Capítulo 20
"La Parrillada—¿Fase Parcial?"
—Arriba a la izquierda —Con una velocidad casi desesperada Jacob se apresuró a subir por las escaleras y correr al baño. Poco le importaba si alguno de los británicos se reía de él o si pensaban alguna cosa bochornosa. Era mejor que le imaginaran con un serio e inesperado retorcijón a que le vieran convertirse en un enorme lobo color canela de quinientos kilos. Podía sentir cada latido de su acelerado corazón en los oídos. Podía sentir el sudor en su frente, su cien y sus brazos. Pero lo más extraño era el reflejo que le devolvía la mirada en el espejo:
—Ancestros... —Era como ver una vieja película de ciencia ficción. Su barba incipiente, la cual solo necesitaba ser afeitada una o dos veces al mes, ahora era abundante y seguramente alguien le compararía con Wolverin; su ojo derecho se había tornado de un café claro y la pupila comenzaba a asemejarse a la de un animal; tenía miedo, estaba muy asustado, pero no pudo contener sus instintos y abrir la boca solo para confirmar que sus dientes ya eran los de un animal. Jamás había escuchado de un cambio como ese. Esto siempre se daba rápido, con violencia pero rápido. Que incluso el primer cambio ni siquiera se asemejaba a algo así.
¿Por qué estaba ocurriendo algo así? ¿Por qué ahora?
—Aquí estoy... Soy yo... —Al menos aún conservaba la consciencia eso era buena señal ¿no? Pero no podía estar seguro de cuánto podría durar así y en ese momento su mejor opción era salir huyendo por la ventana. Si. Eso era lo-
—¿Jacob?
—¡...! —Tuvo que aferrarse al lavado y apretar la mandíbula solo para no ahogar cualquier sonido sospechoso —¿S-si, Harry?
—Draco y Teddy compraron algunas cosas de más... —Casi podía ver al inglés de pie al otro lado de la puerta. Con su mano aun a centímetros de la puerta luego de tocar y con un profundo aroma a vergüenza. ¿Ah? Genial ahora su olfato también se estaba agudizando. Tenía que parar —Así que pensé que querrías quedarte para hacer una parrillada. ¿Qué dices?
¿Una parrillada? Cielo santo eso sonaba realmente bien.
—"No puedo" —Pensó derrotado mientras miraba sus propias manos temblar y sus uñas comenzando a crecer y afilarse. En ese momento lo último en lo que podía pensar era en conservar el secreto de su tribu. Lo único que podía llegar a su cabeza en ese momento era que no quería asustar a Harry. No quería que le viera y saliera huyendo. Que le tomara por un monstruo —¿...? —Estaba a mitad de su auto flagelación que apenas si notó como sus manos habían regresado a la normalidad. ¿Acaso...?
Por masoquista que pueda parecer en ese momento una idea cruzó por su cabeza: cerró sus ojos y comenzó a visualizar cada peor escenario que tuviera la más mínima posibilidad. Harry disparándole con un arma. Sus nuevos amigos muertos. La casa destrozada. Cada fantasía parecía estremecer hasta la última fibra de todo su ser y poco a poco sus manos comenzaron a temblar así como su nuca a ser invadida por un frío sudor. No comprendía porque sus genes reaccionaban de aquella manera tan extraña pero cuando volvió a abrir los ojos finalmente su reflejo volvía a ser el mismo de siempre.
—¿Jacob...? —Afuera el ojiverde comenzaba a preocuparse. Tal vez estaba siendo un inoportuno. Estaba a punto de dar media vuelta y regresar a la cocina cuando la puerta del baño se abrió y un sonriente quileute le respondió:
—Gracias —Dijo Jacob mientras se secaba las manos con su pantalón. Y por alguna razón su sonrisa le calentó un poco las orejas al británico. Pero mientras ellos se quedaban parados uno frente al otro sin ninguna razón aparente, afuera de la casa un particular clima soleado comenzaba a instalarse en el jardín trasero:
—¡Wouh! —Teddy estaba de pie en las escaleras de la puerta trasera sosteniendo una bolsa de carbón y observando sorprendido de cómo un mago era incluso capaz de despejar un cielo nublado para dejar espacio a un brillante y cálido sol.
