Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XX - VENGANZA

Samuel decidió pedirles ayuda a su hermana y al novio de esta Paulo Nakayama para que fueran a su casa en "Jabaquara". El móvil de ella sonó temprano por la mañana.

— Raquel, aquí quien habla es Sam.

— Qué bueno oír tu voz, hermano. Cuánto tiempo que no apareces por aquí. ¿Está todo bien? ¿Ya te has casado? ¿Tienes hijos? Quiero conocer a mis sobrinos...

— Te echo de menos, quiero que vengas aquí a mi casa en el barrio "Jabaquara" lo más rápido posible y que traigas también a tu novio. No tenemos mucho tiempo.

— ¿Ha ocurrido algo?

— La verdad es que vosotros estáis corriendo peligro de muerte. Lleva a mamá a casa de alguno de nuestros tíos, de preferencia a una ciudad apartada de la capital. Estoy mandando mi dirección por el aplicativo de mensajes.

— La llevaré a la casa de campo del tío Romualdo. Él casi no tiene amigos y nadie le conoce en nuestro vecindario.

— ¡Estupendo! Verificad vuestros correos electrónicos y entenderéis el problema. No habléis con nadie de vuestro equipo... ¡Nadie, nadie! Silver Head os ha enviado mensajes importantes. Me parece mejor que no pongáis los pies en el CIR porque un crimen gravísimo está siendo cometido allí y José Rodolfo está envuelto. Pídele a tu novio que traiga herramientas para retirar el sensor de localización de Silver Head. De momento, él está aquí conmigo.

— ¿En serio? ¿Cómo puede estar ahí contigo si él nunca salió del Instituto?

— Mejor que os deis prisa, cuando lleguéis aquí, os lo explicaré todo bien. No le cuentes nada a nuestra madre para que no se ponga nerviosa. Sólo pídele que no entre en contacto con nadie, ni siquiera con las amigas de la iglesia de momento, por lo menos hasta que arrestemos a la cuadrilla. Y no llaméis a la policía porque hay gente de esa banda en todos los sectores públicos.

— Parece que estás hablando una lengua que no entiendo, pero haré lo que me estás pidiendo. Es gracioso que tu voz está igualita a la de Lucas.

— Siempre tuvimos el mismo timbre. Tú que no lo habías notado. Por favor, hermana querida, actúa con rapidez. Cuelgo...

Ella corrió para llamar a su novio cuando la campanilla sonó.

Asustada con aquella conversación con el hermano, fue a ver quién era antes de que la madre atendiera.

— Espera mamá, que ya veo yo quién es.

— Está bien, hija mía. Pareces nerviosa.

Ella vio en el smartphone un mensaje en aquel momento.

>Soy yo... Paulo. Estoy aquí en la puerta.

>Voy a abrir.

Raquel abrió y allí estaba él. Se abrazaron y entró.

— No he ido a trabajar hoy y, como aún es temprano, decidí venir aquí a conversar contigo. ¿Ya has visto tu caja de correo electrónico?

— ¡No! Pero he recibido una llamada de mi hermano, que es policía, diciendo que la cosa va a apestar en el CIR. Parece que está ocurriendo algo grave allí. Menos mal que Lucas está viajando lejos de aquí...

— He recibido informaciones sobre los crímenes y ha sido el propio AR— 399 quien me las ha enviado. Tenemos que protegernos e ir a la policía.

— Mi hermano está cuidando de todo y a él le parece mejor que no vayamos a la comisaría por ahora. Samuel me pidió que fuéramos a su casa y que lleve a mamá lejos de aquí. Silver Head ha escapado del CIR y está allí con él. ¿Tú tienes herramientas para trabajar en el ciborg? Quieren que le retires el sensor de localización.

— Siempre ando con mi maleta en el coche. ¡Pero qué extraño el ciborg ir atrás de tu hermano mayor! ¿Cuál es la conexión entre ellos?

— Samuel debe tener una buena explicación para eso. Parece hasta que están juntos en esto y que Silver Head adquirió voluntad propia. También estoy curiosa para entender lo que pasa. ¿Pero tú tienes algún pariente aquí en la capital? ¿Alguien que pueda darle alguna información a la policía sobre nosotros?

