Capítulo 11.2
Jihoon había recorrido la mayor parte de la escuela, desde los pasillos más solitarios hasta los últimos pisos de arriba subiendo las interminables escaleras. Se perdió un par de veces y se encontró en muchas tantas, y algunos alumnos se interpusieron en su camino y a veces profesores haciéndole dar la vuelta y buscar otro camino, había estado así por dos largas semanas ocultándose de casi todo, intentando ser natural incluso cuando vigilaba las paredes de los baños.
Algunos pasillos estaban cerrados, por lo general las plantas bajas, otros estaban abiertos pero tan abandonados que pasar por ellos fue una experiencia un poco aterradora, pero no había nada. Y en las aulas todo era lo mismo. Jihoon estaba consciente del supresor, estaba consciente de que podían seguirlo y encontrarlo, por eso no le sorprendió que más de una vez uno de los dos prefectos lo encontrara y lo devolviera a sus clases.
De algo estaba seguro ahora; aunque podían saber dónde estaban ellos no tenían manera de reconocerlos. La sorpresa del Alfa la segunda vez que lo vio caminar por donde no debía se lo dijo, entonces tenían un poco de libertad, por esa razón Jihoon tuvo que ser rápido y dejar de "perderse" se dedicaba a solo buscar en zonas donde habían estudiantes, desde primer año hasta el último, no importaba, Jihoon solo tenía que mezclarse.
Esa noche había deambulado un poco más de lo habitual, estaba caminando de regreso a su habitación con apenas la luz de la luna iluminando su camino, las velas del pasillo estaban apagadas, por alguna razón las habían mantenido así por días. Las puertas a los lados estaban cerradas y no habían camillas, y los alfas ya no custodiaban las habitaciones. Todo parecía estar en paz.
—¿sabes? en cuestiones de existencia todos vamos a morir sin importar como vivimos.— Escuchó la voz de Wonwoo y la siguió. —Por eso puedes lamentarte tu vida o disfrutarla, los ricos también se lamentan su vida, son especiales en ellos, y muchos pobres también, yo prefiero quejarme y defenderme en lugar de lanzarme al suelo.
Los encontró en medio del pasillo, Wonwoo y Jeonghan caminaban juntos como si pudiern estar en la presencia del otro sin pelearse, de hecho, eso hacían, se comportaban como personas normales y no como depredadores el uno del otro, tan tranquilo que Jihoon se sintió fuera de lugar. Pero fue un alivio ver a Jeonghan.
Dos semanas en las que Jeonghan huyó de él, no lo veía para casi nada y cuando era de noche y esperaba quedarse despierto hasta que él llegara a la habitación se quedaba dormido, y al despertar Jeonghan ya estaba fuera dejando un simple aroma a flores de algún perfume. Fue extraño, dejó de buscarlo a los tres días en los que notó que Jeonghan no quería verlo, y la última semana fue... quería hablar con Jeonghan, tenían algunas cosas que aclarar.
Cuando se acercó a ellos y el rostro de Jeonghan se alzó pudo imaginar verlo correr por el pasillo, pero no, ambos se quedaron de pie donde estaban. Los ojos azules de Jeonghan manteniéndose quietos incluso despues de varios segundos. Jihoon estuvo un poco feliz de verlo, dos semanas y ya se sentía solitario ¿y como no sentirlo? Si Jeonghan lo había estado acompañando de un lado al otro desde que todo comenzó. Pasaron varios segundos, pero encontró una zona amoratada cerca de sus labios.
—¿Jihoon?— preguntó Wonwoo y tomó a Jeonghan del brazo para llevarlo hasta él.
Se mantuvo quieto sin saber que decir.
—¿Terminaste tu paseo diario?— preguntó Jeonghan con naturalidad, como si no hubiera estado escondiéndose durante dos semanas. Jihoon en serio extrañaba un poco su voz.
