El cuarto olía a sexo y feromonas, una combinación que no le desagradaba al complacido alfa. Al fin, el omega había caído. Se sentía satisfecho, pero habia algo más que ocupaba sus pensamientos, tenia claro que debía resolver un asunto cuanto antes. No quería que el castaño se enterara y todo se saliera de control, no ahora que finalmente había aceptado ser cortejado.

Dejando de lado sus pensamientos, se levantó con sumo cuidado de la cama para no despertar al de rizos revueltos. Se dirigió al baño, donde se duchó sintiéndose más fresco. Se vistió solo con unos joggers grises, luego volvió con Taehyung, limpiándolo con delicadeza, borrando todo residuo de la mezcla de fluidos. Una vez el cuerpo de su chico quedó impecable, lo vistió con una de sus camisas. Antes de tapar al omega dirigio su vista al bonito rostro del mismo, eres muy hermoso como para verte sufrir.

Asegurándose de que el omega estuviera bien cubierto por las finas sábanas, tomó su celular y salió en silencio de la habitación.

—Buenas noches, jefe —respondió un beta a través de la línea.

—Necesito que me ayudes a retrasar los planes de mi madre, lo quiero de manera discreta; no permitas que nadie se entere.

—Como ordene, alfa Jeon. ¿Algo más?

—Busca cuatro hombres, los mejores, para que cuiden a Taehyung. Nadie de mi familia tiene permitido acercarse, y mucho menos la familia de los Park. Manteme informado— sin más jeon finalizó la llamada.

El alfa se quedó fumando un cigarro mientras pensaba con claridad. Estaba tan entretenido que no se dio cuenta de que el pequeño omega se había levantado. Se veía tan pequeño y delicado con su camisa. Tenía el entrecejo arrugado y un puchero en sus hinchados labios.

—¿Te desperté, precioso?

—No, ¿pero cómo te atreves a dejarme solo?

Jeon lo miraba divertido. Le estaba haciendo una pequeña escena dramática. Jodidamente etéreo, pensó el azabache.

—Si sigues riéndote y me vuelves a dejar solo, me aseguraré de buscar otro alfa que me folle y luego se quede conmigo en la cama, imbécil.

Jungkook dejó de sonreír. No dejaría que otro tocara al de ojos grisáceos; era suyo y mataría a quien intentara alejarlo.

—Ni en tus sueños, precioso. Pero de acuerdo, no te volveré a dejar solo en la cama —dijo mientras besaba el cuello del chico.

—Mgh~ más te vale, Jeon. Yo no juego.

—Entendido, muñeco. ¿Quieres dormir?

—No, tengo hambre.

—¿Qué quieres comer?

—Iba a comerte a ti, pero ahora estoy muy enojado, así que quiero pizza.

—Qué malo eres. Bien, si quieres, prende la televisión mientras ordeno tu pizza.

—Bien, de paso pide una pastilla del día después. No creas que no me di cuenta de que no usaste condón —dijo mirando fijamente al alfa frente a él.

—No te quejabas mucho cuando me pedías más.

—Van dos, Jeon. Una última y ya tendré otro alfa, si no dejas de burlarte.

—De acuerdo, pero ten claro que nunca dejaría que alguien más te toque o siquiera mire con esas intenciones. Ahora ve. Haré lo que me ordenaste.

Mientras esperaban la comida, Jeon decidió informarle sobre la seguridad al omega. Era mejor prevenir.

—Mi muñequito —dijo Jeon mientras atraía al omega a su regazo.

—Mmm —respondió el omega mientras se acomodaba mejor sobre el alfa.

—A partir de mañana estarán siempre cuatro de mis hombres.

Kim frunció el ceño, mostrando duda y reproche.

—No me mires así, es necesario; tengo muchos enemigos y debo protegerte. Es mi deber.

—Sé cuidarme solo, Jeon. No quiero que me estés vigilando. Que aceptara tu cortejo no significa que puedas manejar todo a tu antojo, y si quieres que sea así, busca a alguien más y déjame en paz —casi gritó Taehyung.

—Claro que no te estaré vigilando. Esos hombres permanecerán lejos de ti; solo observarán a lo lejos que nadie que no deba se te acerque y te haga daño.

—Más te vale, Jungkook. Quedas advertido.

—Confía en mí.

Por supuesto, Jeon mentía. Él siempre vigilaba al castaño, pero eso era algo de lo que el omega nunca se enteraría. Habia bastantes cosas de las cuales no se podia enterar y el se encargaria de eso.

¿Cuaĺ sera el asunto del cual tae no se puede enterar?