Yo no te olvide. One Shot (Iruma x Elizabetta)
"Si esto solo era un accesorio, significa que solo es una hoja en blanco? Que mal."
"Ah no! Quería que fuera sincera, a... Así que escribí todas las cosas que me gustan y respeto sobre ti!.."
Abre los ojos, la luz del día ilumina su bello rostro, al parecer todo se había tratado de un sueño, el mismo sueño que había ocupado su descanso desde hace semanas, sino es que incluso meses...
Una figura femenina se puso de pie, levantándose de su cama con delicadeza, el largo cabello de color rubio cenizo cayó sobre los hombros de la bella fémina quien se estiro un poco, y en ese momento, un par de alas emergieron de su espalda...
Así es, la chica de deslumbrante belleza, era un demonio...
Su nombre, Ix Elizabetta, y aunque aún era bastante joven o al menos lo suficiente para tener que ir a la escuela, el extraño, pero recurrente sueño, la tenía bastante preocupada
Y aunque en general, no era nada raro que un sueño suyo se repitiera, lo verdaderamente curioso era el contenido del sueño y la sensación que dejaba en ella cuando este terminaba, pues la chica podía reconocer su voz en el sueño, pero no la de la otra persona...
Elizabetta: - Confundida - Porque sueño esto otra vez? Que quiere decir? - Sigh - A este paso dejaré de dormir a gusto - Tomándose la cabeza -
La chica se sintió mal, pero no tenía opción, tampoco podía faltar a la escuela, por lo que después de acomodar sus cosas y desayunar, salió de casa, desplegando sus alas para emprender el vuelo hacia la academia Babyliss, la escuela de élite para demonios a la que ella asistía, estando ya en su segundo año
Mientras sus alas de color negro, aleteaban suavemente, logrando mantener su curso, la chica seguía tratando de descifrar el misterio de su sueño, pues había algo en el que no la dejaba descansar a gusto
La escena en sus sueños parecía más un recuerdo, que una propia invención de su mente, aunque desgraciadamente, otro factor que mantenía todo en intriga, era que la silueta de la otra persona estaba borrosa, fragmentada, la chica solo podía ver el uniforme azul clásico de su academia, su insignia de rango y nada más, pero había algo en la voz, que la hacia sentirse en confianza, tranquila, cómoda, se sentía familiar, y para tratarse de un demonio, era tanto cálida como amable....
Al poco rato de mantenerse en vuelo, Elizabetta pudo divisar su academia, por lo que apurando el vuelo, y después de unos cuantos minutos, la bella fémina aterrizó con suavidad, empezando a caminar hacia la enorme puerta del colegio, lista para que aunque confundida, pueda tener un buen día.
Buenos días!
El clásico y enérgico saludo de los miembros del consejo estudiantil la logro sacar ligeramente de sus pensamientos, aunque esto también era otra cosa curiosa, pues ocurría que ella, a diferencia de los demás estudiantes no se sentía intimidada ante estos demonios, a pesar de la obvia diferencia de edad, rango y poder, la chica rubia incluso sentía un toque de amabilidad en ellos, escondido en lo estricto de su hablar y vestir, casi como si los conociera desde antes. Aún cuando esto era imposible, pues ella nunca había intercambiado palabras con alguno de ellos, mucho menos con la presidenta, Amelie Azazel, el único estudiante de toda Babyliss de rango 6.
Elizabetta decidio poner sus pensamientos de lado, al tiempo que paso al lado de ellos con tranquilidad, aunque está vez hubo algo extraño, y es que claramente pudo sentir una mirada posarse en su espalda.
Elizabetta volteo de inmediato, sin ver a la o el responsable de esto, aunque lo que si noto fue un ligero pero perceptible aire de intimidación por parte de Amelie.
Elizabetta volteo a ver a la pelirroja por algunos segundos, pero no contaba que la chica voltearia también la mirada en su dirección, lo que hizo que la rubia siguiera su camino, evitando meterse en problemas, sintiendo un escalofrío en su espalda
Durante el recorrido hacía su clase, la chica vio algunos rostros conocidos, algunos alumnos de primero, como lo eran Chima o Silvia hermanas de dos de sus compañeros de clase, también pudo ver a Zeze, Ronove y Nafra, la chica siguió caminando, pero en ese momento, otra sensación la volvió a poseer, está tampoco era ajena a la chica, pues al igual que su sueño, era ya algo recurrente cuando caminaba por los terrenos de su academia
Era un sensación dolorosa, transmitía soledad, frío, era como si hubiera olvidado algo importante, o tal vez perdido? No, era aún peor, el dolor se sentía como si hubieran arrancado algo de su cuerpo o incluso de su corazón...
La bella chica seguía caminando con la sensación de desolación en su ser, recorriéndola de pies a cabeza, Elizabetta incluso sintió que por algún motivo, las lágrimas estaban por salir de sus ojos
Afortunadamente esto no paso, y después de algunos cuantos minutos, la chica logro llegar a su salón el cual al igual que en primer año, se encontraba cerca del fondo de la academia, a solo unos pasos del basurero, casi escondido de los demás, como si su clase fuera una especie de vergüenza, su aula se encontraba en pésimas condiciones, con problemas llegaba la luz del sol, había telarañas, goteras, vidrios rotos, etc
La fémina cruzo la puerta, pero tan pronto como dió un paso dentro, la chica se detuvo abruptamente, pues ahí, frente a ella, se encontraba la misma persona de su sueño, con la diferencia de que aquí, a pesar de estar de espaldas, podía ver su figura con un poco más de claridad, tal vez no era tan alto como ella, ni tan fuerte como Sabro, pero sin embargo ahí estaba
Sin saberlo, su corazón dió un pequeño salto, la chica avanzó y estiro la mano intentando tomar al extraño
La boca de la chica se entre abrió casi de forma automática, dejando salir una palabra, que aunque débil, si pudo ser oída
Elizabetta: Iru...
Pero cuando estuvo cerca de tocarlo, este desapareció, otra vez, solo había sido una visión, un engaño de su mente
La chica se quedó de pie y nuevamente, la sensación de soledad volvió a ella
¿?: Elizabetta, e... Estás bien?
La chica volteo la vista rápidamente viendo que quien había llamado su atención había sido su compañera, Crochelli Keroli, una chica tímida de cabello blanco y ojos amplios
Elizabetta: Eh? Ahm.... Si jejeje, solo... Tropecé
La chica se excusó encogiéndose de hombros, a continuación avanzó hacia su pupitre viendo a todos sus compañeros
Asmodeus, Clara, Sabro, Jazz, Lied, Garp, Goemon, Agares, Camui, Keroli y Purson, parecía que estaban todos, pero por alguna forma, Elizabetta sabía que esto no era verdad..
Ella conocía a sus compañeros, estuvo con ellos desde el primer día, conocía sus actitudes y era por esto que ver a alguien de noble familia y de orgullo elevado como Asmodeus Alice, interactuar con alguien como Clara Valac que era todo lo contrario a el, le causaba curiosidad
Lo mismo sucedía con Sabro Sabnock, el enorme chico era un peleador nato, con una admiración por todo lo relacionado con el rey demonio que podía rayar con la fascinación, este Incluso llegó a atacar a un profesor el primer día, para demostrar que tenía el poder digno del siguiente rey Demonio, pero el Sabro que tenía enfrente... El rubio sonreía divertido mientras Clara escalaba su espalda entre risas
Elizabetta estaba confundida, sus compañeros eran miembros de la llamada "Clase Anormal" una clase especial para demonios problemáticos, un ladrón, un apostador compulsivo, un pervertido, un guerrero, un dormilón, etc, etc
Y aunque esto debía ser un castigo, lo que ella veía era algo así como una familia, personas en las que sin saber exactamente porque, podía confiar con su vida...
Pero lo que no podía entender, era esto mismo, ellos no tenían ningúna cosa en común y sin embargo, ahí estaban, riendo, jugando, hablando...
Elizabetta estaba realmente confundida, su corazón no dejaba de latir, la chica empezó a hacer memoria, tratando de recordar algo, lo que sea, cualquier cosa que pudiera ayudarle a resolver su dilema
La prueba de velocidad, la fiesta de los Batora, la salida al Walter Park, el festival de la cosecha, el festival musical, todos los eventos que han sucedido en su vida escolar pasaron por su cabeza sin éxito, la chica no encontró respuesta alguna más que un terrible dolor de cabeza.
No tardó mucho en llegar el profesor Robin, la clases empezaron, pero la atención de Ix Elizabetta estaba en otra parte... La chica paso la mitad del día con la cabeza en las nubes, y poco antes del receso, Mononoki Sensei se retiraba también, dejando solos a los miembros de la clase quienes guardaron sus cosas, la rubia pudo ver cómo Clara y Asmodeus discutían, aunque sin saber bien porque, la chica se acercó a ellos
Elizabetta: Oye, Azz Azz...
Ante esto, Asmodeus volteo de inmediato, aunque después de unos segundos, su rostro denotó extrañeza con un toque de molestia
Asmodeus: Como me dijiste?
Elizabetta: Ah no... Disculpa, es solo que quería pedirte ayuda con la tarea, creo que no entendí bien a Momonoki Sensei y...
Asmodeus: No tengo tiempo, dile a otro que te ayude
El típico tono del chico se hizo presente, dando solo está respuesta antes de empezar a caminar hacia la salida, seguido de Clara quien lo molestaba con el nuevo apodo
Keroli: En serio estás bien? Estás actuando algo raro
Las dos salieron también del aula, pero Elizabetta viendo la preocupación de su amiga decidió externar parte de sus dudas con la peliblanca
Elizabetta: Alguna vez has sentido que pierdes algo, pero de forma extrema? Cómo si lo arrancarán de tu ser sin oportunidad de recordar?
Keroli: Eh? Eso a que viene? - Extrañada por esto -
Elizabetta: A que eso es lo que siento ahora
Keroli: Entonces perdiste algo
Elizabetta: No! Es solo que.... Hé tenido un sueño recurrente, y además... Tengo la sensación de que algo me falta, bueno, más bien, alguien me falta
La chica dijo esto viendo la cara de extrañeza de su amiga, Elizabetta decidió dejar de hablar del tema para que Keroli no la tomara por loca, pero sin saberlo, ambas pasaron por una puerta entreabierta, una persona se asomo ligeramente viendo a las chicas, la puerta se abrió más, dejando ver qué se trataba del profesor Shichiro Balam, quien al ver a Elizabetta solo suspiro triste
Balam: - Ligeramente triste - Es inútil que intentes recordarlo, solo te hará más daño - Regresando a su salón -
No paso mucho cuando el receso termino y todos se vieron obligados a volver a sus aulas a terminar con sus clases del día, pero las cosas solo se ponían más raras para la pobre Elizabetta quien no estaba tranquila, de algún modo, más alucinaciones se hicieron presentes, la misma silueta de antes, volvió a aparecer, a veces corriendo a su lado, otras veces cargando cosas, está se volvía más clara, ahora podía ver una ligera sonrisa en su rostro, Elizabetta camino sin pensar mucho, persiguiendo a este extraño, llegando al aula real, la llamada "Royal One" un aula que perteneció al antiguo rey demonio Delkira, y que ahora estaba cerrada con candado, después de todo, este era un tesoro de Babyliss
La chica se detuvo de forma abrupta, ni siquiera se dió cuenta cuando llegó hasta ahí, al parecer su cuerpo se movió solo, como si supiera dónde ir, la chica empujo levemente la puerta, pero está no se abrió
Pero lo que si paso, es que ahora tuvo más visiones, está vez más claras, incluso estas eran del interior del aula prohibida, en estas estaban todos sus compañeros, sonriendo, jugando, entre ellos estaba aquel extraño de sus sueños, Elizabetta oía su risa, veía la sonrisa en su rostro, todo en el sonaba familiar
La chica sintió su corazón acelerarse nuevamente cuando vio al extraño, pero a diferencia de ocasiones anteriores, está vez lo pudo ver con mejor detalle, cabello azul amarrado en la parte de atrás, un anillo dorado en el dedo...
Irumachi!
Iruma - Sama!!
Las voces alegres de Clara y Asmodeus fue lo último que Elizabetta escucho antes de despertar de esto y decir en un susurro
Elizabetta: Iruma...
"Si esto solo era un accesorio, significa que solo es una hija en blanco? Que mal"
"Ah no! Quería que fuera sincera, a... Así que escribí todas las cosas que me gustan y respeto sobre ti!..."
"Entonces, después de leerla, la enmarcare y la colgaré en mi pared"...
La escena se reprodujo en su mente después de decir el nombre, ahora con toda claridad, la chica lo recordaba, el se arrodilló para extender la carta ante su mirada de sorpresa y la de la clase
Ahora lo recordaba, lo recordaba todo...
Su cabeza empezó a doler mientras que su mente empezaba a repararse, el chico peliazul volvió a aparecer en sus recuerdos, y ahora, todo tenía sentido, era por el que sus compañeros habían cambiado, era por el que avanzó con naturalidad hacia la "Royal One"
Iruma Suzuki, era el a quien había olvidado. Elizabetta se tomó la cabeza, pues ahora recordaba todo, incluso el día en que todos se enteraron que el era un humano...
La chica no dudo ni un segundo más, desplegó sus alas y a una gran velocidad, llegó a su salón, la chica abrió las puertas de golpe, su profesor aún no llegaba, pero todos sus compañeros la vieron raro por este acto
Keroli: Elizabetta, que pasa?! - Alarmada -
Elizabetta: Lo recordé!!
Lied: A quien?
Elizabetta: A la persona que hace falta en la clase
Jazz: Alguien falta? Se supone que estamos todos, incluso Purson - Viendo al callado chico -
Elizabetta: No, no estamos todos, falta Iruma!
La chica grito esto haciendo que todos la vieran extraño, ese nombre no les sonaba para nada como miembro de la clase
Asmodeus: Iruma?
Clara: Es un platillo?
Elizabetta: Acaso lo olvidaron también ustedes? Iruma, Irumachi como le decías tu! - Viendo a Clara - su mejor amigo!
Asmodeus: Que es un amigo? - Confundido aún mas -
Elizabetta: Sabnock, acaso lo olvidaste? El era tu rival!
Sabro: Mi rival? No sé a qué te refieres, yo no tengo rivales - Sonriendo con orgullo -
Elizabetta: Chicos, no estoy loca, no lo olviden, el era nuestro compañero, el nieto del director Sullivan!
Las expresiones en los rostros de todos eran de confusión total, no entendían para nada la extraña actitud de su compañera quien siempre se mostraba sensualmente elegante, eso sumado a la mención del antiguo director, los alarmó aún más
Lied: Elizabetta, de que hablas? El antiguo director no tenía ningún nieto, además no lo recuerdas? El fue arrestado, no sabemos porque, pero fue cuando Kalego Sensei se volvió director
La chica miro al rubio frente a ella y ante la mirada atónita de todos, su rostro empezó a derramar lágrimas
Elizabetta: No lo olviden chicos, el era alguien especial para todos, siempre ayudaba a cualquier demonio, era un demonio excepcional, alguien bueno
Asmodeus: Alguien bueno? Definitivamente estás delirando
El chico solo volteo indiferente a esto, mientras que Clara aún sonriente, alzó la vista
Clara: Irumachi.... No, no conozco a nadie así
La chica de desplomó contra el suelo, cayendo de rodillas mientras las lágrimas seguían rodando por sus mejillas
Elizabetta: Fue por el, que nos logramos cambiar a la "Royal One" y quién derrotó a la bestia mágica en "Walter Park"
Sabro: El aula real?
