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VIII: Retira eso.

Siendo un ser muy territorial, el pavo real puede ponerse a la ofensiva cuando alguien invade su espacio a la fuerza.

Si de algo estaba orgulloso el personal del gimnasio Almeida era de organizar torneos de artes marciales geniales que atraían a muchos alumnos de ciudades y estados cercanos. El Abierto de Copper Grace no era la excepción, y aquel torneo en especial emocionaba bastante a Emeraude, pues era su regreso a las competencias de karate. Era tan buena haciendo combate enfundada en su armadura blanca de algodón, que no esperaba menos cuando clasificó a las finales.

Lo curioso del asunto fue su inesperada oponente: habiendo mejorado su técnica en un espacio relativamente corto de tiempo, ahora la enfrentaba en el tatami luego de unas rondas iniciales bastante complicadas: su compañera de equipo y amiga, Clementine Carragher.

Braulio estaba indeciso acerca de en cuál esquina dar indicaciones. Sabía que Emeraude era muy buena, pero Clementine también lo era, así que lo dejó en manos de su esposa.

—Braulio, no te preocupes por ninguna. Ya fue suficiente que en el resto del torneo les dieras indicaciones, ahora dedícate a disfrutarlo. Voy con Ems, siéntate en el lado de Clem. No habrá necesidad de decirles nada porque ellas saben muy bien lo que hacen.

Clementine miraba a Emeraude desde la esquina azul y recibía de vuelta de su amiga en la esquina roja una sonrisa amistosa, como si aquella final fuera un chiste interno que solo ellas se daban el lujo de entender. Luego de ponerse sus respectivas protecciones, Parker, que fungía como referí central, les indicó que se acercaran al centro del tatami e iniciaron el combate.

En la tribuna, Clip cargaba a Sonny y Laetitia grababa a su mejor amiga con el celular. Los dos estaban nerviosos por la cantante, pues sabían que llevaba mucho tiempo sin competir.

—No quiero mirar, Clip —la chica de cabello violeta cerró los ojos—. ¿Quieres pasarme a Sonny y hacer el video tú? Clem tiene mucha fuerza y es capaz de reventarle la nariz a Ems.

—No lo hará, Eli —explicó el grandote—. Si la hace sangrar perderá la pelea, en el karate deportivo todo es cuestión de control.

—¿Estás seguro?

—Completamente. Pasará igual si le rompe un hueso o la pone a dormir, esto no es karate tradicional donde sí está permitido e incluso lo premian. Son tipos distintos de competencia, así que no hay nada de qué preocuparse.

Con eso Laetitia se tranquilizó y se dedicó a ver el combate.

Emeraude era casi diez centímetros más alta que Clementine, por lo que se vio en problemas cuando su amiga empezó a cortarle distancia para impedirle patear. Si algo aprendió la británica en sus años de jiu jitsu brasileño fue a neutralizar oponentes más grandes que ella al no dejarlos atacar desde lejos, y en el karate le sirvió bastante esa lección.

Puño al abdomen por parte de Clementine, un punto para ella. Dos jueces marcaron con sus banderas azules.

—Lo siento, Ems. —susurró la británica. Parker le hizo una seña a las dos chicas para que volvieran a sus posiciones de inicio luego de que el cronómetro se pausó.

Ao[5], chudan tsuki. Yuko —dijo Parker señalando con su mano izquierda hacia el piso para marcar el punto de Clementine, pero no se detuvo ahí—. Ao, chukoku.

Una falta.

—No entiendo nada, Clip —dijo Laetitia—. ¿Qué hizo el niñito lindo?

—Clem habló en medio del combate y eso no está permitido —replicó el médico—. Parker le dio una falta de categoría uno, si completa cuatro será descalificada.

—Oh, vale.

Emeraude y Clementine volvieron al combate. La cantante aprovechó que su amiga se acercaba de más y en un movimiento rápido logró desestabilizarla y derribarla. Estando en el suelo, le asestó un puño a la cara. Los cuatro jueces que veían el combate levantaron sus banderas rojas.

El público gritó emocionado el nombre de Emeraude por aquel brillante movimiento.

Aka[6], jodan tsuki. Ippon. —Parker miró a Emeraude luego de alzar el brazo derecho.

Tres puntos para Emeraude, uno para Clementine.

La británica apenas tuvo tiempo de reponerse de aquello y logró marcar una patada a la espalda de su amiga después de un par de puños que le dieron al aire. Tres jueces levantaron sus banderas azules.

Ao, chudan geri. Waza-ari. —anunció Parker dándole dos puntos más a Clementine: el combate estaba empatado a tres.

Pasaron unos segundos durante los cuales las dos se recompusieron para tratar de romper el empate. No hubo actividad ni interacciones entre las chicas, por lo que Parker decidió pausar el combate y anunciar chukoku para Emeraude y keikoku para Clementine.

—¿Qué hizo ahí, grandote? —preguntó Sylvain.

—Parker le dio una falta a cada una por inactividad. Clem ya tenía una, así que acumuló dos advertencias. Suele pasar mucho, es muy difícil para ellas marcarse puntos cuando saben muy bien cómo se mueven.

Pasó un minuto durante el cual las chicas intentaron marcar puntos sin éxito. Se esquivaban constantemente y lograban hacerse fallar mutuamente. Faltando cinco segundos para que el combate terminara, Emeraude se movió demasiado hacia atrás para eludir un par de patadas de Clementine sin darse cuenta de que se acercó demasiado al borde del tatami, apoyando el talón fuera de la zona permitida. Parker detuvo el combate.

Aka, hansoku chui. —le advirtió Parker a la cantante. Ella sabía que se lo merecía, el reglamento dictaba que salirse del tatami en los últimos diez segundos le acarreaba una penalización muy alta y no podía permitirse más errores.

Las dos se miraron a los ojos, pues en esos cinco segundos debían definir el combate si no querían dejárselo a los jueces. Ambas respiraron hondo y esperaron la señal de Parker para continuar. Luego de una patada a la cabeza en el último segundo y los gritos del público por lo vistosa y bien hecha que había sido, las dos amigas sonrieron satisfechas.

Ao, jodan geri. Ippon. Ao, no kachi. —Después de que la mesa central marcó el final del combate, Parker levantó la mano izquierda dando a Clementine como ganadora del torneo, a lo que las dos amigas se fundieron en un abrazo y se prometieron una ronda de cervezas por aquel combate maravilloso.

El día que Sonny cumplió un año, dio sus primeros pasos.

Solo se dormía cuando Emeraude le cantaba o cuando Clip lo cargaba.

Al cumplir un año y medio, su madre aceptó vivir con Clip en su enorme apartamento donde, al igual que en casa de Arne, podía correr y jugar con libertad.

Sus primeras palabras fueron "mamá" y "Plip".

En su primer día de guardería, mamá lloró, pues no quería dejarlo solo por casi diez horas diarias.

Maximus y Alastor se encariñaron tanto con él que le regalaron una gran cantidad de juguetes.

Crimson Steely Blanchard lo tenía todo y era un pequeño niño feliz.

Pero a medida que él crecía, Emeraude se atormentaba cada vez más.

Todas las noches mamá lo veía dormir y en su semblante, aunque no quisiera, se dibujaba el vivo retrato de Samuel William Arden. Era increíble el parecido entre ellos y eso mortificaba a Emeraude hasta el punto de no querer dormir en las noches. Al principio era divertido cuando Sam se aparecía en sus sueños, e incluso le pareció normal. Pero cuando empezó a dormir junto a Clip se le hacía cada vez más complicado no mencionar el nombre del padre de su hijo en medio de sus delirios oníricos, así que cuando el médico no estaba atendiendo partos de emergencia en las noches, la cantante sufría un poco por las palabras que pudiera pronunciar mientras dormía. Afortunadamente aun no había sucedido nada de lo que ella pudiera preocuparse, pero temía que ese día llegara.

Una noche en la que Clip atendía un parto nocturno y Sonny estaba particularmente inquieto, Emeraude cantaba para hacerlo dormir, sin éxito. El pequeño no dejaba de jugar en la cama y de reír, pero a pesar de haber gastado mucha energía en el día, no estaba cansado.

—Sonny, por favor duérmete. Mañana tienes que ir a la guardería, ven —el pequeño se bajó de la cama y caminó hasta un rincón de la sala donde Emeraude tenía su guitarra—. Cariño, ¿quieres que toque para ti? —Sonny asintió.

—Ti. Toca guitada, mami. —era la primera vez que el pelirrojo le pedía algo así, pero aceptó de buen agrado, tomó la guitarra y se aclaró la garganta.

Después de unas cuantas frases de "To be with You" de Mr. Big, Sonny finalmente se quedó dormido y su madre pudo ir a la cama para cerrar los ojos por un rato.

Emeraude estaba segura de haber apagado la luz de la habitación, así que cuando vio todo encendido y se levantó de la cama antes de presionar el interruptor, no se sorprendió al encontrar a Sam junto a la puerta.

—Sammy, no de nuevo... ¿por qué no te vas de una vez? —el chico tatuado que se le aparecía en sueños a la cantante se sentó a los pies de la cama mientras ella respiraba hondo.

—No me iré. Ni aunque llegue el día en que admitas que estás enamorada de tu novio. Has pasado tres años soñando conmigo y sabes la solución para eso. —luego de oír aquello, Emeraude hizo con los dedos una suave presión en sus sienes para tratar de relajarse.

—Por favor... estoy cansada de dormir con miedo a gritar tu nombre y que Clip me oiga. —Sam se encogió de hombros.

—¿Y qué? Puede ser divertido tratar de explicarle.

—Para mí es cualquier cosa, menos divertido.

—¿Ya no te entretengo?

—No hablo de eso.

—¿Entonces de qué?

Emeraude se sentó en la cama junto a Sam. Era mucho más complicado para ella explicar por qué su presencia era diferente después de tanto tiempo. Pero iba a intentarlo.

—Ni siquiera sé por qué explicártelo si no eres real, pero...

—No tienes que hacerlo si te parece tan absurdo.

—Aun así, siento que debo. Sammy —la joven suspiró—, me aterra dormir junto a Clip y soñar contigo. Temo decir tu nombre, que él me oiga y empiece a hacer preguntas que no quiero responder.

—Ya sabes la solución, Ems.

—No quiero hacer eso. Menos ahora.

—Sonny tiene tres años. Es mejor que lo hagas antes de que él crezca más.

—Ya dije que no —replicó Emeraude con vehemencia—. No, no y no. Dos letras juntas arman demasiado alboroto, es increíble.

—Vale. ¿Sabes? Nos hemos divertido en este tiempo. Tu paciencia es impresionante. Pero si me quieres convertir en una pesadilla es tu decisión.

—No puedo. De verdad, no...

Los dos se miraron a los ojos sin sonreír. Era obvio que Emeraude no quería convertir a Sam en una pesadilla, pero tenerlo en sueños mientras Clip dormía junto a ella se estaba convirtiendo en algo agotador.

—Acuéstate, Ems. Te prometo que cuando cierres los ojos de nuevo me iré por hoy. —la cantante suavizó el gesto.

—Gracias, Sammy.

Cuando ella abrió los ojos de nuevo, Clip estaba durmiendo a su lado. Un poco más tranquila, acarició la cara de su novio y sonrió antes de quedarse dormida de nuevo hasta el día siguiente.

Esa mañana, mientras Emeraude trabajaba en el gimnasio, recibió una visita muy inesperada. Ernie, que entrenaba junto a Braulio, entró a la oficina donde Keira y la cantante pasaban el día y le hizo una seña a esta última para que saliera de la oficina en silencio, a lo que ella obedeció. Estuvo a punto de irse de espaldas cuando vio a su madre en la entrada.

—Doc, ¿qué haces aquí? —Katrina abrazó a su hija.

—Necesito hablar contigo. Vengo a conocer a mi nieto. Emeraude, siento mucho lo que te dije antes, pero... —la joven, extrañada, se apartó.

—¿Después de tres años y medio vienes aquí a conocer a mi hijo y actúas como si nada?

—Lo sé, fui muy estúpida. No debí decir esas cosas horribles.

—Estoy trabajando. ¿Podemos dejar esto para después?

—Pues si te parece bien...

—Está bien. Nos vemos al almuerzo.

Al mediodía Emeraude y Katrina fueron a Wendy's, y mientras comían no dijeron una sola palabra. Después Katrina aprovechó para hablar al ver que su hija aun no terminaba su hamburguesa.

—Emeraude, hija...

—Tres años y medio, doc.

—Sí, lo sé.

—Te tomó tres años y medio perdonarme —Emeraude le dio un sorbo a su bebida—. Gracias.

—Hija, estaba muy equivocada. No debí...

—Exacto. No debiste.

—Emeraude...

—Discúlpame, doc —la cantante la interrumpió—, pero no puedes venir aquí y pedirme que te presente a Crimson...

—Crimson... como tu abuelo.

—Sí, como Papá Blanchard. Doc, no puedes venir aquí después de sugerirme que interrumpiera el embarazo, ¿de verdad crees que voy a dejar que conozcas a mi hijo después de que trataste de deshacerte de él?

—No sé qué hacer para que me perdones, pero me preocupa que tú, estando tan joven, hayas tenido sola un bebé. Es que...

—Estoy perfectamente bien ahora. Mi novio me ayuda mucho.

—¿Tienes novio?

—Sí.

—Vaya, eso es bueno.

Katrina terminó su bebida y respiró hondo antes de continuar hablando. Era evidente que entre ella y su hija había un universo de distancia, y ella misma lo había causado al tratar de forzar a Emeraude para que hiciera algo de lo que podría haberse arrepentido luego.

—¿Cómo es él?

—Está bien. Es médico de obstetricia.

—Hablo de Crimson.

—Oh, vaya... él es... un buen niño. Estoy orgullosa de él.

—¿A quién se parece?

—Es la versión pelirroja de su padre.

—¿Su padre sabe que existe? —la cantante movió la cabeza en señal de negación.

—No quiero que lo sepa.

—¿Por... qué?

—Es mejor así, doc.

—¿Vas a dejar que tu hijo crezca sin él?

—Tengo razones para hacerlo y no pienso explicártelas.

—Bien. En su momento lo harás. Dime, ¿cuándo podré conocer a Crimson?

—Todavía no lo sé. Tengo que preguntarle a él si quiere hacerlo.

—Pero...

—Es su elección, doc. Quiero enseñarle a decidir por sí mismo. Si quiere conocerte, lo hará.

—Está bien.

Katrina se levantó de la mesa y salió del lugar dejando a Emeraude con un refresco a medio terminar y una preocupación menos. No quería, ni le llamaba la atención ir tras su madre, así que se tomaría su tiempo para salir de Wendy's e ir a trabajar de nuevo.

Mientras tanto, afuera del lugar, Sam caminaba con una taza de café de Juan Valdez en una mano y un juego de llaves en la otra. Estaba feliz, pues le habían dado unos cuantos días de vacaciones que pasaría con su familia, y aunque amaba el trabajo que finalmente consiguió en Japón después de graduarse, le agradaba volver a su hogar. Ese día en la tarde se dedicó a caminar un poco mientras bebía su café, y al pasar junto a Wendy's no vio que alguien salía intempestivamente, abriendo la puerta y haciéndolo chocar con ésta, derramando su café en la ropa.

—¿Oiga, qué demonios? —hecho un desastre, se volvió a quien le había tirado la bebida y vio una mujer pelirroja con una cara muy familiar que, entre lágrimas, caminaba en dirección opuesta a aquella enorme mancha que había dejado en el saco rojo de Sam.

Apenas teniendo tiempo de limpiarse un poco, el chico tatuado decidió regresar a casa, y antes de seguir su camino un destello verde cruzó sus ojos. Al volverse, a través de la ventana de Wendy's, vio a Emeraude dando unos últimos sorbos a su refresco, envuelta en un inexplicable halo de tranquilidad y paz que se veía imposible de romper.

En cuestión de segundos y después de recuperar el aliento, Sam pensó en tomar varias decisiones: entrar y saludar a Emeraude, ir hacia la mujer que se parecía a ella y preguntarle unas cuantas cosas, quedarse ahí parado como un idiota con una taza de café vacía en la mano, o seguir su camino y pretender que nada había sucedido. Y aunque le dolía en el alma, queriendo hacer otra cosa, optó por irse y sacar sus propias conclusiones mientras caminaba de vuelta a casa.

"Está bien, sin duda esa es su madre, salió llorando de Wendy's pero Ems estaba tranquila. Tal vez tuvieron una discusión acerca del tratamiento médico, pero esa mujer no se ve enferma. Aunque tal vez estaba usando maquillaje o algo así... y han pasado tres años, puede que esté curada... vale, se me va a freír el cerebro si sigo imaginando cosas. De vuelta a casa, Irina me está esperando con pizza."

Esa noche, Emeraude y Clip cenaban con Sonny. Mientras el grandote terminaba de cocinar y el pequeño jugaba, la cantante le contaba a su novio lo que había sucedido con su madre.

—Así que estás dejando esa decisión en manos de Sonny —Clip adoptó una expresión severa—, me parece un poco extraño.

—No creo que sea extraño en lo absoluto.

—Claro, porque eres la adulta y crees que haces lo mejor para él y todo eso. ¿No es así?

—Tengo veinticuatro. No soy tan adulta como crees y he hecho cosas muy estúpidas. Pero he elegido hacerlas, no quiero negarle eso a Sonny.

—Vale. Él decide si quiere conocer a su abuela. ¿Por qué no es lo mismo con su padre?

Emeraude miró a Clip con extrañeza y se levantó de la silla. De todas las personas que ella conocía, el único que no había tocado el tema de Sam y Sonny conociéndose, hasta ese momento, era él.

—Es diferente.

—¿Por qué es diferente?

—Sammy nunca sugirió las barbaridades que dijo mamá.

—Es aun mejor que él conozca a Sonny primero, ¿no crees?

La cantante apoyó las manos sobre la mesa, un poco molesta.

—Clip, no me hagas esto.

—¿Hacer qué?

—¡Es una emboscada! ¡Quieres que diga cosas que no pienso decir ahora!

—Mimi, lo único que quiero es que estés bien con tu madre. No pensé que te fueras a poner así.

—Es increíble. ¿Vamos a tener esta pelea?

—No es una pelea si no quiero iniciarla. Solo es para hablar.

—Clip, aun no quiero tocar el tema del padre de Sonny. No quiero arruinarle su sueño sabiendo que yo ya estoy viviendo el mío en el bar cuando canto.

—¿Hablas en serio?

—Sí.

—Mimi, por favor —Clip se cruzó de brazos—. Cantar frente a doscientas personas no es vivir el sueño.

Un horrible recuerdo surcó la mente de Emeraude al escuchar aquellas palabras. En un movimiento instintivo se llevó las manos al cuello y cerró los ojos.

—¿Qué acabas de decirme? —preguntó ella, creyendo que había alucinado.

—Lo que escuchaste. Cantar frente a doscientas personas no es vivir el sueño.

La joven respiró hondo y trató de aguantarse las lágrimas.

—Retira eso. —dijo Emeraude con un hilo de voz antes de perder la calma.

—No —replicó el médico—. No voy a retirar la verdad.

"Él no es como George, Ems... él no es como George."

Clip, sin saberlo, había utilizado un juego de palabras desafortunadas que en un pasado desencadenaron cosas terribles en Emeraude. Ella se acercó a su novio con los ojos aguados.

—Llámame cuando te des cuenta de que imitar a George te sale terriblemente mal.

Antes de poder escuchar alguna respuesta, Emeraude llamó a Sonny, tomó una maleta donde guardó unas cuantas cosas y salió del apartamento junto a su hijo, dejando a Clip en medio de la confusión y la culpa.

[5] Ao: Significa "azul" en japonés.

[6] Aka: Significa "rojo" en japonés.

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