— No. Mi hermano terminó el curso y volvió a "Araraquara".

— Estupendo. Vamos a correr y salir de aquí rápido.

— Pueden haber monitoreado algún mensaje y el simple hecho de ambos no comparecer al trabajo ya será motivo de desconfianza. Nunca faltamos. Creo que van a pensar que estamos con el ciborg y que planeamos su fuga.

Le pidieron a doña Alda que arreglara sus cosas y siguieron viaje a casa del tío. En seguida fueron al barrio de "Jabaquara".

Mientras era observado por Fernando, Samuel, después de algún tiempo, descifró los códigos de acceso a las cuentas y a los computadores. Invadió todos los datos de la cuadrilla de los órganos.

— ¡Cómo quería hackear estas cuentas! Y los datos bancarios de estos desgraciados cayeron en mi mano como un guante. Ahora puedo atacarles en el punto más sensible. Uno de ellos tendrá la mala suerte de ser el primero.

— Tú siempre fuiste bueno en eso. ¿Quién será el primero? – preguntó Fernando.

Un nombre apareció frente a ellos proyectado en el holograma: Orlando Canhoto. Millares de dólares en cuentas en el extranjero y dos mansiones en barrios de lujo de São Paulo, una en "Ibirapuera" y la otra en "Vila Nova Conceição".

— El comisario vive bien con el salario de policía. Nosotros sabemos cuánto ganábamos allí.

— Sí, amigo... Los tipos roban para vivir en la ostentación. Pero su fin es siempre dormir tras las rejas – Samuel sonrió al decir esto.

Después de conseguir todas las claves, él empezó las transferencias, el destino era una oenegé fiscalizada por el gobierno y patrocinada por la ONY con alto grado de transparencia. En cuestión de minutos, el comisario Orlando se convirtió en un hombre pobre.

Los inmuebles fueron incorporados a las subastas gubernamentales dirigidas a los programas de transferencia de renta para los más pobres. El agente federal se empeñó en tramitar un préstamo para las cuentas bancarias de Orlando y dividirlo con entidades asistenciales para trasplantados.

Después de revisar la vida del comisario y penetrar en sus cajas de mensajes en los diversos aplicativos, descubrió que este tenía una amante. Puso los mensajes que Orlando intercambiaba con ella en las redes sociales en un holograma frente a él y en pocos minutos, todas las redes sociales sabían que el comisario traicionaba a la mujer hacía tiempo, incluso la familia lo descubrió todo, porque los hijos y los sobrinos no salían de internet. Los vídeos viralizaron en la Web.

— Creo que a nuestro exjefe no le va a gustar nada esto – comentó el ciborg con sarcasmo.

— El hombre va a soltar fuego por la boca.

Allí en el trabajo del comisario asesino, un agente entró en su despacho para darle la noticia.

— Doctor Orlando, usted debería ver algunos vídeos.

— Basta de payasadas, Peçanha. Tú sabes que no pierdo tiempo con esas tonterías de internet. Tengo cosas más importantes que hacer...

— Creo que es mejor que vea esto.

Orlando miró el vídeo espantado.

— ¡No me lo puedo creer! – este se puso pálido, preocupado. – Debe ser algún tipo de broma.

Samuel había encontrado escenas de los momentos íntimos entre los dos en el aplicativo de la amante, pues a ella le gustaba grabarlos. Tal vez fuera una manera de hacerle chantaje en caso de que él amenazara abandonarla. Con acceso a los vídeos, fue fácil lanzarlos en las redes sociales.

El teléfono sonó y en el mismo instante un holograma subió frente al comisario. Era una red de televisión holográfica famosa pidiéndole una entrevista para que él pudiera explicar las imágenes.

Inmediatamente, Orlando desconectó el mensaje. Sintiendo que aquello parecía ser verdad, su corazón disparó; sus ojos perdieron la dirección. De repente, miró hacia fuera de la ventana que le separaba de los otros policías y todos le encaraban, porque el contenido ya había viralizado. Hasta el mayor canal de vídeos de internet había publicado las escenas y millares de visualizaciones sepultaban su honra arruinada.