La chica seguía llorando desconsoladamente, el profesor asignado finalmente llegó viendo la escena, todos dijeron que Elizabetta había sufrido de un ataque nervioso y empezó a desvariar, por lo que sin más remedio, la mandaron de vuelta a su casa, sin saber que Balam había escuchado toda la conversación, el profesor estaba atónito y una vez que regreso a su aula, saco su teléfono para marcarle a alguien a quien le tenía estima
Balam: No somos los únicos...
De regreso con la chica, está había llegado rápidamente a su casa, recibida por sus padres, ahora se hayaba acostada en su cama, temblando levemente y abrazándose a si misma, sabía que lo que había visto no eran alucinaciones, Iruma era real y por más loco que pareciera, ella lo extrañaba
La chica se puso de pie yendo al espejo, mirando su reflejo, tenía que encontrar una forma de que sus amigos recordarán al chico
Elizabetta: Iruma... Estarás bien? Dónde estarás? Acaso te comieron?
La chica tomo papel y lápiz, empezando un dibujo del rostro sonriente de su ex compañero, la chica acarició suavemente la hoja y la deposito en su escritorio, viendo como en este se hayaba un anillo parecido al que el usaba....
La chica dio unas vueltas más por su habitación, pensando en el peliazul, y al mismo tiempo, sintiendo una sensación cálida en su pecho, tan inmersa estaba en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta cuando la noche cubrió al inframundo con su manto sombrío
La chica paso nuevamente por su mesita y tras unos segundos, salió al balcón de su habitación, con el anillo en su cuerno y con algo en sus manos, se trataba de un sobre blanco el cual estaba enmarcado, con un moño con flores en una esquina
Así es, la chica había encontrado la carta que Iruma le había dado hace un año
"Escribí todas las cosas que me gustan y respeto sobre ti!..."
La chica saco la hoja y empezó a leer su contenido, el calor en su pecho se incremento, su llanto fue cambiado a un rostro de determinación, ahora tenía un objetivo en la mente que podía ser algo imposible
Elizabetta: Te prometo, que no te volveré a olvidar, Iruma, te prometo que te voy a buscar....
La chica se llevó la mano con la carta al pecho y alzó la vista hacia el cielo mientras el viento movía levemente su cabello, ahora la chica tenía una ambición, recuperar al único humano que le robo el corazón....
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Iruma...
¿?: Iruma... Iruma!
Abre los ojos con pesadez, la luz del sol da directamente en su cara haciendo que su ceño se frunciera levemente, el pasto bajo el, lo picaba levemente, un chico de cabello azul se incorporó lentamente rascándose ligeramente la cabeza
Su nombre, Iruma Suzuki, un joven humano que al parecer se había quedado dormido en el patio de su escuela y que ahora había sido despertado por una chica que lo veía seriamente, con las mejillas infladas
Iruma: Eh? Lilith? - Viendo a la chica - Que paso?
Lilith: Otra vez te quedaste dormido, genio, eso paso - Suspirando cansada - realmente no tienes remedio
La chica ahora conocida como Lilith era delgada, alta, de piel.clara y ojos verdes, protegidos por unas gafas redondas, de armazón ligero, su belleza no podía pasarse por alto, su larga cabellera pelirroja era también destacable
Iruma: Jejeje perdona, es solo que el día estaba realmente lindo y me perdí viendo...
¿? 2: El cielo, ya lo sabemos, es lo que siempre haces
Un chico se había acercado a sus compañeros, ayudando a Iruma a ponerse de pie
¿? 2: Seguro que tu destino no es ser astronauta? Después de todo siempre te lo pasas en las nubes
Iruma: Jeje hola Adriel, y perdonen de nuevo - Rascándose la cabeza - no fue mi intención
Lilith: Ay Iruma, realmente no sé que hacer contigo - Sobándose la cabeza -
El chico sonrió mientras se sacudía la tierra del cuerpo
Lilith: Aunque bueno, también es nuestra culpa, después de todo te pedimos que nos esperarás, debimos preveer que esto pasaría
Iruma: Para mi no fue ningún problema, después de todo, ustedes son mis amigos
Los chicos solo suspiraron mientras veían a su amigo, lo conocían, el siempre era así de altruista, a veces les costaba creer que aún fuera así, tomando en cuenta la vida que tenía con sus padres, los chicos solo empezaron a caminar, pero en cierto punto, ambos les pasaron unas cosas a su compañero quien se dio cuenta que era un bento con comida
Iruma: Eh? Pero porque? - Confundido -
Lilith: Jejeje por esperarnos, es lo menos que podemos hacer, tu lo dijiste, somos amigos
Adriel: Perdona si es poco, pero no es nuestra culpa de que también tu comas demasiado
El chico solo sonrió apenado mientras abría el bento
Iruma: Azz Azz, Clara, muchas gracias por ser mis amigos
Iruma dio una gran sonrisa hacia los chicos hasta que se dio cuenta de lo que dijo, el peliazul vio a sus amigos, quienes lo veían raro
Lilith: Como me dijiste? Clara?
Adriel: Azz Azz?
Iruma: P... Perdón! No sé porque lo dije, creo que solo salió de mi boca
Lilith: Seguro que no estás delirando?
Adriel: O tienes otros amigos - Con falsa indignación -
Iruma: No! Nada de eso, es solo que... Por alguna razón se me vinieron esos nombres a la mente... Fue raro a decir verdad
Lilith: Creo que dormir bajo el sol te fundió el cerebro
Adriel: Al menos no le robaron su anillo - Viendo el anillo dorado de su amigo -
Lilith: También es algo complicado, creo que está atorado a el jajaja
Los chicos sonrientes empezaron a avanzar seguidos de Iruma, quien estaba confundido, no sabía porque había dicho esos nombres, a decir verdad había algunas cosas que no lograba explicarse del todo
Al menos no después de su "accidente"
Iruma había despertado en la playa, al parecer el barco en el que trabaja había sufrido un choque, y el había sido de los pocos sobrevivientes, la policía pensó que por todo lo que había sufrido el chico, había desarrollado un sistema de salvamento automático, lo cual lo hizo llegar a la playa con solo unos cuántos golpes, por lo que después de una investigación, lo soltaron, el chico había querido volver con sus padres, pero al parecer estos se habían ido, el peliazul vago un poco, hasta que de nueva cuenta, gracias a las autoridades, logro ingresar a la escuela y conseguir un departamento de estudiante, la vida del chico podía considerarse resuelta, ya no era sobreexplotado en el trabajo, además había conseguido amigos que de verdad se preocupaban por el, sus padres jamás lo volvieron a buscar, y aunque era obvio que los extrañaba, al menos ahora se sentía seguro
Si, su vida estaba resuelta... Pero el no era del todo feliz
El chico se sentía extraño, a veces triste, Iruma tenía una sensación en su pecho que le decía que algo no estaba del todo bien, que su vida no era así, el peliazul tenía una sensación de culpa y al mismo tiempo de soledad, como si le hubieran arrancado algo de el, de su vida, su corazón...
Iruma a veces tenía sueños bastante extraños, escenarios imaginarios que lo hacían despertar en la madrugada, otro mundo diferente al nuestro, personas distintas, mutaciones, monstruos, alas y cola, parecían demonios...
Iruma también tenía un tic, el cual era tocar su anillo levemente, el chico no recordaba cuando fue que lo obtuvo, pero tampoco se lo podía quitar, era como si estuviera unido a el...
Iruma solo suspiro, tratando de convencerse de que todo pasaría, de que algún día volvería a la normalidad, el chico empezó a caminar atrás de sus amigos, pero en ese momento, una silueta femenina camino al lado de el, llamando su atención, el chico volteo la vista de inmediato, pero no vio a nadie, aunque si pudo escuchar algo, proveniente de ningún lugar
Iruma...
El corazón del chico dio un brinco, sus ojos se abrieron, Iruma Suzuki observó todo el paisaje frente a el, sin ver nada, solo atinando a decir una sola cosa
Iruma: Elizabetta...
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