Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El límite de lo posible (Trailer)

Lunes


7:30 a.m.


-¡Izuku, despierta hijo, ¡vas a llegar tarde a la Academia! -hablando nerviosamente por sexta vez desde el otro lado de la puerta. Una mujer de cabellos verdes, piel clara y ojos expresivos intentaba nerviosamente que su hijo despertara, su nombre era Inko Midoriya y actualmente vestía de manera sencilla, con pantalón de mezclilla, playera blanca, delantal negro y tenis blancos. Sabiendo que su hijo era un dormilón empedernido, bajó las escaleras con un suspiro resignado moviendo a cabeza negativamente, conocía a su hijo.

Dentro de la habitación, se podía observar cómo un bulto de cobijas rodaba de un lado a otro. Quienquiera que estuviera ahí, parecía no tener un sueño del todo cómodo.

Lamentablemente para el pobre dormilón, la alarma comenzó a sonar de forma insistente. Su aguda sirena, seguida de una vibración intermitente, hacía un ruido que era pésimo para permitir conciliar el sueño. Por lo que pasados unos segundos, de entre las cobijas salió una mano, que lentamente se estiró lo suficiente para alcanzar el despertador y apagarlo. El brazo cayó de nuevo, aunque con gran esfuerzo, volvió a levantarse para tomar el reloj y acercarlo al agujero del capullo de cobijas...

Reproduzca el tema: 16th Century Man de Elton John, y siga leyendo

En la cocina, Inko disfrutaba de su café cuando un fuerte grito resonó por toda la casa y después de unos minutos lo acompaño un estruendoso golpe proveniente de las escaleras. Al voltear la mirada, Inko vio a su hijo, un chico de cabello verde, y cuya cara ahora se encontraba recargada en el suelo haciendo ruidos por el dolor.

-Al menos a la alarma sí le haces caso -comentó divertida.

-¿Por qué no me despertaste antes? -protestó Izuku, poniéndose de pie apresuradamente.

-Izuku Midoriya, ya van seis veces que intento despertarte. Tienes el sueño de tu padre, jovencito -replicó Inko mientras le lanzaba un trapo a la cara.

-Perdóname, mamá, es solo que... -intentó explicar Izuku.

-Ya déjalo así, no tienes que explicar nada. Mejor apresúrate, sube, date un baño rápido y baja, ya está caliente el desayuno.

-¡Sí! Gracias, mamá.

Izuku subió rápidamente a su habitación, mientras Inko movía la cabeza nuevamente, pues sabía que el dolor del rostro era la primera desventura de Izuku, pues después de un par de minutos, pudo escuchar otro grito de dolor, ahora proveniente del baño.

-¡No olvides nivelar la temperatura del agua! -le aconsejó, sonriendo.

El baño no duró mucho. Una vez arreglado, bajó al comedor donde su madre ya lo esperaba con el desayuno listo.

-Recuerda, no comas de prisa, está...

Izuku no dudó en dar el primer bocado, quemándose la lengua con la carne caliente. Sin perder tiempo, hizo una ligera mueca pero siguió comiendo, sacando su celular para ver sus notificaciones. Se espantó al ver su historial de llamadas y mensajes.

-¡El Sensei!

-¡Apresúrate a comer! -le urgió Inko.

Izuku asintió. No quería comer tan rápido, pues disfrutaba los momentos en que convivía con su madre antes de que ella se fuera a trabajar. Sin embargo, el tic tac del reloj lo volvió a desesperar.

-¿Y qué tal la escuela? ¿Has hecho amigos? -preguntó Inko tratando de calmar a su hijo.

-Ammm... define amigos. -intento desviar el tema aunque sin mucho éxito.

-Izuku Midoriya. -hablando seriamente.

-Ya sabes lo que pienso de eso, mamá...

-Lo sé, lo sé, es solo que... tú sabes...

-Bueno... siendo sincero, no son del todo malos. Son igual al 90% de la población actual, pero al menos no son como Bakugo... supongo que es algo bueno, ¿no? Digo, son algo raros, pero son buenas personas.

-Tú estás siendo el primero, es obvio que se van a sorprender. Solo no dejes que eso te afecte demasiado, ¿está bien? Puedes con eso y más.

-Jejeje, sí, gracias mamá.

-Además, hey, ve el lado positivo: la E no está tan lejos de la A. Solo tienes que seguir esforzándote.

Izuku sonrió, su madre alborotó su cabello y él terminó de comer. Rápidamente lavó sus trastes y salió a la calle.

-¡Buena suerte, hijo!

Izuku comenzó a correr mirando su reloj. Eran las 8:00 y tenía exactamente 40 minutos para llegar a la escuela, pero antes tenía que ir al dojo. Su maestro le había dicho que fuera antes de las clases, lo cual le extrañó, pero sabía que no tenía tiempo que perder. Llegó a la estación de tren, pero antes de que pudiera entrar, una oficial de policía se puso frente a él, impidiéndole el paso.

-Lo siento, cerraron el acceso.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Ya te imaginarás. Hay un tipo haciendo destrozos en la red del tren. Creo que ya están tratando de resolverlo, pero...

-¡No llegaré a tiempo!

-¿Tienes algo de tiempo sobrante, no?

-Sí, pero tengo que ir a otro lado antes... ¡demonios!

-¿Quieres un aventón? Será como en los viejos tiempos, jejeje.

-Gracias, Oficial Watanabe, pero no quiero quitarle tiempo... Tendré que correr. Si logro usar el atajo del centro comercial, estaré ahí rápido.

-¿Estás seguro? Puedo llamar a un reemplazo mientras.

-Tranquila, soy un estudiante de la U.A. y ya sabe lo que dicen: ¡tenemos que ir más allá de los límites!

Izuku comenzó a caminar hacia atrás para salir corriendo, ante la mirada de la oficial pelinegra, quien solo sonrió.

-Sí, discutir con él es imposible... Bien, adelante, Izuku.

El peliverde se movió rápidamente. Vivir en Japón ya era difícil con la sobrepoblación, pero ahora... digamos que se volvió un poco más caótico. Gente de todo tipo transitaba por las concurridas calles del Japón actual: altos, chaparros, delgados, con extrañas formas y colores. Izuku seguía corriendo sin detenerse, oyendo solo voces lejanas sin prestarles atención. Tal vez por la presión, pero el chico podía sentir las manecillas del reloj en su muñeca. Estaba por cruzar una calle cuando, de reojo, logró ver algo acercándose a toda velocidad, saltándose el semáforo.

En un parpadeo, Izuku logró evadir lo que parecía ser una motoneta, dando un salto que obligó al vehículo a detenerse. El chico aterrizó y se aseguró de que nadie estuviera herido.

-Disculpa, lo siento, no vi por dónde...

Pero al voltear, su rostro pasó a confusión pura.

-Wow, cuatro en una motito... Ay, qué peligroso...

El chico retrocedió y siguió corriendo. Eso había sido realmente extraño, pero no podía pensarlo mucho tiempo...

"¡Regresan a clases!"

"Después de una semana de descanso, la Academia de Héroes U.A. anuncia que los estudiantes pueden reintegrarse a sus aulas con normalidad tras un ataque causado por un nuevo grupo llamado 'Liga de Villanos'. El director Nezu niega la posibilidad de un nuevo ataque y da un informe sobre la seguridad de las instalaciones."

"Quirk" Otra forma de decir superpoderes, algo que parecía fuera de este mundo y producto de la imaginación. Cuando la humanidad creía que no podía avanzar más, sucedió. No se sabe el origen ni un porque, la única información disponible es que un hospital en Quinquin, China, se iluminó con el nacimiento de un bebé... De forma literal, el infante desprendía una brillante luz, aterrando a propios y extraños. En su momento nadie lo sabía, pero esto solo sería el inicio. Lentamente, la humanidad despertó con habilidades nuevas y únicas. La ficción se volvió realidad y los héroes se hicieron notar....

Pero de seguro ya se saben esta historia, ¿no es así? Cuántas veces no la han escuchado: bebé luminoso, humanos con poderes, héroes y villanos, trabajo pagado con todo y prestaciones...

En un mundo donde ver un dinosaurio hablar y bailar tap es normal, ya no hay nada que sorprenda. O bueno, tal vez sí, porque ahora lo más extraño en una sociedad con poderes...

-¡Izuku!

