En qué momento algo que empezó como un ejercicio se convirtió en una cacería? Con todo lo que estaba pasando, apenas y podía comprenderlo. Solo tomó un par de minutos para que la vida pacífica y tranquila a la que estaba tan  acostumbrado se volviera caótica. Y si no quería caer, tendría que hacer algo pronto, porque parecía que ellos no serían tan amables de esperar.

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Un ejército de 38 alumnos enfadados y heridos lo rodeaban. En sus ojos se veía la tristeza, el dolor, la furia y, sobre todo, la decepción. Habían confiado en él antes, pensaron que eran una familia y, sin embargo, ahora estaban dispuestos a derribarlo.

-¡Vas a quitarte ahora o yo mismo te haré pedazos, maldito nerd! -gritó Bakugo con furia en sus ojos-. No importa qué tan fuerte te creas, ¡vas a morir!

Enfrentándose a la multitud, el principal afectado se debatía entre pelear, huir o rendirse. La paciencia y amabilidad de sus compañeros se estaban desvaneciendo en el aire. No estaban solos, así que tenían que ser rápidos si querían obtener respuestas antes de que sus superiores llegaran.

-No sé por qué estás haciendo esto, pero entiende que no queremos herirte -dijo Shoto Todoroki con desesperación-. Queremos respuestas. Por favor, tú eres la persona más sensata que conozco.

La confusión y el dolor en sus ojos eran evidentes.

-Sé que crees firmemente que haces lo correcto, pero por el bien colectivo, tienes que detenerte ahora-. Ahora tocó turno de que Iida hablara, tratando de ser el racional ahí.

Las palabras resonaban en la mente del implicado. ¿Cuál era la respuesta correcta? ¿Debería esconderse o simplemente rendirse? Tal vez las cosas serían más fáciles si se rendía... Tal vez lo escucharían...

-Por favor, después de todo lo que pasamos, lo que vivimos, no hagas esto -rogó Uraraka, su voz quebrándose-. Solo queremos respuestas. Lo que pasó... ¿en qué deberíamos creer? ¿Cómo podemos confiar nuevamente? Entiéndenos y hazte a un lado.

Apretó los puños, Dios sabe que quería ayudar, quería encontrar una forma de evitar el inminente conflicto. Su cuerpo se puso tenso mientras alzaba nuevamente la guardia. Estaba agotado, su cuerpo exigía descanso. No podría contra 38 personas...

-Por favor, dime que esto es algún tipo de iniciación en su clase -dijo una persona conocida, Shinso Hitoshi, con una débil esperanza en su voz escondida en su tono apagado de siempre.

Una luz en medio de todo el caos, lo había olvidado, ahora sabia que no estaba solo, pero aun así, aún con la adición del pelimorado, sería muy difícil; las pruebas eran claras y el implicado estaba frente a ellos...

-En nombre del gobierno japonés, se le ordena quedarse quieto. Está arrestado, por favor, no se resista -dijo uno de los oficiales que se había unido a la multitud.

Antes de que pudiera pensar en un plan, la figura se encontró corriendo a toda prisa, huyendo como un criminal que ahora parecía ser, escapando con todas sus fuerzas. Jamás pensó en usar su Quirk de esa forma, pero al mismo tiempo se sentía similar a cuando ayudó a Rody Soul, aunque ahora... Las cosas eran completamente diferentes.

-Tengo un extraño deja vu... -murmuró mientras corría por los pasillos del campo de entrenamiento de la U.A., su mente funcionando a toda velocidad.

-Tus amigos realmente tienen la intención de quitarte del camino, chico, de lo contrario, no me hubiera activado antes -. Una extraña voz lo sorprendió, su instinto me ordenaba voltear para encontrar el origen, pero su cuerpo no reacciono. -Por cierto, deja de distraerte, luego hablaremos de eso, ahora mantén la vista al frente -le advirtió aquella extraña voz nuevamente, una presencia que no reconocía del todo pero que había surgido en su mente.

Un dolor de cabeza intenso casi lo derribó. Primero, un nuevo Quirk lo había dejado sin fuerzas, y ahora este nuevo dolor parecía quebrarle el cráneo de adentro hacia afuera. El día no podía ponerse peor.

Sin embargo, sus amigos estaban cada vez más cerca, lo que implicaba una gran golpiza. Entonces, sí, el día sí que podía empeorar.

-Acabo de llegar ~~ /// ~~ Quería ir por ti, pero las cosas ~~///~~ No sé dónde estés, pero por favor, corre a la U.A. y si estás ahí, escóndete ~~///~~ A partir de ahora, estamos en peligro -La llamada se cortó por la estática, habrá sido obra de Kaminari? Quizás la U.A. activo un campo de energía? Que demonios estaba pasando?!