—¿podemos hablar?— preguntó. Justo antes de que Jeonghan respondiera se acercó un par de pasos. —En la oficina de Hoshi.
—¿yo voy incluido en esa platica o me puedo ir?— preguntó Wonwoo. —¿saben que? Me lo dicen allá, vamos Jeonghan.
Wonwoo arrastró a Jeonghan por todo el pasillo mientras que Jihoon solo los siguió. No sabía de donde había aparecido ese golpe o porque ellos estaban juntos, ni siquiera sabía dónde se había metido Minghao o Seungkwan, Jihoon solo optó por hacer su trabajo aparte olvidándose de los demás, no es como si tuviera cabeza como para lidiar con todos desde que el amigo de Minghao los hubo engañado.
Jihoon observó el pasillo que llevaba a la oficina de Hoshi contuvo la respiración, incluso en ese momento Jeonghan se apartaba de él, huía escondiéndose en Wonwoo como si no quisiera mirar a Jihoon. Era estresante, porque hasta donde él recordaba Jeonghan había sido el culpable de la discusión, no Jihoon, Jeonghan tendría que pedir disculpas y buscarlo... ¿disculpa porque? ¿por decir cosas desagradables? No era algo que lo ofendiera a él. Wonwoo se detuvo justo frente a la puerta y la abrió, no había nadie adentro. Jeon tan solo empujó a Jeonghan.
—Sea lo que sea que esté pasando.— Dijo Wonwoo para Jihoon. —Soluciónenlo rápido. Estamos demasiado separados como para resolver cualquier mierda que ocurre en este lugar.
Wonwoo no entró a la oficina de Hoshi, tan solo se fue.
Cuando cerró la puerta Jeonghan giraba sobre la silla del profesor, casi recostado y balanceándose con su pierna mostrándose indiferente a Jihoon. De alguna manera él sabía que Jeonghan no estaba tan alejado de él como aparentaba, de hecho, sabía que su ojos azules seguían cada paso que daba. Se acercó al escritorio y lo miró por varios segundos pensando en quien sería el primero en hablar. Dos semanas en las que no le había visto ni la sombra y ya que estaba frente a él su mente había quedado en blanco.
Le prestó atención a la gran ventana de la oficina detrás del escritorio, la poca luz entraba e iluminaba un poco a Jeonghan, su cabello rubio viéndose plateado. Sin duda Jeonghan era el omega más lindo que Jihoon hubiese visto en su vida, y dudaba que alguien no lo quisiera en realidad a pesar de ser estéril. ¿Qué más podría necesitar el alfa que lo tomase? ¿Para que querría cachorros? Incluso con un hematoma en sus labios Jeonghan seguía viéndose perfecto.
—Mucho tiempo sin vernos— Dijo Jeonghan sacando una pequeña sonrisa, sus ojos azules puestos sobre la montaña de papeles. —No he hecho nada importante si te lo preguntas.— Jihoon no respondió. —Ni siquiera he podido estudiar, no entiendo nada y...
—¿Qué te pasó?— Preguntó sin apartar la mirada del hematoma.
—Ah, unos chicos que ni siquiera recuerdo nombres se molestaron porque no quise estar con ellos.— Jeonghan se encogió de hombros restándole importancia, su mirada ahora puesta sobre un bolígrafo en sus manos. —Fue una patada, creo, luego llegó Wonwoo y ellos huyeron. ¿sabías que Wonwoo tiene pensamientos muy raros? Nunca pensé que él sería de los chicos que piensan mucho, pero resulta que sí, es interesante pero me preocupa su estabilidad mental ¿Qué tal si un día decide matarnos a todos?— Jeonghan hizo una pausa para sonreírle al suelo. Despues levantó la mirada encajándola en la de Jihoon. —Olvídalo de una vez, Jihoon, las cosas que dije antes no tienen sentido ahora, no quiero que me mires como si fuera un cachorro maltratado.
