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Capítulo 15.2

Minghao llevaba tres minutos observando como Hoshi intentaba levantar la tierra con la pala, no era muy difícil ni un trabajo duro, tan solo era cuestión de un poco de fuerza y resistencia que el alfa ciertamente no parecía tener, y Minghao lo hubiera comprendido, pero él estaba haciendo exactamente el mismo trabajo si problema alguno, solo esperaba a que el profesor terminara de cavar el hoyo con el que había empezado. Sonrió un poco ante la imagen del enrojecido alfa haciendo esfuerzo de más.

—¿necesita ayuda, profesor?— preguntó Minghao comenzando a aburrirse. Hoshi negó. —¿seguro? Terminaríamos más rápido si yo cavara todos los hoyos.

—Para nada...— Balbuceó Hoshi levantando por fin la tierra. —¿Por qué el suelo es tan duro? Debe de haber una roca aquí abajo...

Minghao sonrió.

—Debe ser una roca muy grande. — Minghao observó al profesor tomar el pequeño y delgado árbol para plantarlo en la tierra. —Aún faltan muchos árboles que plantar, pensé que usted se quedaría en la conferencia.

—No puedo estar en una conferencia tranquilamente si ustedes tienen un castigo.— Jadeó Hoshi pasándose al siguiente árbol, por suerte Minghao ya había cavado ese hoyo. —Detesto a los profesores que solo dan un castigo y se van... Así los castigos solo son órdenes al aire.

—¿no es mucho trabajo?

—Lo es. Pero si no los castigo seguirán cometiendo faltas al reglamento. Me llamaron a dirección para decirme que Jeonghan quiso irse de la escuela ¡ya van dos veces! Ustedes son realmente problemáticos ¿lo saben?

—Un poco.— Admitió. —No es nuestra intención molestarlo.

—Sería genial si lo fuera, al menos así podría molestarme bien con ustedes.— Hoshi suspiró. —Podemos descansar ahora, esto es agotador.

Minghao asintió. Hablar con Hoshi había resultado bastante bien, tan ligero y cómodo que era completamente distinto a lo que esperaba. Ellos o habían tocado el tema de aquella noche, tampoco el tema de los destinados o la luna, ni siquiera mencionaron algo acerca de ellos en sí, Hoshi tan solo pareció olvidarlo, como si nunca hubiera existido esa parte de su historia. Y Minghao... no sabía si sentirse agradecido o no.

Hoshi era su alfa, pero dudaba que él lo tomara como su omega. Y estaba bien, porque al final del día Minghao no podía ser omega de nadie.

Se dejó caer sobre el césped y Hoshi se sentó a su lado, ambos sin decir ni una palabra. Si era extraño, solo un poco, pero quizás era cualidad de Hoshi que todo alrededor suyo resultara interesante para Minghao. Porque Hoshi no era fuerte como otros alfas, no era territorial, no era intimidante... Pero a la vez sí lo era, tenía cierta mirada al momento de hablar con otros alfas (otros alfas que si eran alfas agresivos) que lo hacia dudar. Hoshi era un alfa, si, un alfa que solo parecía serlo cuando estaba frente a otros.

Minghao detestaba cualquier pensamiento que tuviera acerca de Hoshi siendo un alfa, porque él nunca se había detenido a pensar en las personas como omegas o betas, ni siquiera alfas, solo eran personas que justificaban sus actos pobremente, así que para él resultaba nuevo mencionar tantas veces aquellas palabras en su cabeza y asociarlas tanto con una persona. Era estresante, realmente estresante.

—Minghao...— Hoshi lo llamó, su sonrisa por primera vez sintiéndose diferente. —Lo que pasó hace varias noches...— Por un segundo el corazón de Minghao se detuvo con miedo. —Perdón.

—¿perdón?

Hoshi asintió sin mirarlo.

—Cometí un error... aunque tú no tuvieras tu supresor yo jamás debí ceder a... eso.

