Jungkook.
¿Por qué Taehyung no me ha escrito en las tres semanas que llevaba en el campamento? ¿A caso estaba demasiado ocupado? ¿Había hecho amigos nuevos?
Revisé el correo todos los días y le pregunté a papá si había llegado algo para mí muchas veces, pero nada. No me había enviado ni una sola carta. Yo le había enviado cientas, pero él no parecía querer responderlas.
Resoplé sentado en mi escritorio y terminé de escribir otra carta contándole que nuevos perritos habían llegado al refugio de animales que solíamos visitar. Y si podía ser posible, que eso se debía a que yo me dedicaba a rescatar a uno que otro perrito callejero para llevarlos allí, pero es que los animales eran mi debilidad.
Y sabía que eran la debilidad de Taehyung por eso me encargué de que Yeontan estuviera curado y muy limpio para él. Haría cualquier cosa por verlo sonreír, su sonrisa de forma cuadrada era algo único y hermoso de ver.
De sólo recordarla, sentía vibraciones sacudirme de arriba abajo.
¿Qué estaba haciendo Taehyung conmigo?
_¿Otra carta? _Yoongi reprochó y tomó asiento en mi cama_ ¿Las siete que escribiste no fueron suficientes?
_Es que me había quedado sin sobres _Informé y dejé un segundo el bolígrafo_ ¿A ti... te llegó otra?
_Sí, ya te lo dije, Taehyung me envía una cada día _Yoongi dijo restándole importancia.
Bajé mi cabeza con pena sintiéndome aún peor.
¿Por qué le escribía a Yoongi y no a mí?
_T-tal vez hubo un error en el correo. Yo seguiré escribiendo y...
Yoongi meneó su cabeza.
_Jungkook, a Taehyung no le interesa lo que hacemos las veinticuatro horas del día.
_Lo sé, pero... quiero contarle todo _Murmuré. Mis mejillas se llenaron de calor.
Quería contarle todo, lo que pasaba por mi cabeza, lo mucho que extrañaba jugar y hablar con él, las nuevas cosas que descubría del mundo. Absolutamente todo.
_Jungkook, ¿por qué él?
_¿De qué hablas? _Fruncí el ceño.
_¿Por qué de todos los cachorros te fijaste en Taehyung? Es decir, ¿no has pensado que hay otros que podrían gustarte?
_No, no lo sé _Me encogí de hombros_ .Simplemente me siento bien cuando estoy con Taehyung, puedo hablar de cualquier cosa con él y reír hasta que nos duela el estómago.
_También puedes hablar y bromear conmigo _Argumentó él.
_No es lo mismo, cuando estoy con Taehyung mi corazón late muy, muy fuerte _Palmeé mi pecho con una sonrisa.
_Pues no lo entiendo, si puedo darte mi opinión él no es tan especial _Yoongi conectó su mirada con la mía_ .Yo creo que tú... mereces más.
Miré a Yoongi. Él era un niño con una apariencia especial pues se notaba que aún estaba en pleno desarrollo. Tenía la piel más palida que la mía y sus ojos rasgados eran similares a los de un gatito y la delgadez de su cuerpo contrastaba con lo rellenito de su rostro.
A pesar de que Taehyung tampoco era el cachorro más guapo de la escuela, no era un adefesio y claro, en escala de belleza superaba a Yoongi.
Sin embargo, el físico me daba igual, aunque Yoongi fuera un príncipe encantador no me fijaría en él porque simplemente no era mi estilo.
_Pero yo lo quiero sólo a él, a nadie más _Afirmé decidido y cerré el sobre_ .Lo esperaré el tiempo que haga falta.
Yoongi no dijo nada más y se marchó con la excusa de que su madre le ordenó que no vuelva después de las seis, lo cual me pareció raro ya que él solía pasar todo el día conmigo y eran variadas las veces que se quedaba a dormir.
¿Qué le sucedía?
Taehyung.
"Fuimos a pescar y atrapé un pez con mis manos, ojalá hubieras estado ahí, Taehyunie".
Por fin me había llegado una carta de Jungkook después de esperar casi quince días, en la misma relataba lo geniales que estaban siendo sus vacaciones junto a Yoongi, pero también mencionó que para que todo sea perfecto faltaba yo.
