Con la llegada de la primavera el bosque se veía lleno de vida y color, el reino de Siam era conocido por sus hermosos bosques y la conexión que estos tenían con los espíritus, la gente que vivía en él se paseaba de un lado a otro con grandes sonrisas, todo se encontraba decorado muy minuciosamente, las personas se encontraban celebrando el cumpleaños número 20 de su princesa aunque no solo sería eso sino que también sería su despedida del reino para ir a casarse después, aunque aún no se sabía quién sería su esposo pues tendrían que esperar hasta la competencia y ver quien era el ganador de esta, pero no todo era tan feliz para la persona involucrada tener que dejar todo lo que trabajo y conoció para ir a un reino extranjero a casarse con una persona que apenas y habrá visto un par de veces no era lo que ella quería.

En el palacio se podía ver a todos atareados yendo de un lado a otro arreglando cada pequeño detalle, preparando los mejores manjares y limpiando cada habitación para hospedar a los huéspedes todo estaba perfectamente planeado tanto que no era necesario decirles que debían hacer.

En la habitación de la princesa de Shiam

-Hoy es el último día en el que podré disfrutar de mi libertad me pregunto ¿qué debería hacer?¿debería ir a dar un paseo?-murmuro aquella mujer parada en el balcón.

-¿Me permite pasar?-se escuchó una voz preguntar del otro lado de la puerta.

-Adelante-contesto la princesa muy tranquila.

-He traído el vestido que usara durante la recepción su familia también se está preparando-dijo la mujer que había entrado a lo que no recibió respuesta y solo se limitó a soltar un leve suspiro.

-Sabes a veces me pregunto si estoy habiendo lo correcto y luego recuerdo lo que puede pasar si me niego y solo lo acepto, ¿qué es lo que opinas Adele?-comento la mujer del balcón entrando a la habitación, desde ese punto se podía observar muy claramente su piel blanquizca y hermoso cabello planteado con las puntas azules y ligeras ondas en él, tenía unos ojos azules profundos y misteriosos, además de que resaltaba su buena estatura y complexión.

-Si estuviera en mi detenerte lo haría, pero ya tomaste una decisión y no hay manera de hacerte cambiar de opinión así que solo me limitaré a ayudarte-respondió Adele ante aquella pregunta sus palabras sonaban firmes y sinceras causando un sentimiento de alivio en la otra persona.

-Gracias, aunque no tienes que venir conmigo, estaré bien-sugirió la princesa nuevamente.

-Bueno su alteza dudó que estés "bien" del todo, apuesto a que te meterás en problemas en cuanto llegues-remarcó Adele con una leve sonrisa sarcástica.

-Entiendo que quieres decir, pero estamos las dos solas así que no tengas tanta formalidad-respondió la princesa ante el comentario de Adele.

-Pues nunca sabes quién está escuchando ¿no es así Lili?-pregunto Adele dejando el vestido sobre la cama.

-Tienes un buen punto, pero dejemos eso para después, podrías ayudarme a cambiarme debo apresurarme o Ale se pondrá nervioso ya sabes cómo es-bromeó la princesa.

-Sabes que tu familia se opuso a esto ¿verdad?-comentó Adele un poco triste.

-Si lo sé, pero las consecuencias son graves y no quiero que personas inocentes sufran por culpa de mi egoísmo-respondió Lilian.

-El reino al que vallas va a tener mucha suerte en tenerte-exclamó Adele escuchando una leve sonrisa.

Adele se acercó la cama para tomar el vestido y empezar a ayudar a Lilian a cambiarse, después de un tiempo Adele terminó de arreglar a Lilian, le colocó un hermoso vestido color azul obscuro resaltando sus ojos, tenía una falda ancha y pequeñas flores bordadas de tonalidades azules, a pesar de la situación se sentía triste al no poder ayudar a su amiga después de todo lo que había pasado no dudo en poner su felicidad a un lado para mantener la estabilidad del reino e ir a uno desconocido renunciando a todos los sueños que una vez tuvo.

-Estas segura de venir conmigo tendrás que abandonar todo lo que conoces e ir a un lugar desconocido-comentó Lilian nuevamente.

-No puedo dejar sola a mi amiga con un completo desconocido a menos que quieras que descubra tu pequeño secreto, eres muy descuidada y a veces torpe-bromeo Adele cerrando el vestido a lo que Lilian solo río, en ese momento Adele podía sentir desde lo profundo de su corazón que esa sonrisa era falsa no era la misma de antes cálida y sincera, ella sabía perfectamente que desde ese día no volvió a ser la misma paso por una situación que no cualquiera podría superar.

-Deberíamos apresurarnos nos están esperando-habló Lilian rompiendo el silencio.

Después de un rato todo estuvo listo Lilian se encontraba cambiada y arreglada, salieron de la habitación y se dirigieron a la salida del castillo, los pasillos tenían un color verde pastel con algunas enredaderas en las paredes que le daban un tono amigable y algunos cuadros de los monarcas anteriores y sus familias, el piso era de un hermoso tono blanco brillante.

Caminaron por un largo pasillo hasta detenerse frente a una escaleras del mismo tono que el piso con detalles dorados abajo de estas se podía ver una figura de un hombre alto y una fuerte figura, este tenía el pelo color negro verdoso al girarse se podía observar su piel blanca y ojos verdes que miraba con tristeza a la princesa. Ella bajó sin ninguna prisa pues aún estaban a tiempo, una vez estuvo abajo tomo el brazo del hombre para salir del palacio y dirigirse hacia el carruaje, mientras caminaban se encontraron con un profundo silencio incómodo hasta que este hablo.

-¿Estas segura de que quieres continuar con esto?-pregunto el hombre.

-Si ya lo decidí y no hay forma de hacerme cambiar de opinión, además soy la hermana mayor Ale no deberías cuestionarme-afirmo la princesa Lilian.

-Solo por unos minutos prácticamente tenemos la misma edad así que hermana mayor no eres del todo-comentó con una leve sonrisa desde que éramos niños nos gustaba discutir sobre eso siempre me reprochaba el que le dijera que soy mayor que él, pero ahora ha madurado más y ya no se comporta como un niño, me alegra que vaya a ser quien dirija al reino me hace sentir tranquila.

-Bueno ya fue mucha charla ahora debemos apresurarnos padre debe estar esperándonos afuera-señaló avanzando hacia la puerta

La princesa parecía decidida a continuar con la ceremonia pero que era lo que le esperaba, quien formaría parte de su vida, acaso alguien descubriría su secreto, lograría encontrar a la persona que buscaba no estaba segura, pero algo que no abandonaría sería la búsqueda de esa persona no se pensaba rendir hasta dar con él y hacerlo pagar por lo que hizo.

Cuando llegó afuera había un carruaje esperando adentro se encontraba su padre, ella subió tranquilamente sentándose frente a él y posteriormente subió su hermano.

-Te vez muy hermosa, realmente has crecido mucho-admitió el rey con un tono melancólico.

-Gracias papá-exclamo la princesa Lilian.

-Lamento que tu cumpleaños sea de esta manera, si tu madre estuviera aquí hubiera hecho un alboroto-divagó el rey con una leve sonrisa.

-No lo dudo así era ella-expreso la princesa ante el comentario de su padre.

-Estas segura de que quieres continuar con esto si dices que no buscaremos la manera en evitar todo tu solo debes confiar en nosotros-sugirió su padre tomando sus manos con una expresión de tristeza, desde la muerte de su madre él había tratado de estar siempre para ellos verlo de esa manera le rompió el corazón, pero debía ser fuerte no podía retroceder.

-Voy a continuar no tienes por qué preocuparte por mí siempre que necesite algo serás el primero en saberlo, y sobre todo prometo no hacer locuras por si eso te preocupaba-proclamo tratando se sonar firme y reconfortar a su padre.

-Entiendo, solo recuerda que nos tienes a nosotros y siempre estaremos ahí para ti ¿entendido?-ordenó el rey a lo que ella solo asintió.

El rey abrazó a sus hijos recordando lo mucho que han creciendo y viendo como pronto formarían su propia familia por un segundo pensó en su esposa como se sentiría ella si aun estuviera aún con ellos.