Capítulo 17
"No recuerdo mi talla — ¿Una orquídea de Jade?"
Era ya media noche. Podían escucharse los gruñidos de Teddy al dormir desde el otro lado del pasillo. Y Harry estaba tumbado en su cama con las manos tras su cabeza. No que tuviera insomnio, o que los ronquidos de su ahijado fueran una molestia, era solo que resultaría difícil conciliar el sueño en mitad del debate que estaba teniendo lugar en su habitación en ese momento:
—¡Ni hablar! ¿Vestirlo de amarillo? Con lo pálido que es, pensarán que va desnudo.
—El negro es demasiado trillado. Además Teddy tampoco quiere que use negro.
—¡Si por Teddy fuera Harry iría en mallas! A propósito, no descartes la idea para futuros planes.
—¡Eh! —Finalmente intervino en la conversación —¿Cómo que mallas? ¿Y qué "planes"?
—Un evento social a la vez —Respondieron Fred y Neville a la vez. Toda aquella ridícula situación era a causa de la reciente invitación que Harry había recibido de acompañar a Jacob Black a una boda. Dejando muy en claro ambos que era simplemente cosa de amigos —Además, necesitas un traje de gala muggle.
—Estoy seguro de que Teddy puede ordenar uno por internet —La verdad era que Harry no quería darse demasiadas molestias por todo ese asunto. Una parte de él sentía que si lo hacía toda aquella invitación pasaría de ser una simple… lo que fuera, a ser una cita.
—"Ya estoy viejo para tener citas" —Dijo de repente Fred apuntándole con su dedo índice —Me apuesto lo que sea a que estabas pensando eso.
—Ni hablar, irás con un sastre a que te haga un buen traje. ¡Amarillo!
—¡Negro! ¡Es una boda y las bodas son de negro!
En lo que Harry se levantaba para ir a calentar un poco de leche, en la Reserva Quileute Jacob caminaba por la hierba húmeda con las manos en sus bolsillos. No estaba seguro de si querría volver a casa y decirle a su padre que finalmente había invitado a alguien para que le acompañara a la boda. Bueno de todas formas aún quedaba la duda de si asistirá en calidad de padrino o como un simple invitado más que solo iría para comer pastel. Siempre podía sujetarse de eso para evadir la pregunta de con quién iría.
—Ah sí, iré con Harry Potter. ¿Quién? Pues el tipo nuevo en el pueblo —No tenía idea de cómo iba a reaccionar Billy cuando le dijera eso. Por sin duda, dijera como lo dijera, sonaba realmente estúpido.
—¿Irás con él? —Ojalá no hubiera nadie más cerca. Porque estaba seguro de que su grito parecía salido de Psicosis. Para su alivio Seth estaba solo. Seguía de pie con esa expresión confundida en el rostro. Bueno, en realidad su expresión era más una mezcla de incredulidad y esa sonrisa traviesa que solía poner cuando descubría una nueva forma de fastidiar —Ohhh, ¡tengo que contárselo a Quil!
—¡Quieto ahí! —Fue un milagro que pudiera sujetarlo del cuello antes de que saliera corriendo.
Se quedaron charlando un rato en la oscuridad. Seth no paraba de hacer preguntas acerca de porqué se había decidido finalmente asistir a la boda de Bella y Edward, si sería padrino, si sabía bailar y, la más importante, por qué había invitado a Harry.
—Estaba en su casa, repare su auto y cuando estaba lavando mi camisa solo se me ocurrió invitarlo —Explico lo más sencillamente que pudo.
—¿Y dijo que sí?
—En realidad, en ese momento apareció Teddy en actitud de padre proxeneta —Ahora que lo pensaba había sido divertido ver al chico ignorando la voz de su padrino mientras seguía enumerando las condiciones para una cita con él. Entre las cuales figuraban el uso de ropa apropiada y al menos un baile lento —¿Tú qué piensas?
—Me agrada Teddy —Respondió el pequeño quileute abrazando sus piernas y mirando al cielo nublado —Es divertido, algo raro y siempre está haciendo comentarios que te hacen sentir mal solo para reírse en tu cara.
—Me refería a que vaya con Harry a la fiesta —Aclaró Jacob.
