• [2. CAPITULO] •
Mientras tanto en la residencia real donde se hospedaban los invitados a la ceremonia, se encontraba un alfa feliz.
—¡Esa bruja tenía razón! ¡Mi omega es muy lindo!— Exclamó el emperador con una gran sonrisa en su rostro.
—Su alteza, no debería gritar eso y no es bruja es una vidente.— Hablo acercándose al alfa.
—Cuando lleguemos al imperio asegúrate de mandarle su pago a esa bruja.— Ordenó mientras se acercaba a la ventana de aquella residencia real. —¿Cómo le haré para tenerlo a mi lado?
—Podemos hacer que se divorcien, majestad.— Opinó Taehyung.
JiMin volteo a ver a su amigo y mano derecha —¿Y como haré eso?
—Majestad, usted gobierna un imperio, uno muy poderoso y aquí solo es un simple reino...
—Ya entendí por dónde va esto.— Dijo agarrando un morral lleno de monedas de oro antes de aventarlo hacia su asistente y mejor amigo.
—Le recomiendo que lo haga usted, su alteza real.
JiMin soltó un suspiro. —Que fastidio esas personas.
Moonbyul tomaba el té con el rey en el jardín real, solo ellos dos, sin estorbos ni nadie más.
—Mi rey, he estado pensando un poco la situación de la reina.— Comenzó hablar.
—¿Que situación? Explícate.— Ordenó.
—La reina la noche de ayer me confesó que es infértil, nunca le dará herederos y eso sería un problema, ¿No?
—¿YoonGi te confesó eso?— Su concubina asintió. —Debería hablar con él más tarde...
—Pero eso no es lo único que le quiero decir, sino que también su pueblo a estado esparciendo rumores de eso y se están burlando de usted.— Fingió preocupación.
—¿De mi? ¿Por qué? ¿No deberían burlarse de YoonGi?— Interrogó con molestia
—Se burlan de usted por estar casado con un omega inútil...
Wooshik miro las galletas frente a él mientras pensaba una solución para solucionar aquel problema.
—Debería divorciarse, ¿No cree?
Casi se cumplía un mes desde que fue hechado del castillo como si fuera una escoria, después de divorciarse de Choi Wooshik fue a buscar el apoyo de sus padres pero lamentablemente estos no querían saber nada de él ya que era una vergüenza para la familia, el pueblo se burlaban de él.
YoonGi no podía caminar con tranquilidad sin escuchar burlas, insultos y demás en su camino. Todo gracias a Choi Wooshik y Moonbyul.
—Haz bien tu estúpido trabajo si quieres comer, omega inútil.— Hablo un señor ya grande de edad.
El Omega solo soportaba aquello por su supervivencia, no tenía el apoyo de nadie en este pueblo ni fuera de él.
YoonGi asintió mientras empezaba a jalar con fuerza aquella carreta de verduras.
El señor al ver como el omega hacia mal su trabajo se levantó de su asiento y se dirigió hasta donde estaba el para golpearlo.
—Omega inútil, no sabes hacer nada.— Le pegó con un palo en la espalda, el omega se retorció de dolor. Iba a continuar pegándole pero un alfa no se lo permitió. —Su majestad... ¿Que lo trae por aquí?
—Vengo a llevarme a ese omega.— Señaló a YoonGi quien estaba sentado en el lodo.
—Pero no puede irse, me debe varias monedas por alimentarlo.— Habló.
El alfa volteo a ver al omega, lucía más delgado que la última vez, volvió a mirar al viejo. —Dije que vengo por él. Dígame cuanto le debe, no crea que sea mucho ya que está en los huesos el pobre.
El anciano hizo una mueca. —Solo lleveselo.
JiMin se quitó su saco de aquel costoso traje y lo coloco en los hombros del rubio. —Tú vendrás conmigo.
El omega no entendía nada, solo miraba al pelinegro. Solto un pequeño jadeo cuando el alfa lo cargo al estilo nupcial.
—Su alteza, estoy sucio.— Mencionó con vergüenza.
—No importa, estás muy débil.— Habló —El carruaje está un poco lejos.
YoonGi con algo de timidez recargo su cabeza en el pecho del pelinegro, sentía mucha tranquilidad estar con aquel alfa.
Al fin, alguien lo estaba tratando con delicadeza. ¿Podía confiar en él?
—Traigan a YoonGi.— Ordenó JiMin a uno de sus sirvientes.
No pasó mucho tiempo cuando el omega ya estaba entrando a la oficina del alfa con mucha timidez.
—Su alteza, ¿Me necesita?— Cuestionó.
—Te vas a casar conmigo dentro de unos días.— Avisó. —He preparado nuestra boda desde que te conocí.
—¿Qué? ¿Por qué?— Cuestionó.
—Hace mucho fui con una bruja para preguntar cómo era mi predestinado y como iba a encontrarlo.— Empezó hablar mientras miraba fijamente al rubio. —y da la casualidad que tú eres mi predestinado, así que nos vamos a casar.
—Pero... Se burlaran de usted.— Se excusó, acababa de salir de un matrimonio atroz no podía volver a casarse tan pronto.
—¿Y? No me importa, lo único que me importa es que tú seas mi omega, mi emperatriz. Todos te van a respetar, de eso me encargo yo.— Dijo acercándose al omega para acariciar su mejilla con suavidad. —Nada ni nadie evitará que nos casemos, ¿Entendiste?
YoonGi no sabía que responder, pensó que aquel alfa lo había ayudado porque era una buena persona, pero ya vio que no. ¿Que debía responder? No, no debía responder nada, el alfa solo le estaba avisando que se casarían. Además, el era un omega, los omegas solo deben obedecer.
Era un tonto por confiar en aquel alfa.
—Va venir la costurera en la tarde, elige el vestuario que más te guste.— Beso con delicadeza la mejilla del menor.
YoonGi asintió mientras hacia una leve reverencia antes de salir de ese lugar.
—Me voy a casar con él.— Murmuró.
Inmediatamente a su mente llegó la imagen del alfa dandole un beso en su mejilla, con cierta vergüenza tocó la zona y sintió un leve cosquilleo.
Su lobo ha estado muy feliz desde que JiMin lo trajo aquí.
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