Capítulo 14
Su día había sido horrible, su semana patética y ¡Todo en el maldito universo estaba mal! Y solo su madre parecía no darse cuenta de eso.
Ella no paraba de sonreír a la hora de la cena, y de decir lo orgullosa que estaba de él por obtener el papel de príncipe en la obra.
Thiago casi masacra su pollo con su tenedor.
-¡Ya vale, Ma!-. Se quejó dejando caer bruscamente su cubierto-. ¡Es una obra gay! ¿Eso te pone orgullosa?
Ella alzó una ceja.
-Háblame nuevamente en ese tono y te reviento los dientes-. Su voz de tono íntimamente-.
-Lo siento, mamá-. Contestó Thiago avergonzado-.
Ella sonrió como si nada hubiera pasado.
-Y sí, estoy orgullosa por lo que esa profesora está haciendo. Además-. Una mirada de cariño cruzo su rostro-. Me alegra tanto que Paris sea tu princesa.
Thiago se atraganto con su agua.
-¡Mamá!
-¿Qué?-. Ella se encogió de hombros-. Una princesa no te hace daño, digo, después semejante bruja con la que sales.
-¡Celeste no es una bruja!
Ella soltó una risita.
-Bruja no, brujota.
Suspirando molesto se levantó de la mesa, tomo su plato y pidió permiso. Sabía que a su madre no le agradaba Celeste, y nunca había entendido la razón. Había sido ella quien siempre le insistía para que buscara pareja. Y Ahora que tení... ¡Esperen un momento!
Se devolvió y observo a su madre.
-¿Tu esperabas que yo fuera gay?
Ella siguió masticando su comida y luego de unos minutos hablo.
-¿Por qué crees eso?
-Nunca me insististe para que buscara novia. Solo Pareja. Por lo que solo me da a pensar que tú esperabas que yo trajera un chico a casa.
-No a cualquier -. Murmuró ella por lo bajo, observando muy interesadamente la ventana-.
Él se quedó sin comprender al principio, hasta que se llevó una mano al corazón y horrorizad dijo.
-¡Tu esperabas que yo fuera novio de Paris!
-¡Él es un chico encantador!-. Defendió ella -. Lo hemos conocido desde que era un niño pequeño, y ustedes dos hacen una pareja tan hermosa.
-¡Tu niño encantador ha asfixiado mis joyas familiares!-. Soltó él a punto de hiperventilar-. Por Dios mamá, somos como el día y la noche. ¿Y cómo si quiera pudiste pensar algo así?
-Ops, bueno, tu a veces era un poco irritante cariño. Por lo que comprendo a Paris.
-¡Y te pones de su parte!
-Mira, juro que si fuera heterosexual, lo imaginaria con tu hermana. Pero como no lo es, te toco a ti. Así que hazme el favor y déjate de hacer el idiota, que bien que te sonrojabas cuando lo veías estando pequeño.
Las mejillas de Thiago ardieron con vergüenza. Esta mujer iba a volverlo loco.
-Eso fue hace años-. Y dándose media vuelta se fue de ahí-.
Lavo los platos y se fue a encerrar a su habitación. Quería gritar de la mortificación.
¿Su madre era seria?
¿Cómo si quiera pudo imaginar que ellos tendrían algo?
Se tiró en su cama y cerró los ojos con fuerza.
Esos días habían pasado hace mucho. Y esperaba que con el favor de Dios no volvieran.
El consideraba los fines de semana sagrados, al menos lo suyos. Por lo que no había terminado de maldecir a la profesora Belinda cuando su madre estaciono frente al teatro comunicatorio.
-Que mal que tengo otras cosas que hacer-. Dijo ella haciendo puchero-. Me hubiera encantado verlos ensayar.
El trato de sonreír.
-Sí Ma, que mal.
Ella tomo su bolso y saco dinero de su cartera.
-Para que tengas para el bus cuando termines-. Se inclinó y beso su mejilla-. Que te vaya bien cariño, nos vemos.
El bajo del auto y suspiro resignado cuando su madre comenzó alejarse.
Dio media vuelta y observo el edificio como si de una casa embrujada se tratara. Y cansado ya estaba de buscar la manera de salirse de este lio.
No le sorprendió cuando entro y se encontró a todos menos a Paris. Del quien nadie sabía nada. La pobre profesora estaba verde de la rabia, y Thiago tuvo que ensayar las partes en las que apareciera solo, o con alguien más que no fuera su princesa.
Obviamente no era como si pudieran avanzar mucho. Las escenas en las que Paris y el actuaban por separado, eran geniales. No se podía decir lo mismo en la que actuaban juntos. Estaban llenas de sarcasmo, ceños fruncidos y risas irónicas.
Los dos estaban haciendo de una gran obra de amor...un desastre.
-¡Monet!-. Gritó la profesora sobresaltando a Alessandra-. ¿Dónde está Castle?
-Aquí-. Todos nos volteamos hacia la puerta y el venía entrando-.
-Oh, vaya ¿Te digas a honrarte con nuestra presencia?-. La profesora estaba muy irritada-.
-¿Podría no hacer de esto algo tan grande? Es sábado, normalmente es uno de los pocos días que tenemos libres durante todo el maldito año escolar, por si no lo sabía. Y en mis planes nunca ha estado el venir a pasar un fin de semanas rodeado de gente un tanto...desagradable-. Miro directamente a Thiago-. Así que si yo fuera usted, me sentiría agradecida porque estoy acá.
Oh, genial, simplemente genial. El señorito Diva estaba de mal humor. Algo que a Thiago le encantaba, les fascinaba tener que pasar su sábado con un Paris amargado. Era lo mejor que podía haber en el mundo.
Y la mujer parecía querer decir algo, gracias a Dios fue inteligente y no lo hizo. Eso era como tratar de irritar a un león que ya estaba molesto, aunque este león, bueno...parecía más que nada un conejito.
-Dígnanos con tu presencia en el escenario-. Le pidió sin en cambio la profesora-.
Thiago no sintió que su día fuera a mejorar. Paris se situó frente a él y se sacó las gafas de sol que traía puestas. Lucia cansado, y grandes ojeras adornaban los alrededores de sus ojos.
Thiago trato de no preocuparse, seguramente paso la noche de fiesta y tenía resaca.
-Paris ponte en posición, Thiago tú también-. Les pidió la profesora-. Vamos con la escena donde se conocen por primera vez.
El baile, el molesto baile.
Comenzaron y como era de esperarse, al momento en el que tuvieron que comenzar a bailar, Paris lo piso como cinco veces, y la expresión de aburrimiento estaba molestando a Thiago.
-¡ALTO!
Se detuvieron inmediatamente ante el grito de la mujer.
-¿Qué les dije acerca de trabajar en su relación?
-Sería más fácil devolver una manzana podrida a un buen estado, que hacer que estos dos se lleven bien-. Dijo Alessandra-. Está perdiendo su tiempo profesora.
Con un gesto de mano mando a callar a Alessandra.
-Ustedes dos son los personajes principales, les guste o no. Y van a tener que buscar la bendita manera de congeniar, no tienen opción-. Ella cerró los ojos-. Por hoy no quiero verlos más. Pero mañana a primera hora los quiero acá.
-Pero...-. Comenzó a quejarse Paris-.
-¡Pero nada!-. Le corto-. Y quiero ver una escena real mañana. No sé cómo harán, pero quiero algo realmente hermoso para mañana-. Les señalo la puerta-. Ahora largos ustedes dos.
Paris salió hecho una furia, y Thiago no se sentía mejor. Ella era una perra. Aunque a veces no lo pareciera.
Tomando un suspiro camino calmadamente hacia donde Paris hablaba por teléfono.
Colgó molesto y se giró hacia Thiago.
-No sé tú, pero yo me largo.
Thiago lo detuvo tomándolo del brazo.
-Nada de eso.
-¿Disculpa?
-Mira, yo sé que no nos agradamos. Que nos odiamos y no soportamos estar cerca el uno del otro, pero mientras sigamos actuando de esta manera no nos libraremos de esa mujer. Solo tenemos que hacer una actuación normal, es todo ¿no? ¡Pues hagámoslo! Y terminemos con esto cuanto antes.
-¿Así sin más?-. Preguntó alzando una ceja-.
-¿Si?-. Respondió Thiago-.
Paris rio.
-Por favor, Thiago, haces unas bromas muy buenas. Nos hemos aborrecido por más de cinco años seguidos, ¿y piensas que yo solo sonreiré y dejare todo eso de lado, por una mujer tan irritante como Belinda?-. El negó levemente-. Yo no lo creo.
Se dio media vuelta pero Thiago lo detuvo nuevamente.
-No te estoy pidiendo que me ames, solo que saquemos bandera blanca por el tiempo que tengamos que ensayar para la obra. Luego podemos volver a nuestra habitual guerra.
-Las únicas veces que te he tolerado son aquellas en las que salvaste mi vida, y te estoy muy agradecido por eso. Pero no esperes que haga como si estos cinco años no han existido. No es fácil.
-¿Sabes qué?...Olvídalo. Estaba tratando de que esto fuera fácil para los dos, pero déjalo así. Mejor sigamos haciendo que Belinda nos haga la vida imposible.
-Con gusto-. Dijo Paris sonriendo antes de darse media vuelta e irse-.
Thiago gruño y pateo una piedra.
¿Qué tan jodidos estaban ellos?
Ni siquiera podían abandonar la guerra aunque fuera solo por un segundo.
Y Thiago reconoció por primera vez que ellos nunca avanzarían en algo.
No habría un Paris y Thiago.
Aunque no es como si le importara.
O eso creía.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro