Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

VII: Feliz día, Veterano.

Una mañana de noviembre, el pequeño pelirrojo despertó a su madre con algo muy diferente a su llanto, y eso alarmó a Emeraude al oír una inusual tos infantil antes de salir con él al gimnasio.

—Kei, sé que es inesperado —la cantante llamó a Keira para explicarle la situación—, pero el pecho de Sonny suena extraño, tose mucho y no quiere comer. Anoche no estaba así.

—No te preocupes, linda —respondió la dulce mujer—. Tómate el tiempo que haga falta y cuida bien al baby. Además, hoy es el Día de los Veteranos, ni siquiera nosotros deberíamos estar trabajando.

—Gracias, discúlpame con Braulio. Tal vez más tarde pueda explicarle.

—No te desgastes con eso, yo hablaré con él. Estoy segura de que él correría con Julie o Joanie si les sucediera lo mismo.

Keira tenía razón. Aquel día era once de noviembre, un festivo donde encontrar alguna cosa abierta en Copper Grace era casi imposible. Hacía frío cuando Emeraude salió de la casa con el pequeño pelirrojo bien abrigado, y a mitad de camino recibió un mensaje de Keira recomendándole un pediatra que podía ayudarle en el hospital. Le preocupaba muchísimo aquella irregular tos y la falta de apetito de su hijo, por lo que fue incapaz de contener un par de lágrimas.

Apenas entró a la sala de espera la cantante recibió una llamada de Clip, y trató de ocultar su angustia con mucho esfuerzo antes de comenzar a hablar.

—Feliz día, Veterano.

—Gracias, Mimi —respondió Clip con una sonrisa—. ¿En qué andas?

—Eh... nada raro —Emeraude dudó en decirle al grandote lo que pasaba con su hijo para no alarmarlo—, salí con Sonny a dar un paseo.

—Vale, me puedo unir a ustedes en un rato si quieres, tengo que hacer control con una mamá de mellizos y saldré temprano hoy. Podré ser Veterano, pero los médicos no descansan.

—No tienes que salir del consultorio, yo...

—Vamos, Mimi —Clip la interrumpió—, no te hagas de rogar. Nos damos una vuelta por Ice Cream River y te regalo una copa como la de la última vez.

—En serio, no hay necesid...

Emeraude se calló cuando vio a Clip caminando a paso rápido por el pasillo. Se condenó a sí misma por no esconderse un poco mejor en el hospital, sabiendo que su novio trabajaba ahí y eventualmente iba a enterarse de que Sonny estaba enfermo. ¿Por qué no lo pensó bien?

—Mimi, ¿qué pasa? —replicó un distraído Clip pasando de largo sin ver a su novia, a lo que ella respiró hondo y se cambió de sitio para no quedar en un lugar tan evidente.

—Nada, nada —indicó la cantante—. Haz lo tuyo y no te preocupes por mí. Tengo un par de cosas que arreglar, llámame cuando salgas.

—Claro, lo haré.

Emeraude colgó y recostó la cabeza contra la pared. Como siempre, había esquivado una bala gigante para ahorrarse muchos problemas. Creyó que se quedaría por poco tiempo en el hospital, por lo que estuvo a punto del colapso cuando el pediatra que examinó a Sonny le comunicó que debía quedarse en hospitalización por un par de noches debido a un resfriado que, a pesar de no ser muy serio, necesitaba supervisión por la corta edad del pequeño. De inmediato llamó a Laetitia para explicarle y ella llegó al hospital tan rápido como pudo.

—Syl vendrá en un rato, Ems. ¿Necesitas algo?

—Solamente una cosa, Lety. No le digas a Clip. No quiero que se preocupe de más.

—¿Estás segura? Él debería saberlo, trabaja aquí y eventualmente alguien le irá con el chisme.

—Sí, segura. Es el Día de los Veteranos, le darán la tarde libre. Sería injusto que la pasara aquí conmigo.

—A ver —Laetitia acomodó sus gafas y se cruzó de brazos—, si le van a dar la tarde libre es obvio que querrá pasarla contigo hasta debajo del puente Zirconium Bannister. Si le ocultas esto va a enojarse.

