Mi nombre es Hearlyn, nací en la casa Aries y soy la mejor guerrera que tiene el clan fuego. Y hoy, estoy a punto de enfrentarme a una de las travesías más peligrosas de mi vida, ya que iré en busca del heredero al trono fuego, representante de tres casas zodiacales; Aries, Sagitario y Leo.

Pero ¿por qué digo que iré en su búsqueda? Bueno, eso es gracias a que el príncipe Jayden fue secuestrado esta madrugada, donde sea quien sea que lo haya raptado, lo hizo de una manera muy limpia, sin dejar rastro alguno, más a mi pesar ya que ahora es mi deber traerlo de vuelta con vida, o si no la muerta terminaré siendo yo.

Divertido, ¿no?

-No hay duda, el oráculo lo dijo, ella ha de ser la responsable de encontrar al futuro soberano y traerlo con bien a nuestro reinado, todo esto antes de que él cumpla los veintidós años en esta primavera - proclamó Samael, lanzándome una mirada llena de amenazas, la cual aseguraba una vida llena de dolor si no traía a su hijo con vida.

Aun así, no me inmuté, pues sabía de lo que era capaz, no por nada es el soberano más temido de los cuatro elementos.

-En ese caso, entonces nosotros le concederemos a la guerrera Hearlyn a una de nuestras mejores sanadoras, Slitzy. Creemos que será de gran ayuda para que este viaje se cumpla con satisfacción y victoria - habló con afabilidad la soberana del clan Agua; Llavla, La cual es la única mujer dentro del gran poderío elemental, además de la más hermosa de todas, ya que su mirada azul es un claro ejemplo de la más pura bondad, pero a la vez de la misma destrucción, no por nada está en el trono.

Dicho clan está compuesto por las casas Piscis, Cáncer y Escorpio.

-Nosotros, el clan Tierra, les dotaremos de todo tipo de alimentos para que no osen de pasar hambre a lo largo de su camino - dijo con seriedad el soberano de las casas Tauro, Virgo y Capricornio; Jun.

Él es uno de los más determinantes y estrictos en cuanto al orden, y así como no le gusta ser desafiado sin fundamentos, tampoco le gusta verse involucrado en los conflictos, por lo que no se meterá contigo a menos que les des razones para ello... Y no es como que desees tenerle de enemigo.

-El clan Aire se compromete a darles todos los mapas y estrategias de sorteo de los peores caminos, para que así pasen los menores pesares posibles en su andar -anunció con frialdad el soberano Nass, encargado de dirigir las casas Géminis, Libra y Acuario.

Él es el soberano más joven, ya que subió al trono el invierno pasado, justo cuando cumplió los veintidós años. Y yo puedo decir que, de todos, él es en quien más confío, no solo por la cercanía de nuestras edades, sino porque lo conozco más de lo que lo hacen los demás... Y eso, es poco decir.

Por ello, en cuando nuestras miradas se unen, ambos sabemos que detrás de esa fachada, en realidad se esconde más de lo que desea decirme, lo cual seguro implicaba preocupación por mí.

Con un ligero asentimiento, trato de indicarle que todo está bien, para que así no se preocupe más, aún y cuando yo sé que es mentira.

-Hearlyn, adelante -demanda el soberano Samael para que pase a expresar mi parte a la comitiva.

Enderezando mi postura me levanto de mi lugar, el cual está cerca del estrado, y echándole una última mirada a los asientos vacíos que están ubicados para el público en general, me encamino hacia la tarima sagrada, donde frente a mí me observan con atención los cuatro grandes soberanos, en espera de mi juramento.

Hincándome en una sola rodilla e inclinando mi cabeza hacia abajo, digo con pulcritud y respeto: -El clan fuego agradece su preocupación, por lo que les deseamos que los almicos les recompensen su bondad, estamos en deuda con ustedes y es por ello os aseguramos que estas acciones serán en beneficio del buen gobierno -finalizo, un poco aturdida por el fuerte poder que desprenden las cuatro personalidades paradas frente a mí.

-Que así sea -dicen todos los soberanos al unisón.

-Hearlyn -me llama mi líder Samael, inmediatamente me tenso, sabiendo lo que se avecina. -Usted es nuestra mejor guerrera y el orgullo del clan fuego, no nos decepcione y traiga de regreso, sano y salvo, al príncipe Jayden, su futuro líder.

Levantándome hago una reverencia. -Mi soberano, así será.

Asiente rígidamente, satisfecho con mis palabras.

"Es hora" pienso con nerviosismo mientras me alejo de ellos y me acerco al costado derecho de la sagrada sala, justo donde se encuentra el altar de juramentos.

Tomando un respiro, agarro la copa dorada que está colocada encima de la copa roja, donde verteré mi sangre.

Exhalando, lentamente admiro con detalle el altar, el cual está adornado con diversas hiervas y flores, además de contener cuatro enormes tazones, en los cuales hay un puñado de tierra sagrada, agua pura, brazas ardientes e inciensos, todos en representación de los cuatro elementos. En el centro de estos, está nuestro mayor protector; el pentagrama, símbolo de los cuatros elementos y los almicos, nuestros lideres.

Sin más demora, levantando la copa llena de un líquido rojo hasta la altura del sagrado pentagrama, para así posteriormente tomar un trago.

-Yo, Heardlyn, guerrera e hija del elemento fuego, me comprometo y juro traer con vida al futuro soberano de las tres casas zodiacales; Aries, Leo y Sagitario, por lo que, en honor de mi nombramiento como mejor guerrera, acepto que mi cabeza sea cortada en caso de incumplir con mi juramento, ya que no sería digna de pertenecer a mi clan.

Tomado el cuchillo que me es dado por mi soberano, levanto mi brazo derecho y procedo a realizar un corte en la muñeca, permitiendo que la sangre escurra hasta mi codo y caiga en la copa roja. -Porque si el fuego ha labrado mi alma y los almicos la han bendecido, mi honor será reconocido ante mi victoria y mi pena será condenada ¡Porque en el clan fuego siempre fuimos, somos y seremos, el orgullo de nuestro pueblo! -exclamo en voz alta la frase que nos representa.

Nerviosa, observo caer a mi sangre dentro de la copa, esperando que esta cambie a color dorado ya que esto significará que nuestra plegaria ha sido escuchada.

Uno.

Dos.

Tres latidos son suficientes para que el color cambie y me regrese el alma al cuerpo.

-Te hemos escuchado y aceptamos tu ofrenda -Enfatizan al unisón los cuatro soberanos.

Suspirando dejo el cuchillo junto a la copa roja y tomo la suave tela de seda para limpiar mi herida.

Para finalizar, hago mi respectiva reverencia ante el altar y regreso ante los soberanos.

-Ahora el futuro está en tus manos, ve y no deshonres a tu familia -exclama con seriedad el soberano Jun.

-Que la buena suerte te acompañe hoy y siempre -expresa con empatía la soberana Llavla.

-Y que la luz ilumine tu camino -dice Nass con rigidez.

-Que así sea -digo con firmeza mientras levanto mi brazo derecho donde descansa mi tatuaje del ave fénix. Cuan soldada dando sus juramentos a sus superiores y a su patria.

Todos, absolutamente todos los zodiacales tenemos un tatuaje de un ave que pone en alto nuestra casa y la representa.

Pero... ¿Por qué un ave? Pues bien, según antiguos libros, es debido a que el ave representa al quinto elemento por la libertad del alma, por ende, todos, sin excepción alguna, debíamos tener tatuada el ave de nuestro clan. Para nosotros, el elemento fuego, se nos otorgó al ave fénix, por ser quien resurge de las cenizas. Al clan Aire se le dio al Cenzontle, al Agua el Cisne y a los Tierra el Quetzal.

Nuestra sociedad está dividida por cuatro clanes, estos son fuego, agua, tierra y aire. Cada clan tiene sus tres casas zodiacales y todas son gobernadas por un solo Soberano poseedor del don o dones especiales, los cuales son clave para poder ser merecedor del trono. Sin embargo, para poder subir al poder debes tener los veintidós años cumplidos, para que así sustituyas al soberano vigente de tu clan. Eso sin incluir que además no tienes que ser virgen... Sí, eso dije, no puedes llegar virgen al trono, esto debido a que, para hacerse con el trono, todo soberano habrá de dejar de ser casto, de ahí que quienes suben al poder tienen que elegir una concubina o concubino.

Extraño, pero así son las leyes, y estas no se discuten ni se desobedecen, a menos que desees ser ejecutado.

Sin embargo... Ni de cerca estamos de ser los más poderosos, ¡QUE MÁS QUISIERAMOS!

Nuestra raza desde tiempo inmemorables ha sido gobernada bajo el yugo del quinto elemento; el espiritual, habitado por los almicos, aquellos seres que su belleza suele ser extraordinaria, al igual que su poder, por lo que nosotros estamos bajo su servicio, porque de lo contrario ellos son capaces de destruirnos si así lo desean. Cabe señalar que no viven ni conviven con nosotros, su poblado se encuentra en otro plano superior, desde donde nos vigilan constantemente.

Ahora bien, ¿quién iba a decir que este mismo día, era el mismo en que me estaban sentenciando a muerte?

Vaya chica ingenua que fui.

(♡◕ω◕♡)
Holi, preciosuraaaas, esperando que se encuentren muy bien en todos los ámbitos, por fin les vengo a compartir este primer capitulo de este nuevo libro, otro bebé más. Por ello, espero que les guste esta nueva historia, a la cual le tengo mucha fé para que la puedan gozar tanto como yo cuando la escribo.

(つ˘◡˘)づ♥
De ante mano, gracias por sus visitas, votos, comentarios y mensajes que me mandan, en verdad lo aprecio mucho.

(つ˘◡˘)づ♥
Y nada, recuerden que cada quien es libre de imaginar los personajes, las circunstancias o todo el libro a su gusto.
Por ahora yo me quedo con este de la Ave Fénix.
♡⁺◟(●˙▾˙●)◞⁺♡

Nos leemos pronto, A.T.T.E: yo🌻