"¿Alguna vez alguien se puede enamorar de una persona que realmente no existe pero parece real?"

Esa pregunta me dejó pensando después de haberme enamorado de el chico misterioso del salón. Jamás lo había visto, en serio, pero cuando cruzamos miradas en la clase de biología con el profesor Kart, no pude olvidarme de él.
Me llamo Elle, Elle Jones y siempre he querido ser veterinaria, desde los... ¿diez o doce años? La verdad, no me acuerdo de esos detalles, pero recuerdo muy bien que mi amor por los animales ha sido desde siempre.

Me he preguntado una y otra vez el por qué y es que para mí son unos seres magníficos, llenos de vida, esperanza que te mantienen permanentemente alegres con su presencia.

En fin, iba cursando el último año de la Universidad para convertirme en veterinaria, mi vocación, y nos tocaba ir a biología, con el profesor Kart. Fui con Sara, una de mis compañeras más cercana, a la clase y nos sentamos en nuestros respectivos puestos para empezar la clase.

Íbamos alrededor de la mitad de la hora cuando siento un gran impulso y muevo la cabeza hacia la izquierda y cruzo la mirada con un chico que jamás había visto. Debía de ser alto, con una mandíbula marcadísima, unos ojos hipnotizantes con una mirada perversa y el cabello rizado y rubio.

Era, literalmente, un chico de Wattpad.

Nos quedamos viéndonos un tiempo y luego seguimos oyendo la clase hasta que acabó. Tomé mis cosas para irme y al salir volteé a ver si estaba, pero se había ido. Una lástima, podría haber conversado con él o algo así pero no importaba, al día siguiente volvería a tener clase de biología.

[...]

A la mañana siguiente me había levantado bastante apurada para poder encontrarme con aquel chico misterioso que tanto estaba en mi mente.

Llegué justo cuando empezó la clase y perdí la oportunidad pero me senté igual en mi puesto que estaba no tan lejos del suyo.

En la mitad de la clase volvimos a cruzar miradas y cuando él se distrajo le tomé una foto. Pero, el maldito flash me traicionó y el profesor notó que estaba usando el celular. El profesor me lo quitó en frente de toda la clase, pero el chico no lo notó, estaba concentrado en un libro.

Al término de la clase cerró el libro y se fue rápidamente. Llamé su atención pero aún así no pareció escucharme. Recuperé mi celular y así seguí tratando de hablar con él durante varias semanas.

A diario le sacaba fotos, lo dibujaba, escribía cartas por si algún día podía llegar a dárselas pero nada.

Todo seguía igual que al inicio.

Un día llamé a Ana, mi amiga de la infancia, para contarle todo desde la cama de mi habitación.

—Hola amiga—la saludé—.¿Cómo ha ido todo?

—Hola—me respondió—.Bien, ¿y tú?

Empecé a contarle todo sobre aquel chico que parecía ignorarme pero a la vez parecía querer que yo lo buscara.

—¿Te parece lindo?—le envié una foto por WhatsApp mientras ella se peinaba sus rizos pelirrojos.

Le había enviado una de las fotos que le había tomado en clases.

—¿De qué hablas, Elle? Ahí no hay nadie.

¿Qué?

Miré la foto y efectivamente, solo había un puesto vació al lado de la pared.

—No-no entiendo, yo... juro que le tomé una foto...—rápidamente empecé a revisar mi galería y no había ningún rastro del chico rubio del cual me había enamorado. No, obsesionado.

[...]

Al día siguiente fui a la clase de biología y por alguna extraña razón no apareció y su puesto lo usó Raquel, otra de mis amigas de la Universidad.

Eso ocurrió durante el siguiente mes y llegué a la conclusión de que yo estaba loca o aquel chico nunca había existido.

Así que, tengo la misma duda del inicio ¿Alguna vez alguien se puede enamorar de una persona que realmente no existe pero parece real? y si se puede, ¿volverá algún día para explicarte lo ocurrido?