Milo tomo la mano de Camus colocándose frente suyo mirando fijamente a Aioria.

- Aioria por favor, solo déjanos irnos como, por favor amigo, dejemos esto aquí.

Dijo Milo con sumo miedo y tención.

-¡ja! ¿Amigos? Yo solo soy para ti el hermano de un traidor no dijiste eso, aparte yo no soy amigo de ningún marica.

Dicho eso Aioria comenzó a caminar más cerca de Milo quedando de frente a frente mirándolo desafiante.

- Aioria yo .

Intento decir Milo mas fue bruscamente interrumpido por el león.

- calla, Milo – silencio sus palabras unos segundos para de gustarse del miedo que Milo mostraba en sus ojos – ¡ja! quién lo diría el gran Milo de escorpión muriéndose de miedo ante alguien , que patético.¿ Pero dime Milo porque tienes miedo?... yo se por que, por que tu sabes muy bien que quien me la hace me la paga Milo y tu... tu has cometido la peor falta hacia mi... así que ahora ... tienes que pagar...

Dicho eso aquel caballero plateado que Milo había dejado mal herido tomo a Camus por la espalda separándolo totalmente de Milo este intento ayudarlo mas los otros dos caballeros lo tomaron por la fuerza inmovilizándolo por completo.

Ambos intentaban pelear pero inútil no podían hacerlo, no tenían a fuerza suficiente para enfrentar siquiera a un aspirante a caballero, ni hablar de un caballero de plata.

- Milo.

Grito Camus con suma desesperación en su intento de zafarse de las manos del caballero, Milo igual lo intentaba sabiendo que era inútil pero seguía luchando, no recibiendo ninguna respuesta favorable únicamente logrando sentirse inútil, frustrado el miedo se apoderaba por completo de el.

- por favor Aioria te lo suplico, cualquier problemas que tengas es conmigo no con el, quien te ha insultado soy yo déjalo en paz.

Lagrimas rodaban por la impotencia de los ojos del escorpión, mientras Aioria le miraba con suma burla.

- ja, el Milo de escorpión, humillado a mis pies, suplicando por un marica, jajajaja quien lo diría... pero bueno tengo una idea, ellos van ha soltarte y después de eso te quiero de rodillas ante mi, suplicándome aun mas que perdone tu falta, si tu disculpa me agrada dejare a Camus de otra forma el pagara todo.

- Milo no lo hagas... por favor.

Dijo Camus aun intentándose zafar de aquel caballero plateado, mientras aquello tenían a Milo lo comenzaron a soltar lentamente, tirándolo a los pies de Aioria, mantenía alzo un poco la mirada mirando a Camus por algunos segundos, este con lagrimas en los ojos solo negó con la cabeza, el escorpión sonrió levemente a su amado y volvió la mirada a Aioria, observando su estúpida sonrisa y finalmente poso su mirada en piso.

- Aioria, yo.. – soltó un pesado suspiro- lo sien...

No pudo terminar sus palabras Aioria le había soltado una gran patada tirando bruscamente algunos metros lejos del ahí.

- maldita sea Milo, que demonios te ha pasado ,tu no eres así, tu eres orgulloso, tu orgullo estaba ante todos y nadie podía doblegarte . todo es culpa de este hijo de puta – poso su vista en Camus- el.... el es quien te convirtió en esto y lo hare pagar, lo desapareceré de la fas de la tierra para que tu puedas volver ha ser normal.

Aioria se acerco a Camus soltándole un fuerte golpe, Milo aun mareado por el dolor que aquella patada le provoco, intento levantarse para correr ayudar a Camus, mas nuevamente los caballeros de plata se lo impidieron.

- ya veras Milo, todo volverá ala normalidad, te lo prometo, el sufrirá por lo que te ha convertido.

Dijo Aioria para volver a golpear a Camus, rompiéndole el labio haciéndole sangrar, Milo gritaba pidiendo que le dejara mas nadie escucho, Camus miraba lleno de odio a Aioria sin embargo sonrió ligeramente, tras el golpe que le había roto labio.

- de que demonios te ríes. – dijo enojado Aioria.

- solo pueden hacer esto por que no tenemos cosmo energía, de otra forma no tendrían el valor de enfrentarnos a Milo y a mi los únicos maricas aquí son ustedes así que adelante Aioria, sigue queriéndote comportar como el león que supuestamente eres, aun en el fondo aun eres un estúpido cachorro hermano de un asqueroso traidor.

Tras decir eso Camus escupió la sangre que tenia acumulada en sus labio a la cara de Aioria , enfureciéndolo aun mas a este, el quien sin cuidado alguno arrebato a Camus de aquel caballero plateado, tirándole al suelo colocándosele encima comenzando a golpearlo una y otra vez sin piedad, mas con poca fuerza para no matarlo al instante. Milo lleno de impotencia solo pudo gritarle Aioria que parara.

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- ¿dónde demonios están?

Se preguntaba así mismo afrodita con desespero, buscando de un lado a otro a sus compañeros, Aioria no estaba en su templo tampoco así que tenía un terrible presentimiento.

- no los han encontrado.

Pregunto Shura tras encontrarse con sus compañeros, frente la entrada del bosque cercano al santuario.

- no, que esperabas fin al cabo son caballeros dorados, para ellos es fácil escapar a pesar de todo.

Dijo Death, acercándose un poco afrodita para tranquilizarlo, sabía que este estaba sumamente preocupado.

Este ultimo solo miraba rumbo al suelo lleno de impotencia, hasta que el un fuerte grito proveniente del interior del bosque llamo su atención, sin pensarlo dos veces corrieron a donde aquel grito se había escuchado, encontrándose con el horrible escenario Shura rápidamente retiro a Aioria de Camus inmovilizándolo, mientras que dita y Death, golpeaban aquellos plateados cómplices de Aioria, Milo al ser liberado corrió a lado de Camus, mirándole semiinconsciente por el dolor, sangre brotaba de su cuerpo, aun con su cuerpo adolorido logro alzar su brazo limpiando llevando su mano ala mejilla de Milo limpiando las lagrimas de este

- mon amour (mi amor)

Fue lo último que pudo decir antes de desmayarse por el dolor.

Habían pasado ya algunas horas, Aioria había logrado escapar mientras que Death, dita y Shura llevaban a Camus y a Milo ala enfermería del santuario, este ultimo no había recibido gran daño a comparación de Camus el cual aun lo revisaban en busca de algún hueso roto o cosas peores.

Milo caminaba de un lado a otro, totalmente preocupado, sintiéndose culpable por todo lo que pasaba, se encontraba solo en la habitación con Death quien extrañamente se sentía culpable por lo sucedido.

- Milo cálmate, todo estará bien.

Le dijo Death posando su mano en el hombro de Milo, el cual al apenas sentir aquella acción abrazo a Death sin aviso, lo abrazo fuertemente sin importarle nada, este en un inicio no reacciona al abrazo, mas al sentir las tibias lagrimas de Milo mojar su hombro, también le abrazo.

- todo, estará bien ya lo veraz.

Le dijo mientras se separara de Milo para obsequiarle un cigarrillo el escorpión le agradeció mas no lo tomo, no tenia animo ni para eso.

Por fin el doctor salió, informando que Camus estaba estable mal herido pero estable, avisándoles que necesitaría algunos días de reposo y observación.

Milo no espero tan siquiera que el doctor le permitirá pasar ha ver a Camus, corrió a su lado como un perro corre con su amo al verle llegar, al verlo lo estrujo entre sus brazos con ternura besándolo al instante.

- Camus perdón, perdóname.

Repetía una y otra vez a lo que el francés solo le abrazo en silencio.

Paso toda la noche a su lado, atendiéndole en lo que mas podía, Death se quedo tras la puerta algunas horas mas tomando guardia para que pudieran descansar un poco.

Sin embargo no tardo mucho para que lo ocurrido llegara a los oídos del patriarca, el cual con una supuesto mandato "por seguridad" de Camus ordeno que nadie se le acercara a este durante su recuperación, incluyendo a Milo en la orden, ahora no podía estar a su lado.

Milo golpeaba un pilar de su templo al grado de lastimarse seriamente el puño, estaba frustrado no sabia cuánto tiempo mas podría soportar aquella situación.

- Milo tranquilo, - le decía el peli celeste mientras curaba su puño.

- dime afrodita, dime como puedo estar tranquilo, han aislado a Camus de mi y si algo le pasa yo no podre estar con el... ya no puedo mas con esto dita, si sigo aquí es por Camus... solo por el

Afrodita abrazo fuertemente a Milo tras escucharle decir aquellas palabras.