El peliverde salió de sus pensamientos parpadeando un par de veces. Volteó hacia los lados antes de regresar la mirada al frente, encontrándose con un hombre adulto cuya apariencia era bastante singular, este sujeto usaba un bastón. Su cabello era blanco, su mirada era severa, tenía unas orejas felinas en la cabeza y unas extrañas líneas en el rostro que parecían ser bigotes.

-Eh, ¿ah? Lo siento, Maestro Karin, me quedé pensando un tiempo. Ni siquiera sé en qué momento llegué.

-Cielo, muchacho, realmente no tienes remedio, ¿sabes? Desde las 7:00 te estaba llamando. ¿Acaso no tienes sentido de la responsabilidad?

-Claro que sí, es solo que...

-Pues no parece. ¿Ya viste la hora? Son las 8:20, ¡estás a nada de llegar tarde a la academia!

-Bueno, es que vine corriendo. El tren estaba cerrado por un ataque de villano.

-Entonces deberías levantarte más temprano. Este tipo de cosas suceden seguido... Chico, tú sí que das problemas.

Izuku solo sonrió nervioso mientras se rascaba la nuca, tratando de calmar a su sensei, aunque afortunadamente, una chica salió en ayuda del peliverde.

-Si sabes que mientras más lo regañes, más tardará en llegar al trabajo, verdad, papá? Déjalo, que cargue un poco más con la culpa durante el día, no le hará daño.- Dijo aquella chica de cabello violeta, sacándole una gota de sudor al peliverde.

-Buenos días también para ti, Renka. - Respondió el peliverde, mientras la ahora conocida como Renka seguía barriendo.

Por su parte y tras dar un suspiro cansado, Karin, ingreso a un local, no tardando en salir con una caja de gran tamaño y una bicicleta.

-Pensaba darte esto de regalo después del festival -dijo Karin, extendiéndole la bicicleta-, pero ahora lo necesitas más de lo que parece. Así que más te vale que pedalees rápido, tienes un pedido que entregar.

-¿Eh? ¿Maestro, pero no me hablo usted del tiempo? Además, no es que no agradezca, pero ¿Qué no lo puede entregar otra persona? ¿por qué yo tengo que...?

-Porque Kuroki está preparando todo para cocinar, Renka está barriendo, Katai y Nene están rumbo a la escuela y L-Pin a diferencia de ti si llego temprano a sus clases, además no te tomara mucho tiempo, escucha bien, irás a la U.A., clase 1-A del curso de héroes. La hija de una clienta estudia allí. Su madre me llamó en la mañana, es clienta habitual. Al parecer, su hija es igual de despistada que tú y olvidó que hoy empezaban las clases en la Academia -dijo Karin, ajustándole la mochila a Izuku-. ¿Listo? Tienes menos de 15 minutos para llegar y hacer la entrega, así que más te vale usar bien tu fuerza, ¿ok?

-Pues si no queda de otra ¡Entendido! ¡No lo decepcionaré, Maestro! -exclamó Izuku, decidiendo no hacer más preguntas y subiéndose a su nuevo regalo. Comenzó a pedalear con fuerza. -¡Despidame de Kuroki Sensei por favor!.

-¡Espera, también te empaqué algo a ti, Izuku! -gritó Karin mientras lo veía alejarse-. Espero que me haya escuchado...

Y diciendo esto, el gato antropomorfico regresó a su local levantando la cortina metálica de este para abrir el local, mientras Renka seguía barriendo

Inserte el tema: I'm Ready de Jaden Smith y continue con la lectura.


Por su parte, Izuku pedaleaba con gran fuerza, tratando de no pensar en la hora, aunque era casi imposible..

Nombre: Izuku Midoriya,

Edad: 16 años.

Diagnóstico: Quirkless.

Ocupación: Estudiante en la Academia U.A.

Clase: 1-E.

Curso: Generales..

Lo más extraño en una sociedad con poderes... era no tener ninguno.

Así era su vida: complicada desde que tenía cuatro años, soportando burlas y golpes. Sin un Quirk, la vida de Izuku siempre había sido difícil.

"Si tanto deseas un Quirk, conozco una forma eficaz de lograrlo: salta desde el techo de la escuela y reza porque en tu siguiente vida tengas uno..."

"Aun sin un Quirk, ¿puedo ser un héroe?"


"No..."

Ese tipo de respuestas podían romper a cualquiera, sabiendo a la perfección su desventaja social y fisica en el mundo actual, Izuku llegó a pensar en la idea de rendirse definitivamente después de todo, lo sabía, su sueño era algo imposible, pero esta vez, las cosas fueron diferentes, podría decirse más... extremas.

"En este mundo lleno de Quirks y habilidades sobrehumanas, cada quien se impone sus propios límites, héroes y villanos por igual. Es por eso que si quieres conseguir más fuerza, entonces tienes que ir por más. ¡Tu fuerza debe radicar en romper tus propios límites!"

Cuando Inko Midoriya supo el diagnóstico de su hijo, su mundo se derribó por completo. Sabía lo que significaba para él: adiós a una infancia normal. Mas pronto que tarde, sus suposiciones y temores se hicieron realidad, siendo orillada a alejarse de su mejor amiga Mitsuki Bakugo pues su hijo había comenzado un nada sano deporte conocido como: Golpea al Quirkless. Al ver que estás muestras de agresión no pensaban cesar sino que incluso, habían aumentado, Inko tomo la decisión de inscribir a Izuku en un dojo de artes marciales, si bien la mujer no esperaba que Izuku ganara solo con esto, a fin de cuentas su hijo no era violento, pero si esperaba que tuviera una herramienta para defenderse. El Dojo era dirigido por dos personas, el Maestro Karin, un felino que vio el gran potencial en Izuku, y Kuroki Gansai, un ex artista marcial chino, quién al igual que Karin, noto que pese a la debilidad de Izuku, en el se encontraba algo más, una oportunidad, un lienzo en blanco.

De regreso con Izuku, este ya estaba cerca de su academia, con diez minutos de sobra. Solo tenía que pasar por un puente y la majestuosa academia estaría a la vista. Pero en lugar del elegante edificio, lo primero que Izuku vio, fue una figura gigante de color beige con una franja naranja y un tono azul. ¿Una pierna gigante? Alzó la mirada y se encontró con la heroína novata Mt. Lady, enfrascada en una intensa pelea con un tiburón antropomórfico.

-¡¿Es una broma?! Estoy a nada de llegar a la escuela, además, ¿no peleó contra ese sujeto hace como seis meses? - pensó el peliverde con cierta desesperación e irritación

Izuku veía atento cómo ambos individuos intercambiaban golpes feroces, intrigado por la forma en que la heroína profesional posaba de forma sugestiva en algunas ocasiones. Desesperado, decidió rodear la bola de fans y encontrar un atajo. Pero al alzar nuevamente la vista, vio a su amigo Makoto Katai, quien protegía a la gente en el tren detenido, evitando que se acercarán de mas a la puerta y a Onemine Nene quien al parecer trataba de calmar a la gente.

-¡Katai, Nene! -gritó Izuku.

El peliverde estaba en una encrucijada: quería ayudar a sus amigos, pero la U.A. estaba cerca y, si actuaba, le tomaría más tiempo del que disponía. Su mano bajo del manubrio de forma automática, flexionando los dedos, concentrado, en medio del tumulto de gente, nadie vio como un aura blanca empezó a desprender de su mano, aunque después de unos segundos y de pensarlo con la cabeza fría, Izuku desistió, regresando la mano al manubrio y los pies a los pedales.

-Maldición, tengo el tiempo encima. Aun si me quedara a pelear, tomaría bastante tiempo... Perdonenme Nene, Katai, solo esperemos que Mt. Lady termine pronto el combate -pensó Izuku, pedaleando nuevamente saliendo del gentío.

De regreso en la pelea, Mt. Lady esperaba el momento para usar su habilidad especial bloqueando los golpes y ataques de su enemigo, cuidando a la gente en el suelo, la del tren y obviamente su propia imagen. Pero entonces una esfera azul apareció desde quién sabe dónde, impactando en la cara del escualo y generando una ligera cortina de humo.

-¡Maldición! ¿Quién fue el idiota? -gritó el villano quien se cubría un ojo, aunque está distracción fue rápidamente aprovechada por la mujer gigante para usar su ataque-. ¡Canyon Cannon!

La batalla terminó de forma inesperada, incluso Mt. Lady se sentía confundida, pues no sabía de dónde había salido aquella extraña esfera, y además por hacer su ataque rápidamente no pudo lucir como ella quería. Afortunadamente Izuku ya estaba en la U.A amarrando su bicicleta.

-Soy un irresponsable. Se supone que ya dejé eso hace tiempo. Si alguien me hubiera visto... Qué bueno que el resto de la gente no puede detectar el Ki.

Si, Ki, una energía interna que todos los seres vivos poseen, siguiendo las leyes de la naturaleza, no se crea ni se destruye, pero puede ser dominada y usada para incrementar fuerza, velocidad y resistencia. Izuku descubrió su potencial gracias al entrenamiento con el maestro Karin y Kuroki, quién como ya se dijo, es un ex artista Marcial y una de las pocas personas en el mundo capaces de manejar el Ki. Viendo el potencial de Izuku, Gensai lo tomó como su discípulo, confiando en que podría marcar la diferencia en la sociedad una luz para el mundo.

De regreso a la academia y con el tiempo encima, el pecoso subió corriendo las escaleras correspondientes a su salón, sin perder tiempo y haciendo uso de su velocidad y agilidad. Finalmente, el chico logró llegar a su destino, abriendo la puerta, entrando finalmente al salón justo a tiempo.

-¡Ya llegué! -exclamó al abrir la puerta.

-Y con dos minutos de antelación... Caray, Midoriya, por un segundo creí que romperías tu récord de asistencia -dijo uno de sus compañeros de cabello café y con una cicatriz en el rostro.

-Lo sé, lo se, y lo lamento. Hay un tráfico de locos allá afuera. La gente estaba amontonada viendo la pelea de Mt. Lady -dijo Izuku, sentándose. Me arrepentí de haber tomado el "atajo" por el centro comercial.

-Sí, lo sé -dijo alguien mientras se acercaba al grupo-. Mientras te esperábamos, estaba viendo la noticia. No sé si es porque es una novata o porque su Quirk es complicado de usar en áreas pequeñas, pero parecía que estaba posando como si fuera para una revista.

-No es tonta -respondió ahora una chica de cabello corto color rojo con negro-. Sabe que hay quienes le toman fotografías. Un mejor ángulo para el más suertudo.

Sus compañeros se acercaron poco a poco, hasta reunir un pequeño grupo, el chico de la cicatriz llamo la atención de Izuku entregándole una libreta.

-Por cierto, quería regresarte esto, presidente. Gracias.

-Me alegra que pudiera ayudarte, Enji -respondió Izuku, sonriendo.

-Por cierto, ahora que volvimos a clases, ¿creen que tengamos cambios en las materias? Después del ataque a la U.S.J., no sería mala idea que nos enseñen a defendernos mejor -comentó una chica de cabello castaño con mechas rojas, mientras se sentaban en sus lugares habituales.

-Eso me gustaría tanto como a ti, Haru -respondió una chica de tez oscura y un cabello afro que cubría sus ojos-, pero tomando en cuenta nuestra posición como alumnos de cursos generales... supongo que es de buena suerte que nos permitan usar los gimnasios y no nos desplacen a otro lugar.

-No lo sé, Franky -dijo Enji-, siento que eso ya sería más una especie de discriminación, y bueno... ¿no se supone que ya se acabó?

-Hay cosas que nunca cambian, Enji -replicó Haru-, tú mejor que nadie lo sabe. Bueno, tú y Midoriya.

-Para ser sincera, las cosas han sido un poco más complicadas para él -dijo Franky-. Aunque, bueno, no olvidemos que él también es un peleador bastante hábil. No por nada es nuestro presidente de clase, ¿o no, Tetsu?

-Sí, pero no olvidemos que no es el único -añadió la ahora conocida como Tetsu.

-Cierto -continuó Enji, con entusiasmo-. He oído rumores, dicen que hay buenos peleadores en las clases principales. Me pregunto si serán tan fuertes como dicen. -Emocionado.

-Eso es algo obvio -intervino Haru-. Están en el curso de Héroes y salieron vivos de ese incidente por algo.

