• [3. CAPITULO] •
—Esta asustando al pobre, vivió un infierno con Choi. Debe tratarlo con delicadeza, como el día del baile.— Hablo Taehyung —No solo decirle que se van a casar, debe cortejearlo adecuadamente.
—Ese día solo recuerdo que me acerque y todo fluyó.— Dijo en voz baja —Dime que debo hacer, es una orden.
—Pregúntele a su omega que desea y cumpla sus ordenes.
JiMin sonrió levemente y salió de su oficina, TaeHyung solo miro a su amigo irse. No entendía como su amigo podía ser emperador de un poderoso imperio y ser temido por muchos reinos pero ser un tonto en el amor y más con aquel omega.
El alfa trataba de calmarse mientras miraba la puerta de la habitación donde dormía el omega.
—Cálmate, tu puedes....— Tocó con delicadeza la puerta escucho la dulce voz de YoonGi decir "adelante" ingreso a la habitación.
—¿Se le ofrece algo?— Cuestionó YoonGi al ver al emperador.
—Pídeme lo que quieras, joyas, vestuarios, diamantes, lo que quieras, yo te lo daré.— Se arrodilló frente al omega y beso con delicadeza su mano.
—No me interesa nada de lo que menciona, majestad...— Acarició con suavidad el cabello del alfa.
—¿Hay algo que desees?— Pregunto.
YoonGi pensó su respuesta, no había nada que quisiese en ese momento, volteo a ver hacia el gran ventanal y recordo que hace poco dió un paseo en el jardín y este era muy simple.
—De hecho si hay algo... Hace poco fuí al jardín y estaba muy solo, me gustaría que hubiera más flores lindas.— Mencionó.
—Bien, en la mañana daremos un paseo tu y yo por el jardín para que me digas si te gusta o no.— Habló —Por cierto... Me gustaría que me dieras una oportunidad, me refiero a conocernos, somos predestinados al final de todo.
—¿Me harás daño?— Cuestionó.
—Jamás me atrevería hacerte daño, sería un completo idiota si te hago daño.
—Mañana me pondré muy lindo solo para usted alteza.
—Siempre eres lindo.
YoonGi soltó una pequeña risa, su lobo por primera vez después de tantos años se sentía feliz y tranquilo.
JiMin miraba desde el jardín real como las luces de la habitación de YoonGi seguían encendidas, necesitaba que estás se apagaran para comenzar a plantar todas las flores que mando traer.
Sonrió en grande cuando vió estás apagarse, volteo a ver a los jardineros.
—Bien, es hora de comenzar.— Tomó entre sus manos una pala.
—Su majestad, solo faltarían las camelias.— Anuncio uno de sus sirvientes. —Hubo un retraso y posiblemente llegué hasta mañana.
—¿Esas que significaban?— Cuestionó.
—Eh, el primer amor, amor incondicional y seducción.— Respondió otro con nervios.
—No son tan importantes como las demás. ¿Si están las rosas, girasoles, azucenas, tulipanes, iris, narcisos, claveles, orquídeas y agapanto?— Cuestionó.
El jardinero miraba todas las flores a su alrededor —Si, su alteza, están todas a excepción de las camelias.
—Con esas serán suficientes, hay que empezar para que esto esté listo en la tarde.
Los empleados se empezaron a repartir el trabajo según lo que les había pedido el emperador; flores por todo el jardín, cada rincón debía estar llenos de flores.
JiMin después de salir de la habitación del omega fue a la biblioteca a buscar cuáles eran las flores del amor y esa misma tarde pidió traer muchas flores para plantar todas en el jardín.
Uno que otro sirviente miraba con un poco de asombro como el emperador estaba plantando flores por doquier con una gran sonrisa, era raro porque al emperador no le gustaba ensuciarse.
JiMin guiaba a YoonGi con mucho cuidado por todo el lugar para llevarlo al jardín, el omega tenía una venda en sus ojos.
—Ya casi llegamos.— Avisó —Aquí es.
El alfa le quitó la venda, en el rostro del omega se formó una gran sonrisa al ver todo el jardín lleno de muchas flores diferentes.
―Esto es muy lindo...― Empezó a caminar lentamente mientras observaba todo el jardín
—Desde hoy, este será tu jardín, solamente tuyo. Si quieres que haya más flores dime, también hice que pusieron una mesa y dos sillas cómodos de bajo del kiosco.— Habló con felicidad.—Puedes pasar las tardes ahí leyendo o tomando el té.
—¿Esto es mío?— Cuestionó con asombro.
—YoonGi, eres mi omega, obviamente todo lo que tú quieras será tuyo. Solo debes de pedírmelo y yo te lo daré.— Respondió.
El omega sonrió levemente antes de tomar la mano del alfa y empezar a caminar por todo el jardín.
—¿Tu elegiste las flores?— Cuestionó tratando de sacar un tema de conversación.
JiMin asintió. —Si no te gustan puedo cambiarlas, solo debes decirlo.
—No, no, no, me gusta mucho. Solo que es muy colorido y me sorprendió un poco ya que... La mayoría de este lugar no tiene muchos colores tan llamativos.
—Puedo hacer que en nuestro hogar haya más color, ¿Que color te gusta?
—¿Quiere que le haga una corona?— Cuestionó tratando de cambiar el tema, debía cuidar mucho lo que decía enfrente del emperador Park.
—Ya tengo muchas coronas.
—Pero no una de flores
JiMin lo pensó un poco. —Hazme una, por favor.
El omega rió antes de caminar un poco más antes de tomar asiento cerca de un árbol, JiMin tomó asiento aún lado del castaño. Observo detenidamente como el omega algunas flores y empezaba hacer la corona, pudo notar como había algunos moretones en las delgadas manos del omega.
—Tarán, una linda corona para un lindo emperador.— Le colocó con delicadeza la corona en la cabeza del alfa.
—¿Soy un lindo emperador?— Cuestionó con burla.
YoonGi se sonrojó levemente mientras miraba a otra parte. —Es muy apuesto, Majestad... Tiene a varias personas detrás suyo.
—Tú no eres un lindo omega.— Habló.
YoonGi agachó su cabeza, ese tipo de comentarios no eran nuevos. Su ex esposo Choi Wooshik se la pasaba diciendo comentarios igual o incluso peores.
JiMin al ver el rostro triste del omega se quiso golpear y lo hizo, se dió un golpe en la boca. —Lo que trato de decir es que eres muy hermoso, la palabra lindo es poca para tu belleza inigualable. Eres el omega más hermoso que mis ojos hayan visto, perdóname si te hice sentir mal, no era mi intención, perdóname.
El omega derramaba una que otra pequeña lágrima, sin pensarlo un poco se abalanzó a los brazos del pelinegro para abrazarlo.
—Son las palabras más lindas que me han dicho...— Soltó un pequeño sollozo, su lobo estaba que explotaba de la felicidad.
JiMin correspondió el abrazo. —Desde hoy me aseguraré de decirte palabras muy hermosas, te mereces el mundo entero y yo me encargaré de dártelo.
YoonGi se sentía feliz, era muy feliz, tal vez no era mala idea darle una oportunidad aquel alfa.
Su presencia y sus bellas palabras me hacen sentir tan bien, siento que no lo merezco.
JiMin abrazó al omega. —Yo soy quien no merece a un Omega tan lindo como tú.
YoonGi sonrió mientras tenía sus mejillas sonrojadas.
—Los girasoles los puse porque significaban felicidad y yo quiero que seas muy feliz.— Hablo el alfa.
—¿Y las rosas?— Cuestionó el omega.
—Amor, de hecho todas las flores que hay aquí significan o estás relacionadas al amor pero no recuerdo el significado de todas.— Hablo un tanto avergonzado.
YoonGi soltó una pequeña risita mientras se aferraba un poco más al brazo del alfa.
—Deberíamos tener un picnic.— Propuso YoonGi con un poco más de confianza.
Me encantaría, solo dime cuándo y yo prepararé todo.
—¿Te parece un día después de la boda? Mañana es, ¿No?
—Sí y esa misma tarde me voy asegurar que todos te respeten, WooShik será humillado frente a todos.— Hablo con firmeza.
YoonGi asintió tímido, su mirada se enfoca en las masculinas manos del alfa y le fue inevitable no preocuparse al ver unas cuantas heridas.
—¿Cómo se lastimó? ¿Le duele?— Interrogó con preocupación mientras sujetaba las manos del emperador.
—Fue de ayer que estuve haciendo hoyos, pero no te preocupes. Solo son algunos raspones.
—Déjeme curar sus heridas, es mi culpa que se haya lastimado. Yo pedí que hubiera demasiadas flores en el jardín.— Hablo.
—Tal vez te deje si tú me dejas ponerte un ungüento en tus manos, he notado tus moretones. Y en tu espalda, se que tienes más moretones y heridas en todo tu bello cuerpo gracias al infeliz de Choi.— Habló soltando un leve gruñido.
YoonGi escondió sus manos de la vista del emperador. —No debió hacer hoyos, gracias a eso se lastimó....— Su lobito estaba avergonzado.
—Estos raspones son insignificantes, de hecho, no me importa salir herido en gravedad con tal de ver tu bella sonrisa. Hoy te veías muy feliz al ver el jardín, valieron la pena los raspones.— Sonrió cálidamente. —Yo haría cualquier cosa por ver tu sonrisa, omega.
YoonGi sintió sus rostro caliente. —Podemos curar nuestras heridas mutuamente, ¿Le parece?
El alfa asintió feliz. —Tú ordenas, yo obedezco.
JiMin yacía encerrado en la gran habitación donde solía pintar sus hermosos cuadros desde niño.
Después de untar ungüento en la espalda del castaño y que este también le colocará un poco en sus manos, el emperador se quedó a lado del omega hasta que este quedará profundamente dormido.
Daba varias pinceladas, en su rostro solo se podía ver una gran sonrisa. —Realmente espero que le guste...
En cuanto vió al omega rodeado de flores sonriendo en el jardín solo quería recordar ese bello momento toda su vida y que mejor plasmado la belleza del omega en un lienzo.
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