
𝗱𝘂𝗼𝗱𝗲𝗰𝗶𝗺. min yona.
Capítulo 12
Min Yona
Nos encontrábamos en la misa de todos los días, en mi caso, lo único que hacía era mirar con inspección al Sacerdote Felix, tal vez porque no podía sacar de mi cabeza esa extraña manera de comportarse antes de que entrara a su habitación. Quité esos pensamientos cuando sentí un apretón en mi hombro derecho, giré mis fanales hacia arriba, mirando a la Hermana Superiora observando la misa con adoración, sabía que fue una forma de decirme que preste atención a lo que está diciendo el Padre Kim Hwang antes de que sea la primera en rezar un millón de rosarios por no alabar a un Dios al cual ni siquiera creo. Cómo no estaba de ánimos para ser castigada, no me quedó de otra que dirigir toda mi atención al mayor que yace con los párpados cerrados, diciendo unas oraciones que no comprendí muy bien al inicio, no obstante, es imposible no vagar por mis locos pensamientos en el instante en que la mirada del sacerdote de pecas está en los ojos de su compañero de cuarto.
Ambos se veían preocupados.
¿Qué es lo que estaba pasando ahora? Moví mi cabeza en negación en un disimulo, minutos después Felix es quien está entregando la eucaristía. Llegó mi turno y no tardé en hacer mi primer movimiento, pero él me está haciendo la vida miserable, porque el segundo sacerdote decide meterse en el medio, al igual que el peligris, repartiendo la otra mitad de la eucaristía a las alumnas del internado. Haciendo que Felix vaya para la otra fila y yo me quede con ganas de hacerle pasar un minuto incómodo al mayor, empero, me basta con observar su media sonrisa oculta. Fruncí mi entrecejo cuando me percaté de mis sentimientos.
—¿Te enamoraste?
—No creo que lo esté, es absurdo. —Aeri opinó en un tono confuso. Yo me encontraba en forma de estrella en la cama de Chae Hyun, ya que nos encontrábamos en su habitación. Está en la espera de su nueva compañera de cuarto, porque a Jo Ji Won la sacaron del internado.—Solo hicieron el amor.
—¿Hacer el amor?
—Pero qué idioteces dices, Uchinaga.
Ambas expulsamos unas risas por el comentario de mi rommie en este loquero cristiano. La pelirroja rodó los ojos, prestándole atención a las pinturas que están en la pared de Kim Chae Hyun, no me quería burlar de las cosas que decía, sencillamente que la mayoría de las veces romantizaba absolutamente cualquier contacto con algún hombre, Aeri creía que el primer hombre con quién estés va a convertirse en tu futuro esposo, el padre de tus hijos y el amor de tu vida, cuando nunca es de esa forma. Quizás por eso nos causaba muchísima gracia, pero jamás es para hacerla quedar mal o sentirse cómo una estúpida.
La puerta se abre a los segundos, observando que una adolescente ingresó a la habitación con una enorme maleta rosa con brillitos, una mochila y vestida del mismo tono de color. Chae Hyun y yo nos miramos de inmediato, literalmente, parecía una version de Aeri y eso sería nuestro tormento, aunque ahora que lo estoy pensando mejor, sería el tormento de mi amiga. Me levanté de la cama, dispuesta en irme de ahí con mi compañera de habitación, únicamente que detrás de ella aparece la Hermana Lily con esa misma faceta de siempre, hasta que me ve a mí.
—Antes de que se retiren a hacerle la vida miserable a algún profesor, me gustaría que conocieran a una de sus nuevas compañeras, niñas. —informó la monja. Capaz en un intento de hacer una broma que la chica nueva no se lo tomó cómo tal.—Ella es Min Yon A. Y será tu nueva compañera de cuarto, Kim Chae Hyun. Sé que no te interesa con quién compartes habitación, pero me gustaría que te lleves bien con ella.
—Hola, chicas. Es un placer conocerlas.
—Parece una barbie que hasta da miedo...
—Espero que tu estadía aquí sea una de las mejores, pero nosotras ya nos vamos. —halagó dulcemente Aeri. Terminó por jalonear de mi brazo, llevándome fuera del cuarto de nuestra amiga.—Me da mala espina...
—¿Por eso me sacaste así?
—No. Pero esa no me agrada.
—Esa. —repetí entre risas.
—Mi Sae, te estoy hablando en serio —Aeri dejó de caminar, ocasionando que detenga mi caminata debido a que mi mano yace debajo de su brazo.—. Tiene algo extraño... No tiene cara de parecerse a una persona con buenas intenciones.