-No, no, no confundas poder pelear con saber pelear. Son cosas diferentes -replicó Enji, sacudiendo la cabeza. -Además están vivos porque Bikou los salvo

-Sí, también he oído lo que dicen -dijo Franky-. Y que yo sepa, de la clase A sólo hay un peleador cuerpo a cuerpo que realmente sepa artes marciales, pero en la B hay dos.

Mientras los chicos discutían, Izuku sólo sonreía, moviendo la cabeza negativamente. Sí, esos eran sus amigos, personas completamente diferentes a él, pero que a diferencia de otros, nunca lo hicieron a un lado. Todos en esa clase tenían Quirks geniales. Enji podía transformarse parcial o completamente en animales, Franky tenía unas especies de serpientes que podía controlar, Haru controlaba el agua y Tetsu tenía un Quirk de halcón parecido al de Hawks que además, la dotaba de unas alas magníficas. Cada uno con un pasado diferente, un montón de inadaptados que encontraron su lugar al lado de otros inadaptados. La clase E también era conocida como la clase Anormal al tener a alguien como Izuku de presidente, pues en una escuela donde el 99% de los alumnos tienen poderes. La U.A. marco un precedente al tener a un Quirkless entre su matrícula y como presidente de clase.

Izuku soltó un último suspiro de alivio y cansancio cuando Enji le pasó una botella de agua, justo al tiempo que sonaba la campana.

-Toma, viejo. Se ve que necesitas más agua que nadie -dijo Enji, pasándole una botella con una sonrisa.

-Gracias -respondió Izuku.

-¿Y por qué tan cargado? No es normal verte con doble mochila -preguntó Tetsu.

-¿Que no es obvio? Nuestro amable presidente nos trajo comida -dijo Enji, emocionado olfateando la segunda mochila. -Oh, viejo, sabía que había sido una buena elección darte el puesto -dijo el castaño, tomando la enorme mochila y poniéndola sobre su pupitre, listo para abrirla. Pero antes de poder hacerlo, Izuku se la quitó rápidamente.

-Lamento informarte, pero esta vez no -dijo Izuku- Espera un segundo... -miró su celular-. ¡Maldición! ¡Aún tengo que entregar esto!

Tras estas palabras, el chico volvió a su ritmo agitado, acercándose a la puerta.

-¡Espera, Midoriya! ¡Las clases ya empezaron! -exclamó Tetsu.

-No tardaré, y si el profesor pregunta...

-Reunión de emergencia con los demás presidentes de clase -intervino Enji-. No sabes cuánto tardará porque te avisaron de último momento, pero hablarán de la seguridad y medidas de emergencia. -Despreocupado

-Gracias, Enji -sonrió Izuku.

Y diciendo esto, el chico salió corriendo a toda velocidad, haciendo que el resto de sus compañeros volvieran la mirada hacia el castaño, quien, sin ninguna pena, sacó una zanahoria de su mochila.

-¿Qué? Él dijo que no tardaría, confíen un poco en él -dijo Enji, dando un mordisco a la zanahoria-. Además, con eso del ataque a la U.S.J. y la aparición de ese vigilante, dudo mucho que el profesor venga de inmediato.

Izuku sacó su reloj y miró la hora mientras usaba su velocidad, intentando ganar tiempo. Pasó rápidamente entre los salones de las distintas clases, subiendo las escaleras, corriendo por los largos pasillos de la academia.

-Clase D... C... -murmuraba, llegando a otro piso-. Curso de Héroes -se detuvo un poco-. Bien... Solo tengo que ver la nota del sensei -leyó rápidamente-. Está bien, clase A... vaya, la puerta es enorme.

Tras esa pequeña pausa, el chico usó un último impulso, logrando llegar a la clase principal. Tomó aire rápidamente antes de tocar la puerta, la cual se abrió segundos después, mostrando a un chico alto, de cabello azul, ojos rojos y gafas rectangulares, quien, curioso, miró al peliverde.

-¿Se te ofrece algo? Las clases ya comenzaron y es una falta de respeto interrumpir nuestra sesión de estudio y más aún que tú estés faltando a las tuyas -decía el extraño.

Izuku sintió una gota de sudor deslizarse por su cuello mientras miraba, confundido, al extraño sujeto frente a él. El joven era demasiado serio para ser un alumno; además, sus brazos estaban alzados y se movían casi de forma mecánica con cada palabra, como un robot.