- te prometo Milo que aun que sea lo único que haga, que estarás de nuevo con Camus y el patriarca no pondrá objeción es una promesa.

Sentencio el sueco, mientras formulaba un plan para cumplir aquella promesa.

Paso una semana desde aquel accidente, Milo evitaba a toda costa Aioria, pasando la mayor parte de su tiempo en el templo de acuario, leyendo los libros que tanto amaba Camus.

Por otro lado afrodita se encontraba sentado en la entrada de su jardín de rosas, las miraba fijamente concentrado en sus pensamientos, al grado que no noto que Shura le llamaba.

- ¿afrodita? –dijo por tercera vez el peli negro logrando por fin captar la atención de este.

- Shura perdón no te vi.

- solo quería avisarte que Camus saldrá mañana de la enfermería Death esta haciendo guardia en este momento, sin embargo no podremos cuidarlos por siempre esto se volverá ha repetir... ¿tienes acaso algo planeado?

Afrodita miro con un poco de tristeza a Shura fijamente, con una ligera mueca en los labios.

- si – dijo- la tengo pero, no se si sea correcto... ¿ es bueno hacer cosas malas por el bien de alguien?

Shura arqueo su ceja, al tiempo que se acercaba a afrodita sentándose a su lado, guardo silencio un momento pensando en que responder.

- no lo se, supongo que esta bien mientras no lastimes a nadie.

- al decir alguien – bajo la mirada- ¿te refieres a Death?

Shura también bajo la mirada , pateando un piedra que esta cerca de el.

- si, me refiero a el ... sea lo que tengas pensado hacer, que no termine lastimándolo por favor.

Afrodita no respondió aquello solo recargo su cabeza en el hombro de Shura, sin dejar de mirar sus rosas.

Las horas pasaron rápidamente, la noche ya dominaba casi todos en el santuario dormían, todos a excepción de afrodita, quien se arreglaba con ropa por demás ajustada que no dejaba nada ala imaginación, remarcando su perfecto cuerpo, se miro una ultima vez al espejo soltando un gran suspiro, decidido de lo que haría, sin mas tomo una botella de vino y comenzó a caminar rumbo a los aposentos privados del patriarca.

Al llegar toco la puerta suavemente sabia que este no estaba durmiendo.

- ¿afrodita? ¿que haces aquí tan noche? – pregunto sorprendido el patriarca al verle llegar

- yo, solo quería traerle un poco de vino, puedo imaginar que esta estresado.

Contesto tímidamente afrodita mientras recogía un mecho de su cabello tras su oreja, saga le observo por un momento, nunca había visto a afrodita vestido de esa forma, sin embargo no podía negar que se veía extremadamente bien aquella ropa ajustada lo hacia ver incluso mas masculino.

Ambos compartieron aquel vino hablando de todo y nada ala vez, sin embargo saga quien no traía su habitual mascara azul no podía dejar de mirar a afrodita, había algo diferente en el mas no podía saber que, no sabia si era el alcohol que había consumido cual ya era bastante o que sucedía mas la mirada de afrodita lucia sumamente seductora, sabía que afrodita era un hombre pero aquellos ojos no le molestaban en lo mas mínimo, afrodita quien estaba sentado a su lado, en un gran sofá. Recargo su cabeza en el hombro de saga, recorriendo con las yemas de sus dedos la mano de este logrando estremecerlo.

- afrodita , lo mejor será que te marches es tarde y tienes que descansar.

Decía un alterado y un poco ebrio saga intentando levantarse de aquel sillón inútilmente estaba ya mareado por lo que cayo de espaldas, a lo que afrodita aprovecho para subirse encima suyo mirándolo con seducción mordiendo ligeramente su labio.

- ¿que demonios haces?

Dijo saga el cual comenzaba a dejarse envolver por el exquisito aroma de rosas que provenía de afrodita, sin sentir molestia alguna al este rozar con completo su sexo con el suyo.

- querido saga tu solo déjate llevar.

Afrodita beso los labios de saga tras decir esas palabras, a lo cual este obedeció sin saber por que, mas el cuerpo de afrodita le resultaba hipnotizaste, poseyó el cuerpo de afrodita, una y otra vez por toda la noche aun incluso cuando el alcohol ya no dominaba s juicio.

Ala mañana siguiente saga despertaba con dolor de cabeza y los labios secos estaba solo y desnudo en su cama, recordó de golpe lo que había pasado, buscando inmediatamente a afrodita por todos lados, este ya estaba vestido mirándole con frialdad sentado en una silla alado de la cama.

- quiero que dejes a Milo y a Camus en paz.

ordeno afrodita sin dejar de mirar un solo segundo a saga el cual igual le miraba sorprendido, no esperaba que afrodita hiciera algo asi.

- no puedo hacer eso, ellos son unos pecadores anormales, merecen la muerte por sucumbir a su desviado camino. 

Afrodita rio molesto por la respuesta acercándole nuevamente a saga, colocándose encima suyo tomando la mano de este para ponerla en su sexo.

- sientes saga soy un varón y durante toda la noche me tomaste de distintas formas y gozaste con ello... así que dime... querido saga ¿eso en que te convierte? - retirando la mano de sexo – asi que déjate de hipocresías, que en el fondo tu también disfrutas de la compañía de un hombre no se te olvide que incluso me dijiste mientras me envestías que ninguna ninfa te había hecho sentir también como yo lo hacia, así que... los dejara en paz o todo mundo sabrá que es lo que paso... espero quede claro.

Sentencio afrodita levantándose nuevamente de la cama y sin esperar respuesta salió inmediatamente del cuarto de saga corriendo a su templo, sabia que saga obedecería o al menos por un tiempo, saga lo conocía muy bien y sabia de lo que el peli celeste era capaz, entro inmediatamente en a su alcoba o mas bien al baño que estaba en su alcoba, no se quito la ropa al instante solo encendió, la regadera y mojo su cuerpo con agua helada.

- lo siento Death, pero no encontraba otra forma, ellos no se merecen esto.

Susurro para sí mismo mientras el agua seguía golpeando su cuerpo.

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Milo se encontraba en el coliseo Shura le había convencido a salir un poco para entrenar, no faltaron insultos ni malas miradas pero ya no le importaba, solo podía pensar en Camus y nada mas. aquel día había un gran numero de soldados y plateados en el coliseo, muy pocos entrenaban , mientras los demás platicaban en las gradas incluso el mismo patriarca se encontraba ahí observando todo en un intento de distraerse de la amenaza de afrodita, al cual miraba en innumerables ocasiones, practicando con Shura y Milo.

Camus había pedido a sus nuevos amigos que no le dijeran nada a Milo de su salida a la enfermería había extrañado mucho a este y quería darle una sorpresa.

- ¿Qué harán ahora? Sabes muy bien que esto volverá ha suceder Aioria no es alguien a quien tomar ala ligera, no estará feliz hasta que ustedes estén muertos y no solo el todos en el santuario los aborrecen casi tanto como lo hacen conmigo y eso ya es mucho decir.

Decía Death cruzado de brazos fumando un cigarrillo a Camus quien caminaba a su lado en busca de Milo.

- lo se , no te mentiré que en el tiempo que estuve solo he pensado en muchas formas de escapar pero todas son difíciles, nos casarían como animales, al menos en el santuario aun podemos sobrevivir gracia a la ayuda de ustedes, pero si nos vamos estaremos solos y las cosas serán peores.

Contesto Camus con tristeza en su voz.

- entonces ¿seguirán aguantando todo esto?

- aguantare todo por la seguridad de Milo, sin embargo dejare las cosas en claro para todos y si quieren odiarme, odiarnos será con gran razón, fin al cabo todo seguirá igual lo haga o no.

Death no entendió lo que en ese momento se significaban las palabras de Camus más no hiso preguntas, solo siguió a un decidido acuario hasta el coliseo donde vio a lo lejos a Milo, una sonrisa se dibujo en su rostro al verlo tan hermoso como siempre, la gente lo observo a llegar todas las miradas estaban figas en el, pero no lo noto solo corrió a lado de Milo, tomándolo de la muñeca para jalarlo a su cuerpo y besarle apasionadamente, dejando a todos incluido el patriarca totalmente sorprendidos. 

Mientras que a lo lejos en alguna parte de mundo sin saberlo una canción llamada "solo por amor" era reproducida en honor.

( la canción ala que hago referencia es solo por amor de samo la cual siendo sincera me resulta hermosa y encaja totalmente con este fic)