5
Es cierto que tenemos nuestras diferencias, y puede que Yugi, aunque sea la reencarnación de Heba, no me recuerde en absoluto, además; esta el hecho de que aparecí en su vida, desplazando a mi hermano de su vida.
Tal vez, y pensándolo bien, todo lo que pasamos anteriormente lo estaba abrumando demasiado.
— Tau, ¿por qué no vas con Yugi?, papá tiene algo que hacer. —
Mi hijo me vio confundido pero aún así asintió y se fue.
Saque aquel aparato pequeño que me servía para comunicarme, marque un contacto en especifico y espere tres tonos, hasta que contestaron.
— ¿Sabes?, no es buen momento para... Aah~ despacio ~. —
— Seré breve. — Dije ignorando los chillidos de placer de aquel rubio que le provocaba Seth, o mejor dicho, Kaiba.
— ¿Qué pasa?. — Jadeo.
— Quisiera que me hicieras un favor, ¿podrías conseguirme un lugar para quedarme?. —
— ¿Uh?, ¿qué?... Espera, Kaiba ~. — Joey dejó de jadear.
— ¿Podrías conseguir un lugar para esta noche?, te lo agradecería mucho. —
— ¿Qué?, ¿y eso por qué?. —
—Nada grave, luego te explico después. —
— De acuerdo. — Respondió Joey. — Te llamo cuando tenga todo listo. — Colgó.
Guarde el aparato y camine hacia mi despacho, pensando en cómo Yugi reaccionaria a esto, tal vez se alegre y podrá relajarse a gusto.
Se que jure siempre estar a su lado, pero no puedo evitar sentirme mal en cómo estamos.
Se que él no me quiere, ni un poco.
Y aun que yo lo ame demasiado, se que no es suficiente motivo para quedarme a su lado.
—Oh, Ra, ¿estoy haciendo lo correcto?. — Me preguntaba mientras veía la vista hacia las pirámides.
Mis ojos comenzaba a picar.
No quiero llorar, de verdad que no, pero...
Las lágrimas comenzaron a deslizarse por mis ojos.
¿Por qué duele tanto?.
Me agarre el pecho, intente minimizar mis sollozos, pero era algo no podía evitar, me dolía tanto saber que mi querido Yugi no me aceptaba y qué, además de todo esto, yo no podía dejar el pasado atrás.
Si yo no hubiera muerto en el pasado, ¿hubiera reencarnado en este tiempo?, ¿lo hubiera conocido? ¿Nos hubiéramos amado como antes?.
A lo mejor sí o tal vez no.
*Toc, Toc.
Limpie mis lágrimas de inmediato, intenté reincorporarme y hacer como si no hubiera pasado nada, inhale y exhale, mantuve una postura firme y después me atreví abrir la puerta.
— ¿Sabes?, la fiesta es abajo, ¿cuándo vas a ir?, te esperan. — Me decía Yugi mientras pasaba al despacho. — Sabes que no puedes dejar que esperan, recuerda que importantes empresarios que también se quieren unir a tu proyecto y qué... — Se detuvo en cuanto vio mi estado. — ¿Por qué lloras?. —
— ¿Qué?. — toque mis mejillas y note lo húmedas que estaban. — ¡Oh!, ¿esto?, no es nada. — Dije nervioso y me voltee para que no me viera, saque un paño de mi saco y comencé a secar mis lagrimas.
Sentí los pasos de Yugi detrás de mi y luego me volteo para verme, con la mirada fija puesto en mi comenzó a retirar las lágrimas y a secar mis mejillas con el pañuelo que me quito de las manos.
—¿Te pasa algo?, ¿estas bien?. —
— No... Solo... Es la herida en mi mano, me duele. — Me excuse. — Debo ir al médico, ¿puedes a tender a los empresarios por mi?, se que podrás con ellos. —
— Pero... —
Me retire de la habitación dejando a Yugi con la palabra en la boca.
El tiempo paso en esa estadía. No baje a la fiesta, ni siquiera a saludar, por supuesto me quedé en una de las habitaciones de invitados, tratando de recuperar mi postura y una vez que se me pasó mi crisis, me quede dormido.
No se cuanto tiempo pasó, pero cuando desperté fue cierto sonido que reconocí enseguida y por ciertas carcajadas de niños.
Abrí los ojos, pesadamente y enfrente de mi, haciendo un círculo alrededor de mi hijo, se encontraba un pequeña bola de niños evitando no reír mucho.
Por supuesto reconocí a los niños; Sakura la hija menor y los gemelos Yuu y Ren, los tres hijos de mis amigos Jaden y Yusei; Después estaba Rui y Heji; los hijos de Seto y Joey y al último estaba mi hijo, que encuentro me vio dejó de lado su aparato y se lo paso a uno de los gemelos de Jaden, pero este solo apago el aparato.
— ¡Papá!. — Me hijo se abalanzó a mis brazos, lo abrace enseguida, pero confundido.
— Niños, ¿qué hacen aquí?, ¿por qué no estan en la fiesta?. —
— No se ofenda señor Halackti. — Dijo Ren. — Pero la fiesta es aburrida. —
— Me lo imagino. — Dije.
— Además, Tau estaba preocupado por usted. — Dijo Sakura, la única niña en ese grupo. — Y nos pidió ayuda para buscarlo. Así que, aceptamos inmediatamente. —
— Además de que fue más divertido buscarlo por toda la casa que quedarse en el salón escuchando a los adultos hablar sobre negocios y esas cosas. — Apoyo Yuu a su hermana.
— Incluso le trajimos algo de comida. — Rui y Heji se acercaron con una charola de llena de comida del buffet para niños.
El gesto se me hizo una ternura total que no pude evitar sonreír.
