10 años después.

Las guerras continuaban, tanto como los soldados y los pandas continuaban con su pelea por las tierras.

En una pequeña casa se encontraba una joven de 20 años practicando con su espada.

Ella deba pequeños golpes con aquella espada a un muñeco que tenia la forma de un panda.

Pues ella era hija del líder de los cazadores, y al ser su padre uno de los más grandes cazadores, ella siempre quería seguir sus pasos, pues con el tiempo ella sería la nueva líder.

Jamás en su vida había ido de caza con su padre, pues este le decía que podrá ir cuando tenga 20 años, de lo contario sería muy peligroso para ella.

Resulta que la madre de aquella joven también era una cazadora, pero en un ataque sorpresa, una de los pandas acabo con ella, debido a que ella no tuvo el valor de matar al panda.

Su esposo devastado, no quería perder a su hija, así que siempre la mantenía alejada de todo tipo de peligro.

Pero después de tantos años, finalmente decidió darle una pequeña oportunidad de que podría ser una gran cazadora de pandas.

Y precisamente hoy era ese día.

Dentro de poco llego el padre la chica y vio como esta entrenaba sin descanso.

Líder- ¿cansada? - pregunto mientras se sentaba en una silla

Miriam- no padre, estoy bien

Líder- bueno, descansar puede ser bueno

Miriam- tengo que esforzarme para hoy

Líder- tranquila, sé que harás un gran trabajo

Miriam- lo sé, atrapare un gran panda

Líder- lo harás, pero ten cuidado, esas bestias no tienen piedad

Miriam- ya lo sé, son monstros horribles, antes pensaba que podrían ser buenos, pero con lo que le hicieron a mamá, me di cuenta que no era así

Líder- perder a tu madre fue lo peor que pudimos pasar

Miriam- te juro que encontrare a aquel panda y hare que pague por lo que hizo

Líder- así será hija, nunca descansaremos hasta acabar con todos esos pandas

Después de aquella charla Miriam comenzó a alistarse para su primer día de caza.