El pequeño omega estaba llorando mientras se dirigía al establo, no traía a sus cachorros ellos estaban con Arin, hacía mucho frío como para sacar a sus cachorros.

— Soy un mal omega... Mal omega — Murmuró mientras entraba al establo, de inmediato vio a su esposo parado dándole la espalda, se encontraba cepillando el pelo de un caballo.

Se acercó al pelinegro con timidez y tocó su hombro — Yeon Jun....

El nombrado dió un pequeño brinco del susto — Soo Binnie, hace frío aquí afuera. Métete a la habitación yo iré en un rato más — hablo mientras le colocaba su abrigo al castaño.

— Castigame, Yeon Jun — pidió entre sollozos.

— ¿Aquí? — cuestionó con un sonrojo.

Soo Bin dió un pequeño golpe en el pecho del pelinegro — No hablo de eso. Perdón por mi actitud muy infantil y tratarte mal a veces.

— ¿Es por lo de la tarde? Ahí fue mi culpa no elegir bien mis palabras — habló con una leve sonrisa.

— Debo entender si quieres tener concubinas — hablo en voz baja.

Yeon Jun abrazo a su omega — No necesito a nadie, solo te necesito a tí y a mis cachorros para ser feliz.

— También perdón por alejarte de los cachorros, pero es que me da pánico que estén lejos de mí y no quiero que tengan otro olor que no sea el tuyo o mío — empezó a jugar con sus dedos — Y tú siempre hueles a omegas y alfas...

Yeon Jun sonrió levemente — Me mandaron esa concubina hoy en la tarde pero la rechacé, se que eres un tanto desconfiado por lo que sufriste antes con... Ya sabes quién, pero quiero aclararte que nunca te haré lo mismo y quiero que confíes más en mi — beso la mejilla del castaño.

— Confío en tí, pero esos aromas me hacen sentir inseguro y me es inevitable no pensar cosas feas — habló.

— Hmmm... ¿Confías en nuestro lazo? ¿Alguna vez has sentido algo extraño a través de la marca? ¿Te ha dado comezón la marca o te arde? — interrogó.

Soo Bin negó con su cabeza — Soy un tonto... Soy un tonto omega, un omega inseguro y malo.

— Tranquilo, no eres nada de eso... Haz sufrido mucho y las cosas en nuestra relación sucedieron muy rápido — dijo.

— ¿Puedes perdonarme? — pregunto con vergüenza.

— A mi omega le puedo perdonar todo. Solo prométeme que vas a confiar más en mí.

Soo Bin sujeto la mano del emperador — Te prometo que voy a confiar más en tí, alfa.

— Ven para que te llene de muchos besitos — abrazo a Soo Bin y empezó a llenar todo el rostro del castaño de suaves besos.

— Eres un gran alfa, te amo mucho.

 
— ¿Esa está aquí? — cuestionó enojado el omega.

— Si, su majestad. Tengo entendido que se quedó a dormir porque ya era muy noche para enviarla de vuelta a su hogar — habló Arin mientras jugaba con Sung Hoon.

Soo Bin hizo un puchero —¿Ya se fue?

— Uh, creo que sí. En la mañana salió un carruaje, supongo que ella iba ahí — mencionó.

El omega metió un rol de canela a su boca mientras veía a su hijo — ¿Y Bo Min? ¿Quién lo tiene?

— El emperador me lo quitó, dijo que yo lo hacía llorar pero es mentira. Bo Min empezó a llorar cuando lo vió — habló enojada — Tú hermano es un dramático — le dijo está vez al cachorro.

— Arin, tu sabes muchas cosas, ¿No?

La omega asintió levemente — depende de lo que quiera saber, alteza.

—¿Qué puedo hacer para controlar mis celos? — pregunto con cierta timidez.

— Bueno... Puede contar hasta diez cuando sienta celos, también puede comer un rol de canela — opinó.

Soo Bin asintió — ¿Y si me desagrada que mis cachorros tengas otros olor que no sea el mío o el de Yeon Jun? ¿Que hago? — interrogó.

La pelinegra miro con sopresa al contrario — ¿Le desagrada que los cachorros tengan mi aroma?

— No, no, no — se sentó a lado de la pelinegra y le sonrió — Ya estoy acostumbrado a tu aroma pero otros aromas que sean de desconocidos.

Arin suspiro aliviada — Solo marque a sus cachorros con su aroma y si siente otro aroma solo debe cambiarlos de ropa y volver a marcarlos.

— Eres muy inteligente, Arin — abrazó a la pelinegra — No sé que haría sin tí, eres como una hermana.

— ¿Me considera su hermana? — cuestionó con una sonrisa.

Soo Bin asintió — Eres como una hermana mayor, aunque tengamos la misma edad tu eres más madura.

— No diga eso, usted también es maduro, solo que su embarazo alteró sus hormonas, sentimientos, pensamientos y más cosas.

— Dices eso para hacerme sentir bien.

Arin asintió levemente — No es inmaduro, solo que usted al fin está demostrando sus emociones sin temor... Por lo que me cuenta, usted solo estaba en ese reino para dar herederos, seguía las órdenes de sus padres y de Jin Hwa sin protestar — sujeto la mano del castaño con fuerza — No pudo expresar con libertad sus emociones o sentimientos, era como un títere ¿Me explico?

Sio Bin negó levemente con su cabeza.

— Bien. ¿Usted en ese reino llegó a sentir celos o felicidad? — el omega negó — cuándo llegó aquí el emperador nunca le puso límites ni nada entonces... — alentó al castaño para que respondiera.

— ¡Yeon Junnie no me puede ordenar! — exclamó cargando a su cachorro.

— ¡No! — se quejó — Usted por primera vez después de varios años está expresando con libertad y sintiendo cosas nuevas como los celos y está bien que no sepa cómo actuar pero con el tiempo sabrá cómo enfrentar y actuar ante este tipo de cosas.

— Cierto... Estaba tan ocupado tratando de ser un buen esposo e hijo, y en dar un heredero al pueblo, tampoco decía como me sentía porque me enseñaron que a nadie le importaría — susurró — Bueno, mi lobito también es muy territorial, eh.

— ¿Sera por qué su alfa es muy guapo? — cuestionó con una sonrisa.

— Es que Yeon Jun es muy guapo, pero también muy lindo a la vez... Cuando está borracho parece un cachorro — se burló.

— Oh, su alfa actúa como un tonto enfrente de usted. “Yo no le doy órdenes a la emperatriz, ella me ordena" — trato de imitar la voz del alfa.

Ambos omegas empezaron a reírse al recordar ese momento tan vergonzoso, por su parte Sung Hoon miraba la escena con curiosidad mientras mordía su juguete.

Soo Bin sostenía el biberón de Sung Hoon para que se tomará su leche mientras miraba fijamente la puerta de la habitación, ya era noche y su alfa no llegaba con su cachorro.

Estaba muy preocupado por su cachorro, hoy hacía mucho frío y su cachorro no traía ningún abrigo de seguro. Sonrió cuando la puerta fue abierta por Yeon Jun, el emperador entro a la habitación con una sonrisa mientras cargaba en brazos a Bo Min.

— ¡Mi cachorro! Lo extrañe mucho — hablo levantándose de la cama y corriendo hasta donde estaba su esposo, quiso gruñir cuando sintió otro aroma en su cachorro, zarzamora.

— ¿Sucede algo cariño? — cuestionó Yeon Jun al ver una mueca de desagrado en el rostro del castaño.

Soo Bin rió — nada, Yeon Junnie... Eh, ¿Por qué no tomamos una ducha los cuatro? Bueno, mejor solo ustedes dos... ¡No! Una ducha los cuatro es lo adecuado, si, vamos a ducharnos.

El omega salió de la habitación dejando al alfa confundido — ¿Te hiciste del baño otra vez? — olió a su cachorro pero este no olía feo, después se olió el mismo pero tampoco.

— Pa... Pa — balbuceó el cachorro mientras sonría levemente.

— Tal vez quiere un baño en familia — iba a salir de la habitación cuando Soo Bin entro nuevamente a la habitación — cariño...

— Hace mucho frío para que los cachorros se bañen, báñate solo — ordenó.

— ¿Qué?

— Los cachorros se pueden enfermar, solo le cambiaré esa ropa sucia a Bo Min — dejo a Sung Hoon en la cama antes de ir a quitarle el cachorro a su esposo — Tu báñate — ordenó.

Yeon Jun se acercó a su omega — ¿huelo feo?

Soo Bin observo a su esposo, buscando una excusa creíble — ¡Sí! Digo, no... Pero un buen baño hará que estés relajado y podrás dormir bien — sonrió levemente.

— Pero mientras esté contigo siempre estaré relajado y dormiré en paz.

Soo Bin casi se deja convencer pero negó levemente — Si te bañas, puedo darte un masaje para que duermas mejor. ¿Qué opinas?

— Ahora que dices eso... Creo que sí huelo bastante mal, iré a bañarme.

Soo Bin sonrió triunfante al ver a su esposo salir casi corriendo de la habitación.

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