— Yo voy a matar al desgraciado que me ha hecho esto. No consigo pensar bien... ¿quién habría hecho esto? ¿Un enemigo tal vez? ¿Alguien que haya arrestado? Llama a Valdir. Ayúdame a investigar...

Sin dejar a la víctima descansar, el smartphone sonó de nuevo. Y lo que él más temía ocurrió. Su esposa apareció en otro holograma.

— Orlando, pedazo de canalla, ya he tirado tus ropas por la ventana. Puedes venir a buscarlas. No quiero verte nunca más, ni cubierto de oro. Mi abogado va a buscarte para arrancarte todo lo que pueda. ¡Desgraciado, traidor!

La pobre mujer ni sabía que estaban en números rojos y, a partir de ahí, tendría que arreglárselas sola en la vida.

— ¿Tú piensas que ha sido suficiente, Fernando? – ellos observaban a su blanco por las cámaras de la comisaría que conseguían controlar. – Porque en el fondo me parece poco.

— Él merece aún más porque lo que hizo no tiene perdón. Todos nuestros compañeros fueron muertos.

— ¿Será que estamos exagerando, amigo? ¿Los fines justifican los medios? Siempre quise trabajar dentro de la ley llevando a los criminales a juicio y ahora me siento un justiciero. No estoy seguro de si estoy haciendo lo correcto.

— ¿Pero si ellos tienen gente en todo el sistema, no saldrían impunes? Entonces se prepararían para volver más fuertes.

— Tienes razón... Pero yo quiero creer que la sociedad funciona. Es lo mejor que podemos dejarles a las próximas generaciones.

— Hablando sobre eso, tengo un secreto para contarte.

— ¿Más secretos, Fernando?

— Pensándolo bien, voy a dejarte continuar porque nuestro tiempo es corto y podré conversar con calma al final de todo esto.

— Como prefieras... Espero que podamos salir bien de esta porque estamos tratando con gente grande y peligrosa. Entonces vamos a continuar nuestro trabajo y aprovechar la oportunidad que la vida nos dio.

Miró al próximo blanco: el senador Sandro Cámara Barroso. La ficha holográfica fue surgiendo con los datos actualizados.

— ¡Hora de la diversión! – dijo el policía, satisfecho, saboreando la venganza.

Entró en los archivos del contable del político. Después de ver los informes pasó todos los valores a instituciones mundialmente conocidas, que cuidaban de catástrofes mundiales como terremotos, huracanes y desastres humanitarios. Las aplicaciones del senador fueron transportadas a un fondo de combate al hambre. Los bienes inmuebles y todos los activos pasaron a nombres de instituciones que cuidaban de niños y personas sin techo.

— Yo admiro mucho tus actitudes y te considero más que un amigo. Tú eres un hermano para mí.

— Me siento lisonjeado viniendo de alguien tan honrado como tú, Fernando – Samuel pensó un poco e indagó: — ¿Prefieres que te llame Silver Head o por tu nombre verdadero?

— Llámame Fernando. Dentro de mí existe un ser humano y es así como me siento. Querría volver a ser lo que yo era. Me siento vivo.

— Yo también. Perdí a quien más amaba a causa de todo esto.

— También he tenido pérdidas y no sé cómo lidiar con esto, aun teniendo la oportunidad de vivir de nuevo.

— Ambos compartimos el mismo dilema, amigo, y vamos a intentar ayudarnos el uno al otro. Por eso voy a continuar desde donde paré.

En el gabinete del político, el asesor entró sin llamar a la puerta:

— ¡Senador Barroso!

— ¿Qué pasa, mentecato? ¿No debías llamar antes de entrar? ¿Y si yo estuviera en alguna reunión importante?

— Señor, no le va a gustar nada lo que le voy a decir.

— Hoy no me está gustando nada todo lo que veo, desembucha...

— Limpiaron sus cuentas y vendieron sus inmuebles. Usted está a dos velas.

— ¡No digas idioteces, Arnaldo!

