir, yo no envejezco. ¿Quién querría estar con un adolescente toda su vida?

—¡EL BAÑO ESTÁ LIBRE! —Escucharon a Teddy anunciar desde el piso de arriba.

—Es una actitud cobarde —Espeto Draco con acidez. Pero Harry, que se levantó lentamente, solo le dedico una media triste sonrisa:

—Lo sé —Dijo —Pero ya perdí a muchas personas en la guerra. Y algún día los perderé a ti, y a Teddy. Por favor no me pidas que deba despedirme de alguien más. No soy tan fuerte...

***

Era cerca de la medianoche en el viejo continente, y en algún lugar en un viejo Pub Irlandés tenía lugar una pequeña reunión clandestina. Los muggles yacían tirados inconscientes, algunos sobre las mesas, la barra o solo el piso de madera. Solo estaban conscientes aquellos que habían filtrado la posición de muertos en vida en el licor. Cerca de doce personas, enfundadas en gruesas capas de viaje. Todos ensartados en una acalorada discusión, de la cual él único testigo era el viejo y gordo gato del tabernero. Sus ojos felinos observaban todo a través del cristal de la ventana.

A sus orejas felinas, palabras como "ministerio" "espía" y "mortífago" no tenían significado alguno. Para él las únicas palabras importantes eran "comida" y "siesta". La única razón por la que se quedaba allí era porque podía cazar alguna que otra avecilla de vez en cuando. Pero cuando un destello rojo inundó brevemente la estancia interior saltó espantado y se perdió entre los matorrales que había cerca del camino.

—¡Y un demonio! —Espeto uno de los encapuchados quien había lanzado el embrujo incendiario la barra —¡Hemos desperdiciado meses buscando al maldito de Potter! ¡Y es como si se lo hubiera tragado la tierra!

—Pues seguiremos buscando por otros seis meses más... —Espeto tranquilamente otro de los encapuchados —El sujeto es necesario y ese punto no es discutible-

—¡No me uní a esto para estar persiguiendo aurores! —Rebatió él otro. Parecía y sonaba más joven que el resto aunque no demasiado.

—Sabes el castigo para los desertores —Amenazó sutilmente el que parecía ser el líder. Y cuando otra discusión parecía inminente un sutil ruido en la puerta hizo que todos apuntaran sus varitas a la entrada. Pero los ánimos se calmaron cuando el nuevo visitante cruzó el marco de entrada:

—¡Lo encontramos! —Fueron sus palabras antes que cualquier saludo —¡América! ¡Está en América! En un pueblo perdido en quién sabe dónde.

—¿Cómo fue? Buscamos en América...

—Está retirado, despedido, ¡a quien le importa! Por eso no lo encontrábamos. Vive entre los muggles —Explico rápidamente —Pero Malfoy fue a verle, lo rastreamos a él.

—¿A qué esperamos entonces?

—No podemos ir aun —Espeto el aparente jefe —Ahora que sabemos en dónde está podemos comenzar los preparativos. En una semana estaremos listos.

—¿Por qué?

—Si Harry Potter llega a desaparecer tendremos a todo el maldito mundo mágico cazándonos —Aclaró tajante uno de los presentes —No solo el Ministerio sino también la MACUSA lo tienen vigilado. Tendremos un batallón de aurores antes de ponerle una mano encima-

—¿Entonces qué?

—El plan sigue siendo el mismo... —Dijo el líder —Solo moveremos un poco el lugar. Así cuando lo tengamos podremos actuar antes que puedan interrumpirnos.

—¿Y cómo moveremos todo?

—Podemos discutir eso luego, por ahora quiero probar este whisky irlandés del que tanto habla mi cuñado

***

Eran las cinco menos cuarto cuando los primeros invitados comenzaron a llegar. Harry había accedido a apagar las alarmas de la casa, no iba a disfrutar realmente la fiesta si tenía que pasarla con ese zumbido constante en la nuca. Aunque una parte de él, la paranoica como decía Draco, no podía evitar preocuparse.

—¿A poco no estoy guapo? —Teddy se encontraba reunido en la sala junto con Alice y Jasper Cullen. Llevaba puesta una camiseta roja a cuadros sobre un buzo de mangas largas color negro y unos jeans nuevos color café oscuro. A pesar de que Draco había querido hacer la fiesta de tema formal, Teddy logró convencerlo de hacer todo más casual.

—Estúpidos ojos de cachorrito —Se quejaba por cuarta vez el rubio.

—Ya supéralo —Espetó Harry, bajo su aspecto de un hombre de treinta y cuatro años —¿Y qué haces aquí? —Inquirió que estaban en la cocina, el ojiverde estaba sirviendo algunos de los bocadillos —Se supone que el cumpleañero recibe a los invitados.

—Solo vine por algo de hielo... —Respondió quedamente mientras agitaba su vaso frente a la cara de Harry. El ojiverde solo le miró con una ceja levantada. Un instante después el vaso ya tenía tres cubos de hielo —¿Que fue eso?

—Aprendí a hacerlo cuando mis ataques menguaron —Explicó el ojiverde —Ahora ve a la sala, o Teddy comenzara a ladrar a los invitados.

—¿Harry, dónde guardas las charolas?

—Esme no tiene que ayudarme —Respondió el ojiverde señalado de todas formas hacia la despensa —Es nuestra invitada.

—No te molestes —Acotó Edward cruzando la puerta trasera desde el jardín —Emmett ya instaló el equipo de sonido. Es raro verte así —Agregó en dirección del dueño de la casa. La sorpresa de ver a un Harry adulto abrirles la puerta cuando llegaron fue bastante. Carlisle estaba fascinado y Emmett y Jasper no pararon de hacer bromas.

—Descuida, te acostumbras rápidamente —Comentó Harry mientras llenaba un par de vasos más con hielo. Estaba a punto de comentar algo más cuando escucharon el timbre de la casa y a Teddy anunciar que abriría —Malfoy lleva tu trasero al recibidor o voy a encogerte y meterte en una botella.

—¡Papá! ¡Papá! ¡Es la tía Luna!

Apenas el reloj marcó las seis de la tarde comenzaron a llegar el resto de los invitados. Luna Lovegood fue la primera, con un bonito pero muy llamativo conjunto color magenta; con treinta años Luna seguía siendo una mujer menuda y delgada, pero eso no le impidió estrujar a ambos hombres con sus brazos. Casi detrás de ella aparecieron varios de sus antiguos compañeros de escuela, algunos del trabajo y la familia Clearwater. Extrañamente Teddy insistía en quedarse al frente y recibir a todos los invitados, cosa que Harry encontraba un tanto sospechosa ya que lo normal sería que estuviera en el jardín queriendo probar un poco de todos los canapés o al menos intentando coquetear con Seth:

—Es un placer conocerla, madame —Tal y como Draco hacía en ese momento al besar la mano de Sue luego de que Harry la presentará, para posteriormente hacer lo mismo con Leah —Señorita. Draco Malfoy, para servirles. Si desean beber algo pueden pedirlo.

—Es placer conocerlo —Respondió la mujer con un ligero rubor en sus mejillas. Casi de inmediato apareció Harry cargando un par de vasos con sidra de manzana —Ah, y usted es... —Agrego hacia el hombre de ojos verdes que se le hacía tan extrañamente familiar al tiempo que aceptaba la bebida al igual que Leah:

—Soy Harry, sénior —Agregó con una sonrisa —Llegue de viaje esta mañana —Esa era la mentira que habían acordado antes. Como nadie en el mundo mágico debía conocer el secreto de Harry, él se presentaría con el aspecto que todos creían que tenía y solo diría que era un tío de su propia versión joven, lo cual de paso explicaría el parentesco.

La celebración continuó con bastante tranquilidad, Luna se encontraba fascinada charlando con Carlisle y de paso explicándole muchas cosas a lo que el líder del aquelarre Cullen escuchaba interesado. Ginny se encontraba platicando con algunos de los compañeros de trabajo de Draco; pero no sin apartar la mirada de su hermano mayor, George quien parecía muy entusiasmado por sacar algunos de sus trucos de cumpleaños "especiales". Harry se alegraba de poder verlos allí, aunque también le recordaban dolorosamente las ausencias del resto de los pelirrojos. Pero mientras Emmett y Jasper ayudaban a encender la parrilla, mientras Harry platicaba con algún que otro conocido y Draco descorchaba la primera botella de whisky de la noche, afuera en el pórtico de entrada Teddy se encontraba al pie de las escaleras con los brazos cruzados y la punta del pie golpeteando el suelo impaciente:

—Si no llega en diez minutos, iré a traerlo y lo arrastrare de las orejas —Murmuró apretando las manos sobre sus brazos. Estaba listo para usar incluso las serpentinas especiales que le había llevado su tío George, esas mismas que te envolvían hasta dejarte como una momia de pies a cabeza; solo tendría que hacerle unos agujeros para que pudiera respirar y lo cargaría hasta la casa.

—En realidad... —Dijo una voz al pie de las escaleras —Llegue hace una media hora —Teddy bajó los cuatro escalones saltando para ver a Jacob Black sentado a un lado de los mismos oculto entre las sombras.

—¿Qué haces ahí? —Preguntó Teddy al tiempo que intentaba ayudarlo a levantarse. Al mismo tiempo intentó jalarle de la mano, pero ni siquiera logró mover al quileute.

—Porque sabía que intentarías obligarme a entrar —Aclaró el moreno más alto con tranquilidad —Teddy esto es una mala idea. Es el cumpleaños de tu tío, y Harry no querrá verme.

—Para eso compramos un regalo, lo trajiste ¿no? —Por respuesta Jacob le mostró la caja envuelta en papel de regalo y con un moño —Perfecto. Además, Harry no está aquí...

—¿A no? —Sorprendentemente Jacob pareció aún más desanimado ahora —¿Entonces para qué vine?

—Muchas preguntas, Black —Para sorpresa del Quileute, el agarre de Teddy pareció hacerse más fuerte y empezó a arrastrarlo por los escalones, por la puerta de entrada, a través del recibidor y directo hacia la cocina, donde alguien parecía estar rebuscando algo en los cajones de abajo —Ey ya llegaron todos los invitados —Anuncio el menor, por su parte Jacob no podía dejar de sentir que acababa de ser arrastrado a una trampa.

—Que bueno, ¿te importaría decirme donde guardaste las servilletas? —Para su alivio aquella era la voz de un hombre adulto, aunque su tiemble le resultaba extrañamente familiar.

—Las puse en el cajón de ahí —Señaló el menor. En ese momento el hombre adulto se levantó y se giró, y por un instante su mirada se cruzó con las del quileute que había de pie junto a su sobrino —Jacob, te presento... —Atajo el joven metamorfo con lentitud pero clavando sus ojos en su padre —A mi tío Harry Potter, sénior. Le ha hablado mucho sobre ti.

"Este mocoso del demonio" —Pensó Harry mientras intentaba no fruncir los labios.

—Mucho gusto, señor

—Aja —Pero aun seguía muy enojado con Jacob, tanto así que le dejó con la mano extendida —Teddy, acompáñame un momento arriba. Tú... —Agregó con dureza en dirección a Jacob —Disfruta la fiesta.

Vale agregar que el viaje escaleras arriba Teddy lo pasó siendo firmemente sujetado por el brazo. Harry le llevó directo a su habitación donde cerró la puerta y entonces le dirigió una severa mirada exigiendo silenciosamente una explicación:

—Mira, se que estas molesto...

—¡¿En qué estás pensando?! —Explotó el hombre adulto.

—Es para que tú y Jake puedan hacer las paces —Respondió Teddy intentando ser claro —Mira, se que discutieron ¡pero eso no fue culpa de él! —Atajo rápidamente —Él si quería venir, pero es que se lo prohibieron y por eso tuvo que actuar como un idiota.

—¿Cómo sabes todo eso? —Preguntó Harry irguiendo la ceja derecha. Fue ahí donde Teddy explicó cómo se lo había cruzado en el parque mientras paseaba como un beagle y como Jacob había terminado contándole todo. Al beagle, no a él:

—... y tú mismo viste que tuve que traerlo arrastrado. No creerías lo asustado que estaba de verte, de verdad —Concluyó su ahijado —Solo intenta hablar con él, sin parecer el tío malhumorado —Acotó —Tal vez esté nervioso, pero si habla con él Harry adulto tal vez pueda estar más tranquilo que con el Harry joven, y así sin darse cuenta pueda disculparse.

—Teddy, tienes que dejar de orquestar estos planes. En serio —Agregó con un dejo de cansancio mientras se frotaba levemente el ceño. Ni siquiera necesitaba levantar la mirada —Quita los de cachorrito. Lo haré de todas formas —Un instante después se vio envuelto por los brazos de su ahijado, y por un momento tuvo problemas para respirar.

—Gracias, papá —Murmuró el menor contra su pecho —¡Ahora podré disfrutar de la fiesta! —Agregó levantando la mirada para verle a la cara y mostrar una enorme sonrisa.

—Sobre eso, quisiera discutir algo más —Atajo Harry tomándolo por los hombros. A lo que su ahijado le miró confundido —Es sobre Seth. Sé que piensas que soy muy sobre protector pero no quiero-

—Está bien —Intervino el menor, regresando a abrazar a quien había estado a su lado desde siempre. Esta vez era un gesto más suave, como el de un niño que busca consuelo —Se que nunca voy a gustarle a Seth. No insistiré más con eso. Nunca se me ha dado el masoquismo de todas formas... —Agregó con una sonrisa. Grande, pero triste.

—Estoy orgulloso de ti —Le elogió el adulto pasando su mano por la cabeza de su niño peinándolo hacia atrás —Y algún día encontraras a alguien. Te queda este color —Agrego sujetando uno de los mechones verdes de Teddy —Vamos, me preocupa que Draco emborrache a George, no quiero terminar la fiesta desmemoriando gente.

Para sorpresa de ambos, al bajar, encontraron a Jacob aun en la cocina aunque esta vez estaba ayudando a Esme a llenar una charola con lo que parecían ser salchichas con vegetales:

—Teddy, ayúdale a repartir todo —Mando el adulto, a lo que el menor se apresuró intuyendo sus intenciones. Y también porque quería comer —¿Esme podría decirles a todos que ya llevaré la carne?

—Seguro, cielo —Cuando la vampiresa hubo salido por la puerta que Teddy le sostenía, quedaron solo Harry y Jacob adentro:

—Oye, sobre hace rato —Comenzó Harry, quien no podía evitar regocijarse levemente en el nerviosismo del quileute —Disculpa, aun estoy algo cansado del viaje. No quería ser tan brusco, Jacob ¿no?

—Sí señor —Eso último sonó extrañamente bien en los oídos del mago —Jacob Black.

—Harry, me ha hablado de ti en sus cartas —Esa era una extraña sensación entre diversión e incomodidad —Le agradas mucho...

—Y él a mí —Por alguna razón Jacob encontraba a ese sujeto mayor extrañamente parecido a su Harry. Y no quería pensar en Harry como "suyo" porque entonces comenzaría a sentirse incómodo. Cómo justo ahora.

—Lo vi esta mañana, en el aeropuerto —Comentó casualmente Harry mientras sacaba los contenedores del refrigerador —Parecía, algo molesto... —Realmente estaba disfrutando de todo aquello. Ver a Jacob nervioso era mucho más divertido de lo que habría imaginado; incluso más que cuando intimidaba a esa banda de buitres que rondaban a su ahijado durante sus lecciones de natación —Dijo que había peleado con un amigo. ¿Sabes algo?

—Ehhh... —Y la incomodidad de Jacob no hacía más que aumentar —Si, eso fue culpa mía.

—Ya veo, ¿te importa ayudarme a llevar esto? —Preguntó señalando hacia los contenedores —Y mientras tanto puedes contarme de qué iba toda esa pelea.

Media hora después la noche había terminado de asentarse sobre ellos, Draco y Teddy ya habían encendido las antorchas para iluminar el lugar y los invitados se encontraban sentados en mesas circulares charlando animadamente. Como era de esperarse los adultos disfrutaban de todo el licor fino que Draco había ordenado, incluso de algunos cócteles especiales que Ginny había preparado, fruto de sus dos años de trabajar como camarera luego de graduarse de Hogwarts. Leah había recibido permiso de su madre para beber uno, aunque la propia Sue se contentaba con beber jugo de granada al igual que Harry y Teddy, aunque este último no tenía opción. Al fondo del jardín, para sorpresa de quienes le conocían al verle allí, Jacob se encontraba encargado del asador; cada pieza de carne lista era pasada de la parrilla a una mesa de madera en la cual Esme y Harry se encargaban de servir en un plato junto con la ensalada, luego Jasper y Draco eran los encargados de repartirlos entre las mesas:

—Yo soy el cumpleañero —Se quejo el rubio mientras tomaba dos platos más:

—Ayuda, o pondré tu edad en el pastel —Amenazó Harry, de pasando sacando varias risas a quienes se encontraban con él. Aunque por alguna razón solo pudo girar su mirada hacia Jacob quien intentaba disimular su risa mientras volteaba unas costillas.

—¿Y... como va todo? —Inquirió Teddy cuando él y Harry se sentaron a comer.

—Tenías razón, no fue su culpa —Respondió Harry antes de dar un trago a su sidra —De todas formas ya lo hice sentir bastante incómodo, eso basta también. Le hablaré cuando "vuelva" —Agregó con comillas de paso sacando un par de carcajadas a su ahijado.

Luego de comer, casi como una ley los invitados comenzaron a querer bajar la comida con algo de sano ejercicio. Es decir, Emmett le subió al estéreo y todos comenzaron a bailar; Draco insistía en bailar con todas las mujeres solteras, Sue especialmente, aunque Luna lo tuvo acaparado por al menos tres canciones seguidas. George logró sacar a bailar a Leah, y por supuesto que Carlisle y Esme disfrutaron de un pequeño vals a mitad de todo.

—Hola Teddy —Aprovechando que el muchacho estaba sentado bebiendo algo refrescante Seth fue para saludarle. No se había dado cuenta que no habían hablado él en toda la noche —¿Dónde estabas?

—Ah, tú sabes, por aquí, por allá, tengo que ayudar con las cosas de mi tío —Respondió algo nervioso. No podía decir que le había estado evitando intencionadamente todo el rato. Además se conocía lo suficiente para saber que si se acercaba a Seth terminaría por comportarse como siempre —Ahora, solo me relajo...

—¿Quieres bailar? —Teddy terminó escupiendo su bebida a un lado —¿Estás bien?

—S-si, solo, me trague un hielo... —Se excuso torpemente.

—Genial, vamos, dijiste que me enseñarías eso de "cumbia" —Seth no se dio cuenta de en qué momento había tomado la mano de Teddy. Solo lo noto hasta que al intentar hablarle Teddy no se movió, incluso se soltó del agarre suavemente —¿Teddy? —Pregunto confundido y el joven metamorfo no pudo evitar notar, nuevamente, lo bonitos que eran esos grandes ojos cafés.

—Eh, perdona... —Dijo quedamente volviendo a sentarse —Estoy algo cansado ahora. Tal vez... Otro día —Agregó intentando sonar lo más casual posible.

—Ah, está bien —Respondió Seth sintiéndose algo extraño. Pero tomando asiento en la silla junto a Teddy, quien cada vez se sentía más perturbado —Hace mucho que no te veo, ¿has-

—¿Sabes qué? —Atajo el metamorfo poniéndose de pie —Acabo de recordar que papá me pidió que fuera a poner más sidra a enfriar. Nos vemos luego —Agregó tan apresurado que Seth solo se quedó con la palabra en la boca y su mano en el aire a modo de despedida. No comprendía por qué, pero era como si Teddy no quisiera estar cerca de él.

Y eso dolía.

Sin embargo no era el único. Adentro, en la cocina, Teddy se encontraba contra el lavaplatos lavándose la cara con agua. Intentaba jugar sus lágrimas junto con la culpa. Seth no tenía la culpa de sus sentimientos, pero aun así había sido algo cruel con él. Cuando hubo calmado su respiración cerró la llave y extendió la mano buscando a tientas una de las toallas. Extrañamente una fue a parar contra su mano:

—¿Estás mejor? —Dio un pequeño respingo al escuchar a alguien a su lado, pero se tranquilizó un poco al ver a Jacob —Disculpa, vi como casi huías de Seth... ¿Te dijo algo malo? —Pregunto con algo de seriedad. Pero la sonrisa resignada en la cara de Teddy junto con una negativa con la cabeza fue toda la respuesta que recibió —Puedes hablar conmigo, si quieres.

—Está bien —Dijo Teddy —Solo, es la vieja costumbre de enamorarme solo. No te preocupes solo necesito tiempo para superarlo, estoy acostumbrado —Agregó intentando no sonar tan patético como se sentía.

—¿De verdad te gusta tanto? —Tan pronto como hubo hecho esa pregunta se arrepintió de hacerlo. Teddy estaba claramente lastimado, y él iba y hurgaba en la herida —Perdona, no debí preguntar eso.

—No importa, hablar de ello es parte del proceso —Explicó Teddy con un falso acento de profesor. Pero Jacob sabía que solo era una fachada.

—Teddy no tienes que fingir conmigo —Dijo al tiempo que pasaba su mano por el cabello de Teddy peinándolo hacia atrás. Era la segunda vez esa noche que alguien lo hacía —Perdona, no sé por qué hice eso... —Se disculpó algo confundido. No entendía porque le nacía ese sentimiento fraternal para con el chico —Seguro, prefieres hablar esto con Harry- ¡Wouh! —Pero grande fue su sorpresa cuando se vio rodeado por los brazos de Teddy —Ok, está bien.

—Ustedes los Quileutes son unos tontos —Espeto Teddy ocultando su rostro en el pecho de Jacob.

—Auch... —Bromeo Jacob igualmente abrazando al menor intentando reconfortarlo —¿Y eso por qué fue?

—Seth no se dio cuenta de que me gusta, por mucho que lo intenté —Explico Teddy levantando la mirada y mostrando una sonrisa acompañada de una lágrima solitaria deslizándose por su mejilla —Y tú, grandísimo tonto, aun no te das cuenta que estas enamorándote de Harry. Si es que no lo estas ya.

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