—Eso se llama Celo, profesor— Dijo sin apartar la vista del pasto. —Y no creo que fuera un error.

—Lo fue.— insistió Hoshi. —Yo... no fue correcto, eres un alumno.

—Aun así soy su destinado.

Sus palabras salieron sin que él pudiera detenerse de pronto cayó en cuenta de lo que dijo y alzó un poco el rostro y miró a Hoshi. Él no se veía feliz con la noticia, pero tampoco estaba molesto o triste... ¿Cómo describirlo? Minghao sintió sus mejillas arder y quiso ocultarse bajo la tierra o detrás de los árboles. Hoshi era su destinado, no tenía duda de ello, pero ciertamente estaban en una posición desventajosa; él era un alumno y Hoshi un profesor, durante tres años sería así.

—¿piensas que soy tu destinado?— la voz de Hoshi adquirió un tono amargo, no molesto ni intimidante, solo... amargo. Minghao asintió. —No, Hao... Yo no soy tu destinado, lo que pasó fue un error, estuve en el lugar incorrecto en el peor momento para ti. Solo eso.

—Estoy seguro de que lo eres.— Dijo sintiendo un extraño nudo en la garganta, soltó una extraña risa que no llegó lejos. —No tengo dudas.

—Hao.— Hoshi lo tomó por los hombros poniéndose frente a él, sus rasgados ojos preocupados, como si estuviera a punto de dar una mala noticia. —No soy tu destinado, lamento... lamento mucho si lo que pasó esa noche te hizo pensar así, fue mi error y lo acepto.— Mierda, Minghao se sintió extrañamente comprimido. Hoshi le sonrió. —El día que encuentres a tu destinado será especial, lo prometo.

—Tú lo eres.— Fue firme, tanto que sintió sus mejillas arder ¿Por qué le importaba que Hoshi si quiera aceptara la idea? Minghao no se iba a quedar con él, no podía ni siquiera concebir un futuro donde ambos fueran una familia típica de televisión. No, Minghao tenía un camino que recorrer y seguramente Hoshi igual, insistir en lo mismo solo era una pérdida de tiempo. Aunque... su pecho comenzaba a doler un poco. —Si estas rechazándome...

—No hay nada que rechazar.— Hoshi lo interrumpió. —Minghao, mientras más rápido te deshagas de la idea errónea de que soy tu destinado será mejor para ti... Eres joven, Hao, no te apresures en encontrar a alguien.

Hoshi le sonrió, pero Minghao se levantó de golpe empujándolo lejos. Ahora estaba enojado ¿Por qué? Quizás porque Hoshi lo había rechazado, porque no lo tomaba en serio, o porque simplemente decía la verdad, o no, Minghao tenía su cabeza dando tantas vueltas que no podía aclarase. Si Hoshi no sintió la misma conexión con él aquella noche... No, claro que la sintió, Minghao pudo verlo con claridad y por eso no tenía dudas, es solo que Hoshi era un alfa idiota.

Claro, Hoshi era un alfa. Y a los alfas no les importaba dejar a su omega independientemente de lo que este pudiera sentir. Era patético, y lo era aun más porque Minghao sentía su corazón aprisionarse con el pensamiento. Su alfa lo había rechazado de alguna manera... Su estúpido alfa, se detuvo en medio del gigantesco jardín y soltó una pequeña risa.

Un alfa, claro, así que tenía que dejar ese absurdo pensamiento de que las personas se valían por si mismas, que no estaban atadas a los estereotipos. Claro que lo estaban. Todos los alfas con los que estuvo... todos eran el mismo con diferente rostro.

Ah.

¿Por qué de pronto estaba llorando? Tan absurdo.

Minghao no necesitaba a nadie para avanzar, nunca lo hizo.

—Sé que es una pregunta absurda, pero... ¿estás bien?— giró de golpe encontrándose a Jeonghan. Genial. —Creo que no lo estás.

—Estoy bien.— cubrió su rostro por un par de segundos para despues encarar al omega. —Estoy bien...

Cuando Jeonghan lo miró sintió que nada estaba bien. Detestaba llorar frente a las personas, detestaba pensar en Hoshi como un alfa, y por un segundo detestaba ser un omega. Solo por un segundo. Minghao no tenía ansias de tirarse al suelo y dejar que todos pasaran sobre él con la excusa de que eso hacían los omegas, él no era así y tampoco le gustaba, pero en ese momento todo era difuso, ni siquiera pudo reaccionar correctamente hasta que sintió los brazos de Jeonghan abrazándole con cariño.

Jeonghan no dijo nada, tan solo lo abrazó, dejando a Minghao dentro de sus pensamientos pero estando ahí. Sonrió.

No estaba bien, pero iba a estarlo.


4


—No lo cierres, solo finge que lo haces.— Dijo el hombre maniobrando el candado del pequeño lugar. —Desde hace tiempo que el candado ya no sirve.

Jihoon asintió en silencio empujando las palas dentro, todos los artefactos para el cuidado del jardín estaban perfectamente acomodados en ese lugar, incluso el abono y un par de malezas que no tenían razón de estar ahí. No se cuestionó mucho, tan solo lanzó las cosas dentro y salió del lugar escuchando las quejas del hombre de como la escuela Pledis siendo tan grande y poderosa era reacia a cambiar los materiales de limpieza, todos los objetos estaban oxidados y los que eran nuevos habían sido cortesía del hombre.

—¿Terminaron con todo?— Preguntó el beta despues de aceptar que Jihoon no estaba interesado en sus habladurías. —Está atardeciendo.

—Si. Ya está todo hecho.

—Genial.— El beta sonrió de oreja a oreja. —Es bueno tener un día libre, me alegro de que el profesor Kwon se le ocurran tan buenos castigos.— Jihoon asintió. —No todos los omegas son tan parlanchines como tu amigo ¿verdad? En mis quince años aquí nunca había entablado tan buena conversación con uno, y lo mismo con el profesor Kwon, él es amable, tanto como el chico Seokmin, ellos dos son los únicos que me saludan al pasar, y creo que es mejor, yo no me atrevería a hablar con los demás profesores, o con el otro prefectos, no confiaría en ellos para nada.

—¿Por qué?— preguntó intentando sonar desinteresado. —¿no le agradan los alfas?

—Me agradan los alfas, el profesor Hoshi y el prefecto Seokmin lo son, pero no me agradan esos alfas.— El beta Se acercó para susurrar, como si lo que estuviera a punto de decir fuera un secreto. —Ellos ocultan algo. Estoy seguro de que la escuela oculta algo... Hay una temporada donde muchísimas personas llegan al templo, tienen lujosos autos que ocultan en el bosque... Nunca me han dicho que es y tampoco he preguntado, pero parecieran una secta o algo parecido, es aterrador.

—¿en el templo? ¿Qué hacen con el Mayor?

—No lo sé.— El beta se apartó para sonreír. —Me aconsejaron mucho que no le dijera a nadie ¿eso no es extraño? He estado aquí quince años y no sé qué es lo que pasa con ellos. Le ofrecieron una beca a mi sobrino y le dije a mi hermana que lo rechazara completamente, no me gustaría que él estudiara en un lugar tan misterioso.

Jihoon desvió su mirada hacia el templo.


La habitación no era demasiado pequeña, pero ver a siete personas ahí la hacia verse diminuta, como un cajón, o eso era lo que pensaba desde que entró y encontró a los demás chicos amontonados y en silencio, como si tuvieran algo que decir. Jihoon optó por caminar hasta su cama y sentarse a la espera de alguna noticia. El novio de Wonwoo tiró una pequeña pila de libros justo cuando todos estaban callados... y Jihoon suspiró.

