Capítulo 22
⚠️ADVERTENCIA⚠️: Este capítulo contiene escenas +18. Pondré estos signos (∆•∆•∆) por si alguien desea saltarse esa parte.
Seis de la mañana y una chica con un gran apetito buscaba algo de comer en el refrigerador mientras masticaba cereal con movimientos suaves para no hacer ruido y despertar a alguien.
Para su sorpresa, tras dos cajas de leche que la ocultaban perfectamente, había una cajita blanca con su nombre en un post-it. Curiosa, tragó lo que tenía en la boca y sacó el paquete para llevárselo a su cuarto con rapidez.
Se trataba de un pequeño pastel. Un pastel un poco extraño. Con las fresas un poco manchadas de glaseado y amontonadas, con una carita sonriente medio chueca y el glaseado en algunas partes más abundante que en otras.
"Feliz primer día con 19. Está feo, pero es trabajo honesto
—DH".
SunHee rió suavemente, y, con los ojos llenos de lágrimas de felicidad y añoranza, dio un suave bocado al pastelito.
Sabor a casa... Así sabía...
...
-buenos días, Tae...
Taehyung parpadeó rápidamente, para quitarse el sueño. ¿Acaso su mente le estaba haciendo una macabra broma o realmente su esposo estaba acostado junto a él, sonriéndole y con una leve marca en su cuello?...
-eh... ¿Hola?... Disculpa, pero... ¿Esto es real?... - murmuró, tocando dulcemente las mejillas de su Omega.
Jungkook tomó sus manos y las besó, sonriendo.
-sip. Completamente real. Estoy aquí. ¿Acaso olvidaste lo de anoche?
Taehyung mordió su labio, pues lo único que recordaba era que, luego de que los niños cayeran profundamente dormidos, los adultos habían empezado a beber... En exceso... Por lo que, de la una a las cuatro de la mañana... Su memoria estaba... Llena de incógnitas.
-no, no... Lo recuerdo perfectamente... Pero... Sólo para asegurarme que no hice algo que pudiera hacerte enojar o lastimarte... ¿Qué pasó?
Jungkook suspiró, y se escondió entre las sábanas. Para sorpresa de Taehyung... No llevaba prenda alguna cuando se levantó de la cama, furioso.
-es la primera noche en semanas que dormimos juntos sin discutir, y la primera vez en meses que me tocas, ¿y lo has olvidado por completo? ¿De verdad, Jeon? ¡Esto es...! ¡Agh!
Jungkook se vistió rápidamente, dándole la espalda a Taehyung, sin saber que le brindaba la vista perfecta para descubrir varias mordidas y marcas moradas por sus hombros, cuello y abajo de la cadera.
Oh... ¡Oh!... Así que eso pasó...
Taehyung se levantó rápidamente de la cama y abrazó a Jungkook por la espalda cuando quería marcharse, y hundió la cara contra su espalda.
-lo siento... perdóname, yo... No sabes cuánto traté de acercarme a ti... Y discutíamos... A diario, por cosas tan... Tan... absurdas... No encontré... Valor más que en la bebida, y...
Jungkook suspiró, y se dio lentamente la vuelta hasta que quedó frente a frente con Taehyung. Besó su nariz y sonrió.
-lo siento también. Sé que no he sido lo más fácil de soportar... Yo... Simplemente ayer te vi tan feliz, y cuando me pediste dormir juntos, mi corazón... Volvió a funcionar correctamente... Tenerte a mi lado... Verte dormir... Te extraño... Te extrañé tanto, que me importó poco si estabas ebrio... Solamente quería estar contigo.
El alfa sonrió, y besó los labios de su pareja con dulzura.
-te amo, cariño.
-también te amo.
-¿Qué tal si vamos a la playa, o al parque de diversiones? Hay que aprovechar más el tiempo... Vienen los últimos juicios de Byeol y Su... Pase lo que pase... Realmente quiero pasar tiempo con ellos.
Jungkook asintió.
-oye... ¿Podríamos...?
-¿Invitar a Daehyun? - completó su esposo, con una sonrisa diminuta.
-solamente... Si te parece bien... - le respondió Kim, con la mirada baja y la pena pintando sus mejillas.
-me parece bien.
-¿Eh?
Taehyung rió suavemente y besó sus labios con dulzura.
-está bien. Vamos a la playa, invita a Daehyun. Me gustaría que nos acompañara. En serio.
Y de verdad lo decía de corazón. Con toda sinceridad quería que el amigo de su esposo pasara tiempo con ellos. Con sus niños y con Jungkook... Había aprendido un poco a valorar la sonrisa de su Omega cuando estaba con el alfa. Era preciosa.
-¡Te amo, Tae! ¡Gracias, gracias, gracias!
Jungkook besó repetidamente los labios de su esposo, con su risa resonando por toda la casa.
Hacía ya un tiempo que eso no sucedía... Y, casi mágicamente... Todo pareció arreglarse con ese alegre sonido. Los demás integrantes se sintieron relajados, y salieron de sus habitaciones, convencidos de que no habría que pelear.
-okay. Termina mi celo y nos vamos, ¿sí?
-¿Oh? ¿Tendrás tu celo?
-mañana. Usaría supresores, pero han dejado de ser del todo efectivos.
-mh. ¿Quieres que te ayude?
Taehyung se sonrojó.
-solamente si quieres...
Jungkook rió.
-claro que quiero. Pediré que nos dejen solos por dos días, ¿mh?
-bien... Por lo mientras, avísale a Daehyun sobre el viaje.
Jungkook asintió y se levantó de la cama.
-iré a despertar a los niños.
Mientras iba de cuarto en cuarto levantando a sus cachorros, marcó varias veces al teléfono de Daehyun sin tener éxito. El teléfono estaba encendido, pero sus llamadas se iban al buzón.
Confundido, preparó el desayuno, y, por primera vez en semanas, desayunaron todos juntos, riendo, platicando sobre cosas controversiales, etc., y, cuando acabaron de comer, todos le dieron un fugaz beso en la mejilla.
La tarde de ese día fue igual de alegre. Los adultos jugaron con los cachorros a varios juegos de mesa, haciendo berrinches cuando perdían. Nadie le pudo ganar al equipo de Jungkook, conformado por los cachorros y él mismo, y ante esto, ellos se regodeaban por su victoria abiertamente.
Era un día precioso... Con el único detalle... Que Jungkook estaba cada vez más preocupado, pues Daehyun no respondía sus llamadas.
Ya era de noche... Y nada.
-Tae...
-¿Sí, Kook?
-Dae no responde... Le he estado llamando todo el día, y siempre me manda a buzón.
-tal vez está trabajando.
-pero...
Pero se trata de mí... Él nunca me ignora...
-iré a visitarlo.
-Jungkook, son las nueve. Los niños ya están dormidos. Mañana es mi celo. ¿Podríamos por favor tener una noche normal?...
-tienes razón... lo siento. Supongo que... Por un día que no vea a Dae no será tan malo.
-exacto. Los chicos mañana se llevarán a los niños con tus papás a pasar un día o dos. Tendremos toda la casa para nosotros.
-mh~. Eres un loco, Tae.
-loco por ti. Te he echado de menos.
-igual yo, cariño.
Y, así, entre besos y caricias, la pareja destinada se olvidó por completo de toda preocupación y del mundo entero. Solamente existían ellos dos bajo las sábanas, ocultos como el más grande y precioso tesoro.
Al diablo Daehyun. Puede sobrevivir a un día sin ver a Jungkook.
Sí... Al diablo Daehyun. No se está muriendo del dolor.
Al diablo Daehyun... Ese mismo Jeon Daehyun que grita y sufre por las heridas provocadas por su padre y por el celo que tanto tiempo intentó retrasar para entregar nuevas canciones a su empresa.
Los supresores son peligrosos, Jungkook era prueba viviente de ello...
Los supresores para idols son aún peores. Retrasan lo inevitable y sólo provocan más dolor.
Pikto Music logró retrasar el celo de su más grande estrella por más de tres meses... Y en ese momento un joven obligado a obedecer... estaba pagando las consecuencias.
El cuerpo le quemaba, la sangre pintaba el suelo y su boca, los golpes recibidos horas antes dolían infernalmente, y todas aquellas marcas antiguas hechas por la misma persona que lo golpeó, volvieron a abrirse y a doler como el primer día...
Pero al diablo. No importa. Es un alfa. Es fuerte. ¡Es Daehyun, el más sonriente!... Al diablo. Puede solo.
...
∆•∆•∆
Apenas abrió los ojos, ya tenía a un alfa restregándose contra su cuerpo y tratando de desnudarlo. Jungkook rió suavemente y permitió que Taehyung hiciera de él lo que quisiera.
-buenos días, cielo - ronroneó el alfa.
-buenos días, cariño.
Taehyung sonrió y comenzó a besar con desesperación a su pareja, mientras toda la ropa desaparecía.
Sus besos viajaron por todo el cuerpo del Omega, marcando cada lugar que recorría. Jungkook soltaba pequeños sonidos de satisfacción, guiando a Taehyung nuevamente hacia su boca, para así besarle con todo el deseo del mundo. El alfa mordió suavemente su labio inferior, sonriendo levemente cuando el omega dio un pequeño salto de sorpresa.
Sin embargo, cuando Jungkook empezó a restregarse contra la entrepierna de Jeon, éste detuvo todo movimiento y se puso serio.
-Kook.
-¿sí?
-¿estás seguro de esto?
El omega lo miró a los ojos, y tomó suavemente las mejillas de su esposo, sonriéndole enormemente.
-lo estoy, Tae. Estoy seguro.
-¿de verdad? Podemos parar. No te sientas obligado a complacerme. Antes que nadie estás tú... así que, dime claramente... ¿estás seguro de esto? Recuerda que mi último celo fue irregular. No te prometo que este no sea así. ¿Estás seguro de quererlo pasar conmigo?
Jungkook guardó silencio mientras con movimientos lentos y una sonrisa coqueta se subía sobre las piernas del alfa, besando sus labios con cariño.
-estoy seguro. Bésame y hazme tuyo.
Y Jeon Taehyung cedió finalmente ante el animal en su interior. Entre suaves gruñidos, besos, caricias y pequeñas mordidas, Taehyung abrió las piernas de su omega, besando el interior de éstas y marcando el más mínimo lugar.
-voy a entrar - murmuró Taehyung.
Jungkook mordió sus labios y abrió más sus piernas y las alzó sobre su pecho, separándolas lo suficiente para que su entrada se vea perfectamente mientras el lubricante empapaba su trasero.
Jungkook jadeó cuando sintió el miembro de su pareja entrar lentamente en él, viendo en el rostro del contrario el enorme esfuerzo por no ser un animal y empalarlo sin consideración. Ante aquella imagen, depositó un dulce beso en el hombro de Jeon, soltando un gemido cuando el miembro contrario rozó su punto más sensible.
Y ese pequeño sonido terminó con la cordura de su esposo.
Perdiendo la consideración, de un solo movimiento adentró lo que faltaba de su miembro, lo que le arrancó un grito de placer al omega, quien se dejó a completa disposición de su alfa, apresurándose en contraer su interior y así adaptarse al gran miembro de Taehyung, lo que no le tomó demasiado tiempo, por lo que pronto se encontraba gimiendo de placer mientras los gruñidos de Taehyung chocaban contra su piel desnuda en su hombro.
-dios, así - sollozó de placer, apretando las sábanas.
-¿estás bien? - jadeó Jeon, mirándolo a los ojos y besando sus labios con adoración, y luego bajando a su marca.
-sí, sí - respondió con un largo gemido, arqueando la espalda -. Así, sigue así, amor.
Taehyung se relajó, quitando de su mente el pensamiento de que podría herir a Kim.
Era su Omega, jamás haría eso ni perdido en su lado de naturaleza más primitiva.
Así, poco a poco los movimientos de su cadera fueron más confiados y certeros, amando los dulces jadeos de satisfacción de su omega, y gruñendo ante el calor en su vientre.
El menor lo tomó por la espalda, dejando algunos rasguños en ella, para luego poder besar los belfos contrarios con una pasión desbordada, adentrando su lengua en la boca contraria y jugando con ésta mientras Taehyung guiaba empujes rápidos y profundos.
La cama chirriaba bajo ellos, el lubricante sonando húmedo cada que sus pieles chocaban llenaba sus oídos, mientras que cada gemido de satisfacción moría entre sus labios, que se negaban a separarse hasta que sus pulmones no pudieron más.
El alfa, aprovechando la distancia entre ellos, bajó nuevamente sus besos hasta el hombro de su precioso esposo, lamiendo y dejando picos en la marca que anunciaba su unión...
Se veía un poco más opaca de lo que debería, e, incluso, la cicatrización en ella estaba a nada de sanar.
Definitivamente... se notaba en ella lo mucho que toda la situación con el juicio con Annabel les había afectado. A su vida como pareja, y como individuos separados.
-¡Dios! - gritó Jungkook, dejando correr lágrimas de placer cuando sintió su marca ser renovada.
Taehyung frunció el ceño y cerró con fuerza los ojos, limpiando con su lengua la sangre que había brotado de la marca, y dejando que sus labios besaran mil veces el hombro del menor con todo el amor del mundo, y sintiendo su miembro extremadamente apretado por el interior ajeno.
Taehyung llevó su temblorosa mano al miembro de Jungkook y comenzó a masturbarlo, logrando que suelte gritos de placer y tenga espasmos contra su cuerpo.
-¡Tae, voy a-!
El alfa no lo dejó terminar. Lo besó profundamente y, acelerando tanto los movimientos de su mano como de cadera, sintió el grito ahogado de Jungkook contra sus labios cuando se corrió en su mano, apretando tanto su interior que él le siguió de inmediato.
El cuerpo de Jungkook se derritió en la cama, dejando que su alfa trate de recuperar el aliento sobre él.
∆•∆•∆
-¿estás bien? - murmuró Taehyung, acariciando sus mejillas y besando sus labios.
Jungkook sonrió cansado y asintió levemente. Acarició el cabello ajeno y dejó que su respiración se sincronizara con la de su alfa. Así, por largos minutos, sólo estaban ellos dos, sonriéndose y mirándose a los ojos mientras el sonido de sus corazones y respiraciones retumbaban al unísono en su pequeño universo.
-te amo, Tae.
-te amo más, mi dulce y precioso Omega.
...
-¡Niños, a comer! Ustedes también, muchachos. Dejen esos celulares y preparen la mesa - ordenó la Omega, sonriendo dulcemente aunque señalándolos con la cuchara.
De inmediato los cinco jóvenes obedecieron, conociendo de antemano el humor de la señora Jeon cuando nadie hacía lo que pedía.
En pocos segundos la mesa se llenó de comida, personas y risas.
-¡Gracias por la comida! - gritó Byeol, empezando a devorar el plato frente a él.
-gracias por estar aquí, niños.
Y así comenzaron a comer, contando algunas anécdotas, sonriendo, y gozando de estar juntos.
Aunque…
-oye, Su, ¿estás bien? Casi no has tocado tu plato...
El chico miró a la mujer, y esbozó una sonrisa cansada.
-no se preocupe, estoy bien. Únicamente no tengo demasiada hambre…
-¿No te gustó?…
-¡No, no es eso! Está delicioso, de verdad… es que… me duele el estómago.
Para respaldar sus palabras, hizo una ligera mueca de malestar mientras sobaba su estómago.
La señora Jeon adoptó de inmediato un gesto de comprensión, y le sonrió.
-no te preocupes. ¿Quieres una pastilla para el dolor?
Las manos del menor temblaron ligeramente, ansioso por decir que sí y al mismo tiempo luchando con el alma para negarse.
-estaré bien... Sólo necesito dormir, ¿puedo?…
-¡Claro! Puedes usar la habitación de Kook. Está subiendo las escaleras. Sabrás cuál es cuando la veas - rió la Omega, guiñándole un ojo -. Guardaré el plato para cuando tengas hambre, ¿mh?
-gracias, señora Jeon…
El cachorro hizo una perfecta reverencia y se despidió de todos para huir al cuarto de Jungkook.
"Sabrás cuál es cuando la veas". Una puerta azul con algunas estrellas talladas a mano le dio la bienvenida a un nuevo mundo.
Una galaxia entera.
Jungkook siempre amó el cielo. Amaba la Luna, y soñaba con tocarla algún día. Su cuarto hizo ese deseo realidad. Paredes oscuras y estrellas fluorescentes... Y una gran y hermosa lámpara de luna en lo alto.
MingSu se sintió a salvo en ese pequeño pedacito de universo... Aunque, al apagar la luz para dormir (porque en serio necesitaba hacerlo), las estrellas en las paredes y techo no brillaron en la oscuridad.
Extrañado, prendió la luz y se puso a reflexionar.
Al volverla a apagar porque no tenía ni la más mínima idea del por qué no brillaban las estrellas, se dio cuenta que eso había cambiado ligeramente.
Esas estrellas necesitaban recibir luz para luego brillar en la oscuridad. Demasiados años en la oscuridad les había quitado toda su escencia y la posibilidad de iluminar el momento de soledad de aquel niño que las veía con adoración.
Así que MingSu dejó la luz encendida y esperó. Deseaba que al volver a apagar la luz, esta vez las estrellas brillaran.
Y así lo hicieron.
El cuarto entero volvió a convertirse en el universo prometido para Jeon Jungkook y, ahora, para MingSu Miller.
A veces solamente se necesita un poquito de ayuda para volver a brillar. Especialmente si haz pasado años en las sombras.
MingSu quería hallar la luz que lo hiciera volver a brillar... Porque se había gastado su propia luz iluminando a su hermano.
Quería ser un niño normal, con una vida normal…
MingSu Miller quería dejar toda la oscuridad que tenía en su alma y que lo estaba asfixiando... Y por una noche... Aunque sea por una sola noche... Dormir sin tener pesadillas.
Y aquel olor tan familiar y cálido se lo concedió. Un descanso de sus demonios.
...
-¿Qué le sucede a MingSu?
-¿Por qué lo dices, Nam?
-estas últimas semanas lo he visto tan cansado... No come mucho, duerme cada que puede... Está extraño.
-supongo que la está pasando mal por el juicio de cambio de situación.
-sí... Cada que ve a Annabel se pone enfermo al día siguiente.
-Byeol por otro lado...
-se ve muy feliz... Creo... Que extraña a su mamá.
-¿Creen que Tae y Kook ganen el juicio?
-van a ganarlo. Aman a esos niños y los niños a ellos... Van a ganarlo.
-pero…
-¡Van a ganarlo! Vamos, chicos, ¿cómo pueden dudarlo? Hay que poner toda nuestra fe en que van a ganarlo. Los niños se quedarán con nosotros.
-el abogado de Annabel está acabando con el de Kook y Tae... Y los niños parecen estar de acuerdo con quedarse con ella. Piénsalo, Jin.
-¿Estar de acuerdo? ¡MingSu literalmente se enferma y se desmaya cuando pasa tiempo con esa mujer!
-basta - gruñó YoonGi, el único que se había mantenido al filo de la conversación -. Basta. Otra vez están peleando. ¿Podemos tener una noche más en paz? Estoy cansado. No he dormido en semanas por todo esto, y sé que ustedes tampoco. Peleamos y nos vamos a la cama con la culpa ahogándonos y no dormimos. Por favor. No hay que hacer de esto una nueva discusión grupal. Hemos tenido demasiadas estas últimas semanas.
Los cuatro jóvenes restantes lo miraron y, suspirando pesadamente, estuvieron de acuerdo.
-buenas noches - dijeron los cinco al mismo tiempo, apagando la luz y tapándose con las cobijas prestadas por la señora Jeon.
A pesar de todo, ninguno pudo dormir... Porque realmente les comía la cabeza la sola idea de tener que despedirse de los mellizos...
Tener que dejarlos ir.
...
-¿SuSu?…
El menor miró a su hermano con un ojo perezosamente abierto.
-¿Byeol?… ¿Qué haces despierto? Son las... No sé. Es tarde - murmuró, mirando la ventana y encontrando la luna en lo más alto del cielo.
-lo sé, pero... No me estoy sintiendo bien.
De inmediato todo el sueño se esfumó, y MingSu estaba tocando la frente de su hermano con preocupación.
-¿Qué pasó? ¿Te duele algo, te sientes muy mal? No tienes fiebre, ¿te duele el estómago? ¿Es eso? ¿Quieres devolver? ¿Tienes hambre? ¿Quieres que-?
-quiero a mamá.
Las manos de MingSu detuvieron todo movimiento de golpe. Incluso su corazón se detuvo por un segundo y fue hasta que sintió la necesidad de volver a hacerlo que se dio cuenta que había contenido la respiración.
-¿No te sientes bien porque no tienes a mamá cerca?…
-no me siento bien... Porque sé que hyungs y mamá están peleando por nosotros.
Los ojos del menor de los mellizos se abrieron enormemente.
-¿Cómo lo-?
-vamos. No puedes creer que soy tan ingenuo... Tal vez a veces... Tienes que cuidar de mí y... Hacerme sentir a salvo, pero... Conozco los juzgados, SuSu. Tanto como tú... Y sé... Que quieren separarnos de Jungkook hyung y TaeTae hyung... Lo sé.
MingSu suspiró y escondió sus manos bajo sus piernas. El peso sobre ellas evitaba que mantuviera un superficial control sobre su cuerpo.
-¿Y qué opinas?…
Byeol empujó suavemente a su hermano para que éste le hiciera espacio en la cama y se sentó a su lado, dejando caer la cabeza en el hombro del pequeño omega.
-quiero mucho a los hyungs... Pero amo a mamá... Quiero estar con mamá... La extraño mucho...
MingSu se quedó en silencio, escuchando los sollozos de su hermano. Quieto, sin saber qué hacer para calmarlo... O sin querer realmente hacerlo...
-eres tan... egoísta...
Byeol se separó de su hermano para verlo a la cara, secando con sus manos las lágrimas que había derramado.
-¿Qué?…
-¡Eres tan malditamente egoísta, Byeol! ¿Ir con mamá? ¿Estás loco? ¡Lleva tiempo afuera de la prisión, y jamás se le ocurrió buscarnos!
-¡Mamá tenía cosas qué hacer! ¡Seguro que esperaba un buen momento para venir por nosotros!
-¡A ella no le interesamos, Byeol! ¡Si no fuera porque seguramente su abogado le dijo que este hogar temporal iba en serio con nosotros, no habría venido!
-¡Sí le importamos! ¡Yo le importo!
Aquella última frase se quedó flotando en el aire. MingSu tenía los ojos llenos de lágrimas que no se atrevía a derramar, mientras que NaeByeol secaba las suyas con prisa, pues no dejaban de fluir.
-tienes razón. No le importa nadie más que tú.
-no, SuSu, eso no es lo que-
-no. Siempre se trata de ti. Yo ni siquiera debí haber nacido. Tú eres el único que importa. No importo yo, no importa cómo me siento, no importa cuánto me dé horror, siempre se trata de ti... Eres tan egoísta.
-pero yo-
-¿Has considerado que yo no quiero estar con mamá? - le dijo, acercándose a él mientras Byeol retrocedía -, ¿has pensado el porqué no quiero estar con ella? ¿Siquiera te importa todo lo que pasó? ¡¿Acaso siquiera recuerdas todo lo que nos hizo?!
-¡No fue ella! ¡Fue papá!
-¡NO VUELVAS A DECIR QUE ESE ASQUEROSO MAL NACIDO ES NUESTRO PADRE!
Byeol se asustó y bajó la mirada ante la voz de mando de MingSu.
-Él no es mi padre - murmuró Su luego de unos segundos de silencio -. Ni es el tuyo. Jamás vuelvas a decirlo.
-no fue mamá - repitió el chico, cerrando sus puños con fuerza -, no fue ella quien nos hizo tanto daño...
MingSu se rió sin una pizca de diversión en su risa.
-¿Nos?
Byeol se hizo más pequeño.
-te hizo daño... Pero no fue mamá.
-¿Acaso siquiera volteó a mirar cómo ese imbécil me golpeaba hasta casi morir? ¿Se opuso cuando fui su ayudante en el trabajo? ¿Curó mis heridas? ¡¿Se preocupó por mí?!
NaeByeol guardó silencio.
No. No lo hizo. Por nadie
-ni siquiera pestañeó cuando Él te golpeó frente a sus ojos.
-tenía miedo.
-no. Estaba cómoda. Estaba bien con todo...
-no. Mamá es buena. Le importaba.
-no. ¡Despierta, maldita sea! Ella es la peor madre que pudimos tener.
¡PLAFF!
Byeol miró su mano con horror, y quiso llorar cuando MingSu, lentamente, sobó la mejilla que había sido golpeada, con una sola lágrima bajando por ella y haciéndole doler su piel.
-SuSu, perdóname, ¡no quise hacerlo! Perdón, yo-
MingSu se paró de la cama rápidamente y puso la mayor distancia posible entre ellos.
-tu amada madre ni siquiera lloró cuando sacaron Su Cuerpo de la casa hecha cenizas... Sólo era una niña... Era nuestra niña... Pero ya no te importa.
Y se fue, abandonando aquel pedazo de cielo. Bajó las escaleras, y se escondió en el baño, dentro de la tina.
La mejilla le ardía. El corazón le dolía inmensamente... Y la cabeza le daba vueltas y vueltas a un recuerdo infernal.
Se levantó de la tina y fue casi corriendo a la habitación de invitados, donde dormía SunHee. Trató de abrirla, pero tenía seguro, por lo que tuvo que tocar un par de veces, hasta que la joven abrió un poquito.
-¿Mh?…
-noona... ¿Puedo dormir contigo?…
SunHee talló sus ojos, y abrió más la puerta para mirar mejor a MingSu.
Se veía tan... Pequeño y roto...
-¿Roncas?
-creo que no...
-es todo lo que necesitaba saber - dijo con una suave sonrisa y lo dejó pasar.
MingSu esperó a que la beta cerrara y se acostara. Cuando lo hizo, él se metió bajo las cobijas como un conejo, y procuró que el espacio usado fuera mínimo... Tampoco quería ser una molestia.
-MingSu...
-¿Sí?…
SunHee suspiró y revolvió el cabello del chico, que era lo único que sobresalía de las cobijas.
-descansa.
-gracias…
Cinco minutos después, ambos seguían despiertos. Sabían que tenían que hablar, pero ninguno deseaba empezar.
—Mingie~
-noona... - murmuró MingSu, haciéndose un ovillo -, ¿puedes… contarme algo de tu hermano?…
-MingSu…
-por favor... No tiene que ser nada especial... Yo sólo...
El cachorro se abrazó fuertemente a sí mismo, tratando de no temblar.
-por favor...
SunHee suspiró, y pensó largo tiempo en un recuerdo con su hermano que no tuviera a un padre golpeador de por medio.
-una vez - murmuró muy bajito -, por alguna extraña razón... Fuimos al campo. Nuestro padre había rentado una cabaña por una semana, y... No sé. Nos llevó con él.
SunHee tomó aire temblorosamente, tratando de mantenerse tranquila.
-éramos pequeños. Creo que él tenía diez u once... Y yo ocho o nueve. Jugamos demasiado lejos de la cabaña, persiguiéndonos y riendo... Hasta que nos perdimos.
-¿Tuviste miedo?
La chica sonrió.
-mucho... Pero mi hermano se mantuvo fuerte... E hizo de ese día uno de los mejores de mi vida. Corrimos por el bosque, comimos moras, vimos unos venados, conejos, incluso ayudamos a un pequeño pájaro... También encontramos una bonita feria en medio de la nada. No cobraban, y todos traían máscaras graciosas... Pero... Mientras yo me divertía, él buscaba la manera de volver. Ni siquiera me di cuenta. No me dejó pensar en que estábamos perdidos. Simplemente reía y me arrastraba a un nuevo lugar maravilloso... Y para el final del día, conseguimos volver. Nadie supo que nos perdimos, y nos burlamos durante meses por ello. Creímos que éramos simplemente... Invencibles...
A prueba de todo... Que la vida no era una digna rival.
-no volvimos jamás a ese bosque, pero cada vez que veo uno, me acuerdo de ese día. A pesar de no recordar su nombre, ni sus ojos, ni su voz... Me basta saber que siempre estuvo para mí. Que me amaba y que yo lo amaba.
-¿Y ese amor no te duele?…
La beta borró su sonrisa lentamente, y, con discreción, apretó el colgante en su cuello, hogar de la memoria de su hermano.
-más de lo que me gustaría admitir... Pero también me mantiene de pie. No quiero que su amor haya sido en vano. No quiero que su muerte valga nada. Sigo viviendo, y lo haré hasta que sea muy, muy vieja. Iré a ese bosque, me perderé, iré a esa feria y me sacaré de ese gran bosque yo solita, y se lo voy a restregar en la cara cuando lo vuelva a ver... Porque... Algún día... Tal vez en otra vida... Lo volveré a ver...
MingSu suspiró, y se destapó la cara para mirar a la beta. Tenía los ojos cerrados, y, en sus pestañas mantenía acumuladas muchas lágrimas, pero también una bonita sonrisa.
Se había quedado bien dormida.
MingSu se quedó mirando aquella expresión tan hermosa y a la vez tan extraña: tristeza, dolor, amor, alivio y añoranza. Todo plasmado en unos labios maltratados y curvados hacia arriba, unas pestañas empapadas y tranquilas... En una chica tan rota y tan fuerte.
Por largos segundos trató de recrear buena parte de ello: la fortaleza, la calma... La tranquilidad... Pero solamente dolor y furia se deslizaban en sus mejillas húmedas.
Aquella estrella que tenía en su interior... Aún no estaba ni cerca de estar lista para brillar... Él mismo la había encerrado con llave en el rincón más oscuro y apartado de su mente y corazón...
...
—mi niña... Te extraño... Te extraño tanto...
Perdóname....
...
...
WENAS WENAS!!
Tardísimo, lo sé, pero inicié mis clases y uff, todo mal.
En fin! Estamos en la etapa final de la historia! Desafortunadamente no falta demasiado para terminar con esta historia, así que me esforzaré mucho para darle el final que se merece!
Pues nada! Bonita semana! Cuídense mucho y tomen agua! Nos leemos pronto!
§†Val†§
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