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Capítulo 20.-Cobarde

Jungkook y el pequeño Yeonjun continuaban su recorrido por el mercado, las cosas se habían dificultado pues el pequeño se escondió en el cuello del Alfa alegando que le gustaba su olor y se quedó totalmente dormido, había algo extraño con el cachorro de alguna forma hacía sentir a su lobo más susceptible, como si estuviera esperando algún ataque, su instinto estaba totalmente activado, pero además de eso lo hacía sentir tranquilo y un tanto protector con el menor.

Jeon cargaba con mucho cuidado al pequeño bulto, cuando le echo un ojo vio como éste tenía un pequeño puchero en sus labios, esos labios le recordaban un poco a su omega, bueno al que era su omega.
Cansado decidió llevar al paqueño a su casa, ahí lo cuidaría hasta que despertara, pues dormido el pequeño no podía identificar a su famosa tía ni a sus padres.

Cuando llegaron a la casa, Jeon acomodó al pequeño justo enmedio de su cama, lo rodeo con algunas almohadas para que no se cayera y se dispuso a darse un baño para después prepar la cena, para esa hora era normal que Lisa ya estuviera en casa pues nunca salía después del horario de la cena, sin embargo no había rastro de la omega y en el fondo lo agradecía, en estos momentos lo que menos quería  era su compañía.

Pasaron dos horas y el cachorro aún dormía, por lo que lo despertó para que comiera algo y después volverían al mercado por si alguien seguía buscándolo.—Pequeño despierta—movía el Alfa el cuerpo del menor lentamente— vamos mocoso no puedes seguir durmiendo—este seguía en el mundo de los sueños por lo que recordó un detalle que le dijo el pequeño— Cachorro debes despertar, vamos bebé— pensó que llamarlo así era tonto pero de pronto escucho algo que lo hizo sentir demasiado extasiado y feliz— Papá no quiero despertar, tengo sueño— el Alfa se quedó sorprendido pero cuando vio sus grandes ojos de bambi mirándolo y esa pequeña sonrisa de conejo asomándose sobre sus labios, algo hizo click —pequeño puedes decirme ¿quién es tu padre? — justo cuando el menor iba a contestar, se escuchó como la tetera estaba hirviendo, por lo que el Alfa corrió apagarla para evitar accidentes.

El menor llegó atrás de él diciéndole que tenía mucha hambre, por lo que el lobo de Jeon se molestó con su humano por no saber alimentar a su cachorro, Jungkook por las prisas de acomodar al pequeño y checar que no se quemara con la pequeña chimenea que tenía encendida no prestó atención a lo que su lobo le dijo y olvidó la pequeña conversación que tenía con él menor.

Sentó al pequeño junto a la mesa y se dispuso alimentarlo— Mocoso, ¿Sabes comer sólo o necesitas ayuda? —el pequeño tomó sus palillos y comenzó a comer— se hacerlo sólo, no soy un bebé—ambos de dispusieron a comer y de vez en cuando charlaban, para ser sinceros el pequeño era quien más hablaba, parecía que no tenían fin sus historias incoherentes además le contaba al alfa del lugar donde vivía, de sus padres y de los amigos que tenía.

Aunque a Jeon no le gustaran los niños, estaba encantado con este pequeño, había algo dentro de él que lo hacia sentir especial junto al menor— Muy bien, ve a ponerte los zapatos, debemos regresar al mercado, tal vez tus padres te sigan buscando—el pequeño no quería irse, le agradaba el Alfa, por lo que le dijo una pequeña mentira— Me duele mucho la panza, ¿podemos ir más tarde? , por favor— el menor miraba a Jeon con sus dulces ojos y tenía unos hoyuelos muy tiernos al finjir dolor de panza, pero siendo sincero el tampoco quería ir, estaba cansado, por lo que aceptó lo que le dijo el pequeño— esta bien iremos más tarde, ahora te preparare un té—el pequeño le hizo caso y se volvió acostar en la cama del Alfa— a los minutos Jeon ingresó a su cuarto y se encontró de nuevo al pequeño durmiendo por lo que dejó la taza a un lado en su buro y se recostó en el pequeño sillón que tenía junto a la cama.

No supo cuando tiempo había pasado pues ya era totalmente de noche, pero un dolor fuerte en su cuello lo había echo despetar, el pequeño cachorro se había pasado a su lado para dormir juntos, por lo que ahora el Alfa estaba en una posición demás incómoda.
Cansado vio la hora y se dio cuenta que pasaban de las 3 de la mañana, por lo que de nuevo acomodo a Yeonjun en la cama pero cuando se iba a retirar el menor despertó— Capitán duerme conmigo, no me gusta dormir sólito, por favor— hacia puchero el pequeño, por lo que Jeon cansado aceptó, ambos durmieron profundamente pues a ambos les calmaba el olor del otro, sin embargo su lobo no pegó el ojo, pues sentía la necesidad de proteger a su cachorro.