—Lo siento.— murmuró Mingyu agachándose para levantar los libros, solo que en sus torpes movimientos consiguió también tirar la lámpara. —Lo siento...

—¿podemos amarrarlo y colgarlo en una esquina?— preguntó Minghao.

—Por favor, hazlo.— Respondió Wonwoo con simpleza. —¿bien? ¿Ahora qué?

—Las fotos que consiguieron no me llevaron a nada.— Anunció Jun. —Pero... encontré a la familia del omega, al parecer no resaltan mucho pero están bien posicionados, tienen dos hijos, el omega y un beta.

—¿y eso en que ayuda?— preguntó Jeonghan.

—Ah, no lo sé, pero creo que era bueno saberlo.— Jun se encogió en hombros. —Me puse a investigar un poco con Mingyu acerca de todos los maestros y trabajadores de la escuela, al parecer todo es normal con ellos, son alfas normales traídos desde todo el país.

—Entonces no hay nada.— Dijo Jeonghan dando un leve suspiro. —¿Por qué siento que estamos estancándonos?

—Sabemos que hay habitaciones que parecen cuartos de hospital, que marcan a los omegas y que intentan esconder un gran salón dentro de la escuela, sabemos que se llevan a los alumnos durante las noches ¿Qué más sabemos?— Habló Minghao.

—Que el templo estuvo abandonado por años e intentaron ocultarlo.— Dijo Seungkwan. —Que hay una escotilla que también intentan ocultar, que marcan a los omegas para diferenciarlos y muchos de ellos se suicidaron al poco tiempo de salir de aquí... o se casaron con personas a las que apenas conocían.

—Hay autos lujosos que se estacionan cerca del templo...— Dijo Jihoon. —Llegan por el bosque, siguiendo la ruta de Jun y Mingyu y entran a ese lugar, puede que por esa razón hallan mantenido el templo sin personas. Y que por esa razón halla una ruta que seguir en el bosque.

—¿Cómo lo sabes?— preguntó Mingyu.

—Me lo dijo el conserje.— Dio un largo suspiro poniéndose de pie y caminando hasta la ventana, se sentía asfixiado. —Nada tiene sentido.

—Oh, también sabemos que los supresores comienzan a fallar a los ocho meses.— Jun alzó la mano como si pidiera permiso para hablar. —Llevan seis aquí ¿verdad? Es probable que tengan la libertad de moverse en dos meses, pero tienen que tener cuidado, porque si su supresor no es removido a tiempo podrán presentar problemas de salud.

—¿Por qué no lo dijiste antes?— preguntó Wonwoo.

—Lo olvide... También tenía que decirles algo más... — Jun llevó su mano a su barbilla comenzando a pensar, todos lo miraron en silencio. —Lo siento, también lo olvide.

Jihoon suspiró con fuerza, muy distinto a Minghao quien lo hizo con resignación. Bien, al menos Jun era de ayuda, en cambio Mingyu... Mingyu era un estorbo en los términos de Jihoon, o algo así, porque era demasiado alto y grande como para caber en su pequeña habitación. De cualquier modo se alegró de tenerlos, si ellos podían entrar y salir del lugar entonces podría seguir teniendo información de afuera.

—¿Qué haremos entonces?— preguntó Seungkwan. —Jihoon...

—Esperaremos.— Respondió. —Si el supresor comienza a fallar en dos meses entonces tendremos la libertad de movernos, eso incluye la escotilla.

—Pero me tienes a mi y a Minghao.— Habló Wonwoo. —Nosotros podemos ir a ver.

—No, quiero que Minghao se mantenga con Hoshi.

—¿Qué?— preguntó Minghao.

—¿Qué?— preguntó Jun y Wonwoo al mismo tiempo.

—Tengo la ligera sospecha de que Hoshi podría no saber nada de esto, pero sé que debe tener dudas, y sus dudas pueden darnos respuestas.