Vaya, ese grupito a veces me llegaba a sorprender por cómo actuaban, ¡ se supone que el adulto aquí soy yo!.
— Muchas gracias niños. — Dije, bebiendo un poco de jugo de manzana. — ¿Qué hora es?. —
— Rui. — Dijo Sakura chasqueando los dedos, al instante Rui se puso firme y comenzó hablar.
—Señora, si señora, — Reviso su reloj de mano el cual tenía una decoración de un carro. — Exactamente son las 9:00 de la noche. —
— Nueve de la noche, ¿tanto tiempo me quedé dormido?. — Susurre para mi mismo sin saber que mi hijo me escuchaba.
— ¿Te sentías muy mal?. — Mire a Tau y este me miraba preocupado. — Llamamos al señor Jaden para que te revisará, pero nos dijo que solo estabas cansado y que te dejáramos dormir, además. — Miró mi mano. Mierda lo había olvidado por completo. — Te cambió las vendas y te curó. — Volvió a verme. — ¿Ya te sientes mejor?. —
— Sí... — Conteste vacilante. No podía creer que esos niños me estuvieran cuidando por el rato que estuve dormido.
Me reincorpore en la cama y mire a mi alrededor, habían juguetes, algunas golosinas, unas almohadas tiradas por ahí, me supongo para sentarse y una consola conectada al televisor con muy poco volumen para que no me despertarán.
Es extraño, ese grupo de niños actúa como alguna especie de equipo que trabaja para el sigilo.
— ¿Los demás invitados?. — Pregunté.
— Aguardan aún su llegada. — Dijo Rui aún en su posición firme. — Nuestros padres se encargan de la situación de atender a los empresarios y de entretenerlos lo más que puedan. —
— Incluso han dado excusas perfectas que justifican su ausencia. — Dijo Ren. — Así que por los empresarios no se preocupe, el señor Yugi atiende a cada uno por cierto tiempo, incluso junto con mi padre Yusei están re-agendando las citas de los empresarios que lo quieren conocer y colaborar con usted. —
— En pocas palabras. — Dijo Sakura tomando el control nuevamente. — Todo está bajo control. —
— A excepción de... — Interrumpió Yuu. — Aquel señor de barba negra que es todo un pesado. — Hizo una mueca de desagrado.
— ¿Señor de barba negra?.—
No recordaba a un empresario con esas características.
— ¿Esta invitado?. — Los niños alzaron sus hombros sin saber.
— Papá Yugi dijo que tu lo invitaste. — Dijo mi hijo. — Eso no es así, ¿cierto?. — Negué. — Sabía que era un mentiroso. — gruñó con desagrado. — No, nos cae bien. —
— ¿A quién le agradaría ese señor?, ¿viste cómo se le quedó viendo a mi padre Jaden?. — Gruñó Sakura con desagrado. — No me gusta. — Me miró a mí. — ¿podría hacer algo tío Halackti?. —
Asentí, me levante y me tambalee un poco.
— Dulce. — Ordeno Sakura, enseguida, mi hijo sacó un chocolate de su saco y me lo dio en la boca para recuperar un poco mis energías.
Los minutos pasaron y una vez recuperado, me dirigía hacia mí despacho donde los niños me dijeron que estaba Yugi y los demás junto con aquel señor desconocido que nunca invite.
Por supuesto le dije a los niños que se quedarán en la habitación por seguridad y que cuando regresará sería con sus padres.
Mi hijo quería acompañarme, pero le dije que mejor aguardara, ya que no quería que saliera efectuado, ninguno de ellos, si es que comenzábamos a discutir.
— Entienda señor, mi esposo no se encuentra en buen estado. Le pido que se retire por favor. —
— Yo no me marchó de aquí sin hablar con él, ¿cómo es posible que haga este tipo de evento y él no esté presente?, ¡qué falta de profesionalismo!. —
Enseguida se escucho un golpe dentro del despacho, abrí la puerta y entre para encontrarme con mi futuro ex-esposo y el resto de mis amigos rodeandolo como si estuvieran cubriendole las espaldas, mientras este mantenía una postura recta, calmada y sería hacia aquel desconocido.
Yugi en cuento me vio se levantó de su asiento y le siguieron el resto de las miradas en cuento vino hacia a mí.
— Tardaste mucho en venir. — Me dijo serio., luego su mirada me escaneo de arriba hacia abajo. — ¿Eso chocolate en tus labios?. — Me pregunto algo molesto. — ¿Con quién estabas?. — Me susurro.
— Por ahora no te puedo responder eso. — Pase de su lado y con una postura firme me plante frente al sujeto que pude identificar una vez estuvimos más cerca. — La barba no te asienta, te ves más viejo. — Dije con desagrado mientras le arrebataba la barba falsa y la tiraba al cubículo de basura.
— ¡Oh!. — Me dijo el de ojos grises. —Al parecer el bello durmiente apareció. — Se burló. Me mantuve recto. — ¿Qué tal tu estadía en la oscuridad?, ¿te gustó?. —
— Atem. — Dijo con advertencia Seto, tomando mi hombro.
— Estoy bien, no te preocupes. — Le dije. — Por favor déjenos solos. — Avise a los demás que solo asintieron.
Sin embargo, Yugi se quedó en la habitación.
— Yugi. — Le advertí.
— No me voy sin mi explicación. — Se fue hasta donde estaba un sillón y se sentó ahí cruzandose de brazos.
Suspiré.
— Al parecer sigue teniendo carácter. —Dijo el hombre en frente de mi. Le mire mal. — Ya veo porque te gusta tanto. —
— Cierra la boca. — Le dije bajamente. — Ahora responde, ¿por qué diablos estas aquí Necrophades?.
×Continuará...
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