Una sonrisa no dejaba mis labios al tiempo que releía la carta una y otra vez. La ternura de Jungkookie me cautivaba por completo.
Visualicé una fotografía que me había enviado en donde se lo veía haciendo un signo de paz con los dedos.
Tan dulce, tan bonito, tan tierno.
_¿Quién es ese? _Minhyuk, el mismo omega que había tomado mi asiento en el autobús, se asomó a mi cama.
Nuestros compañeros curiosos también se asomaron a ver.
Compartía cabaña con seis omegas más y dígamos que la convivencia no había sido la mejor, pero me estaba acostumbrando. Aún seguía en celo y los supresores me mantenían comportándome normalmente, también ayudaban a apaciguar los dolores de mi vientre.
_¡Es el cachorro más feo que he visto! _Minhyuk cubrió sus labios riendo_ ¡Miren su nariz!
_¡Parece un bebé!¡Taehyung tiene el novio más feo y pequeño de todos! _Otra omega le siguió el juego y pronto cada uno de ellos continuaron con las risas.
Llevé la foto de Jungkookie a mi pecho sin entender como podían hablar así de él.
¡Jungkookie era el ser más hermoso del mundo!
En un momento, los omegas se levantaron como locos al comprobar que los coordinadores se habían ido a a domir y saltaron como garrapatas en un nuevo huésped. Hablaban sobre avisarle a los alfas que no había moros en la costa y yo no entendía nada.
_¿Y qué hacemos con él? _Le preguntaron a Minhyuk.
_Será mejor que se vaya, apuesto a que no querrá jugar _Minhyuk se cruzó de brazos.
Me enderecé como un trampolín en la cama al oírlos.
_A-a mí me encantan los juegos _Dije tímidamente.
Ellos se miraron y miraron a los demás. Parecían estar discutiendo telepáticamente. Finalmente Sana, la mayor, pareció tomar una decisión.
_Entonces puedes jugar con nosotros, pero hay que esperar a los alfas.
Me puse de pie y arrugué mi frente desorientado. Aquí no estaban permitidos los alfas, era un campamento exclusivamente de omegas.
_¿A-alfas?
_Del otro campamento, ya sabes, el militar _Minhyuk sonrío y chilló junto a Sana.
_¿No nos meteremos en problemas?
_Puedes irte, nadie te obliga _El omega rubio río acompañado de los demás.
Miré al grupo de omegas y sentí profundos deseos de ser aceptado por ellos, de participar de sus charlas y no ser ignorado de nuevo. Estaba cansado de ser el omega que quedaba sin grupo en las actividades.
Estos últimos días me había arreglado un poco más, peiné mi cabello de manera pareja y hasta me puse un poco de perfume. Creía que me veía mejor, pero todos dijeron que sólo quería llamar la atención.
Tal vez si actuaba como ellos, tendría más amigos.
_Quiero jugar, ¿de qué trata?
Minhyuk compartió una mirada cómplice con los demás y me explicó:
_Se llama "siete minutos en el paraíso".
El juego al que jugábamos resultó ser todo lo contrario a lo que creí.
A penas los alfas, que tenían aproximadamente entre quince y diecisiete años, entraron a la cabaña, me dí cuenta que no estaba para nada bien lo que haríamos.
Nos compartieron una botella de Soju de la cual tuve que beber ya que la mirada de todos estaba posada en mí. El líquido quemó mi garganta y tocí sin parar, los presentes se rieron en mi cara llamándome bebito y avergonzado, cubrí mi boca.
Cielos, nunca había probado una gota de alcohol y seguía prefiriendo los juguitos en caja.
Desde que habían entrado por esa puerta, ninguno de los alfas presentes me quitaba los ojos de encima y le preguntaron a Minhyuk quien era yo.
_Oh, si, es Taehyung _Minhyuk respondió sin mucho interés, más concentrado en el alfa sentado junto a él_ .Hagan como si no está aquí.
_Eso es imposible, está muy bueno _El alfa al que habían llamado Bogum me miró directamente poniéndome nervioso.
Seguidamente, colocaron una botella vacía en el medio y la giraron. Muchas parejas se formaron por elección de la botella hasta que finalmente como si fuera un castigo del destino esta apuntó a Bogum y luego en mi dirección.
_Uhhh _Expresaron los participantes y empezaron a cantar una melosa canción.
Él me mostró una sonrisa traviesa y me tomó dé la mano para guiarme al baño. Debíamos estar encerrados siete minutos allí adentro.
_Eres muy lindo, ¿cuántos años tienes?
_Once _Respondí sin muchas ganas y esquivando su mirada.
_Pues tu cuerpo no parece el de alguien de once, créeme.
_¿Gracias?
Que juego más aburrido, ¿por qué a los chicos les gustaba tanto?
Mi respuesta llegó cuando Bogum invadió mi espacio y me arrinconó contra la pared. Lo próximo que sentí fueron sus grandes brazos abrazándome y sus labios uniéndose a los míos.
Pestañeé repetidas veces, no conseguía reaccionar. La única vez que había besado a alguien fue a mi amigo Yoongi como parte de una inocente broma, pero no se comparaba a esto.
Bogum movía sus labios sobre los míos, me devoraba, su lengua tomaba posesión de mi boca y me dejaba sin aliento.
¿Qué mierda estaba pasando? ¿Y por qué no me separaba?
Bogum era guapo, lo admitía, pero no sabía si estaba preparado para un beso tan apasionado.
Recordé que Minhyuk dijo que me dejara llevar y cerré mis ojos, por un milisegundo disfruté del contacto de sus labios con los míos, sin embargo, aún seguía sin sentirme del modo correcto.
Yo no quería besar a este alfa, sólo a Jungkook.
La noche transcurrió así, me besé tres veces más con Bogum y con los demás alfas, los cuales de verdad disfrutaban de tocarme, pero mis nuevos amigos simplemente sonreían y me alentaban a hacerlo, así que estaba bien.
Y de apoco mi inocencia se fue acabando.
Jugamos durante muchas noches más a ese juego y a otros más picantes como verdad o reto sexual. Me había besado con la mayoría de alfas que venían a la cabaña y en un momento hasta fui capaz de tocar a uno de ellos por encima de la ropa.
Minhyuk me dijo que el hecho de que se pusiera así, estaba bien ya que significaba que le gustaba mucho y descubrí que a mí... me gustaba gustarle a las personas.
Las semanas transcurrían y comencé a llevarme mejor con los omegas del campamento no sólo porque ya de hecho era un omega, sino porque lo parecía. Ellos me daban consejos de belleza y me prestaban una que otra ropa, lo que les agradecía inmensamente.
Decidí cortar mi cabello y ponerme un arete, cada día eran más la cantidad de omegas que elogiaban mi belleza y me hacían sentir querido. Podía ser porque el celo hizo uno que otro cambio en mi rostro y cuerpo. También mejoré muchísimo en las actividades, mis maestros halagaban mi buena postura y la manera tan delicada en la que bailaba.
Sí, me gustaba esto.
Jungkookie seguía enviándome cartas y yo se las respondía cada tanto, pero no quería admitir que el hecho de que no haya devuelto aquella carta donde le proponía ser novios, me dolía y molestaba al mismo tiempo.
Si no quería ser mi novio sólo debía decirlo y ya. Jungkookie tenía hermosura, ternura y dinero, no tenía porqué perder tiempo en alguien tan poca cosa como yo.
Sabía que en algún momento se daría cuenta de que yo no valía la pena, pero no pensé que sería tan pronto.
Tal vez eso era lo mejor, tal vez nuestro amor fue un juego de niños que sólo quedará en la historia, tal vez él simplemente se olvidó de mí y quiere verme como su amigo.
¿Es así Jungkookie?
Bueno, tampoco se me permitía jugar a hacer el papel de víctima pues yo tampoco estaba siendo el más fiel a nuestro amor.
Dejando escapar un suspiro deprimente, dejé de escribir la carta que le enviaría a la quinta semana del campamento y tomé mi espejo sintiéndome orgulloso de lo que veía.
Sí, Jungkookie me había olvidado, yo también debía olvidarlo a él.
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