Cuando habló con el beta se dio cuenta de ello; ver la escuela desde los ojos de un alumno era distinto que verlo desde los ojos de un trabajador, si Hoshi no sabía absolutamente nada entonces podría dudar de cosas extrañas pasando a su alrededor, y eso era información nueva para ellos, en cambio, si Hoshi resultaba envuelto en toda esa mierda como quiera tendrían información, aunque sea poco, cualquier cosa que quisiera ocultar. Vigilaría a Hoshi independientemente de su postura, y necesitaba que confiara plenamente en Minghao.

Si Minghao era su destinado entonces sería más fácil.

—No puedo estar con Hoshi.— Dijo Minghao. —Yo... él me rechazó como su destinado. Creyó que era solo un error mío.

—¿Qué tu qué?— preguntó jun completamente confundido.

—Entonces hazle creer que tiene razón.— Explicó Jihoon. —No importa si él te cree o no, o si es tu destinado o no, tiene una buena conexión contigo y sé que nadie aquí podría estar tan cerca de él como tú. Cualquier cosa que tengas que hacer para permanecer a su lado hazlo.

Minghao lanzó su boca ligeramente hacia la derecha.

—Podrías ser un poco más amables ¿no crees?— preguntó Wonwoo. —Háblanos lindo, jefe. A todos, no solo a tu novio. —Jihoon lo ignoró.

—Seungkwan, quiero que tú te encargues del templo.

—¿eh? ¿yo? ¿Encargarme de qué?

—Cualquier información que tengas del templo, o de la escotilla, o de los Menores y el Mayor será buena.— Jihoon caminó hasta el montón de libros mal acomodados y sacó uno en especial; era un álbum, las fotografías y los nombres de egresados estaban ahí con los pequeños mensajes que escribían, se lo extendió a Jun y a Mingyu y estos lo tomaron al mismo tiempo mirándolo con curiosidad. —Si pueden investigar a fondo lo que pasó con ellos... Sería de gran ayuda.

—¿y que hacemos nosotros?— preguntó Wonwoo. —¿nos quedamos viendo?

—¡Ah! ¡Wonwoo!— gritó Jun. —Acabo de recordarlo, Mingyu me pidió que investigara algo más.

—¡Cierto!— Mingyu también gritó.

—Tus padres te consiguieron un prometido.— explicó Jun. —Investigue un poco al respecto y al parecer nadie lo conoce cerca de tu hogar, tan solo llegó un día y le ofreció dinero a tus padres. No dijo su nombre, pero aseguró que te cuidaría bien.

—¿un prometido?— preguntó Wonwoo con asco. —Bohyuk me dijo algo de eso.

—Si, un prometido, pero no ha vuelto a aparecer en tu hogar, así que no averigüe mucho.

—Oh, ahora tenemos dos con una trágica historia de matrimonios arreglados.— Se burló Jeonghan. Jihoon se sorprendió un poco de lo capaz que era Jeonghan de olvidar su propia situación para molestar a Wonwoo. —Tranquilo, Wonwoo, estoy seguro que te vendieron a buen precio.

—Al menos Mingyu no es el hermano de mi prometido.

Jihoon tosió, si dejaba que siguieran iba a ponerse extraño.

—¿sales con el prometido de tu hermano?— preguntó Mingyu y Jun se inclinó hacia él.

—Sale con Jihoon que es el prometido de su hermano.— murmuró –o no- Jun. Jihoon llevó una mano cubriendo parte de su rostro ¿podía ponerse peor?

—¿ustedes como saben eso?— preguntó Seungkwan.

—Tengo contactos.— Respondió Jun, aunque era obvio que sus contactos eran Minghao y Wonwoo. —Como sea, nosotros conseguiremos esto y volveremos pronto, Hao, seduce bien a tu profesor, pillín.— Jun cantó lo último. —Mingyu, despídete, ya nos vamos.

Jihoon suspiró. ¿Qué demonio iba a hacer?

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