—Guardemos el secreto esta vez... —Le dijo Draco mientras se guardaba su barita en la manga. Desde su lugar Teddy pudo apreciar lo guapo que era aquel hombre, que incluso el césped húmedo brillando bajo el sol y el nuevo cielo azul parecían ayudar a esa imagen —¿Qué es lo que miras? —Preguntó el rubio mientras cargaba la parrilla que estaba dispuesta contra la pared a un lado de la puerta donde estaba Teddy.
—Tío Draco, ¿por qué nunca te casaste? —Claro está que la sutileza no estaba impresa en el código genético del metamorfo. Al menos el rubio estaba acostumbrado y no dio una respuesta mientras ambos caminaban hacia una buena distancia de la casa:
—Porque el amargado de tu padrino nunca quiso darme el culo —Respondió con su típica altanería.
—Ja, no querrás decir "darte por el culo" —Rebatió con una sonrisa salida el menor.
—¡EH USTEDES DOS! —Y habrían seguido bromeando. Pero tuvieron que girarse para ver a Harry totalmente azorado y a un Jacob con una expresión incómoda en el rostro observarles desde la puerta trasera. El primero parecía más que dispuesto a lanzarles los platos que llevaba en sus manos pero prefirió simplemente darles una buena mirada de "Cierren la boca o les lanzaré una maldición".
—¿Siempre son así? —Inquirió Jacob mientras caminaba a su lado cargando la mesa plegable y un par de recipientes más con comida.
—... —Harry tuvo que reflexionar un momento para llegar a la única respuesta posible —Peores.
Aunque dejando de lado el hecho de que su familia era una que podía olvidar con facilidad el sentido del decoro no podía negar que todo aquel asunto de la parrillada resultó ser más divertido de lo que había esperado en un principio. Claro que sin magia él y Draco eran poco más que inútiles por eso fue una suerte tener a Jacob. Luego de casi media hora de lucha y discusión por no lograr encender el carbón ambos accedieron darle la oportunidad al americano, quien con solo un intento ya estaba avivando las llamas con la tapa de una de las ollas:
—Ya ya no se sientan mal, ambos siguen siendo los hombres de mi vida —Por su parte Teddy intentaba levantarles el ánimo a ambos magos quienes tenían la cabeza agachada en señal de derrota sentados a la mesa —No los más machos pero ya es algo...
—Déjales en paz —Al menos Jacob tenía la decencia de no dar más cizaña al asunto.
—Tienes razón, mejor que se pongan a cocinar-
—¡Eso no es lo que quise decir!
Pero no contaba con que ese papel lo cumpliría Teddy al dejar implícito que su padrino y su tío cumplirían el papel de las mujeres. Como fuera después veinte minutos el aire ya estaba impregnado con el olor a humo mezclado con el de la carne asándose, aunque Teddy tuvo que mantenerse alejado de la parrilla por orden de Harry puesto que no quería que tuviera alergias por el humo. Así que mientras Harry estaba de pie junto a la parrilla con unas pinzas de parrilla a unos cuantos metros Jacob jugaba una partida de damas chinas contra Draco:
—Mmmm —Y vale agregar que el hombre no la tenía fácil. El quileute era inesperadamente bueno en el juego de mesa, cosa que tomó completamente por sorpresa al rubio quien tenía bastante confianza en ese tipo de juegos. Su plan original era, aprovechando que el ojiverde estaría ocupado con la carne, tener una pequeña charla incómoda con el quileute solo para poner de los nervios a Harry. Pero la verdad era que ahora lo único en lo que podía pensar era en rescatar su orgullo y no dejarse ganar por un mocoso de la mitad de su edad.
—... —Por su parte Jacob no podía evitar que una parte de él disfrutara de estar ganándole a ese rubillo engreído.
—No dejes que te moleste —Desde donde estaba, mientras daba vuelta a los filetes, Harry si se permitía exteriorizar lo mucho que le divertía ver la cara de derrota de Draco cuando de un solo movimiento Jacob capturo todas sus piezas —Es sano perder de vez en cuando.
—¡Cierra la boca Potter!
***
—Me aburro.
—Seth si vuelves a repetirlo te morderé el culo.
—¡Sam! ¡Paul me está acosando sexualmente otra vez!
—¡Seth!
La verdad era que desde hacía un par de días que aquel desorden era bastante habitual entre los miembros de la manada. Extrañamente estaban teniendo una rara lapso de tranquilidad por lo que no era raro ver a los lobos reunidos en algún claro del bosque. O, sacando provecho del repentino clima soleado que tenían, cerca del río donde talaban los árboles cuando era temporada, algunos sencillamente se dedicaban a tumbarse y echar la siesta mientras que los que tenían demasiada energía acumulada se dedicaban a jugar a las carreras o al escondite. Y por supuesto Seth no perdía oportunidad para fastidiar a alguno de sus compañeros.
—A ver ustedes dos compórtense —Que incluso hasta el alfa de la manada se veía invadido por aquella misma sensación de desaliento. Ni siquiera ponía demasiado esfuerzo en detener a los otros.
—Eso sonó muy convincente...
—¡Silencio! —Pero no fue Sam quien llamó al orden. Fue de repente cuando el lobo color café que era Quil se levantó de golpe y puso la nariz en alto. Al parecer podía oler algo bueno —Ese olor es... es... ¡No puedo equivocarme!
—¡Quil regresa aquí!
Pero era difícil, incluso para el alfa, detener a un lobo estúpido que se dejaba llevar por el estomago. Aunque darle casa al Ateara era mucho más divertido que solo quedarse tumbados como perros perezosos. Así fue como comenzó la pequeña persecución por medio bosque la cual terminó, por supuesto, con Quil debajo de Paul, Embry y Seth al puro estilo del conocido juego "montón".
—Mmm... —Aunque era comprensible el porqué de semejante carrera.
—Ni se les ocurra —Siseo mentalmente pero con firmeza el alfa. Aunque él mismo no podía negar que olía realmente bien. En verdad que el olor a carne asada no era uno que pudieran tener muy a menudo con el típico clima lluvioso de Forks. Y para su mala suerte se habían acercado peligrosamente al límite del bosque, aunque no lo suficiente como para que les vieran pero sí como para que ellos pudieran escuchar:
—¡Eh ese era mío!
—¡Si te duermes pierdes!
—En ese caso yo también tomaré uno.
—Basta ustedes, ese es un comportamiento desagradable.
—¿Ese fue Jacob? —Aun con todo el ruido de Quil quejándose por estar siendo aplastado resultaba fácil escuchar la voz del miembro faltante de la manada. Unos cuantos metros más allá, sentados a la mesa del jardín, Harry y sus invitados se disponían a disfrutar de la comida. O al menos lo intentaban. Después de todo Teddy y Draco se dedicaban a robar uno que otro pedazo de carne del plato del quileute, y Harry poco podía detenerles.
—¡El muy bastardo está comiendo carne asada! —Y las protestas de los demás no se hicieron esperar. Que ellos ni siquiera habían almorzado aun.
—Uh la la, hola bombón...
—¡Leah! —Aunque no todos estaban concentrados en el tema de la comida. La loba gris dio un par de pasos a un lado para poder tener un mejor ángulo de visión de ese guapo rubio que comía sentado junto a Teddy. Normalmente no le gustaban los tipos mayores pero ese sujeto realmente alucia a un buen vino añejo.
—¡Agh! —Una cosa era que los demás tuvieran que soportar las imágenes mentales de lo que la chica del grupo le gustaría hacer con el hombre pero Seth no tenía el estómago para hacerlo así que lo mejor que pudo hacer fue salir de fase y taparse los oídos mientras gemía como un niño pequeño.
—¿Oyeron algo? —Teddy se distrajo un momento para mirar al bosque seguro de haber escuchado a alguien pero rápidamente se convenció de que pudo haber sido su imaginación o un animal del bosque. Claro que del otro lado del límite del bosque no podía ver al grupo de hombres desnudos sujetando a un pequeño Seth quien pataleaba y gemía mientras le cubrían la boca. Algo que sin duda podría sonar mal pero que no tenía mejor descripción. Incluso para un narrador.
Pero mientras la manada regresaba por donde había llegado mientras Leah seguía carcajeándose internamente afuera en el jardín de la casa Potter los chicos y el adulto disfrutaban de la agradable sensación de un estómago lleno con buena comida:
—Cielo santo son unos desconsiderados... —O al menos Teddy y Draco lo hacían. Mientras Harry les recriminaba con la mirada pasaba la mitad de su comida al plato de Jacob.
—N-no tienes que darme de la tuya —Aunque su gesto apenaba un poco al moreno.
—Está bien yo no como demasiado... —Pero Harry primero moriría antes de ser descortés con un invitado. Pero ni siquiera era consciente de cómo su cercanía ponía nervioso al quileute. ¿O acaso era más fácil apreciarlo desde un tercer punto de vista tal y como Draco lo estaba haciendo en ese momento? Fuera cual fuera la razón, no se perdió ni un solo movimiento, gesto o palabra que salió a colación durante todo el rato en que terminaban de comer.
—Siempre jugaba con mi hermana —Claro que primero quería descubrir cómo fue que un simple mocoso fue capaz de ganarle a las damas —También ponía esa cara cuando le ganaba —Al menos Jacob era capaz de plantarle cara a Malfoy. Por ese lado Harry no tenía nada de qué preocuparse. Pero por el lado del rubio; era difícil ignorar ese brillo macabro con él que le miraba y luego al moreno. Pero mientras Harry intentaba pensar en alguna forma de ignorar el hecho de que muy posiblemente su mejor amigo ya tenía algo planeado, Jacob no pudo evitar notar lo mucho que se habían alargado las sombras. Y justo en el momento que se levantaba y volvía a poner la chamarra de cuero Teddy venía regresando del interior de la casa cargado con una bandeja:
—Ahhg, ¿ya te vas? Traje chocolate caliente... —La decepción era evidente en el rostro del joven metamorfo. Incluso sus ojos se habían tornado de un opaco tono azul.
—Lo siento amiguito pero tengo que regresar temprano hoy —Se disculpó Jacob poniendo su mano en la cabeza de Teddy y despeinándolo cariñosamente.
—Jacob espera... —Aprovechando que el moreno estaba dándoles la espalda y con unos rápidos movimientos de varita Draco hizo aparecer un recipiente y papel aluminio al tiempo que Harry lo llenaba con la carne y la comida restante —Llévale un poco a tu padre.
—G-gracias —Ya era bastante vergonzoso que le dieran algo para llevar, pero cuando tomó el recipiente no pudo evitar colocar sus manos directamente sobre las de Harry. No sabían por cuánto tiempo duraron así pero la verdad era que poco les importaba. El dorso de las manos de Harry era muy suave, y las de Jacob estaban cálidas. Para ambos era una sensación agradable que solo fue interrumpida cuando a Draco le dio una pequeña tos.
—¡Regresa pronto Jake! ¡Y la próxima vez tráete a Seth!
—¡Regresa cuando quieras! —Jacob se despedía con la mano mientras Teddy y Draco lo hacían desde el frente de la casa junto a Harry quien solo agitaba la mano en el aire tímidamente:
—Vuelve pronto... —De no haber tenido su oído de lobo no le habría oído. Pero hacerlo lo llenó con una agradable sensación que nunca había sentido antes. Para cuando encendió la camioneta hizo sonar la corneta un par de veces mientras retrocedía hacia la carretera.
—Mmm —Mientras conducía de regreso no pudo evitar que toda la cabina se llenará con el aroma a comida caliente. Definitivamente su padre se alegraría cuando viera que la cena de esa noche sería carne a la parrilla y ensalada de pollo con papa. La cual curiosamente había preparado ese hombre rubio —¡Grrr! —Y ahora gruñía.
No comprendía porqué pensar en ese hombre le hacía enojar. Era amable, y divertido a su manera, además tenía un aura de orgullo y dignidad que nunca había conocido en nadie. Ahora que lo pensaba, no había tenido oportunidad para preguntarle qué clase de parentesco tenía con Harry y Teddy. Como solo conocía su primer apellido, Malfoy, era posible que fueran familiares políticos o algo por el estilo. Tal vez un tío dada su edad. Pero le llamaba la atención la familiaridad con la que se trataban Harry y Malfoy. Dada la diferencia de edades era algo difícil de ignorar, ¿entonces por qué sólo Teddy le llamaba "Tío"?
Tenía demasiadas dudas presentes pero en cuanto se vio a sí mismo en el espejo retrovisor todas estas cuestiones pasaron a un segundo plano ante el recuerdo de su pequeño incidente en el baño. Solo recordarlo hace que se le erizaran los brazos y la nuca. En ese momento, y aun ahora estaba seguro de que habría terminado por entrar en fase de no ser por la llegada del ojiverde. ¿Por qué sería?
¿Por qué su sola voz había sido suficiente para regresarlo a la normalidad?
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