—Aeri...
—No miento, sabes que nunca lo hago.
—No te estoy diciendo eso. —reí, mostrándole una media sonrisa a mi compañera. Empezamos a caminar unos pasos lejos de esa habitación, lo menos que queríamos es que la nueva nos escuche.—Simplemente que está más que claro que Min Yon A no tiene buenas intenciones, por algo está aquí.
La pelirroja por un momento me vio sorprendida de mis palabras, capaz creyendo que yo no sería capaz de creer en ella, sin embargo, en su rostro se puede ver la tranquilidad al minuto en que le doy mi punto de vista al respecto. Ya que tenía toda la razón del mundo, no por nada en estos instantes esa nueva chica se encontraría conviviendo con nosotras desde ahora en más, pero como siempre le digo a mis amigas, mientras que nosotras no tengamos nada que ver con los futuros planes de las nuevas internas de este sitio todo iba a estar bien y no teníamos por qué preocuparnos, empero, si eso llegase a ser de otra manera, quiero suponer que las cosas no van a salir tan bien que digamos...
Aeri me sonrió, volviendo a caminar feliz.
—Pues para mí no se ve tan mala.
Escupí el jugo que se encontraba dentro de mí boca, y mi compañera de cuarto casi se cae de su asiento al instante en escuchar la voz de Chae Hyun. Es que eso significaba que Min Yon A tenía un punto a su favor y alguien que la podría defender cada vez que quisiera, aunque a mí no me importaba absolutamente nada con respecto a la nueva, en la cara de mi rommie se puede observar a kilómetros que no le gustó para nada la respuesta de nuestra amiga.
Chae Hyun levanta sus ojos, quizá porque sintió la mirada penetrante de mi amiga.
—¿Por qué?
—¿Tú por qué me ves así? —ella respondió.
—Porque no puedo creer que esa te caiga bien.
—¿Esa? —río. La pelirrosa me ve sonriente.—Es algo nuevo de Uchinaga Aeri, eh. Los celos se te dan muy bien, unnie, tendrías que seguir haciéndolo. ¿Quién sabe? Capaz en algún futuro tenga suerte de poder liarte con uno de los sexys profesores...
—¡Hyunnie! Esto es en serio.
—Oye, relájate... ¿A ti también te cae mal? —negué ante su pregunta. Solo me estoy concentrando en terminar de comer mi almuerzo.—Bueno, si a tu compañera de habitación no le cae mal, significa que es tu problema, Aeri, y todo lo que está produciendo la serotonina de tu cerebro está enloqueciéndote. ¡Ja! Pareciera que la persona que se anda drogando es otra y no yo exactamente, eh.
—No sé qué es lo que más me molesta, que no creas en mis palabras o que confundas la serotonina con una droga. —se levantó enojada de la silla.
—¡Hey! Con respecto a las adicciones tú no me puedes ganar, yo sé mucho más que tú, y por si no sabías, la liberación excesiva de serotonina que genera la MDMA es la causa probable de la estimulación del estado de ánimo que experimenta cualquier persona que consume droga. —siguió hablando aunque nuestra amiga se haya marchado de la mesa. Chae Hyun me ve con sus fanales casi fuera.—¿Qué?
—Nada, creo que deberías enojarte más.
—¿Por qué?
—Parecieras más inteligente cada vez que alguien se mete con tus plantas parlantes.
Mi amiga iba a responder ante mis últimas palabras, sencillamente que la silueta de una mujer apareciendo a mi derecha llama nuestra atención, la adolescente deja su bandeja de comida en la mesa y levanta una de las piernas para atravesar el banco, segundo después de que tomó asiento a mi lado nos observó sonriente. Parecía que estaba muy contenta de estar en un sitio como este, empero, Chae Hyun parecía estar bien con la confianza que tenía su compañera de habitación, entre que yo no sabía cómo actuar.
Debido a que Uchinaga Aeri es mi compañera de cuarto y también una de mis amigas más cercanas, porque había que recordar que la pelirroja es quien pasa más tiempo conmigo, siempre viéndome mal o bien, en mis estados de locura o rebeldía, de igual forma como en mis estados de tristeza y odio por la familia que me tocó. No puedo ser capaz de dejarla a un costado, sin importar la más mínima tontería que pasara por su mente en estos momentos, solo que antes de poder marcharme algo logró que mi trasero no se pueda levantar.
—¿Qué dijiste? —indagué frunciendo mis cejas.
—Ay, Cho Mi Sae, no me digas que nunca tuviste una aventura con un mayor.
Reí sin poder creer la respuesta de la rommie de una de mis amigas, muchísimo menos cuando mencionó que había conocido a un sacerdote por los pasillos que le llamó muchísimo la atención. Obviamente que lo primero que pasó por mi mente fue en el Sacerdote Eun Woo, ni siquiera nadie más que en él, por lo que estaba viendo a mi amiga también le pasó el mismo pensamiento, ya que comentó algo.
—El Sacerdote Cha no es alguien fácil de conseguir.
—¿Por qué?
—Solamente, le importa mantener a la gente alejada de las posesiones, lo sé muy bien porque tuve un castigo muy severo y tuve que ver cada cosa horrible mientras que estuve con él. —notificó metiendo un último bocado a su boca.—Además, no creo que vea a las internas de otra manera.
—No, no, no es el Sacerdote Cha.
—¿Ah no? ¿Entonces quién?
—¿El Sacerdote Felix? —bromeó Kim Chae Hyun. Únicamente que ver a Yon A mover su cabeza en una afirmación es lo que ocasionó que deje de sonreír y me echa un vistazo a mí.—No creo que...
—Déjala, ella sabrá muy bien qué hacer.
—¿Qué me estás queriendo decir con eso?
—Nada. —sonreí cínicamente, levantándome del asiento de madera y sujetando la bandeja azul entre mis manos blancas.—Yo mejor iré a buscar a nuestra amiga. Seguramente, estará gritando en algún lugar de todo este horrible establecimiento.
—Bien.
—¡Bye! —Yon A se despide, ignorando por completo
mi lejanía para seguir hablando con su compañera de cuarto.—Ya dime, necesito saber cómo acercarme al Sacerdote Felix. ¡Es muy guapo...! Quiero tener al menos una charla con él.
—Mejor no lo hagas.
—¿Por qué? ¡Creí que eras más divertida!
—¿Quién te mintió así? —Chae Hyun rodó los ojos ante esa información. Apoyó sus brazos sobre la mesa de madera, echándole breves vistazos a una de sus amigas más cercanas dentro del internado.—Créeme, Min, tú no quieres involucrarte con ese sacerdote. Lo único que vas a generar es tener enemigos, y es tu primer día aquí, así que te recomiendo que lo menos que debes de hacer es hacerte enemiga de Cho.
—¿Por qué Cho tiene que ver...?
Chae Hyun elevó una ceja, demostrándole lo evidente, para eso, generar que Min Yon A gire un poco la cabeza sobre sus hombros, notando el momento justo en que la recién nombrada se había marchado de la cafetería del internado. Entonces, se podía observar la sonrisa macabra que tenía la nueva alumna.
Desde que escuché a medias la conversación que tenía Chae Hyun con su nueva compañera de cuarto un mal presentimiento invadió toda mi espina dorsal, empero, quité esos pensamientos cuando pude ver a la pelirroja de mi amiga apoyada en uno de los columpios que se encuentran en el patio de atrás. Lucía demasiado seria ante mis ojos, se meneaba lentamente, perdida entre esos pensamientos locos que ella usualmente tenía, únicamente, bajé de las escaleras de cemento para acercarme a ella.
—¿Estás bien? —indagué, tomando asiento a su lado.
—No quiero que pienses que soy una dramática con todo esto, pero estoy muy preocupada de perder a las únicas amigas que tengo aquí adentro.
—Riri, a mí nunca me vas a perder.
—Ya sé, pero igual. —lanzó una risa vaga, teniendo la mirada en el suelo pastoso.—Chae Hyun está segura de que es una buena persona, pero yo sé muy bien que está demasiado equivocada.
—Yo también lo sé...
Murmuré lentamente, levantando la mirada y pudiendo ver el instante justo en que delante de mí se posiciona la compañera de una de mis amigas, observándose como toda una muñeca frágil arriba de ese pequeño balcón, compartiendo un momento con una persona que no se podía ver tan bien que digamos. Hasta que ella jala de su brazo, logrando que la luz solar les alumbre el rostro luego de unos segundos, pero la sonrisa que ella me había dado pareciera que fue el inicio de todo.
De la guerra que pensé que terminé en el momento en que Jo Ji Won se marchó de este internado para siempre, sin embargo, si esa chica con cara de Barbie piensa que va a obtener lo que quiere está equivocada.
Yo estaba más loca que ella.
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