La estática cortó la comunicación. ¿Qué es lo que estaba pasando con tldos? ¿Por qué ahora tenía que huir como si fuera un villano? Lo acusaban de traidor, gritaban su nombre, querían detenerlo. Tenía que pensar en una solución pronto, porque de lo contrario...

-No sé si estoy haciendo lo correcto -dijo, con la mente llena de dudas-. Todo lo que podía pensar es que no podía quedarme de brazos cruzados.

-Entonces dinos, ya que estás metido en esto... ¿qué quieres que hagamos por ti? -la voz femenina era firme pero preocupada, comprensible y agradecida.

Aquel joven pensó en una persona de inmediato, preocupado por su seguridad.

-Solo puedo pedir una cosa...

-Izuku, por favor, por favor dime que no es verdad... -la voz de su madre resonó en su mente.

La voz quebrada de la única mujer que siempre lo apoyó ahora hacía pedazos su corazón y desgarraba su alma. Izuku corto la comunicación mientras escuchaba las súplicas de su madre, teniendo que hacer oídos sordos, su madre no tenía por qué estar sufriendo por sus acciones. Izuku apretó el teléfono casi hasta destruirlo. Tenía una decisión que tomar y no podía dar marcha atrás.

-Perdóname, mamá, pero no puedo dejar que estés en peligro por mi culpa...

Las últimas palabras de un hijo a su madre, la línea muerta a través de los teléfonos, los llantos de ambos miembros de una familia que nadie podía oír.

-No sé si estoy haciendo lo correcto, pero ya no puedo dar ni un paso atrás...

Y así, con el corazón lleno de dolor y dudas, Izuku Midoriya echó a correr, alejándose de aquellos que una vez consideró amigos y familia.

- Momo Yaoyorozu, por órdenes del gobierno japonés, se le ordena acompañarnos, no puede huir, así que por favor, no se resista - La voz de un oficial resonó en el campo de batalla.

Momo recibió la orden de aquel soldado como una cubetada de agua fría. Las palabras eran duras y carentes de sentimientos, destrozando la vida de una joven llena de ilusiones y sueños. Todo el trabajo duro que había logrado se derrumbaba por los secretos familiares revelados.

-¿Por qué lo hiciste? -gritó Mina Ashido entre la multitud-. ¡Después de todo lo que hicimos, después de lo que pasamos... creía que éramos amigas!

Las pruebas estaban frente a ellos, irrefutables. La acusaban, y aunque quisiera negarlo, era inútil. Múltiples voces comenzaron a arremolinarse, llenas de furia y decepción. Ya no podían confiar en ella; a partir de ese momento, dejó de ser su compañera, su amiga, su vicepresidenta.

Familia Yaoyorozu

El emporio basado en la muerte y el crimen. El dinero compra todo, hasta la moral.

Los diarios no tardaron en hacer su trabajo, exagerando todo, las notas amarillistas estaban rodeando el mundo entero en cuestión de segundos.

-¡Entonces lárgate! -Momo gritó, desesperada-. Si no estás dispuesto a creer en mí, entonces huye como el cobarde que eres! Vete con ellos! Ni siquiera sé por qué me ayudaste en primer lugar!

Una hermosa mujer interrumpió la escena, su voz era autoritaria y elegante, afectada, pero guardando la calma.

-Lamento interrumpir, pero con todo lo que ha pasado y lo que el hizo... me temo que eso ya no es posible, Momo... A partir de ahora, él también está dentro de todo esto como nosotras.

La culpa la consumía. La acusaban de algo que no había hecho, pero al mismo tiempo, estaba involucrada en la verdad. Sus héroes caían y con ellos, los pilares de su fe.

-Oye... -una voz amiga intentó calmarla-. Las cosas van a ponerse algo tensas a partir de ahora. ¿Realmente crees que puedan... ya sabes, regresar?

Del otro lado de la puerta, Momo suspiró, su mirada perdida en el vacío, escuchando la conversación sin que se dieran cuenta, no sabiendo cuál era la respuesta que quería escuchar.

-Creo que esa no es una pregunta que deban hacerme a mí.

Todo el mundo le dio la espalda, a partir de ese momento, Momo Yaoyorozu ya no era reconocida como una alumna ejemplar y una aspirante a héroe, no... La etiqueta de traidora, ahora pesaba sobre sus hombros junto con los pecados de su familia y su corazón roto.

Se revela a la traidora de la U.A.