—Ah eso. Pues está bien —Era refrescante poder hablar con alguien que no se complicaba la vida, tanto si el tema lo ameritaba como si no. No sabía decir si Seth era demasiado relajado o demasiado tonto. Como fuera, al menos el chico era feliz. Después de eso ambos decidieron pasar el rato con un juego de las traes por el bosque. Bromearon sobre temas sin importancia y cuando finalmente Jacob regresó a casa se sintió aliviado de escuchar a su padre roncar. Cosa que le alivio. En realidad aún no estaba seguro de querer decirle lo de su acompañante a la boda. De momento tenía cosas más importantes en las que pensar, como por ejemplo: su traje. Si no recordaba mal, la última vez que lo había usado fue a los doce años, y ni siquiera recordaba el motivo. Mientras veía la chaqueta no pudo evitar preguntarse, con cierto dolor en la billetera:
—"¿Cuánto costará alquilar uno de estos?"
***
Para su sorpresa Billy no hizo ninguna pregunta al respecto en la mañana. Desayunaron con tranquilidad, el anciano leyó su periódico y Jacob devoró su ración usual de comida. Hablaron del partido que el licántropo se perdió, de cómo por fin estaba al día con todo el asunto del instituto y que Jacob tenía que ir a Port Ángeles para rentar un traje:
—¿Al fin te decidiste? —Inquirió sorprendido. Jacob pensó que lo mejor era no ser tan misterioso con el asunto.
—See, pero no seré su padrino —Respondió con firmeza —No pienso-
Justo en ese instante comenzó a sonar el teléfono de la cocina. Sonó un par de veces hasta que Billy finalmente se aventuró a preguntar:
—¿Vas a contestar? —Inquirió mientras el teléfono volvía a sonar.
—No se supone que la novia llame a todos los invitados —Pero el quileute ni siquiera se inmuto solo recogió sus llaves y se guardó la billetera —Ya confirmare mi asistencia por correo como una persona normal. Si tiene tiempo de estar llamando mejor que se preocupe por su vestido.
—Jmp —Billy solo siguió con la vista la espalda de su hijo en lo que salía de la cocina. No estaba seguro sobre qué tan fuerte era la determinación de su hijo en eso, pero de momento era suficiente con no verle perder los estribos o deprimirse. Tal vez ese chico inglés con el que estaba pasando tanto tiempo estuviera siendo una buena influencia para él. No estaría mal conocerlo.
Pero en lo que Billy pensaba en sí invitaría a Charly para hacer una parrilla, aprovechando que estaba haciendo buen tiempo, o si solo irían a pescar; aunque quedarse en casa a ver el juego tomando unas cervezas tampoco era mala idea. Su hijo iba conduciendo ya por la carretera con la radio sonando a todo volumen y su brazo apoyado en la ventana por donde entraba toda la fresca brisa. Era extraño que estuviera tan seco y despejado el día, que casi hasta podía verse un poco el sol tras las nubes. Condujo alrededor de una hora hasta que finalmente se detuvo en un estacionamiento en Port Ángeles, y caminó un rato más hasta encontrar una sastrería:
—Buenas —El interior estaba lleno de estantes con prendas dobladas, un aparador de madera con vitrinas donde se exhibían corbatas, relojes, relojes, y hasta guantes. También había un par de maniquíes con trajes elegantes y un escaparate tras el aparador con la caja registradora donde estaba acomodado todo el calzado que todos los jóvenes calificaban de "zapatos para ancianos". De hecho todo el lugar le recordaba a esa película de espías Kingsman.
—Sí, quisiera rentar un traje.
***
Conforme pasaban los días y la tan esperada fecha para la boda se acercaba, todos en la casa Cullen se sentían más y más presionados. Y no precisamente por el evento, sino por Alice. La pequeña vampiresa había ignorado por completo los deseos de su futura cuñada y había estado haciendo todos los preparativos con el criterio que ella mejor consideraba: a lo grande. Todo el exterior de la casa Cullen estaba finamente decorado y la parte trasera ya estaba preparada para la boda. El altar y las sillas en fila estaban ya organizadas pero claro que Alice no paraba de querer pulir los detalles. Los troncos a los lados de los pasillos, las cintas blancas, los foquitos colgando de las ramas junto con algunas flores entrelazadas:
—¡No me interesa! ¡Ya vi que podrá conseguir los ingredientes que hacen falta así que llame a su proveedor quiero mi pastel de bodas tal y como lo ordene!
Jasper y Emmett veían divertidos desde el balcón del segundo piso a la organizadora caminar de un lado a otro entre las sillas y el altar hablando por teléfono. Al parecer había previsto alguna clase de contratiempo con el pastel y ahora estaba hablando con el pastelero. Rosalie había salido junto con Carlisle para ayudarle con algunas compras, aunque todos sabían que lo que en realidad quería era escapar de todo ese jaleo. Esme se encontraba en la cocina disfrutando de hacer los arreglos florales ella misma:
—No tengo mala cara —Junto a ella Edward estaba sentado en una de las butacas del mesón de la cocina donde estaban dispuestas las flores —Agradecería que todos dejaran de pensar eso.
—Es tu boda Edward, deja de preocuparte tanto deberías estar feliz —Le recordó su madre mientras acomodaba un girasol.
Pero aunque realmente estaba feliz de poder casarse con la mujer que amaba lo que realmente atormentaba al lector de mentes eran aquellas dudas prenupciales de las que siempre estaban hablando los que no se cazaban. Dudas como si realmente Bella había aceptado casarse porque lo amaba o solo porque aquella había sido la condición de Edward para convertirla. ¿Y por qué insistía en que Jacob Black fuera su padrino? No que tuviera nada en contra del chico, de hecho incluso le agradaba un poco, pero Bella… En momentos así era cuando acababa teniendo sentimientos bilaterales con respecto a no poder leer la mente de su prometida. Deseaba que Bella no tuviera secretos para con él y temía que de poder leer su mente descubriera alguno.
No. ¿En qué estaba pensando? Solo estaba actuando paranoico por los nervios de la boda. Solo era eso. En lugar de quedarse allí mejor iría a probarse los zapatos que Alice había dejado sobre su cama, tenía que elegir un par antes de que su hermana dejara de discutir con el pastelero o estaría en serios problemas. De hecho, le divertía pensar que Bella debía de estar pasándola peor. Después de todo tenía que aprender y acostumbrarse a caminar con tacones.
Para la tarde los preparativos estaban casi listos. Alice insistió en hacer un pequeño ensayo para prever cualquier eventualidad. Edward se probó su traje y espero en el altar. Bella no tenía su vestido de novia, pero si camino por el pasillo con sus tacones y del brazo de Carlisle Pero mientras cuidaba de no dar un mal paso y terminar con el tobillo roto, la humana no podía sacarse de la cabeza todas las veces que había intentado hablar con Jacob. Realmente quería que él estuviera allí como su padrino. Lo consideraba su mejor amigo, y no se perdonaría que realmente acabará por odiarla solo por haber escogido a Edward. Ya no podía ir hasta la reserva para intentar hablar con él en persona. Lo había intentado varias veces pero nunca estaba en casa y la única razón que podía conseguir de su padre era que estaba en casa de un amigo. Nada más.
Lo único que podía hacer era confiar en la confirmación que había llegado junto a las demás en el correo. Incluyéndolo a él irían cuatro Quileutes; Billy iría con Sue. No estaba segura de sí Seth tenía pareja para asistir pero no había ningún inconveniente tanto si llevaba una como si no. Lo que en verdad deseaba era que Jacob fuera con alguien más. Cuando habían hablado y le había pedido que fuera su padrino, se sintió muy tentada a decirle que podía invitar a alguien más como pareja, pero sabía que solo mencionarlo sería tentar demasiado a su suerte.
***
El tan esperado día marcado por la invitación finalmente había llegado y los preparativos en la casa Cullen eran por demás caóticos. Alice no paraba de vociferar órdenes de aquí para allá arreglando los detalles de imperfecciones que solo ella veía. Bella era peinada por su madre y Rosalie mientras Carlisle les hacía el nudo de la corbata a Edward, Jasper y Emmett, más por un gusto parental que nada. A diferencia de Jacob, que tras su décimo intento logró finalmente hacerse correctamente el nudo de su corbata. Se encontraba solo en casa, ya que Billy se había ido junto con Sue y Seth para asistir a la ceremonia en la iglesia. Cuando estuvo listo tomó sus llaves y salió camino a la casa Potter. Ni siquiera noto que ya podía hacer todo el trayecto sin tener que fijarse en el camino.
—¡Jacoooob!
—Hola Teddy —Tampoco noto lo rápido que se había habituado al comportamiento del hermano menor. Que ya incluso podía adelantarse a sus emboscadas, atajarlo en el aire y tirarlo al sofá con un solo brazo —¿Están listos?
—Harry está buscando su cartera
—Estoy aquí… —Desde donde estaban Jacob pudo ver como el inglés se apresuraba en bajar las escaleras, pero la verdad era que poco le importó que Teddy estuviera intentando robarle su billetera. La chaqueta era de un intenso color vino tinto abrochada al frente solo con dos botones dejando ver la camisa negra y la corbata color escarlata con líneas diagonales doradas, los pantalones caqui eran del mismo color que la camisa y los mocasines relucían de limpio. Todo en Harry Potter lucía endiabladamente bien, incluso llevando el cabello tan desarreglado como de costumbre. Jamás había conocido a un hombre que tuviera tal efecto en él. Algo en su interior le hacía desear tanto acercarse y olfatearlo que no pudo evitar preguntarse si así era como se sentía el metal al estar cerca de un imán —¿Estás bien?
—Espera, ¿está babeando? —Al menos aún conservaba el suficiente sentido como para darle un zape en la cabeza a Teddy.
—Luces bien —Dijo con seguridad, ¿qué había sido eso? Tan pronto como lo había sentido se fue.
—Gracias, igual tú —Después de eso el joven metamorfo montó un pequeño show de por qué nadie alagaba lo bueno que estaba él. Alegaba que tal vez su trasero no era tan bueno como el de Jacob pero que definitivamente su porte y su acento compensaban esa carencia. Después de amenazar a su ahijado de no dejarlo ir si volvía a hacer un comentario así, o a nalguear a Jacob, fue que se pusieron en camino a la boda. Solo que antes de salir Teddy se quedó atrás y tomó a Jacob del hombro —Oye estoy seguro de que Harry hablaba en serio.
—No es eso… —Rebatió Teddy. Jacob pudo ver como tenía su mano en la espalda —Conseguir esto fue realmente muy muy difícil, pero creo que valió cada galeón —Y en lugar de preguntar sobre a qué se refería con "galeón", Jacob prefirió concentrar su atención en el envase plástico dentro del cual había una bonita flor cuyos pétalos iban de un intenso verde en las orillas y conforme se acercaban al centro se iba tornando más claro en una tonalidad que iba entre el verde al azul y turquesa, con un par de hojas frescas que colgaban a cada lado —Se le llama Orquídea Esmeralda, pensé que se vería bien que usarás algo que combinara con los ojos de Harry.
—Estás decidido a que esto parezca una cita ¿no?
—Oye, desde que tengo memoria Harry no ha salido con nadie ni una vez —Se excuso el menor —Y de repente le llega la invitación a una boda de parte de un tío bueno, en serio, ¿qué les dan de comer cuando son pequeños? Yo quiero un poco de eso.
—Oye, ¿en verdad…? De veras te gustan, tú sabes —No estaba seguro de cómo plantear la incógnita.
—¿Las pollas? ¡Sí!
Olvídenlo. La desvergüenza de ese mocoso era capaz de cargarse la tensión de un funeral. Por lo menos Harry no dijo nada porque Jacob salió de la casa estrangulando a su ahijado con el brazo. Siempre había pensado en que la actitud de Teddy para con ellos era simplemente parte de su naturaleza juguetona y hasta coqueta. Pero realmente le gustaban los hombres. Gracias a los ancestros porque fuera fácil tratarlo. No estaba seguro de cómo reaccionaría si fuera alguien más. De hecho, era la primera persona gay que conocía. Ahora, mientras conducía con la orquídea en su pecho, no podía evitar mirar de reojo su copiloto y preguntarse, con algo de curiosidad, si Harry también gustada de las personas de su mismo sexo. No que fuera importante. Nada más era curiosidad. Solo eso.
—Grrrrh
—¿Estás bien? —Pregunto Harry al escuchar como Jacob parecía estar ronroneando.
—Se me atoro algo en la garganta —Se excuso con las mejillas tenuemente rojas y sin necesitar mirar por el retrovisor para ver la mirada socarrona de Teddy.
Solo era curiosidad… ¿Cierto?
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