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Capítulo 4.

Aquí estaba con la mujer que me está robando el sueño. Para i sorpresa me encontré con una mujer inteligente y muy perspicaz. Estudió dos carreras al mismo tiempo, al ser hija única estudió administración de negocios para complacer al hombre que la ama como a nada en el mundo, también ha estudiado literatura que es su pasión.

También sabe algo de defensa personal, como su padre que fue soldado de la marina, le ha enseñado algo y eso me gusta, no es la chica superficial hija de papi que espera que la salven, claro esta que lo que vivió se escapaba de sus manos.

-Cristian, cuénteme de usted. ¿Qué le gusta hacer aparte de hacer negocios? Pasatiempos -Ella me mira expectante, se ruboriza cada vez que nos miramos a los ojos.

Sus labios me tienen nervioso, desearía poder sentarme a su lado y besar esa boca hasta quedarnos sin aliento.

-Me gustan muchas cosas señorita Steele. Navegar, volar, un buen libro, la lucha, el baseball y otras cosas -Claro está que esas últimas actividades es solo uno y no se lo voy a decir.

-¿Algún interés amoroso? -Esta pregunta es interesante.

-Si claro, tengo uno. Pero ella no lo sabe -Ella se sonroja, sin embargo, su mirada es de decepción.

-Lo siento. No quiero causarle problemas señor Grey. Creo que no debí aceptar esta cena -Pero que demonios, ella cree que interfiere con una relación que no tengo.

-Anastasia, ¡siéntese! Por favor -Ella vuelve a su lugar. Me levanto para poner mi silla a su lado. Así no se me escapa.

-Señor Grey, no me gusta ser la tercera persona en una relación -Se ve molesta ante mis acercamiento.

-Anastasia -Tomo sus manos y la hago verme a los ojos.

-Cuando dije que tenía un interés amoroso y que ella no lo sabía. Me refería a que la joven no sabe que tengo interés en ella y por eso la invité a cenar -Ella abre la boca entendiendo mis palabras.

-Yo, yo no sé qué... -La callo con un beso el cual me sabe a gloria. He besado a muchas mujeres. Anastasia Steele, el sabor de sus labios es fuera de este mundo.

-Cristian, yo -Una lágrima recorre su mejilla.

-Lo siento, Anastasia. No quise aprovecharme -Soy un idiota. Debí recordar por lo que ha pasado.

-No, no soy yo el problema -Ella tiembla en mis brazos.

-Debí recordar tu reciente experiencia. Lo leí en los medios. Discúlpame -Le limpio las pocas lágrimas que derrama.

-No, no tienes la culpa. Soy yo el problema -Ella solloza.

-Me gustas, Ana y mucho. Podemos ir despacio soy muy paciente. Mis chicos pueden ayudarte con defensa personal. ¿Qué dices? -Ella sonríe.

-Me gustas desde el día que te vi en la casa de tus padres -Su cara se pone roja como una cereza.

La vuelvo a besar y esta vez no llora, y eso me da pie a besarla un poco más, luego recuerdo que estamos en un lugar público.

Nos separamos y segundos después viene el salonero con nuestra comida. Comemos en un silencio cómodo que me agrada y es la primera vez que disfruto realmente la comida. Anastasia es una mujer de gustos simples, imagino que por las situaciones que le toco vivir en su infancia. Tengo que ayudar a Anastasia a ser más fuerte de lo que ya es, Morton no se detendrá hasta volver a tenerla en sus garras, por ello desde hoy tendrá vigilancia extra.

Al terminar la cena la dejo en la puerta de su apartamento, se niega a vivir con sus padres y eso me preocupa, tendremos que intervenir las cámaras de seguridad. Quería hacerla mi novia, me retracté esperaré a salir más seguido con ella, debo llevar esto con mucha calma.

-Anastasia... -Ella me corta.

-Ana, me gusta más Ana. Solo mi madre me llama de esa manera -Ella me mira con dolor. Esa mujer fue la culpable de sus traumas.

-Bien, Ana. Espero poder invitarte a almorzar pronto -Le doy un beso corto en la comisura de sus labios, no obstante, ella me atrae a su boca donde me da un beso nada comedido, el cual respondo con más pasión de lo que debía.

Ingreso con ella a su apartamento y ahí la pego a la pared, subo una de sus piernas a mi cadera, restregando mi dura erección en su parte intima. Los dos gemimos excitados. Esto debe parar es demasiado pronto para el sexo.

-Lo siento, Ana. Me excedí. Discúlpame de verdad -Me despego de ella.

-Este es mi número. Puedes llamarme cuando quieras -Le doy un pico rápido y salgo de ahí muy apenado por lo que acaba de suceder.

Lo sabía esa mujer me hace perder el control, me hace olvidarme que he sido un dominante y paso a ser un sumiso; lo peor de todo es que me gusta.

-Nunca te había visto así. La señorita ojos azules te tiene comiendo de su mano -Luke se burla de mi nuevamente.

-Tienes una sonrisa de tonto que hasta dan ganas de fotografiarte -Le sigue el juego Taylor.

-Luke llama a Barnie y dile que intervenga las cámaras de seguridad del edificio de Anastasia. Morton volverá por ella, por lo que debemos estar alertas, que borre los últimos veinte minutos del video y Por último dile a Welch que contrate seguridad para Anastasia. Por cierto, que la sigan a discreción -Les digo serio.

Me voy a la cama, como ya es costumbre soñar con Anastasia, lo hago solo que los sueños han subido de nivel sueño con ella en mi cama, le hago el amor todas las noche como deseo hacerlo y ella se entrega a mí. Lo que me extraña son las sortijas que llevamos ambos en nuestros dedos.

Por la mañana entro en mi edificio y todo el mundo me mira. Mi teléfono no deja de sonar en mi bolsillo. Es mi madre, la ignoro; luego la llamaré. Al llegar Andrea me mira con una sonrisa en sus labios. Eso es extraño.

-Andrea tráeme, una café con una magdalena de arándanos –

-Si señor -Ella no deja de sonreír.

Cuando me siento en mi escritorio mi celular vuelve a sonar, esta vez con una llamada de Ana.

-Buenos día, Ana -La saludo.

-Ho...hola, Cristian. Mmm... ¿no has mirado los medios de comunicación? -Su pregunta me hace arrugar el ceño.

-No, acabo de llegar a mi oficina y no he visto nada... -Mi puerta se abre de golpe dejando ver a mi madre y hermana.

-Bueno mira el Seattle Times y luego me llamas. Por cierto, mi padre te estará llamando. Lo siento, Cristian. Trate de evitarte el disgusto. Es mejor una llamada que una visita. Te dejo que debo trabajar igual que tú. Besos -Esa última palabra me saca una sonrisa.

-Mamá, Mia -Mi madre y hermana me vuelven a la realidad.

-¿Qué tienes con Ana? A ella le gustan los chicos. ¿Qué hacías besándote con ella en restaurante? -Me quedo frío, Mia me pone su teléfono mostrándome la publicación en su Instagram. Es una copia del Seattle Times.

-No te debo ninguna explicación Mia -Trato de levantarme.

-Hijo, solo queríamos saber ¿Si es cierto o no? La foto está en un plano que parece un beso y bueno como tu madre eso me haría muy feliz -Mi madre me abraza.

En eso el interfono suena.

-Señor Grey, Raymond Steele en la línea -Suspiro a dar el pecho, me gusta su hija por lo que tengo que ser un caballero hablar con la verdad

-Madre necesito atender al señor Steele. Por favor -Ambas entienden lo que quiero decir y se marchan dándome privacidad.

-Señor Steele. Buendía -Trato de que mi voz no demuestre mi estado.

-Señor Grey, he hablado con mi hija y no quiso hablar de lo que dicen los medios. Por lo que espero que sea usted quien me cuente, ¿Qué demonios está pasando? No es de mi agrado ver en los medios de comunicación como mi hija se besa con un hombre que no es ni su amigo y mucho menos su novio -El hombre se está conteniendo.

-No voy a negar lo que se muestra en la foto, pese a que no las he visto. No voy a negar que me gusta su hija -Suspiro.

-Si , sé le gusta tanto que luego en su apartamento... -Se calla. ¡MIERDA! Ha visto el video.

-No paso nada de lo que se esta imaginado, señor Steele. Voy en serio con su hija y no es una simple aventura -Le confirmo mi interés.

-No sé que sucedió, el video fue borrado, así que solo me estoy haciendo ideas. Mi hija es muy hermosa para su bien. No sabe por lo que he tenido que pasar, los hombres que he tenido que alejar. El secuestro todo eso me tiene al borde de un infarto – Pobre hombre, no sabe que su hija me tiene hechizado.

Luego de una sana conversación acordamos en no dar ninguna aclaración, es nuestra vida privada y no la vamos a exponer al escarnio público. Le prometí que iría despacio con su hija entendiendo que se preocupa por lo que él considera su más preciado tesoro.

Luego atiendo la llamada de mi futura novia, con una sonrisa tatuada en mi rostro.


https://youtu.be/NmCFY1oYDeM

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