• [CAPITULO 25] •
La familia daba un paseo por el pueblo a petición de Yoongi ya que el creía que necesitaba aire más fresco y distraerse en cosas para dejar de ser un celoso.
Justo en este momento estaban descansando en una banca mientras sus cachorros daban pequeños pasos, hace una semana habían comenzado a dar sus primeros pasos.
―¿Quieres más roles de canela?— Cuestionó JiMin.
Yoongi negó. ―Quiero un jugo, tengo mi garganta seca. Los cachorros también quieren un jugo― Habló con una pequeña sonrisa.
―Iré por jugo, espérame aquí— Dijo antes de ir al puesto de jugo que estaba a unos metros de él.
El omega observaba a su alfa comprar pero su sonrisa se borró al ver como una mujer se le acercaba a su alfa y el no la alejaba.
―Come un rol de canela, cuenta hasta diez― Murmuró recordando su plática con Jennie, empezó a comer un rol de canela mientras seguía viendo la escena, su lobo quería gruñir y demostrar que ese alfa era suyo. ―¿Está sonriendo...?
Por otro lado JiMin esperaba pacientemente a que le dieran sus dos botellas de jugo. Sintió como alguien tocaba su hombro, volteo pensando que era su omega.
―Cariño, ya voy... Oh, lo siento― Se disculpó al ver una beta enfrente de él. ―Pensé que eras la emperatriz.
La mujer rió. —No lo soy pero puedo serlo si usted desea.
El pelinegro hizo una mueca, no quería ser grosero. ―Nadie puede reemplazar a la emperatriz; voy a fingir que no escuché lo que dijo por única ocasión.
―Su alteza yo solo bromeaba, ¿No le gustan las bromas?— Cada vez la mujer estaba más cerca del cuerpo del pelinegro.
―No me agradan las bromas dónde la emperatriz este involucrado, respete a su emperatriz― Ordenó.
La beta sonrió. ―No es mi emperatriz. Yo solo estoy de visita en su imperio por una temporada.
―Mientras estés aquí en mi imperio mi omega es tu emperatriz.
La chica sonrió. ―De acuerdo, soy Yerim, un gusto su alteza.
―No me interesa realmente quien eres― Echó un vistazo a su omega quien comía roles de canela y le daba pequeños pedacitos a sus cachorros.
―¿Qué tengo que hacer para ser su concubina? ¿Mi familia tiene que tener un rango alto o usted las elige?— Interrogó.
JiMin suspiró. ―¿Tengo que poner un maldito cartel en cada parte de mi imperio?― Cuestionó fastidiado. ―No quiero concubinas, cerré mi harem para siempre y no lo volveré abrir.
La beta hizo un mohín. —Que lastima, un emperador tan guapo como usted debe tener un harem con hermosas concubinas.
JiMin volteó a ver al vendedor. ―¿Falta mucho para que estén los jugos?
―No su majestad, ya casi termino, solo debo exprimir una cuantas naranjas más.
―Seamos amigos, su alteza.
―No quiero amigos como tú.
La beta soltó una carcajada. —Si que estás molesto, solo quería hablar un poco.
―Hubieras buscando a otra persona, me estás fastidiando.
La mujer observo al emperador de pies a cabeza ―Tiene un lunar muy bonito— Habló tocando los labios del pelinegro.
Jungkook casi de inmediato la empujó lejos de él. ―¿Quien te crees que eres para tocarme? Eres una insolente, primero hablas de mi emperatriz, luego esto, agradece que mis cachorros están ahí porque si no fuera por ellos en estos momentos no tendrías tu lengua.
El alfa volteó a mirar al vendedor, este ya tenía la dos botellas llenas de jugo. —Su majestad, si quiere así déjelo...
JiMin tomó las botellas con molestia y dejo unas monedas de oro al vendedor, después volteó a mirar a la beta. ―No quiero volver a verte— Sin más que decir se fue de ahí para ir con su familia.
Yerim miraba con una sonrisa al emperador, el vendedor al ver esto suspiro, la beta no sabía lo que hacía y los problemas que causaría.
―Te recomiendo que no te vuelvas acercar al emperador y mucho menos hables de la emperatriz, te puede costar la vida― Habló mientras limpiaba la barra.
La beta soltó una risa. ―Oh, vamos. ¿Qué me puede hacer la emperatriz? Se ve muy sumiso, inocente y tranquilo― Dijo mientras miraba al omega sonreír levemente.
―Pues así como lo ves de inocente, mando a destruir el Reino Camelot— Habló mirando a la beta. ―No te metas con él si quieres seguir viviendo.
La mujer se sorprendió por lo dicho, volvió a mirar al omega, quien sonreía feliz mientras se aferraba al brazo del pelinegro. No podía creer lo que le estaba diciendo el vendedor, ese omega que se veía tan frágil, sumiso, tierno, amable y tranquilo, incapaz de romper un vaso había ordenado eso.
―Estás bromeando... ¿Cierto?
―Solo te estoy advirtiendo.
Yoongi estaba arriba de los muslos del mayor mientras intentaba quitarle su camisa blanca, se estaban besando por lo que al castaño se le dificultaba un poco deshacerse de la camisa del alfa. JiMin fue quien rompió el beso, quería ver el rostro de su omega.
―No podemos... ¿Y los cachorros?― Habló con su respiración agitada.
Yoongi se deshizo de la camisa del alfa y comenzó a besar el cuello del pelinegro. ―Están con Jennie... Hay que divertirnos.
―Eres una cosita muy sucia— Dijo mientrás agarraba la cintura del omega.
―Eres mío, Jiminnie, mío— Susurraba de vez en cuando mientras dejaba algunas marcas en el cuello y clavículas del alfa.
―Cariño... ¿Estás en celo?― Cuestionó un tanto avergonzado.
Yoongi negó. —Quítame el vestido, desnúdame.
El alfa obedeció sin protestar. ―Te amo― Dijo antes de besar los labios del omega.
El Omega se separó. —Renueva mi marca en tu próximo celo, es en dos semanas, ¿No?
―Sí... Es en dos semanas― Respondió quitándole el vestido al omega. ―Y por supuesto que voy a renovar tu marca, también debes renovar la mía.
―Te amo, Park JiMin, te amo mucho.
JiMin abrazó a su omega con fuerza. ―Yo también te amo a tí, muchísimo. Te amo, Park Yoongi.
―Soy tuyo, solo tuyo, así como tú eres mío.
El emperador sonrió levemente antes de besar las clavículas el omega. Hoy sería una tarde larga y posiblemente los cachorros dormirían con Jennie.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro