Capitulo 4
El panda llevo a Miriam hasta un templo, donde rápidamente la bajo.
Miriam- ¿Dónde estoy? - exclamo mientas observaba el lugar
¿? - la verdad, admito que fue muy incensario que te trajera aquí.
Miriam- primero que nada, ¿Cómo rayos puedes hablar?
¿? - pues, todos los pandas podemos hablar
Miriam- segundo, ¿Dónde estamos?
¿? - estamos en la aldea de los pandas
Miriam- bueno, es mucha información que procesar
¿? - ¿y tú?, querías atacarme en el lago mientras estaba distraída, ¿no?
Miriam- sí, me salió mal
¿? - una disculpa seria muy amigable de tu parte
Miriam- para monstruos como tú, prefiero ni gastar saliva
¿? - ¿monstruos?, eso es mentira
Miriam- si son, ustedes nos atacan sin piedad
¿? - no atacamos, solo defendemos lo que nos pertenece, no pueden destruir los bosques y aldeas, solo por su estúpida avaricia
Miriam- ustedes no son dueños de nada
¿? - talvez no, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados
La joven y el panda continuaron su discusión por un buen rato más, hasta que finalmente ambas se cansaron.
Miriam- bueno, no voy a pelear más con una estúpida panda, y tienes surte, te dejara vivir, pero la próxima que nos veamos no correrás con tanta suerte
¿? – tu, no iras a ningún lado- exclamo mientras la cargaba
Miriam- ¿Quién te crees tú para detenerme?
¿? - ahora que sabes que los pandas podemos habar, es muy arriesgado que vuelvas con los cazadores, sin contar que también sabes la ubicación de nuestra aldea
Miriam- bueno, tú me trajiste aquí, así que no molestes, y bájame ahora mismo
¿? - no somos tan diferentes como crees
Miriam- a que te refieres
¿? - odio tener que hacer esto, pero talvez sea la forma de retenerte un rato mas
Miriam- ¿Qué me harás?
La panda coloco a Miriam en el suelo, luego de esta acción, la panda cerro sus ojos y una nube espesa de color rojo claro surgió.
Miriam no podía ver nada, así que comenzó a mover su mano para así hacer que la nube desapareciera, y cuando por fin pudo despejar su vista pudo notar a una bella joven que tenía el cabello de color rojo.
Miriam al verla se quedó atónita.
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