—Solo quería disculparme.— Dijo manteniéndose en su lugar. No sabía bien que hacer y la situación se estaba volviendo incomoda. —Dije cosas que...
—Tranquilo, Jihoon, no es como si tú me hubieras acercado al suicidio con un par de palabras, tampoco me voy a morir por que me gritaste. Fue un discusión estúpida que tenemos que olvidar.
Jihoon asintió para despues suspirar.
—¿Por qué te escondiste por dos semanas, entonces?
Jeonghan se dio la vuelta ocultándose de nuevo de Jihoon, y era estresante. El omega solo evadía la situación, y Jihoon sabía que si no hablaban de eso entonces Jeonghan se volvería a apartar, volvería a esconderse de él todo el tiempo que pudiera. Jeonghan quería tapar el sol con un dedo y no arreglarlo ¿Qué tenía que hacer Jihoon entonces? ¿Dejarlo pasar? ¿Permitir que se alejara de él? ¡Iba a casarse con Seungcheol, tenían que verse! No quería evadir el problema ni ignorarlo.
Rodeó el escritorio y tomó la silla para girarla, Jeonghan se encogió en hombros ocultando parte de su cara entre sus manos que aun sostenían el bolígrafo. Lo obligó a mirarlo y se mantuvo cerca para asegurarse de que no volvería a huir.
—¿tenía que pensar cosas?— Respondió Jeonghan con un evidente tono de pregunta. —No tengo que estar siempre detrás de ti ¿sabes? puedo tener más amigos, toxico.
—No me molesta que te apartes de mí, pero estuviste escondiéndote dos semanas y esto no nos está ayudando.— Fue firme, y por suerte se mantuvo enfocado en Jeonghan sin desviar su mirada en ningún momento. —Si tienes algún problema conmigo dímelo, porque aunque no quiera estoy comprometido con tu hermano y no seguiremos viendo hasta que rompa esa mierda.
—No vas a romper nada. Te casarás con mi hermano, está hecho.
—Peor, nos veremos toda la jodida vida, así que dime cuál es tu problema.— Jeonghan desvió la mirada, y Jihoon estaba harto de verlo huir. Lo tomó del rostro y lo obligó a mirarle directamente. —Jeonghan...
—Hueles a fresa, Jihoon.
Jeonghan extendió sus manos y Jihoon las sintió sobre sus mejillas, no tuvo tiempo para pensar en esto, ni tampoco tuvo tiempo para saber cómo reaccionar cuando Jeonghan se alzó para besarlo. El aroma a vainilla lo golpeó con fuerza, tan intenso que pudo saborearlo. Llevó sus manos a las de Jeonghan y las sostuvo in poder quitarlas, su cuerpo estaba congelado en una incómoda posición donde apenas podía soportar su propio peso, y Jeonghan estaba casi colgándose de él, en cualquier momento caería. Y era absurdo pensar en eso cuando un omega lo estaba besando.
Jihoon nunca había besado a nadie en toda su vida, nunca había estado tan cerca de otra persona y tampoco se lo imaginó en un principio, sabía que era lo básico sobre la interacción romántica, sus padres nunca lo hacían y lo aprendió mediante lógica y los cuentos de hadas sumados a la televisión, Jihoon era inexperto, tanto que resultaba patético para sí mismo, pero sostuvo a Jeonghan. Le regresó un torpe beso que no le importó lo que pensara de él, tan solo quería abrazarlo y olvidarse de cualquier cosa en el mundo.
Jeonghan se apartó y Jihoon pudo ver sus mejillas rojas, no dudaba que su rostro estuviera igual, se sentía acalorado. Se apartó despues de unos segundos y de nuevo se quedó sin que decir, su mente estaba completamente vacía mientras aún tenía la sensación sobre sus labios.
—¿Me creerías si te dijera que solo estoy comprobando que seas un buen omega para mi hermano?— Jeonghan rió nerviosamente. —Te doy un ocho de diez, bastante bueno.
Jihoon volvió a inclinarse acercándose a Jeonghan, y lo besó de vuelta, solo para comprobar que todo el pequeño caos que se había formado dentro de él se formaría de nuevo de esa manera. Era una mierda, una completa mierda sentir su corazón latir con tanta fuerza por besar Jeonghan, porque Jeonghan era un omega al igual que él, un omega hermano de Seungcheol, la persona con la que se casaría. Iba en contra de todo lo que le habían enseñado a Jihoon ¿pero como algo que se sentía tan bien podía ser malo? Tenía que serlo, completamente malo.
Jeonghan era el omega más hermoso que alguna vez había visto, y era el omega más irritante y mimado que conoció, para nada perfecto o parecido a un ángel, pero aun así su sonrisa podría hacerlo olvidar todo lo malo, y su dañado ser movía algo en Jihoon. Quería abrazar a Jeonghan hasta que se sintiera seguro, cuidarlo y reparar todo lo malo que hubiera en los dos.
Si alguien hubiera entrado hubiera podido detenerlos, pero no, nadie entró, y para Jihoon estaba bien, porque no quería apartarse de Jeonghan. Dos semanas fueron suficientes.
Maldecía a la luna.
Se maldecía a si mismo por ser un omega y no poder ser el alfa de Jeonghan.
6
La noche cayó de un momento a otro para Minghao, apenas había comenzado a limpiar el aula cuando se percató de la luna llena asomándose entre las ventanas, el profesor Hoshi estaba ahí también, haciéndole compañía mientras continuaba con su castigo. Estaba esforzándose por demostrar sentirse arrepentido por lo mal que debió verse, Minghao en serio parecía el peor alumno de todos cuando tenía explicación para cada cosa, pero no podía decirle a Hoshi.
Así que ahí estaba; refregando los pisos como cenicienta para que no quedara mancha alguna, debía ser humillante, pero Hoshi estaba casi a su lado haciendo lo mismo. Aunque Minghao intentó detenerlo él insistió diciendo que si terminaban rápido ambos podían irse a dormir temprano para el día siguiente comenzar con más clases, así que Minghao solo lo dejó ayudarlo, no iba a discutir con su profesor.
—¡Ah! Esto es muy cansado— Se quejó Hoshi. —No imagine que sería tan tedioso limpiar un aula.
—¿no? Pensé que por eso era el castigo.— Dijo Minghao con una pequeña sonrisa siguiendo con su trabajo. —Profesor, puede irse si gusta, prometo terminar.
—No, yo te puse el castigo así que tengo que quedarme hasta que termines.— Hoshi continuó con su trabajo en el suelo. —No quiero ser como esos maestros que se van en medio de detención, a mi abuelo nunca le gustaron.
—¿su abuelo dio clases en este lugar?
—Si, durante años, decía que dar clases aquí era interesante, aunque no le gustaban sus compañeros de trabajo... Como a mí.
—¿no le agradan los otros maestros?
Era de esperarse, mientras Hoshi era una persona adorable y gentil los demás profesores eran unos idiotas que gritaban por cualquier error o sumían el aula en un insoportable silencio, no dejaban que nadie hablase sin su permiso, y con Hoshi todos los alumnos podían respirar y aprender algo que no fueran los mil gestos de disgusto que podía hacer una persona. Minghao observó a Hoshi y sonrió, incluso sus facciones no parecían tan endurecidas como la de otras personas.
—¿a quien le agradan?— preguntó Hoshi con un cierto toque de burla. —Todos son malhumorados y dan miedo, como si estuvieran enojados con la vida. Aparte, yo no les agrado, siempre me apartan, les agradezco eso porque yo no quiero estar cerca de ellos.
—Es lo mejor.— Dijo Minghao. —Usted es mejor que cualquiera de esos tipos.
Escucho la suave risa de Hoshi.
—No creo ser mejor, solo creo que ellos están demasiado molestos como para ser profesores. Bueno, mi abuelo me advirtió que sería así cuando decidí trabajar en la escuela, incluso me dijo que no me metiera en problemas ¿Cómo podría estar yo en problemas? Soy el profesor.
Minghao se quedó mirando en un punto fijo. Hoshi no podía saber de lo que ocurría en la escuela, y menos estar involucrado, una persona tan buena y amable, y que detestaba los secretos no podía verse envuelta en cualquier cosa ocurriendo en la escuela. Minghao se detuvo para poder sentarse pensando en ello. Hoshi era un alfa distinto, alguien que no podía compararse con los otros, una persona más que un alfa... pero la palabra alfa resonó en su cabeza.
Hoshi era un alfa al final del día.
Hoshi era un alfa.
Hoshi era...
Lo miró con cautela, Hoshi llevaba ropa un poco formal con una corbata que caía graciosamente al estar inclinado en el suelo, las mangas largas estaban dobladas dejando mostrar sus antebrazos y sus fuertes manos limpiaban con la esponja enjabonada el suelo. Su mirada recorrió ese camino y regresó a su rostro enfocado en limpiar, y Hoshi estaba sudando por el calor del aula o del trabajo duro, su fuerte mirada rasgada puesta sobre el suelo. Hoshi era un alfa, por muy amable que fuera no dejaba de serlo. Y Minghao era un omega.
No podía ignorar la naturaleza de ambos, era parte de ellos y lo sería por siempre. Se sentó sobre el suelo soltando la esponja y se inclinó un poco en dirección a Hoshi buscando su aroma. Nunca antes se sintió con la necesidad de olfatear como un perro lo haría, era una conducta poco civilizada que habían dejado atrás, o eso pensaba. Llevó una mano hasta el listón en su cuello y lo aflojó abriendo un poco su camisa. Minghao detestaba su propio aroma, pero siendo un omega pensó que podría atraer al alfa así.
Hoshi no respondió y Minghao e acercó un poco más sin ser visto. Gateó hasta él y aspiró profundo sintiendo su cuerpo calentarse, cerró los ojos por un segundos disfrutando de eso hasta que por fin estuvo tan cerca como para sentir el calor del cuerpo de Hoshi. Se inclinó hundiéndose en su cuello sin dar un aviso y sintió el pequeño salto de sorpresa que dio el alfa.
—¡Hao?— La voz de Hoshi tembló.
Extendió sus manos para rodear a Hoshi y besó su cuello con cuidado. Estaba temblando de pies a cabeza, la sensación cálida en su estómago extendiéndose tan fuerte y rápido cuando tocó al alfa, entonces comprendió lo que significaba en realidad. Minghao era un omega al final del día, por mucho que quisiera negarlo lo era, y estaba buscando a su alfa ¿no eran así como tenían que ser las cosas? Si Hoshi lo aceptaba entonces todo en el mundo estaría bien.
—Por favor...— murmuró repartiendo besos sobre su piel. —Hoshi...
Hoshi se giró de golpe y atrapó sus labios, Minghao no podía pensar bien, de pronto tenía al alfa arriba suyo y el agua con la que estaban limpiando estaba esparcida por el suelo, su espalda completamente húmeda gracias a esto. Extendió los brazos y atrapó al mayor como si este fuera a irse de un momento a otro, pero no, Hoshi no parecía querer apartarse de él, su alfa estaba respondiendo tan fuerte que el omega lo recibió de igual forma.
Hoshi no era solo un alfa.
Observó la luna a través de la ventana mientras que sentía los furtivos besos de Hoshi bajar por su cuello. Era la luna llena, y Minghao creyó en cada maldita palabra que decía Seungkwan sobre las parejas destinadas.
Hoshi era su alfa.