— Es en serio, senador Barroso. Déjeme mostrárselo en su ordenador holográfico.

Cuando el jefe de la cuadrilla en Brasil vio la cuenta vacía, tuvo un patatús. Sintió un dolor en el pecho que fue irradiando hacia el brazo izquierdo, empalideció, el sudor resbaló por su piel alba y el hombre se desmayó, con el corazón totalmente fuera del compás.

Los paramédicos llegaron rápidamente en un aerodrone de transporte e intentaron salvarle, pero el órgano que bombeaba la sangre del hombre paró de una vez por todas y ya no volvió a latir. Después de algún tiempo, fue noticiado en toda la prensa holográfica:

"Hoy, el senador Sandro Cámara Barroso falleció en su gabinete, víctima de un infarto fulminante. Será homenajeado por los parlamentarios que decretaron tres días de paralización de las actividades del Congreso y luto nacional. El político era considerado uno de los más honestos por la población y recibió el mayor número de votos en la última elección."

Samuel vio la noticia y dijo:

— Déjales ver lo que voy a publicar en las redes de aquí a poco.

— Pero el hombre ha muerto... ¿Qué puede venir después?

El agente no podía dejarlo en sólo eso, porque creía que el pueblo no debía ser engañado y tenían que saberlo todo al respecto de la cuadrilla, desde las operaciones de corrupción hasta los asesinatos de tantas personas indefensas. Poco a poco, fue enviando al Ministerio Público y a la prensa holográfica los documentes y las pruebas de la jefatura de la Mafia de los Órganos por el senador.

Después, las informaciones con las direcciones de las cuentas y los correos electrónicos con las distribuciones de valores entre los integrantes del grupo. Los hijos y conyugues de los jefes de la banda fueron avergonzados saliendo de sus escuelas y clubes. Sin dinero en las cuentas bancarias muchos amigos les abandonaron.

Ahora era el turno del brazo criminal en el área de la Salud, el jefe Antonio Losada Pinho, que también tuvo sus cuentas vaciadas y todas las cuantías transferidas, así como los bienes subastados.

La secretaria del doctor Losada le comunicó en el hospital central de la ciudad, del cual este era propietario, la depresiva noticia:

— Doctor, holograma de su contable.

— Puedes hablar, Evandro

— ¡Usted no tiene ni un mísero real! Está sin nada y están venciendo algunas cuentas altas este mes. ¿Cómo debo proceder?

— Voy a verificar y te doy una respuesta de aquí a poco. Deben haber cometido algún error en el banco holográfico.

El hombre empezó a conferir los datos y vio que era verdad, hasta el hospital ya no estaba a su nombre. Todo había sido donado a un instituto que investigaba tratamientos especiales para combatir enfermedades virales, fúngicas y bacterianas creadas en laboratorios como armas biológicas. Otra parte del dinero fue transferida a un fondo que patrocinaba sistemas de enseñanza que ayudaban a las personas sin techo a adquirir una profesión y garantizar la autosuficiencia.

— ¡Mil infiernos! ¿Quién ha sido el desgraciado que tocó mis cuentas? Va a pagarme muy caro por eso – vociferó, sin imaginar que aquel golpe a su honor y patrimonio era irreversible.

Los dos agentes federales hacían su fiesta particular, destruyendo la vida de los que acabaron con las suyas, y el jefe de la cuadrilla en Brasil había probado de su propio veneno. Pero aquello aún era el principio y estaban lidiando con personas muy peligrosas. Mucho estaba por venir.

Raquel y Paulo siguieron hasta la dirección indicada en el aplicativo. Paulo cogió su caja de herramientas en el coche y ambos se quedaron frente a la puerta esperando después de tocar el timbre. La hermana vio el coche que conocía en el garaje y comentó:

— ¡Qué extraño, Paulo! Aquel coche es de Lucas. ¿Será que él también está aquí? Pero Sam no me dijo nada al respecto y Lucas viajó.

A este también le pareció inusitada la situación. ¿Qué estaría pasando?

De repente, la puerta se abrió.

— Entra, Raquel – ella se quedó parada como una estatua y el novio también, los dos asustados con lo que veían.

— ¿Tú?

— Deprisa, para adentro... no sabemos si ya han conseguido monitorear a Silver Head. Tengo dudas de si también tengo algún tipo de sensor en la cabeza.

Los hermanos se abrazaron felices por encontrarse allí. Ella estaba aflicta por saber algo más...

— ¿Dónde está Sam? Le echo mucho de menos.

Paulo intentó tranquilizar al hermano de su novia pensando que este era Lucas.

— Quédate tranquilo, Lucas. Acompañé todo el proyecto de cerca y tú no tienes ningún localizador como el ciborg lo posee. Pero en la próxima inserción, José Rodolfo planeaba usar una interface cibernética con control total tanto en ti como en al AR— 399.

— Menos mal. Quédate tranquila, Raquel, con lo que te voy a revelar ahora – miró de nuevo al ingeniero y continuó. – En cuanto a los chips de control, Silver Head lo destruyó todo antes de escapar de allí.

— A estas alturas, José Rodolfo debe estar negro de rabia... — dijo Paulo preocupado con las represalias.

— Ay, Dios mío. ¿Cómo puedo quedarme tranquila con estas palabras, hermano? Y el gerente ya quería acabar conmigo porque no sabía dónde encontrarte. Ahora he perdido mi empleo de una vez por todas.

— Cuñado, sujeta a mi hermana porque lo que voy a decir ahora parece una película de ciencia ficción, pero es real.

Ambos abrieron los ojos de par en par, curiosos.

— Vamos allá entonces... ¡Yo soy Samuel!

— ¿Qué? Debes estar de broma con nosotros y creo que no es hora para eso – dijo Raquel enfadada.

— Perdí la vida en una de las operaciones de la policía federal. Esta se llamaba Caza a los Órganos; mi cerebro y otras partes fueron vendidos por la cuadrilla al CIR. José Rodolfo está envuelto hasta el cuello en eso. Como había mucha compatibilidad entre Lucas y yo, fui escogido para la donación. Por eso, la operación fue un éxito. Está claro que también debido a la genialidad de Paulo, la tuya, y la de todo el equipo.

— ¡Es simplemente imposible! – Ella miró a su novio, incrédula — ¿Puedes creerte esto, Paulo?

— Pensando bien, todo es posible. Pero esto es más que ciencia ficción, tal vez una mezcla con el género de terror de la historia Jekyll y Mister Hyde – comentó el ingeniero con la boca abierta.

— Creo que Lucas nunca más volverá. Pero siento su corazón latiendo en mi pecho.

— Estoy volviéndome loca con esta charla. A fin de cuentas, ¿quién está en el control? ¿Por qué desde la operación te presentaste a nosotros como Lucas? ¿Y ahora? ¿Quién está ahí adentro?

— Si alguien oyera esta conversación, nos internaría a todos como locos como una cabra – comentó Paulo con ironía.

— Calma, hermana. Siempre fui yo... Sam, desde que desperté en el CIR con mi ojo azul y el otro castaño de Lucas. Lo guardé en secreto para cumplir un plan de venganza. Quiero acabar con los que hicieron eso conmigo, ellos matan a muchos inocentes para robar los órganos, incluyendo niños, mendigos, enfermos en recuperación en los hospitales... Y la mafia impiedosa tiene gente de cargos importantes. Sé que estoy metiéndome en un avispero peligroso.

— ¡Simplemente bizarro! Me lo creo porque lo estoy viendo y sé cómo todo fue hecho, pero es difícil para alguien de afuera creerse esta historia.

De repente, alguien apareció bajando la cabeza para pasar por la puerta. Era Silver Head, el ciborg.

— ¡AR-399! – Paulo le miró espantado con su libre arbitrio.

— Perdóname, mi creador. Me siento como si fuera un vehículo saliendo de una línea de montaje con estas letras y números. ¿Puedes llamarme Fernando?

— ¿Fernando? ¿Qué significa esto? – Preguntó Raquel interesada con tantos enigmas.