Por otra parte un omega lloraba desconsoladamente, habían buscado a su cachorro por todos lados, incluso fueron al pueblo vecino para ver si alguien lo había visto, pero nada. Todos estaban muy tristes pues aún con el poder del Rey Min nadie sabía del infante, parecía que la tierra se lo hubiera comido.

—Bebé debes ir a dormir, tu padre y yo estaremos al pendiente de la brigada de búsqueda, tu descansa— el omega negó pues no podría descansar hasta averiguar de su pequeño— esta bien mi pequeño, yo iré a ver a Lisa, ella se quedó cuidando a todos los cachorros ya deben estar dormidos, pero iré revisarlos de todos modos.

El omega salió del despacho donde se encontraba Nam, al escuchar el nombre de Lisa una idea cruzó por su mente, Jeon no sólo era capitán por ser un excelente guerro, sino que además conocía a demasiadas personas, tenía muchos contactos y tal vez él podría ayudarlo, después le explicaría bien las cosas pero ahora lo más importante era encontrar a su pequeño Yeonjun.

Namjoon salió del castillo sin avisarle a nadie, por lo que fue directo a la habitación del capitán y tocó desesperado, grande fue su sorpresa cuando el soldado Félix le abrió y le dijo que Jeon ya no se quedaba ahí, sino que ahora tenía su propia casa, por lo que le pidió la dirección y se fue rumbo a esta.  Al llegar a la casa pudo apreciar lo bonita que está era, se le veía muy cómoda y hogareña, así que armandose de valor tocó a su puerta, siendo hasta el quinto intento cuando un Alfa más dormido que despierto le abrió.

Jeon estaba  profundamente dormido, cuando un molesto ruido lo despertó, al fijarse en la hora eran las 4:30 de la mañana, no entendía quien podría molestar a esa hora, así que decidió ignorarlo y seguir durmiendo con su cachorro el cual tenía pegado como si fuera un koala, pero tras la insistencia  decidió ver quien era, pues tal vez era algo importante de su Rey.
Grande fue su sorpresa cuando al abrir la puerta cierto omega de hermosos ojos y tiernos hoyuelos  se encontraba justo en entrada de su puerta, no lo podía creer, tal vez era un sueño él no lo sabía, pero sin que Nam se lo esperara lo adentró a su casa, cerró la puerta y lo acorraló entre esta y su cuerpo.
El omega se sentía débil ante Jeon por lo que estando muy sensible lo abrazó como si su vida dependiera de aquellos fuertes brazos y hundió su cara en el cuello del Alfa para apreciar mejor su olor, ese olor que solamente podía calmarlo, cuando subió su mirada Jeon tenía las pupilas dilatadas por lo que sin pensarlo bien y aturdido con la situación union sus labios a los del Alfa.

El beso era tan pasional, tan necesitado pues su lobo con eso se tranquilizaba, no podía negar lo que sólo un par de labios causaban en él, paz, seguridad y protección, de pronto el beso se detuvo, pues Jeon se dio cuenta de como su omega lloraba—Omega, amor ¿Qué te pasa? No me gusta que llores—el omega seguía llorando, pero sabía que con eso no ganaba nada al contrario perdía tiempo valioso— Alfa debes ayudarme a encontrarlo, lo perdí, debes odiarme por no ser un buen omega, no supe cuidarlo, lo perdí, llevamos todo el día buscándolo pero nada, fuimos a varios pueblos pero no tienen razón de él— el Alfa lo miraba confundido pues no sabía de que hablaba su omega, justo cuando iba a preguntar unos pequeños pasos se escucharon corriendo hacia su dirección—Papi, papi—A Jeon le sorprendió que el pequeño lo llamara así, iba a corregirlo pues no quería que Nam confundiera las cosas y pensara que tenía un niño con Lisa, pero fue ahí cuando todo explotó.

El pequeño no se dirigía a él, sino más bien corrió a los brazos de su omega, Namjoon al ver al pequeño hizo a un lado a Jungkook y se acercó al pequeño para cargarlo y tomarlo en sus brazo, ambos se abrazaban con mucha fuerza y familiaridad— cachorro aquí estabas, por fin te encontré mi pequeño, me tenías muy asustado—nam abrazaba al pequeño fuertemente como si temiera perderlo de nuevo, a la vez que le soltaba pequeños besos en todo su rostro— Papi, el capitán kook me ayudó y me cuidó, es un superheroe, sólo que aveces dice malas palabras— esto último lo dijo más silenciosamente tratando que el Alfa no lo escuchara, cosa imposible pues el pequeño gritaba aún en susurros.

El Alfa no sabía que estaba pasando, muchos acontecimientos se estaban formando, por una parte había besado a su omega y si no fuera por el niño ya estarían compartiendo la cama, pero ahora resultaba que ese mocoso le había dicho papá a Namjoon, ¿Namjoon tenía un hijo? Y si era así ¿Quién era el padre? Y ahí fue cuando todo tuvo sentido, miró de nuevo al pequeño, esos grandes ojos de color negro que muchos los confundirian con un pequeño venadito, ese cabello asabache y para el colmo esos dientes de conejito y si eso no bastara, la cara de culpabilidad que tenia el omega era suficiente.

—Namjoon— este lo miro directo a los ojos, pues su voz era más seria de lo normal y desde que había regresado sólo se dirigía a él llamandolo omega—Es tu hijo verdad— más que pregunta fue afirmación y eso lo confirmó cuando el omega asintió—qué edad tiene el cachorro? — En ese momento Namjoon supo que Jeon había atado los hilos sueltos. — Va cumplir 4 años alfa. —todo se quedó en silencio, nadie decía nada, incluso el pequeño a su edad sabía que algo malo estaba pasando.

—Pequeño, porque no vas a la cama, yo necesito hablar con tu padre de un asunto importante— el menor miro a su padre omega buscando su aprobación, cuando la tuvo, corrió y se acostó en la cama del Alfa, para caer nuevamente en los brazos de Morfeo.

Por otra parte Namjoon estaba más que nervioso — Jungk.. —fue interrumpido por el alfa— ¿Por qué?, ¿porque no me dijiste que teníamos un cachorro? — para ese momento alfa y omega lloraban —Yo puedo explicarte Jungkook, jamás quise ocultartelo , pero tenía miedo, miedo a que lo rechazaras, miedo a que creyeras que me había embarazo a propósito para retenerte... , miedo a que nuevamente me rechazaras, y que te avergonzara tener un hijo conmigo, no te imaginas cuánto sufrí sin estar cerca de ti, me quería morir Jeon, mi omega te necesitaba, pero por mi cachorro tomé todas las fuerzas que me quedaban y pude salir adelante—el omega lloraba desconsoladamente—Yo jamás los hubiera rechazado— decía con frialdad el alfa—¿estas seguro de eso Jeon?, por si no lo recuerdas tengo un lazo roto a causa de tu rechazo, o más bien de tu cobardía, jamás quisiste afrontar lo que sentías por mí, el día que llegó tu celo fue la mejor excusa para tomarme, aunque ambos sabíamos que te podías controlar, lo nuestro es de mucho más atrás, que acaso creías que no notaba como me mirabas, como buscabas cualquier pretexto tonto para que mi padre te pusiera a cuidarme y vigilarme o como me marcabas con tu aroma en cada oportunidad que tenías cuando me tomabas de los brazos, cuando según tu "iba a caer", lo que tu y yo tenemos no es sólo consecuencia del celo, ahora me doy cuenta que tu lobo me reconoció como su pareja desde hace mucho tiempo, , pero tu siempre lo negaste, por cobarde, por no ser el omega bonito que querías.— al terminar de decir eso el omega no pudo contenerse más y se arrojó a los brazos del Alfa buscando consuelo, ambos se abrazaban sintiendo el dolor del otro — Cada mañana antes de salir me arreglaba lo más que podía le decía a papi Jimin que me comprara tela bonita para mis trajes, me enseñé a ponerme un poco de maquillaje para resaltar mis facciones, todo con la intención de que tú me miraras y fueras valiente para aceptar lo que sentías por mi  y lo único que atraía eran burlas de los soldados y de tu parte, aquella noche de tu celo te entregué no solo mi cuerpo sino también mi corazón, yo jamás había estado con un hombre, tu fuiste el primero, sin embargo aquel día que entraste a mi alcoba te llevaste mi pureza y mis ganas de vivir, ese día creí que todos mis esfuerzos por agradarte habían funcionado, estaba tan ilusionado, habíamos echo el amor y no por pretexto de un celo, esta vez eramos nosotros, pero como todo sueño, este termina y la realidad te golpea donde más duele, ese día no sólo me rechazaste, te avergonzaste por amarme, ¿por qué jamás he sido suficiente para ti alfa? ¿Por qué? — Decía entre sollozos el omega, el cual al estar en el pecho del Alfa, no notaba como este lloraba y lágrimas pesadas caían de sus ojos, la realidad le había caído como balde agua helada al alfa, pues cada palabra del omega era cierta, sin embargo la realidad era otra, él sí notaba al omega, cuando lucia aquellos hermosos trajes, el rojo era su favorito, o como agregaba pequeños tonos rosas en sus mejillas para resaltarlas, o ese pequeño brillo que hacía lucir sus labios más apetecible, pero era verdad lo que Namjoon decía él era un cobarde que no supo apreciar el gran amor que le daba su omega y lo que más le dolía era que sabía que lo había perdido.

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