7
Cuando Wonwoo abrió la puerta de su habitación no esperó encontrarse a Mingyu ahí, y mucho menos a Jun explicándole a Mingyu como los betas podrían dominar el mundo y suspenderlo en una paz utópica hasta que todo el proceso de creación comenzara de nuevo despues de que los betas se extinguieran entre ellos. Fue interesante de escuchar, pero sin duda no era más interesante escuchar la explicación de ambos del porque estaban ahí.
En resumen, se encontraron en el camino, Jun casi chocó a Mingyu en su camino al bosque y Mingyu bajó a disculparse porque pensó que era su culpa, pero no, había sido culpa de Jun, y asi fue que hablaron entre ellos hasta darse cuenta de que iban al mismo lugar y con las mismas personas. Escalaron hasta la ventana ayudándose entre sí y ahí estaban; esperando a Wonwoo o a Minghao charlando como buenos amigos.
—¿no estás feliz de verme?— preguntó Mingyu tomando su mano para besarla. —He venido por varias noches esperando a que salgas, pero no lo hiciste...
—He estado ocupado.— Mintió, porque en realidad había estado vomitando en cada maldito lugar al que iba y no quería que Mingyu lo viera así. —lo siento. — giró hacia Jun. —¿tú que haces aquí?
—Vine a traerle algunas cosas a Seungkwan.— Dijo Jun moviendo la mochila y abriéndola frente a Wonwoo, eran regalos y comida, comida normal y saludable. —No he podido conseguir la aguja, pero me puse a investigar más y si Seungkwan se alimenta bien y se mantiene saludable los efectos secundarios del supresor no lo afectaran tanto. También traje algunas vitaminas para que pueda soportarlo, sería bueno que los otros dos que también tienen el supresor las tomen, van a enfermarse en algún momento, pero podrán sobrellevarlo hasta que se les retire.
Jun sonrió como un cachorro y Wonwoo entendió un poco a Minghao. El chico parecía agradable en toda la expresión de la palabra, si, fue un idiota egoísta pero no era tan malo... al menos buscaba como remediar su error. Wonwoo dio un pequeño suspiro, al menos tenían comida normal y no la comida extraña y asquerosa de la cafetería. Su mirada se desvió hacia Mingyu y este solo le sonrió con las mejillas rojas.
—Yo... no traje nada.— Dijo él como si fuera un problema.
—No importa, poder estar contigo es suficiente.— Le sonrió queriendo acurrucarse con él, pero la intensa mirada de Jun se lo impidió. No los miraba mal, Jun solo era como un gato curioso.
—¿Mingyu ya sabe que los vigilan en el baño y que tienen localizadores en os brazos y que se los llevan en camillas durante las noches y que...?— Jun habló demasiado rápido, tanto que Mingyu pareció hacer cortocircuito.
—¿Qué? ¿hacen todo eso?— preguntó Mingyu tomándolo de los hombros. Wonwoo asintió. —Dios, tengo que sacarte de aquí ahora.
—¿y luego que? ¿ir a vivir a un lado de mis padres?— Wonwoo se burló. —Es absurdo Mingyu.
—Absurdo es que te quieras quedar aquí. Tenemos que irnos.
—¿tienes dinero para comenzar una vida, genio?— Wonwoo lo apartó un poco. Mingyu parecía procesar las cosas. —Quiero irme de aquí, pero no podemos, no tenemos nada, Mingyu, no quiero terminar en la calle o en casa de mis padres, ellos me traerían de nuevo aquí.
—Wonwoo tiene un punto.— Dijo Jun. —¿Por qué no consigues dinero y despues te lo llevas? No querrás que viva en la basura ¿o sí?
—Jun ¿no quieres ver lo bonita que está la luna?— preguntó Wonwoo con la esperanza de que dejara de entrometerse. Jun solo se giró. —él tiene razón.— Le dijo a Mingyu. —Estuve pensándolo desde que Minghao lo intentó... Si él no lo hizo en ese momento fue por algo, y creo que debo de cuidarme también.
Mingyu suspiró.
—Si te sientes enfermo...— Y Wonwoo tuvo que cubrirse los labios al sentir las náuseas. Vaya mierda. —Demonios ¿estás enfermo?
—No tengo el supresor.— Dijo Wonwoo. —Estoy bien... solo... solo son nauseas.— Se sentó. —La comida de aquí es una mierda, es normal.
—¿quieres algo para eso?— Preguntó Jun. —Traje algo de medicina.— comenzó a buscar entre las cosas hasta que sacó un frasco. —Solo tengo que asegurarme de que no seas menor de tres años y no estés embarazado ¿lo estás?
—No, dame eso.— Wonwoo extendió la mano.
—¿seguro que no lo estás?
—Si, seguro.
—Tu piel está más limpia y tus ojos brillan como si lo estuvieras...
—Dame el maldito medicamento.
Jun tan solo se lo dio como si Wonwoo fuera a morderlo. Lo destapó y observó las pastillas blancas y redondas, buscó agua y solo lo tomó esperando que las náuseas se fueran. Mingyu lo tomó de la mano y se sentó junto a él.
—Vendré cada que pueda...— Le dijo Mingyu ¿está bien? Wonwoo asintió.
—Oye, Wonwoo.— Habló Jun. —¿Dónde está Minghao? Me preocupa que no esté aquí, él es pésimo controlando su celo y estaba preocupado por ello últimamente, no quiero ningún sobrino por ahora.
—Minghao está cumpliendo un castigo, limpia un aula.— Dijo intentando hacer que la nauseas pasasen. —Creo que está solo... No estoy seguro.
—¿podrías cuidarlo por mi?— jun se arrodillo frente a Wonwoo. —Por favor, él en serio es malo controlando su celo, y este lugar está repleto de alfas, no quiero que nadie lo tome sin su consentimiento, y me aterra aun más que puedan grabarlo, en serio necesito que esté completamente consiente para ver su película porno en paz.
—Jun, él está bien, no es un niño.— Murmuró Wonwoo. —Pero si te consuelo voy a cuidarlo en cuanto lo vea. Ningún alfa lo va a tocar.
—¡Gracias!— Jun extendió los brazos y atrapó a Wonwoo, Mingyu gruñó como un animal.
—Vete a la mierda si piensas ser como un estúpido alfa.— Regañó Wonwoo.
—Lo siento...
Le encantaba Mingyu y lo tonto que podía llegar a ser.
8
Seungkwan estuvo siguiendo al Mayor Joshua durante varios minutos, pero cuando este se adentró a una habitación en especial y despues cerró Seungkwan comenzó a correr lanzando sus libros al suelo, y hubiera sido exagerado si Dino no hubiera salido automáticamente detrás de él. El Menor corría jodidamente rápido pero no se comparaba al pánico de Seungkwan quien se metía entre pasillos o entraba a una habitación y salía por otra. Sabía que tenía desventaja, a diferencia de él Dino conocía cada maldito rincón, pero mientras Seungkwan pudiera verlo todo estará bien.
Se metió en un cuarto y observó la puerta al otro extremo, por lo general las habitaciones estaban conectadas, así que sabía que no se vería acorralado tn fácilmente. Giró para ver a Dino pero él ya no estaba detrás, y antes de que pudiera detenerse una puerta se abrió a su lado y el Menor técnicamente lo tacleó. Sintió el golpe repentino, no dolió del todo, solo fue algo que le sorprendió. Dino lo sujetaba de las muñecas y se aseguraba de que Seungkwan no pudiera huir.
—¡Lo siento, no vi nada!— gritó justo antes de que Dino cubriera su boca.
—Cállate.— Ordenó el Menor y Seungkwan solo pudo asentir. —Olvida lo que viste, omega, si dices algo tendrá consecuencias ¿escuchaste?
Seungkwan asintió.
—Te prometo no decir nada.— Dijo Seungkwan y Dino lo miró de pies a cabeza.
—No te creo.
—¿quieres que te cuente un secreto vergonzoso? Si digo algo tu se lo cuentas a quien sea y ya, estaríamos a mano y en paz, ninguno se delataría.
Dino pareció aceptarlo.
—¿Qué clase de secreto vergonzoso puede tener un omega?
Seungkwan se puso a pensar. Su vida era... bastante aburrida en realidad, tenía amigos y una buena familia, su madre lo adoraba y se llevaba bastante bien con sus hermanas mayores, y Seungkwan nunca había hecho nada para avergonzarse o avergonzar a otro, su vida era bastante calmada y los únicos secretos que guardaba eran los que le decían que guardara. No tenía nada que contarle a Dino y este no lo soltaría hasta que dijera algo. Apretó los labios.
—Yo...— Su cabeza estaba en blanco. —No se me ocurre nada vergonzoso...
—Suéltalo Dino.— La voz de Vernon lo alivió, y cuando Dino por fin lo dejó libre pudo respirar. —¿estás bien?
Seungkwan asintió con las mejillas rojas. Hace algunos minutos lo había visto en una situación incómoda, encontró sus ojos mientras lo espiaba y despues de ello... No sabía cómo reaccionar, fue culpa de Seungkwan entrometerse en lo que no debía, fue su culpa asomarse por una puerta y espiar, sea lo que estuviera pasando no debería de ser importante para él, pero lo era. Se sentía extraño, como si no pudiera cuadrarlo del todo en su cabeza.
—Lamento haberlos espiado.— murmuró mirando sus muñecas, estaban algo rojas, pero estaban bien. —No... No era mi intención realmente.
—¿Por qué te creeríamos acosador?— preguntó Dino evidentemente molesto.
—Porque...— Seungkwan no supo que decir. —Lo siento.
—No te preocupes, Kwannie.— Habló Vernon. —No hacíamos nada malo.
—Claro que no.— Añadió Dino acercándose a Seungkwan y levantando su rostro para limpiar las lágrimas que querían salir. —Ah, eres irritante. El contacto físico es normal entre los Menores, pero tu pequeña cabeza omega puede malinterpretarlo. Si le comunicas algo erróneo al Mayor nosotros estaremos en problemas. Deja de llorar.
—Tú lo hiciste llorar.— Dijo Vernon apartando a Dino. —No has hecho nada malo, Seungkwan, solo fue un error.
Seungkwan asintió apenado con la mano de Vernon acariciando su cabeza. Las manos de los Menores estaban frías, y Seungkwan sintió ambas sobre su piel. Si ellos pudieran tener un poco de calor ¿no serían más felices? ¿ellos si quiera eran infelices? Cuando los vio en aquel cuarto pudo encontrar sus aromas, y pudo ver sus ojos, dudaba que la explicación de Dino fuera cierta. Alzó su mirada encontrándose con los ojos de Vernon y lo enfocó. La luna brillaba atravez de ellos.
—Ve a dormir, omega.
—Mi nombre es Seungkwan.— giró hacia Dino. —No te matará decirlo.
—O.Me.Ga.— Repitió Dino con afán de molestarlo.
—¿realmente eres un menor? Pareces un cachorro.
—Creo que es mejor que nos vayamos a dormir.— Interrumpió Vernon. —Ya hicimos todo un escándalo en el templo.
Seungkwan asintió. Tenía que ir a su habitación aunque le incomodara su compañero, pero daba igual, cualquier lado lo incomodaba lo suficiente.
—Vámonos, omega, te prepararemos una cama.
—Puedo ir a mi habitación en la escuela.
—No, quédate.— pidió Vernon.
Seungkwan solo asintió.
...
Con este capítulo termine rendida, es súper largo.
Extraño escribir despacitos con capítulos de quinientas palabras o menos.
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