Durante algunos segundos, Izuku no dijo nada, paralizado por la situación. Pero luego, recordando su misión y el tiempo límite que tenía, movió la cabeza rápidamente para sacudirse la confusión.

-Perdona mis modales. Soy Izuku Midoriya, pertenezco a la clase 1-E de Cursos Generales.

-Cursos Generales? Ya veo, pero eso no explica el porque de tu presencia aquí.

-Vengo buscando a Kyouka Jiro, me dijeron que pertenecía a este salón.

-¿Jiro? Sí, va en este salón, pero como dije, no puedes interrumpir la concentración de mis compañeros, es mi deber como presidente de mi clase asegurarme que sigamos el camino correcto, enorgulleciendo a nuestros predecesores -dijo el chico de gafas.

-Entiendo, pero su profesor aún no llega. A... Además, yo también soy el presidente de mi clase.

Izuku no era de los que les gustaba alardear; simplemente no era su estilo. A pesar de los comentarios de sus compañeros y de ser el presidente de clase, nunca se sintió verdaderamente preparado para el puesto. Pero al escuchar la forma de hablar del sujeto de gafas, se dio cuenta de que tal vez podría usar su título para convencerlo de que lo dejara pasar, apelando a un favor entre presidentes.

-¿Tu eres el presidente? Espera, dijiste que estás en cursos generales, ¿Verdad? Ya veo, había oído sobre un chico Quirkless que logró ingresar y ser presidente. Debo admitir que es un logro impresionante, pero aún así, no puedo, tu mejor que nadie, en tu posición debes entender lo que es seguir las reglas y saber el costo de nuestras acciones...

-¿Está todo bien? -dijo una voz desde dentro, interrumpiendo el sermón del peliazul.

-Creo haber escuchado mi nombre.

En cuanto el peliazul escuchó estas voces, rápidamente volteó la vista y cerró levemente la puerta, evitando que el peliverde pudiera ver el interior.

-Sí, todo está bien. Es solo un chico de cursos generales, pero ya me estoy encargando de él. Más bien, ambas deberían estar en sus asientos -dijo Iida, con un tono autoritario.

-A ver, déjame encargarme de este sujeto -interrumpió una voz femenina.

Sin que el peliazul pudiera evitarlo, alguien lo apartó de en medio y abrió las puertas por completo, revelando a Izuku una nueva figura frente a él. Se trataba de una chica, no más alta que Izuku, con el cabello corto y de color violeta, adornado con una raya que parecía un electrocardiograma. De sus lóbulos colgaban dos auriculares que se alzaron amenazantes hacia el peliverde.

-A ver, amigo, ¿qué es lo que quieres aquí? ¿Acaso no oíste al estirado? Estamos ocupados -dijo la chica con tono serio y rudo, tomando a Izuku por sorpresa.

-S... sí, lo se, ya pedí perdón por eso, es solo que estoy cumpliendo con un encargo de mi trabajo. Vengo buscando a Kyouka Jiro -respondió Izuku, tratando de mantener la calma.

-¿Eh? ¿Y para qué la buscas exactamente? -preguntó la chica, extrañada mientras miraba con curiosidad al peliverde, tratando de descifrar quién era. No parecía conocerlo o al menos no lo recordaba.

-Tengo que entregarle esto -dijo Izuku, sacando el paquete- y de verdad es algo importante.

Reconociendo el logo del restaurante donde Izuku trabajaba y recordando que no había desayunado ni traído su almuerzo por las prisas, Jiro se relajo.

-Ok, en ese caso creo que yo podría entregarlo sin problemas -dijo la chica.

-Con todo respeto, la orden dice que debo dárselo a...

-Genio, yo soy Kyouka Jiro -interrumpió la chica de forma sarcástica, esbozando una ligera sonrisa burlona mientras tomaba el paquete del peliverde, dejándolo confundido.

-Y listo, gracias por todo... Espera, ¿tengo que pagarte?

-N-no, durante el transcurso del día se hará el pago por aparte, aunque la propina siempre es bien recibida, jejeje -dijo Izuku, sonriendo, tratando de aligerar el ambiente y romper el hielo.

Aunque para desgracia de Izuku, la pelivioleta frente a él parecía no entender o no estar de humor para la broma.

-¿Mal chiste? -preguntó Izuku, un poco incómodo.

-Dímelo tú -respondió Jiro, con un tono seco.

Sin más que decir, Jiro cerró la puerta en la cara de Izuku, quien dio un paso atrás, sorprendido.

-B-bueno... ¡Ojalá te guste! ¡Buen provecho! -dijo Izuku en voz baja. -Si me hubiera venido bien una propina, al menos por la carrera- fue el pensamiento del peliverde

Sin nada más que hacer, Izuku suspiró resignado y comenzó a caminar de regreso a su salón, con la esperanza de que el profesor aún no hubiera llegado.

Mientras recorría los pasillos del curso de Héroes, su mente se mantuvo ocupada analizando su reciente visita a la clase 1-A. Aunque no conocía a todos los miembros de la clase, había tenido la oportunidad de observar a los alumnos mientras aquel chico de lentes mantenía la puerta abierta. Se dio cuenta de la variedad increíble de individualidades, había de tipo mutación, transformación y quienes tenían una apariencia sencilla, claro que también se sorprendió al ver a su viejo amigo Bakugo sentado en una de las sillas, aunque tampoco pensó mucho en eso

-Así que está aquí -pensó Izuku-. Bueno, era de esperarse. Aún con todo lo que hace y su forma de actuar, sigue teniendo un Quirk poderoso. Pero también hay otra cosa, algo mas...

Izuku frunció ligeramente el ceño, había algo más, algo que solo el pudo notar, el peliverde sacudió la cabeza, tratando de enfocarse en su camino.

-No puedo distraerme ahora -se dijo a sí mismo, retomando su paso con cierta emoción en sus palabras.

El bullicio de los estudiantes y el eco de sus pasos en los pasillos le recordaban constantemente dónde estaba y lo que se esperaba de él. Tenía una misión, y con lo poco que había visto, supo que no sería sencillo.

Para una persona normal, sentir el Ki de los demás sería algo prácticamente imposible, y en los tiempos actuales, lo más cercano a esto sería el Quirk "Search" de Ragdoll, la heroína profesional miembro de las Wild Wild Pussy Cats. Pero Izuku no era una persona normal. El arduo entrenamiento al que Kuroki lo había sometido durante años le había permitido desarrollar la capacidad de sentir la energía de los demás, y era por eso mismo que ahora, con la oportunidad que tuvo de ver de cerca a la clase 1-A, Izuku sintió una emoción impresionante. A diferencia del incidente en la U.S.J, ahora había logrado percibir el nivel de poder de todos los alumnos y se maravilló al darse cuenta de que, a pesar de ser de primer año, ya tenían un gran nivel de pelea. Había notado incluso a alguien que parecía estar suprimiendo parte de su poder, lo cual no le restaba mérito a su impresionante presencia.

Sonriendo con evidente entusiasmo, Izuku estaba tan inmerso en sus pensamientos que no vio a la figura acercarse en su dirección, chocando y deteniendo su camino. Alzando la mirada el pecoso vio lo que parecía una momia con una larga cabellera negra mirándolo con una expresión seria.

-¿Acaso te perdiste? -preguntó la figura.

-¿U-una momia? -balbuceó Izuku, sorprendido.

-Qué gracioso. -sarcastico -Ketsubutsu queda al oeste... -respondió el hombre, observando el uniforme de Izuku-. Cursos Generales, ¿no estás algo lejos de tu salón?

-¡S-sí! Lo siento vera, me es solo que...

-Mira, vengo de una plática que se alargó innecesariamente. No me hagas perder el tiempo y desaparece de mi vista antes de que reconsidere mis palabras.

-¡S-sí, señor!

Sin decir nada más, Izuku echó a correr. La figura vendada observó cómo Izuku desaparecía rápidamente por el pasillo, suspirando.

-Espero que no sea un chico problemático... Aunque ese aspecto... Creo haberlo visto antes.

Un nuevo día comenzaba en la Academia U.A. La batalla se había ganado, pero no la guerra y aunque la amenaza había sido contenida, esto no significaba que los días venideros serían tranquilos y alegres. Con cambios en la historia y las fichas en su lugar, era el momento de alistarse, pues nuevos peligros acechaban....

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro