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Capítulo 9


 Recuerda muy poco luego de que fue separado de Thiago.

Sus amigos los llevaron al hospital, Alessandra había llegado en medio de la noche toda despeinada, pero con su rostro distorsionado por la preocupación y las lágrimas.

Le hicieron un chequeo y decidieron dejarlo en observación por esa noche. No le sorprendió que lo hubieran pasado a una habitación en vez de dejarlo en emergencia. Su apellido podía ser reconocido en un chasquido.

Sonrío cuando por quinta vez una enfermera llego a su habitación y mando a callar a todos sus amigos. Estaban haciendo una excepción y permitiéndoles a todos pasar la noche con él. Pero estaba seguro que si seguían así, los sacarían a todos a patadas.

-Me imagino que ustedes, buenos para nadas, ¿Le dieron una paliza al tipo, no?-. Preguntó Alessandra a Alex y Azan-.

-No hizo falta, cuando Thiago soltó a Paris, de inmediato se fue en busca del cabrón ese.

Alessandra los miro como si le hubieran contado un chiste. Se volvió a mirar a Paris y él estaba tan consternado como ella.

Thiago lo iba sorprendiendo más y más.

-¿Me estas jodiendo?-. Dijo ella aturdida-.

-Nop, para nada. Ese chico arraso con el idiota de Carl. Estaba hecha una fiera. Y si no es por Azan, posiblemente ese idiota estuviera en emergencia.

-¿Y a ese que bicho le pico?-. Ella se volteó a ver a su amigo y este se encogió de hombros-.

-Yo supongo que no le gusta que molesten lo que es suyo-. Comentó Azan tranquilamente. París se atraganto con su propia saliva-.

-¿Qué...que dices?-. Dijo él con voz ronca-. Solo sueltas idioteces.

El alzo una ceja y lo miro divertido.

-Malinterpretas mis palabras mi hermoso chico, me refiero al hecho de que tú eres suyo para molestar. Es más como ''Nadie más que yo puede molestarle, imbécil'' O algo así.

-Dios, cuantas idioteces salen de tu boca, Azan-. Dijo Isabela con voz cansada-. Ese chico no actuó de esa forma por eso. Es alguien noble, y actuó según sus instintos. Algo que tú no harías.

-¡Oye!-. Se quejó esto-. Yo soy noble.

-Azan, si alguien se cae en la calle...tú te ríes de esa persona. No la ayudas. Eres un bastardo-. Ella sonrió-. Tan simple como eso.

El frunció el ceño, parecía dispuesto a quejarse. Pero mierda, el muy idiota sabía que era verdad.

-De todas formas, sea lo que sea, ese chico ahora es mi héroe-. Dijo Alex-. Si él no hubiera llegado a tiempo-. El cerró los ojos fuertemente-. No estarías acá con nosotros, hermosura.

Paris asintió. Él lo sabía. Le debía todo a Thiago. Y nunca encontraría la forma de agradecerle.

Por unos momentos, cuando cayó al agua y recordó que no había nadie a su alrededor...pensó que moriría. Era su fin. Y todo a manos de un bastardo que no podía aceptar un ¡No! Por respuesta.

Thiago fue como un ángel de la guardia. Y nunca se sintió tan feliz de verlo como ese momento cuando despertó.

Gracias.

Gritaba con sinceridad su corazón.

Cuando todos se quedaron dormidos era cerca del amanecer. Claro que no fue por mucho. A la ocho llego una enfermera a sacarlos a todos. Paris les dijo a los chicos que se podían ir, intentaron negarse pero Paris les suplico que se fueran. Sabía que posiblemente pronto llegarían uno de sus padres, o los dos. Y eso no avecinaba nada bueno.

-Bueno, está bien, pero más tarde iremos a tu casa-. Dijo Alessandra antes de inclinarse y depositarle un beso en la frente-.

-Está bien-. Aceptó el sonriendo-.

Suspiró cuando la habitación se quedó a solas. No quería ver a sus padres, y menos escuchar el sermón que se avecinaba. No es que este estuviera lleno de reproches por su comportamiento, sino porque esto les hacía tener que cancelar sus muy importantes reuniones de trabajo, que eran muchas más importantes que su propio hijo.

Y Paris estallaría, gritaría y los mandaría a irse a la mierda. Como siempre.

Cerró los ojos por unos momentos, se sentía cansado y le costaba un poco respirar. Pero el doctor dijo que se le pasaría. Todo eso era debido al agua que entro a sus pulmones. Le habían dicho que el malestar desaparecía por sí solo.

Escucho la puerta abrirse y se acomodó sobre la cama pensando que era una enfermera. Se sorprendió al ver a Thiago parado justo al lado de esta. Como si estuviera preparado para correr en cualquier momento.

-Hey...-. Dijo el un poco vacilante-.

A Paris todo esto le recordó semanas atrás, cuando era Thiago quien estaba en esta situación.

-Pasa, yo no como gente-. Dijo en forma de broma. Tratando de aligerar un poco el ambiente-.

Thiago camino hasta su cama y tomo asiento en la silla de plástico que hace minutos había sido utilizada por Alessandra.

-Le conté a mamá lo sucedido-. Thiago deposito su mochila en las piernas y saco de ella una bolsa de papel marrón-. Te ha mandado algo de desayunar. Espera que te gusten

Tomo la bolsa de papel y sonrío ante el delicioso olor

-Empanadas-. Dijo feliz-. Dile a tu mamá que muchas gracias.

El asintió.

-También mando a decir que no te olvides de ella. Que vayas a la casa para visitarla cuando te mejores.

Paris se sintió un poco avergonzado. Ciertamente cuando su amiga se había devuelto a su país, él había dejado de visitar la casa de esta. Por lo tanto también dejo de visitar a la señora Wolfe.

No fue de extrañar que luego de un rato el silencio incomodo hiciera su aparición. Paris suspiro, vamos, solo tenía que agradecerle y Thiago se iría...ahorrándole a los dos el momento incomodo que ya estaban teniendo.

-Mira yo...

En ese momento la puerta se abrió y Paris hizo una mueca.

Su madre estaba ahí. Y él pensó que esto era lo último que necesitaba, ser avergonzado frente a Thiago.

Madeleine Castle paso dentro de la habitación e hizo el lugar suyo en segundos. La víbora de su asistente detrás de ella. Lista para cumplir las órdenes de la arpía mayor.

-Paris-. Dijo en un tono de voz inexpresivo-.

-Madre-. Igualo su tono-. No esperaba verte por acá.

-Estaba llegando al aeropuerto cuando recibí la llamada.

-¿Interrumpí tu viaje?

-Por sorprendente que fuera, esta vez no.

Paris rodo los ojos. Huy si, que agradecido se sentía.

-¿Y padre?-. Preguntó intentando ser breve-.

Normalmente cuando nombraba al hombre, era el comienzo del problema.

-Probablemente con alguna golfa en Miami-. Ella hizo un gesto con la mano y su asistente coloco de inmediato una silla a su disposición-. No me moleste en llamarlo, se molestaría por algo tan insignificante.

-¿Perdón?-. Paris miro a Thiago, quien a su vez veía a su madre con incredulidad-. ¿Acaba de decir insignificante?

-¿Y este jovencito quién es?-. Preguntó ignorando a Thiago-. ¿Otra aberración como tú?

-No, Thiago es hermano de una amiga. Fue quien me salvó de morir ahogado.

-Ya veo...-. Dijo observándolo por encima de sus gafas de sol-. Hazle un cheque al jovencito, Scarlett. Algo para que se compre un poco de ropa decente.

Mierda, lo que faltaba, su madre ofendiendo a Thiago.

-No necesito su dinero, señora-. Respondió el aludido en un tono despectivo-. A comparación de usted, mi mundo no tiene como prioridad el dinero.

-¿Disculpa?-. Dijo ella-.

Él se levantó.

-No le salve la vida a su hijo a cambio de dinero-. Él se cruzó de brazo-. No me criaron para caer tan bajo.

-¿Pero quién te crees tú?-. Preguntó Scarlett-. Niño imprudente ¿No te han enseñado a respetar a tus mayores?

-Claro que sí, mi madre me ha enseñado a respetar a todos mis mayores. Pero yo creo que solo debo respeto a quienes se lo merecen. Usted...-. Miro a Madeleine-. Obviamente no es uno de ellos.

-¡Pero que descaro!-. Su madre también se levantó-. ¿Acaso sabes con quien estás hablando?

-¿Con una mujer sin corazón?

Su madre se volteó a verlo y Paris suspiro.

-¿Son estos los amiguitos que te buscas?

-¿Importa?-. Preguntó encogiéndose de hombros-. ¿Qué haces siquiera acá? ¿Has inventado nuevos insultos y vienes a practicarlos conmigo? ...Porque de lo contrario no lo entiendo. No he interrumpido ningún viaje, ni mucho menos una reunión. Por lo que sigo sin comprender que haces acá.

-Soy tu madre...

-¿Importa?

-Eres un malagradecido.

-¿Importa?-. Volvió a decir él-.

Ella frunció el ceño.

-No sé ni para que pierdo mí tiempo.

Y dando media vuelta se fue, dejando atrás solo el irritante olor de su perfume.

-Vaya...-. Susurro Thiago-. Ahora entiendo porque eres un hijo de puta.

Paris se encogió de hombros.

-Supongo que algo tenía que sacar de ella-. Suspiró-. Oye yo...lamento todo lo que te dijo. Supongo que esa no es una buena manera de agradecer que me salvaras la vida.

-No tienes que agradecer nada Paris. No lo hice para buscar ningún reconocimiento ni nada por el estilo. Lo hice porque se...que tu hubieras hecho lo mismo en una situación.

-No, no lo hubiera hecho-. Él lo miro sorprendió-. No sé nadar ¿Recuerdas? Probablemente hubiéramos terminado muertos los dos.

El soltó una risita.

-Me alegra que estés bien, Paris.

Lo miro a los ojos, y algo muy dentro de él se removió.

-¿Thiago?-. Lo llamo-.

-¿Si?

-Esto no cambia nada entre nosotros ¿Verdad?

Thiago ladeo la cabeza y deslizo una mano hasta una de sus mejillas. Antes de poder hacer algo, el muy hijo de puta le dio un apretón mortal.

-¡Hay, hay, hay! ¡Suéltame imbécil, bueno para nada!

-Claro que no cambiara nada, señorito diva-. Él lo soltó y comenzó a caminar hacia la puerta-. Que eso fuera así... le quitaría la diversión a todo.

Y se fue. Dejando atrás a un Paris que no paraba de maldecirlo y que juraba venganza.

Pero que se sentía en paz.

Todo seguiría igual.

Y nada iba a cambiar. Eso nunca lo hizo sentir tan bien.

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