— Él es mi amigo, el policía Fernando, que fue atrapado en la emboscada que nos prepararon en la operación fatídica. Como Paulo utilizó chips análogos para activar nuestros cerebros, quedamos conectados en lo que tal vez podría llamarse consciencia compartida. También mantuvimos eso en sigilo para revelarlo en el momento oportuno.

— ¡Cuántos secretos fantásticos! – dijo ella admirada con aquel encuentro inusitado.

— También dividimos el mismo sentimiento de venganza. Yo quiero que los traidores sean castigados – reafirmó el agente federal que habitaba la mente de Silver Head.

— No obstante, tenemos que ser rápidos. Por favor, Paulo, retira el dispositivo de nuestro amigo antes de que nos encuentren. Y eso no sería nada bueno, porque uno de nuestros mayores enemigos dirige un departamento de la policía y puede inventar cualquier excusa para culparnos. Puedo adelantar que él está muy cabreado conmigo.

— Por favor, sé rápido – dijo Raquel con miedo de lo que oyó. – Túmbate aquí, Silver Head, o mejor, Fernando. No me puedo creer que estoy viviendo esto.

Ella indicó el sofá y le puso en una posición favorable para que el ingeniero accediera al compartimiento donde él sabía que estaba el dispositivo.

Cuando Paulo inició el trabajo, ellos oyeron un ruido de alguna cosa desmoronándose... era el sofá que se rompió por debajo del peso del ciborg.

— Parece que tu titanio es demasiado pesado – ellos se miraron sonriendo con las palabras de Raquel.

— Quédate parado que yo encuentro una manera de hacer mi trabajo – dijo el novio concentrado en retirar el chip del sensor.

Mientras tanto, allí en el departamento de policía federal, una orden secreta apareció en el aplicativo de mensaje de Orlando.

— Canhoto, quiero que descubras quién está por detrás de estos ataques en Brasil. El consejo tiene miedo de que eso se arrastre a otros países. ¿Tú sabes lo que pasó con el senador Barroso?

— Muy extraño, jefe.

— Algunos piensan que fue asesinado... Ahora necesitamos a otra persona en el mando, entonces tú has sido ascendido a ser el nuevo jefe de las operaciones en Brasil. Pasa tu número de Pix para que fortalezcamos tu caja.

— ¡Gracias! Acepto y haré de todo para encontrar a los culpables.

— Estamos ayudando a los miembros de tu país a recuperarse, financieramente, para continuar nuestro trabajo, pero necesitamos eliminar a los hackers que penetraron en la nube de la compañía e hicieron un estropicio tan tremendo. Muchos clientes están esperando las remesas y necesito que tú hagas tu parte. ¡Acaba con esos hijos de perra, pisa a los insectos que están destruyendo nuestro negocio!

— ¡He oído alto y claro! En breve os entregaré las cabezas de los invasores.

Después de cortar la comunicación, pensó:

"Si no hubiera visto a Samuel muerto por mis propias manos, diría que esto es cosa de él y de su personal. Pero desde donde él está ahora, es imposible que haga alguna cosa. Quiero vengarme personalmente de los tipos que acabaron con mi matrimonio y secaron mis cuentas. De mi parte, ejecutaré esa orden con placer."

En seguida, accionó un equipo para investigar de dónde venían los ataques cibernéticos. Jueces fueron movilizados para facilitar los mandatos de prisión preventiva.

Los mejores hackers de Europa llegaron a Brasil para ayudar en la cacería y, algunos días después, encontraron la dirección del invasor. Aunque Samuel hubiera encubierto los propios pasos, los cazadores también eran especialistas y consiguieron encontrar el origen de los ataques.

Al lado de una fuerza tarea con policías y mercenarios que Orlando había reunido, este concluyó:

— ¡No puede ser! Es la casa de Samuel, en "Jabaquara". Alguien debe haber visto el lugar vacío y lo está usando para atacarnos. Vamos allá... Preparad las armas que invadiremos el escondrijo. Estoy muy curioso por ver quiénes son esos miserables que arruinaron mi vida. Ha llegado la hora de darles el retruque.

_______________________________

https://youtu.be/07JiIpO7hFo

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro