— Es muy bondadoso y amable. Tiene un corazón tan puro — hablo el panadero mientras formaba pequeña bolas de masa.

— Es muy hermoso si no fuera el omega del emperador Choi sin duda estaría detrás de él y hacerlo mi omega — habló un alfa mientras agarraba unos cuantos panes.

Una beta rió — Él único problema es que ha convertido el imperio en una florería, hay flores por doquier.

— Preferible que haya flores dónde sea a que este todo... Vacío — hablo un beta con una sonrisa.

— Tienes razón, el pueblo luce más lindo.

— Por cierto, ¿han escuchado de los asesinatos por la ruta que da al reino Camelot?

— ¡Cierto, ya nadie quiere pasar por ahí!

— Hey, dejen de hablar de eso.

En tan solo dos meses, las personas del pueblo y la nobleza querían y adoraban a su emperatriz.

En ese tiempo Soo Bin había hecho que Yeon Jun cambiará los techos de las casa de las familias más vulnerables. Hizo que su alfa utilizará un gran terreno para la cosecha de uvas y que varias personas tuvieran un trabajo haciendo vinificación para vender este a los reinos e imperios vecinos. Soo Bin también hacia donaciones de caridad a los más necesitados. ¿Cómo no amar a alguien que era una persona tan pura?

Yeon Jun remaba con tranquilidad mientras veía como Soo Bin observaba el paisaje mientras sostenía una pequeña sombrilla para cubrirse del sol.

— ¿Te está gustando el paseo en bote? — cuestionó con un sonrisa.

Soo Bin asintió — Me gusta mucho, hay muchas flores y tú sola presencia hace encatador este paseo.

El can ladro para llamar la atención del omega, Soo Bin acarició al perro mientras sonreía.

— Sean es muy apegado a tí — comentó

— No creo, solo me protege.

Yeon Jun soltó una pequeña carcajada — No deja que nadie se te acerque, ni siquiera yo.

— Tú lo entrenaste, Yeon Junnie.

El pelinegro se sintió un tanto avergonzado, su omega tenía razón, el había mismo había entrenado a ese perro.

— Entonces, supongo que hice un buen trabajo.

— Siempre haces un buen trabajo, alfa.

Después de seguir remando unos minutos más, habían llegado a su destino. Yeon Jun ayudo a Soo Bin a bajar del bote, después bajo del bote al can; este inmediatamente comenzó a correr por el césped.

— Yo cargo la canasta, cariño — mencionó el pelinegro.

— No, yo puedo , alfa... Además, tu remaste hasta aquí, debes estar cansado — dijo el omega.

Soo Bin colocó una manta bajo la sombra y ambos tomaron asiento en el césped, Yeon Jun empezó a sacar los bocadillos y el vino de la canasta.

La pareja comenzó a comer los pequeños emparedados y galletas. El can por su parte jugaba y se revolcaba en el césped.

— Te amo, omega.

— Yo también te amo, alfa. Muchas gracias, por rescatarme de mi sufrimiento. Gracias por hacer que Yu Min convenciera a Park de divorciarse de mí — hablo mientras bebía un poco de vino.

— ¿Qué...? ¿Cómo sabes eso? — pregunto con temor de que su omega se alejara de él.

Soo Bin sonrió levemente, tomo la mano del pelinegro antes de hablar — Dos días después de que Yu Min perdiera a su cachorro vino a visitarme para decirme que tú le diste varias monedas de oro con tal de que Park se divorciara de mí — sostuvo la mano contrario con fuerza — Ella pensó que yo me alejaría de tí, dijo que no merecía ser feliz.

— Soo Bin... Yo puedo explicarte.

— No me interesa en lo más mínimo que le hayas pagado... Si no hubieras hecho eso, yo seguiría en ese infierno, te agradezco mucho que me hayas salvado — soltó un pequeño sollozo — Gracias... Alfa.

Yeon Jun abrazo al omega para consolarlo; Sean al escuchar a Soo Bin sollozar se acercó rápidamente a dónde estaba y le comenzó a ladrar al pelinegro, pensando que este le había hecho daño.

— ¡Sean, tranquilo! ¡No le hice nada! — exclamó tratando de controlar al perro pero este seguía ladrando y gruñendo.

— Sean... Tranquilo — habló mientras agarraba el perro, este inmediatamente se acurrucó en el cuerpo del omega — Yeon Junnie jamás me harías daño.

— Alguien me quiere quitar a mi omega — bromeó.

Soo Bin beso los labios del pelinegro, este correspondió de inmediato aquel beso.

— Cariño, mi celo se acerca... ¿Quieres pasar mi celo conmigo? — cuestionó mientras cepillaba el cabello del castaño.

Las mejillas de Soo Bin se tornaron de un leve rojo carmesí — Me encantaría, solo te pido que seas muy delicado conmigo, por favor.

— ¿Estás seguro?

— Muy seguro, quiero formar una familia contigo. Me encantaría tener cachorros tuyos... Tal vez muy pronto seamos padres.

Yeon Jun beso la mejilla del castaño — Tus padres dijeron que van a venir mañana.

— No quiero verlos — hablo con seriedad.

El alfa se arrepintió de haber dicho la noticia, su bello momento se había arruinado.

— Ellos insisten en verte, hoy vinieron en la tarde y no se quisieron ir, les dije que intentaría convencerte — hablo.

— No quiero verlos, los odio... Ni siquiera pueden llamarse padres — dijo con coraje.

— Mañana hablaré con ellos... Lo siento por arruinar nuestro momento.

Soo Bin negó levemente — Solo abrazame y dame muchos mimos.

Yeon Jun obedeció sin rechistar y empezó a darle pequeños mimos a su omega, escondió su rostro en el cuello del menor, le encantaba el aroma a fresas que desprendía el castaño. Se detuvo al percibir un toque de leche en el aroma de su omega, volvió a oler la zona unas cuantas veces más para verificar.

— Soo Binnie... Hueles a leche — se alejo del omega para ver al omega.

— Pensé que jamás te darías cuenta — soltó una pequeña risita.

Yeon Jun sonrió en grande tenía ganas de llorar por la noticia — ¿Desde cuando?

— Note el olor hace dos semanas y confirmé mis sospechas al ver mis pechos un poco más grandes.

— Cariño, soy el alfa más feliz. En mi celo te trataré con mucho cuidado para no lastimarte — hablo colocando una mano en el vientre del castaño.

— Te amo, alfa.

— Yo te amo mucho más de lo que te puedes imaginar.

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