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CAPITULO 14.

Yeon Jun acariciaba el pelo del castaño mientras Soo Bin tenía su respiración agitada.

— Quiero comer... — Murmuró el omega dejando varios besos en el pecho del pelinegro.

— Deja que el nudo baje, omega — se aferró al cuerpo de su esposo.

Soo Bin hizo un pequeño puchero mientras se acurrucaba en el pecho del pelinegro, sonrió al recordar un pequeño detalle, tocó su cuello con delicadeza.

Al fin tenía la marca del alfa, Yeon Jun lo había marcado ayer. Su lobito estaba muy feliz, tenía un lazo.

— Omega, ¿Crees que el cachorro esté bien? Distes brincos muy fuertes — habló un tanto preocupado y con la intención de avergonzar a su esposo.

Las mejillas del castaño se pusieron rojas — ¡Alfa, no digas eso! — Exclamó — El cachorro todavía es muy pequeño, mira mi estómago.

Yeon Jun dirigió su mirada al pequeño bulto que tenía la panza del castaño, colocó su mano en la zona y dió unas leves caricias.

— Ya quiero tener a nuestro cachorro en brazos, nuestro cachorro — soltó un pequeño suspiro, se escuchaba bien la palabra "nuestro".

El omega mordió levemente el brazo del pelinegro, este soltó un quejido — Nuestro cachorro nacerá en tiempos de frío, tendré que hacer un nido para tenerlo calientito.

— Tu nido será muy hermoso, ¿Me dejaras entrar en él?

— Por supuesto, solo que yo nunca he hecho un nido... Una vez lo iba hacer pero Jin Hwa lo destruyó — hablo en voz baja.

Aún recuerda como su lobo se sentía tan herido y humillado aquel día.

El alfa beso la frente del castaño — Tú nido será muy lindo independiente de si es la primera vez que lo haces, omega.

— ¡Me esforzaré en hacer mi nido! — exclamó con una pequeña sonrisa

Yeon Jun abrazo al omega mientras lo tapaba con la sábana — Eres maravilloso.

— El pueblo pide por un heredero — hablo el padre de Park totalmente molesto.

— Ninguna de mis concubinas está en cinta, no entiendo porque... Son unas inútiles.

El señor golpeó la mesa — ¿Anudas en ellas siquiera? Maldito inútil.

— Por supuesto que lo hago pero son unas inútiles — hablo fastidiado.

— Pues busca a otras o que se yo, pero tienes que tener un heredero. Suficiente tienes con la humillación que te hizo pasar el emperador Choi — dijo molesto — No puede ser que Soo Bin este en cinta, ¿Cómo es eso? ¿No te divorciarte de él porque era infértil?

Jin Hwa se levantó de su asiento — Yu Min mintió, me engaño...

— Te lo dije... No puedes convertir a una concubina en reina — dijo molesto — Te hubieras quedado con Soo Bin y si no te daba hijos uno de tus bastardos podía ser el heredero pero mira la situación, no tienes a Soo Bin ni un heredero y peor aún, hay una escasez de alimento en el pueblo.

— ¡Todo fue plan de ese maldito! — grito enojado — ¡Soo Bin seguiría a mi lado si Choi no se hubiera metido! ¡No me importan esos estúpidos pueblerinos, yo solo quiero destruir a Choi!

El padre de Park se acercó a él — ¡Explícate bien, no digas solamente idiotez para justificarte!

— Choi le pago a Yu Min para que me hiciera creer que Soo Bin era infértil y yo me divorciara de él, entonces Soo Bin quedaría libre para él — habló enojado.

— Con razón se burlan de tí... — miro a su hijo con desprecio — Eres un idiota que no sabe hacer nada más que dar órdenes a lo pendejo, no me sorprendería que un día el pueblo te quiera revocar.

El señor salió de la oficina de su hijo azotando la puerta.

Jin Hwa aventó todo lo de su escritorio con irá — ¡Todo es culpa de Choi! ¡Choi Yeon Jun destruyó mi vida! ¡Te odio, Te odio!

Soo Bin abrazaba a Arin con fuerza — Mira mi marca, es muy linda — empezó a desabrochar su abrigo para enseñar su piel.

— ¡Soo Binnie no te quites el abrigo! — ordenó Yeon Jun mientras cargaba la pequeña maleta del castaño.

El castaño volteo a ver a su esposo con un puchero — pero... Junnie, quiero enseñarle mi marca.

— Ve a la habitación y se la muestras, aquí está muy fresco para que te quites el abrigo.

Soo Bin asintió feliz antes de tomar la mano de la pelinegra y correr hacia su habitación.

— ¡Soo Bin, no corras! — grito Yeon Jun, su omega a veces solía ser muy descuidado.

— Majestad — hablo Tae Hyun acercándose al alfa.

— Tae Hyun, ¿Por qué esa cara? — cuestionó.

El alfa menor soltó un pequeño suspiro antes de hablar, no sabía cómo su amigo tomaría la noticia — Los padres de la emperatriz están en su oficina, dicen que no se van a ir hasta hablar con su omega.

— Esos malditos viejos... Ya les dije que Soo Bin no quiere hablar con ellos.

— Son muy insistentes...

Yeon Jun soltó un suspiro antes de entrar a su palacio, fue a la habitación de su omega para dejar la maleta. Sonrió en grande al ver como Soo Bin le mostraba a su dama de compañía su marca con mucho orgullo. Le dió un pequeño beso en la frente al omega para no incomodar a Arin y salió de la habitación.

A pasos apresurados camino hasta su oficina, abrió la puerta y se encontró con los padres del castaño.

— ¿Son idiotas o que? Mi omega no los quiere ver, váyanse a otro lado a molestar.

— Por favor, se lo suplicamos — rogó el padre del castaño.

La señora se puso de rodillas — Necesitamos la ayuda de nuestro hijo... Por favor.

— ¡Yeon Junnie, vamos a dar un paseo! ¡Los jardineros pusieron más flores! — exclamó con entusiasmo el omega entrando a la oficina, su sonrisa desapareció al ver a sus padres ahí. Corrió a esconderse detrás del cuerpo de su alfa, sujetando con fuerza la ropa del pelinegro — Me harán daño... — dijo en un murmuró apenas audible para el alfa.

— ¡Hijo, ayúdanos! — hablo su progenitora queriendo acercarse a su hijo pero el pelinegro no se lo permitió.

— No se le acerque ni lo toque, señora Kim.

— Hijo, escúchanos. Estamos muy desesperados, eres el único que nos puede ayudar — hablo si progenitor mientras lloraba.

Soo Bin sujeto con fuerza la mano del alfa antes de encarar a sus padres — ¿Qué quieren?

— Necesitamos tu protección y alimento... Eres muy respetado aquí y en otros reinos, no sera un problema para tí, ¿Verdad?

Yeon Jun no pudo aguantar la risa — Fueron de lo peor con sus propio hijo, ni siquiera lo ayudaron cuando lo corrieron del castillo y ahora... ¿Piden eso? ¿No les funciona el cerebro?

— Yeon Junnie — le dió un suave codazo a su esposo — ¿Por qué quieren eso? ¿Alimento?

— El estúpido de tu ex esposo nos está haciendo la vida imposible en Camelot, al principio eran cosas insignificantes pero ya puso al pueblo en nuestra contra — respondió su madre — Es horrible salir y que todos te insulten. Por otra parte... Los comerciantes ya no quieren proveer alimentos al reino por un estúpido rumor y los que tienen tierras y las trabajan venden a un exagerado precio los pocos alimentos.

— ¿No decías que Jin Hwa era el alfa perfecto para mí? ¿Qué ha pasado?

— Soo Bin no estamos para eso, solo danos protección.

Soo Bin negó — Ustedes nunca me apoyaron ni me ayudaron...  me insultaron, me trataron como si yo hubiera hecho algo malo, incluso me golpearon... — el omega empezó a llorar — Y todo por no dar un heredero al reino, pero no era mi culpa... Mi lobo no quería como alfa a Jin Hwa.

Yeon Jun abrazo a su omega para que se tranquilozará un poco. Soltó algunas feromonas para calmar a su esposo.

— Hijo, mira el lado bueno... — sonrió cínicamente — Eres el omega del emperador Choi, tienes más poder que antes.

La señora asintió — Dejaste de ser una simple Reina a ser una emperatriz.

Yeon Jun ya no lo soporto más, soltó a su omega y camino hasta donde estaban los padres del castaño y les dió un buen golpe a ambos.

— Dejen de decir estupideces, no los quiero volver aquí a ninguno de los dos — hablo.

— ¡Soo Bin, ayúdanos! ¡Somos tus padres! — grito su padre.

Soo Bin tapo sus oídos mientras se arrodillaba, no quería seguir escuchando a sus padres. Por un momento creyó que sus padres venían a disculparse por todo lo que le hicieron, fue tan tonto. Yeon Jun sin pensarlo dos veces se agachó a la altura del omega para abrazarlo con fuerza, podía Soo Bin por el lazo la tristeza que sentía Soo Bin en su momento.

— ¡Guardias! ¡Guardias! — grito.

Dos soldados entraron a la oficina de inmediato, esperando por las órdenes del emperador.

— Saquen a esas basuras de aquí, no quiero que entren aquí nuevamente.

— Emperador, somos familia...

— Yo no soy familia de una escoria como ustedes, mi única familia es Soo Bin — hablo enojado — Saquenlos y si quieren volver a entrar, echenles agua caliente y les permito que los golpean hasta morir...

Los guardias sujetaron a los padres del castaño con fuerza mientras estos empezaban a gritar.

— Soo Binnie... Cariño, trata de tranquilizarte por el bien de nuestro cachorro — hablo en voz baja.

El omega apretaba los brazos del pelinegro mientras trataba de calmarse — Yeon Junnie... Abrázame.

El alfa sin dudarlo lo abrazó — No volverán a entrar, no los volverás a ver...

— ¿Me lo prometes?

— Te lo prometo, cariño — agarro las abultadas mejillas del castaño para que esté lo mirara a los ojos — ¿Qué te parece comer roles de canela en el jardín? Recuerdo que dijiste que el jardinero puso más flores.

En el rostro de Soo Bin se dibujo una gran sonrisa — Sí, el jardín tiene más flores bonitas... Podemos llevar a Sean con nosotros.

— Sean se pondrá muy feliz de verte otra vez, casi una semana sin verte.

— ¡Comeré muchos roles de canela! Los míos y los del cachorro — sonrió tiernamente.

Yeon Jun estaba muy feliz de ver las abultadas mejillas del castaño, desde que Soo Bin comía roles de canela todos los días estás se habían vuelto muy rellenitas y eso le gustaba, porque le encantaba apretar eso lindos mofletes y dar pequeños besos.

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