—Pude ocultarle mi embarazo a Sammy, algo se me ocurrirá para esto.

—¿Se te ofrece una capa de invisibilidad, jovencita?

—No hace falta, Clip pasó hace un rato por aquí y no me vio.

—Bastardo distraído —la chica de cabello violeta chasqueó la lengua—. Te salvaste.

En la puerta del hospital Sylvain esperaba su turno para poder entrar, pues en el ala de pediatría había visitas restringidas ese día. Antes de atravesar la puerta, el bartender vio a Clip cerca de la entrada y le hizo una seña con la mano para que se acercara.

—Hola, Syl. ¿Qué haces aquí?

—Clip, ¿qué haces tú aquí? Deberías estar con Ems.

—Lo sé —replicó el médico—, es el Día de los Veteranos y no debería estar trabajando. Mimi debe tener una sorpresa gigante para mí, sonaba emocionada en el teléfono.

—¿Emocionada? Tal vez preocupada.

Clip miró al muchacho sin comprender.

—¿Por qué habría de estar preocupada?

—Ay, grandote... no me digas que no lo sabes.

—A lo que sea que te estés refiriendo, no tengo idea.

—¡Señor doctor, despierta! —Sylvain chasqueó los dedos—. Sonny está hospitalizado por un resfriado.

—No es posible, Syl —Clip sacudió la cabeza—. Habría visto a Mimi en la sala de espera, pasé por ahí hace un rato.

—Pues eres tan distraído que no la viste. Lety acaba de escribirme que...

El grandote dejó de escuchar a Sylvain, se dio la vuelta y caminó hacia el área de pediatría del hospital. Luego de un par de preguntas en el puesto de enfermeras logró ubicar la habitación donde el pequeño pelirrojo estaba recluido. A su lado estaba Emeraude, que luego de ver a su novio frente a ella respiró hondo y se resignó.

—Clip, lo siento.

Al ver a Sonny en una cuna usando máscara de oxígeno y con una intravenosa en su pequeña mano, Clip no pudo evitar acercarse a Emeraude y abrazarla. Él no tenía hijos, pero a diario veía la angustia de muchísimas madres que llegaban a la sala de Urgencias con sus indefensos bebés en medio de episodios febriles o cualquier clase de accidentes imprevistos, por lo que no pudo enojarse con su novia al tratar de ocultarle que el pequeño estaba enfermo. Obviamente, nada había salido como ella esperaba.

—¿Por qué no me lo dijiste? —inquirió Clip.

—No quería que pasaras tu día libre aquí —la cantante se limpió la nariz—. Es TU día.

—Eventualmente iba a darme cuenta de lo que sucedía, Mimi. No habría hecho mucha diferencia si yo lo notaba o alguien más que trabajara aquí me lo hubiera dicho.

—Clip, te vi pasar por la sala de espera y no te diste cuenta de mi presencia —replicó Emeraude—. Nunca te habrías dado cuenta por ti mismo, eres muy distraído. Escucha, sé que estás enojado conmigo y quieres matarme, pero...

—No, no sigas —la interrumpió el grandote tomándola de la mano—. Quédate tranquila.

Los dos permanecieron mirándose un buen rato. Ella, tratando de disculparse de mil maneras distintas. Él, perdonándola mil y una veces porque a fin de cuentas no había hecho nada malo. Pasaron varios minutos durante los cuales ninguno necesitó decir nada para darse cuenta de que ambos se estaban protegiendo mutuamente, hasta que el grandote respiró hondo y decidió romper el silencio con una revelación estremecedora.

—Mimi, te amo.

Emeraude se paralizó, pues conocía muy bien las implicaciones de aquellas palabras. Clip estaba haciendo expreso el deseo de pasar su vida con ella. Ante eso, la cantante no pudo articular palabra por unos instantes, dándole la oportunidad a su novio de continuar hablando.

—Emeraude Blanchard, eres la que me causa ese tipo de cosas. Todo este tiempo me has vuelto loco un poco más cada día, me sorprendes y me cautivas con todo lo que haces. Eres fantástica. Siempre quise estar con alguien como tú y llegaste cuando menos te esperaba. Créeme cuando te digo que eres mil veces mejor de lo que imaginé. Te amo. No imaginas cuánto.

—Clip —replicó Emeraude con voz trémula—, ¿estás seguro de esto?

—Absolutamente —el grandote asintió—. Cuando supe lo que era el amor quise encontrar algo así para mí. No conocía mujeres que fueran como yo, que compartieran mis aficiones, que entendieran y apreciaran mi forma de pensar. Las mujeres como esas no son muy comunes en Copper Grace. Debo confesar que antes de conocerte estaba planeando volver a Japón y pasar un tiempo allá curándome, tranquilizándome, descansando de todo el mal que me hizo Agnes, pero pude ahorrarme eso.

—No sé qué decir. —respondió ella luego de un suspiro.

—¿Crees que hace falta? Solo escúchame. Sé que has pasado por cosas difíciles, que te han maltratado, te han roto el corazón, eres terca como Tony Montana y optimista como Alejandro Sosa, pero no me importa. No espero que por cortesía lo digas de vuelta, ni siquiera espero que lo sientas de verdad. Necesitaba que supieras lo que siento por ti y que siempre voy a estar cuando lo necesites. Antes de ser mi novia eres mi mejor amiga y por eso te amo.

Emeraude respiró hondo luego de cerrar los ojos por unos instantes. Cada palabra que había salido de la boca de Clip la llenó de tranquilidad, y la sensación se hizo mucho más intensa cuando sintió que Sonny le apretaba el dedo índice con su pequeña manita, como si quisiera animar a su madre para que lo retribuyera.

—Clip, yo...

—No tienes que decirlo ahora, Mimi —replicó el grandote—. Apurar las cosas es peor. Créeme cuando te digo que alguna vez lo dije antes de tiempo y me arrepentí, no quiero que te pase lo mismo.

Emeraude no estaba segura de aquello. Sabía muy bien que sus sentimientos por Clip eran fuertes y la llenaban de paz, pero no podía definirlos como amor. Al menos no sin algo que la obligara a comprobarlo, por lo que permaneció en silencio y con los ojos aguados, a lo que el joven médico comprendió perfectamente, se acercó a ella y la envolvió en un tierno abrazo. Nunca había tenido un novio tan dulce.

—Lo siento —Emeraude se secó las lágrimas en la bata de Clip con disimulo—. Has tenido más paciencia que muchas personas que se han cruzado conmigo.

—Mimi, mereces que tenga toda la paciencia del mundo. Me haces feliz. Contigo logré probarme a mí mismo que las mejores recompensas son para los que no se desesperan.

Sylvain entró sigilosamente a la habitación y salió de nuevo cuando vio a la pareja de novios abrazándose. Pero Emeraude no pasó por alto aquello.

—Syl, no te vayas. —frenando en seco, el bartender se dio la vuelta.

—Jovencita, tu primo Cobalt me llamó para preguntar por el bebé, pero creo que era más una excusa para que alguno de nosotros le diera el número de Lety. Alguien les fue a los Blanchard con el chisme de que Sonny estaba enfermo y la abuela está preocupada porque no contestas el teléfono.

—Lo siento, mi batería murió. ¿Quién le dijo eso a la abuela?

—Fui yo, querida —Sylvain se cruzó de brazos—. A ti no se te ocurre hablar del tema con nadie y pudo haber sido algo más delicado así que tomé medidas importantes. Y ese asunto de no querer decirle nada a este muchacho —señaló a Clip— es un muy buen punto de discusión entre los dos, ¡deja de ser tan terca!

—Vale. Voy a llamar a la abuela.

Aquel momento entre Clip y Emeraude quedó suspendido luego de que Laetitia llegara de visita y cambiara la conversación por completo sin saber lo que había sucedido antes. Las visitas también habían disipado aquella atmósfera romántica, liberando tensiones y dándole a la cantante un asunto menos para preocuparse temporalmente. Sin embargo, ya le iba a llegar el momento para definirlo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro