
Capítulo 20
Cuando finalmente les dieron la custodia de los niños de vuelta, Jungkook y Taehyung sintieron que finalmente podían respirar. Abrazaron a los cachorros largo rato, murmurando contra sus oídos lo mucho que los amaban.
Si bien era un momento de gran alegría y amor, había un chiquillo que no se sentía del todo bien. Una presión en su pecho le hacía sentir incómodo, y la ausencia de cierta persona llenaba sus ojitos de lágrimas.
-¿Byeol? - llamó su hermano con una gran sonrisa, alejado de sus tutores, quienes servían jugo de uva para hacer un brindis -, ¿qué pasa?
El chico miró a su hermano, y quiso sonreírle para decirle que estaba bien... Pero las lágrimas le ganaron, y, sollozando, expresó:
-¿Y mamá?… Quiero a mamá... No hemos podido verla en meses... ¡Quiero a mi mamá!
El menor de los mellizos miró a su hermano con angustia y horror. Un solo pensamiento estaba en su mente. Un pensamiento que jamás podría exteriorizar, mucho menos con aquel niño lloroso frente a él:
¿Cómo puedes seguir buscando unos brazos que jamás trataron de protegerte?…
-mamá... Vendrá pronto, ¿mh? - dijo con una sonrisa, besando su frente y borrando sus lágrimas -, y cuando venga, le vas a dar muchos besos, ¿sí? No llores, Byeol... SuSu está aquí. Hyungs están aquí... Y todos te amamos mucho, mucho, mucho. Ven con nosotros, ¿mh? Finalmente estamos en casa.
Byeol sonrió, y abrazó a su hermano con fuerza. Así, tomados de la mano, con ese lado irrompible que ambos tenían, regresaron junto a sus tutores y brindaron por poder estar juntos de nuevo. Una familia perfecta nuevamente...
Se esperaría eso, ¿no es así?
...
El alcohol bajó por su garganta, provocándole un sentimiento de calidez. Se estiró en el sillón, acariciando el cabello de la chica a su lado. Ella sonrió levemente, y se acurrucó contra su cuerpo, besando tiernamente su mejilla.
SunHee se sentía eufórica. Nada de adultos, nada de restricciones, y estaba con una de sus más queridas amigas de la infancia a su lado.
Con pereza miró a su alrededor, notando a los tres chicos que reían y se empujaban en una esquina de la casa. Su ceño se frunció levemente cuando el olor a cigarro llegó a su nariz, pero no dijo nada. Sabía que los primos de su amiga fumaban, y, por todos los cielos, ¡era una fiesta! La mitad de la universidad estaba ahí, y más de uno tenía una ligera adicción al tabaco.
Pasaban de las cinco de la mañana. Empezaba a ver estrellitas al límite de su vista, por lo que miró su vaso, lo tomó y por mera costumbre lo olió. Lo había dejado de lado por cinco minutos, pero, desconfiada como era, hizo una mueca y tiró el resto del líquido en una maceta que le quedaba convenientemente al lado.
Fugazmente pensó en Jungkook, y lo preocupado que estaría si notaste su ausencia.
Después de un día lleno de mimos, palabras bonitas, promesas, demasiada comida y mucha atención sobre sí, SunHee se había sentido tan extraña que tomó la decisión de divertirse un rato para olvidarse de la sensación extraña en su pecho cada que Kim le sonreía o le acariciaba el cabello. En eso de las dos de la mañana, luego de comprobar que todos dormían profundamente, se fugó a esa fiesta que tanto eco hacía en la universidad.
Sus sentidos empezaban a dormirse, y sus extremidades pesaban cada vez más. El alcohol es una espada de doble filo. Te puede dar un buen rato de diversión, pero también te hace vulnerable a las situaciones a tu alrededor... Y SunHee aborrecía sentirse así.
Muchos años atrás juró jamás beber una gota de alcohol. Ver a su padre ebrio golpeando hasta el cansancio a su hermano le marcó de por vida. También que ese mismo chico dulce y risueño se durmiera con una botella en mano para olvidar el dolor físico le dejó mucho que pensar... Pero tras su muerte, y una amiguita que la retó a beber... Cayó simplemente en ese gran hoyo de la ebriedad. Un hoyo al que había caído su padre y su hermano antes de ella, y del que ninguno de los dos quiso o pudo salir. No tenían límites.
Por suerte, Kim SunHee sí. Sabía cuándo parar, y, en el momento en que empezó a sentirse ligeramente mal, decidió irse de aquella fiesta.
La beta depositó un beso en la cabeza de su amiga, le susurró al oído que se fuera a su cuarto, y, luego de que ella se levantara y le pidiera entre balbuceos que la ayudara, la cargó y la llevó hasta su habitación.
Rose River había sido una buena amiga cuando ambas tenían tres o cuatro años. Luego perdieron el contacto, pero al final se habían reencontrado en la Universidad de Seúl. No eran las mejores amigas de hacía años, pero ese sentimiento de cariño y pureza permanecía en ambas.
Rose también había conocido a ChaYoung, y la principal razón de su total ebriedad había sido la noticia de que estaba muerta.
SunHee deseó llorar al recordar ese hecho... Pero, por otro lado, se sentía tranquila de saber que su ChaYo había encontrado la paz y el dolor se había esfumado... Así como le alegraba que la última expresión de su amiga hubiese sido una sonrisa.
Jungkook le había alegrado la muerte...
Jungkook...
-Rosie, me voy. Recuerda cerrar con seguro, ¿mh?
La chica balbuceó que sí. La beta sonrió levemente, y salió de la habitación, dirigiéndose a casa de sus tutores.
Estaba a medio camino cuando notó que había olvidado su celular en casa de Rose, por lo que, frustrada, bufó y regresó.
-lo siento, Rosie, olvidé mi-
La escena de la que fue testigo le hizo casi vomitar.
Otra vez... El hombre, el alfa más fuerte... Otra vez se está aprovechando de su fuerza y poder...
-¿Quieres unirte? - se rió uno de los primos de su amiga, dejando de lado la falda que traía en las manos -. Si no es así, lárgate y cierra la puerta.
SunHee se quedó callada, sintiendo que su cabeza estaba en un infierno.
Con pasos torpes retrocedió y cerró la puerta.
Otra vez... Cediendo al miedo y permitiendo que hieran a otro...
Otra vez... Estaba en la misma situación que la de años atrás... Siempre testigo... Siempre callada.
-¡SunHee! Ey, ¿qué haces? Vas a cortar más limones?… O-oye... Baja el cuchillo, ¿sí? ¿Sun…?
Siempre temerosa.... De ser la siguiente.... Pero no más.
Con la ira creciendo en su pecho, fue corriendo a la habitación de su amiga con cuchillo en mano, abriendo la puerta de una patada y abalanzándose contra el primero que vio. El cuchillo en su mano quemaba, pero eso no impidió que lo usara para alejar a los otros dos enfermos de su amiga inconsciente.
-¡Quítense de encima, cerdos! ¡Los mataré! ¡Los mataré, lo juro por la Luna! - gritó con los ojos llenos de lágrimas.
Antes de que alguno de esos depravados pudiera usar su fuerza mayor, un puñetazo le fue depositado al trío.
-¡Infelices! ¡Es mi hermana, malditos! ¡¿Por qué hicieron eso?!
SunHee tembló en su lugar, pues el chico al que tenía de "rehén", le había dado un fuerte codazo antes de que el hermano de Rose, Alan, lo golpeara...
Desgraciadamente, el cuchillo que había empleado para asustarlos había terminado rasgando profundamente su brazo derecho.
Mareada, buscó con la mirada su celular, dejando de lado la pelea que se había dado entre el hermano de Rose y sus amigos contra sus primos, y se acercó a la chica, tapándola con sus cobijas y agradeciendo mentalmente que aún traía la ropa interior puesta. Luego de unos segundos, en los que trató de contener la sangre que caía de su brazo, tomó su teléfono y salió entre tropezones a la calle.
Debo llegar... Quiero llegar a casa... Me duele... Quiero que deje de doler...
Su instinto de supervivencia le hizo marcar un número. No supo exactamente cuál debido a su vista borrosa por las lágrimas, pero, ante la voz que contestaba la llamada con un adormilado "¿Diga?", rogó con la voz rota:
-ayúdame....
...
Caos. El caos es definido como "Desorden o confusión absolutos". Así de conciso y simple... Sin embargo, vivir el caos es una situación más compleja. No tiene nada de sencillo, y la locura es palpable a cada segundo que pasa. El terror, la angustia... El caos provoca esas y más emociones.
Jungkook podría ser la representación en carne y hueso del caos. Era todo un desorden de persona y acciones, y la confusión estaba impresa en su rostro.
Cuando Daehyun le dijo que SunHee estaba herida, su mundo entero colapsó.
No habían pasado ni veinticuatro horas desde que les devolvieron a los niños, y ya tenían de nuevo a los trabajadores sociales encima.
-¡¿Qué demonios pasó?! - le gritó a su amigo apenas lo vio.
-no sé, me marcó hace media hora y me pidió ayuda y...
-¡¿Por qué no me llamaste antes?! ¡Está bajo mi cargo, Dae! ¡Si hay un problema y ella te contacta, me tienes que decir de inmediato!
El alfa frunció el ceño y cruzó los brazos, molesto.
-¡Hago lo que puedo! Salí corriendo de casa para ayudarla, Kim. ¡Ni siquiera me pude cambiar! - gruñó, señalando la piyama que portaba -. ¿Crees que no quise decirte? ¡Claro que quería! Pero si me detenía a llamarte, seguramente no estaría viva. ¡Se estaba desangrando, maldición! Se cortó la muñeca, ¿okay? Apenas pude llegar para llevarla al hospital a tiempo. ¡Se había desmayado! ¡No creas que por ser su tutor eres el único que se preocupa por ella! ¡No me vengas con tus malditos y estúpidos reclamos celosos sólo porque me llamó a mí para ayudarla! ¡Eso no importa, Jungkook! ¡Ella está ahí dentro siendo tratada porque sus venas fueron cortadas, ¿no entiendes?! ¡Ahorita no importa a quién llamó ni por qué! ¡Importa que salga bien de su intervención! ¡Si te importa más que no te haya llamado, entonces algo estás haciendo mal, Kim! ¡No soy tu competencia, soy tu maldito amigo!
Jungkook se quedó helado, sin saber cómo responderle. Daehyun por su parte bufó y se sentó en una banca que quedaba lejos de Kim, moviendo su pierna de arriba a abajo y escondiendo la cara entre sus manos.
Estaba preocupado. Terriblemente preocupado. Cuando llegó a la dirección dada por SunHee, su corazón se partió en mil pedazos al verla en el suelo y con la muñeca llena de sangre.
Le traía tantos recuerdos... Y sus propias muñecas comenzaron a doler.
Se la llevó en el carro y en dos minutos llegaron al hospital. Pidió que la atendieran de urgencias, y, aunque al principio nadie le hacía caso, al final el doctor que lo atendió por su lesión en la pierna lo ayudó. Luego de que le dijeran que la beta estaba siendo tratada, fue a su casa por su celular y llamó a Jungkook.
Se sentía al límite. Tanto físicamente como mentalmente.
Habían pasado ya algunos días desde lo del artículo de su intento de suicidio, y, a pesar de que el asunto se había calmado, por alguna razón nuevamente el tema hizo explosión. Tenía a los reporteros rodeando su empresa, y los micrófonos en la cara... Pero, lo peor, era que ni siquiera haciendo algo bueno por la protegida de su mejor amigo podía sentirse bien. Inmediatamente estaba siendo regañado y no sabía la razón. ¿Acaso no había hecho bien las cosas?…
-Dae...
-lamento haber gritado... Yo... Lo siento. Estoy preocupado. SunHee me preocupa... No sé qué pasó, y temo haber llegado tarde... Yo...
Jungkook lo abrazó con mucha fuerza, dejando que el alfa escondiera su nariz en su cuello, a pesar de que eso le resultaba incómodo con todos.
Con todos, menos con él.
-discúlpame, Dae... En lugar de agradecerte por ayudar a Sun, lo primero que hice fue reclamarte... Lo siento mucho... Tienes razón. Estaba celoso... Porque siempre eres la primera opción de SunHee, y yo... Bueno... Ni siquiera estoy entre ellas... Lo siento...
El alfa se quedó en silencio, y se apartó del abrazo de su amigo, sonriéndole.
-está bien. Además, deberías de dejar de pensar que no eres una opción de confianza para ella, Kook. Hace unos minutos un doctor me dijo que Sun había abierto los ojos por un segundo. Pidió verte, Kook. A ti, su tutor. Así que deja de ponerte celoso inútilmente. Te quiere. Sólo... Le cuesta trabajo admitirlo.
Jungkook le sonrió como agradecimiento e intentó abrazarlo de nuevo, pero el contrario se alejó un poco.
-tengo que cambiarme para ir a trabajar, ¿mh? Dile a Sun que lamento no estar cuando despierte. Hoy debo entregar algunas canciones para el álbum que se lanzará pronto.
-¿Qué tan pronto?
El alfa rió suavemente.
-pronto, Kook. Intenta que el tuyo no salga a la par que el mío. Te haré pedazos.
-¡Veremos!
-veremos.
Daehyun hizo una ligera reverencia antes de irse.
Tres palabras: sí, pero no.
Sí quería quedarse, pero no podía. Sí quería abrazar a Jungkook, pero no debía. Sí estaba preocupado por SunHee... Pero no se sentía listo para verla en una cama de hospital...
Sí, Kim Daehyun estaba de pie y luciendo una sonrisa hermosa para todo quien se le cruzara... Pero no... No se sentía bien. No quería seguir... Ya no quería vivir...
Por suerte aún le temía a ese último pensamiento. Ahora bien, ¿por qué "suerte"? Sencillo... Porque el día en que le dejase de tener miedo a la Muerte, él mismo la buscaría.
Jungkook lo sabía. Por eso no sintió tanta preocupación al ver a su amigo huir. Se concentró más en esperar a un médico que le pudiera informar sobre el estado de su niña. Sólo eso le importaba.
Taehyung, por su parte, llegó unos minutos después, con la cara roja y el sudor bañándolo de pies a cabeza.
-lo siento, ¡lo siento! Los de Servicios Sociales me retuvieron. Vienen atrás de mí para hacernos unas preguntas...
Justo cuando esas palabras salieron de sus labios, tres hombres se acercaron a ellos y los atacaron con preguntas:
-¿Por qué Kim SunHee estaba fuera de casa?
-¿No tienen seguridad?
-¿Quién fue el primero en llegar con ella?
-¿Qué tan grave es la situación?
-¿Está consciente que sigue bajo observación?
-¡Basta! - gritó Jungkook, mareado por tantas preguntas -. Basta. Sí, sé que estamos en observación. No, no supimos cuándo se salió de la casa. Mi amigo fue quien la encontró porque ella lo llamó, pero no sé nada más. ¡No sabemos nada, ¿okay?!… Simplemente se fue...
Los hombres tomaron nota.
-¿Familiares de Kim SunHee? - voceó un doctor.
-aquí - dijo Taehyung, levantando la mano y yendo con el médico.
-está estable. Fue un corte profundo, pero se pondrá bien. Recomiendo que su situación sea tratada por un profesional.
-¿Un psicólogo?… ¿Fue... Intento de suicidio?… - jadeó Jungkook, poniéndose totalmente pálido.
Los de Servicios Sociales tomaron nota.
-¿Mh? Oh, no, no. Veo que entonces no fueron informados de la situación. La joven Kim frustró un intento de violación; sin embargo, en un momento de distracción, el agresor la atacó y alcanzó a cortar su muñeca.
-¿Intento de…?
-¿… violación?…
-no hacia ella - tranquilizó el médico al ver qué los adultos estaban a nada de romperse a llorar -. Ella les explicará. Está despierta.
La pareja no necesitó nada más. Corrieron hacia la habitación donde SunHee reposaba, y abrieron la puerta tan bruscamente que la beta dio un salto en la cama.
-¡Por todos los dioses, ¿por qué no pueden to-…?!
Jungkook la interrumpió con un fuerte abrazo, al que pronto se le unió Taehyung.
-lo siento... - murmuró la beta, cediendo finalmente a la necesidad de abrazarlos.
SunHee hundió su cara en el pecho de Kim, y éste, sorprendido... Descubrió que había alguien más que Daehyun con quien no se sentía incómodo si buscaba su aroma.
Era más bien reconfortante... Saber que su niña estaba bien, y que lo quería cerca... Eso le llenaba de alivio.
-Sun... - murmuró Jeon con preocupación, rompiendo el silencio en la habitación -, ¿qué pasó?… ¿Por qué has huido?… ¿Sabes lo preocupados que estábamos cuando Dae nos llamó a las cinco y media de la mañana y nos dijo que estabas en el hospital?…
SunHee volvió a murmurar una disculpa, abrazando más fuerte a su tutor.
-me sentí rara con toda la atención que me dieron... Yo sólo quería embriagarme y olvidarme de todo. Juro que no pensaba llegar tan tarde ni meterme en problemas... Pero luego pasó lo de Rosie... Y yo... No podía soportar ser una espectadora de nuevo... Dejé que le pasara a mi hermano... No podía dejar que pasara de nuevo...
Jungkook acarició el cabello de la chica.
-Sun, es importante la comunicación... Si te sientes incómoda, dilo. Poner límites no es malo. En realidad es lo mejor. Así sé qué no te gusta y puedo mejorar en eso, ¿mh?
-okay... Lo siento...
-también lo sentimos - dijo el alfa, sonriéndole con cariño a la chica -. No nos dimos cuenta que estabas incómoda.
SunHee le sonrió al tutor, y secó sus lágrimas mientras lenta y suavemente se separaba de Kim.
-señores Kim y Jeon, si nos permiten, necesitamos hablar con la joven Kim.
La pareja miró a la beta, y, cuando ella asintió levemente, ellos hicieron lo mismo.
-estaremos afuera, ¿mh?
Así, Jungkook y Taehyung pasaron más de media hora esperando a que los de Servicios Sociales terminaran de hablar con la chica.
-Kook.
-¿Mh?
-tengo miedo...
El Omega miró con sorpresa a su alfa, pero de inmediato le sonrió y besó su mejilla con dulzura.
-Tae...
-¿Qué tal si por esto recogen a los niños?… Sé que no fue nuestra culpa no haber notado que Sun salió, estábamos cansados y no pueden culparnos por eso... Pero ¿y si lo hacen?… ¿Y si sí nos culpan?…
Jungkook negó suavemente con la cabeza.
-no los dejaremos. Son nuestros niños, la audiencia .26 está cercana... Muy, muy cercana. Podemos con esto, no nos rendiremos ahora... Yo también tengo miedo, Tae, pero... ¿No crees que finalmente debería pasarnos algo bueno? Perdí a mi lobo... Te acusaron de algo horrible y falso... Y nuestro... Nuestros pequeño... - Jungkook tomó aire -. Creo que finalmente merecemos la calma. Ya pasó el huracán.
Taehyung sonrió, dándole la razón a su marido, y sintiéndose más tranquilo.
-tienes razón. Creo que la tormenta acabó.
Pero no.... No, ¡no!… Esa calma no era el fin de la tormenta... Era el ojo del huracán.
El teléfono de Jungkook sonó, y puso los ojos en blanco al ver el remitente.
-ya vengo. Tengo que atender - dijo besando la mejilla de su esposo y alejándose para responder a gusto.
Taehyung lo miró alejarse, con un sentimiento extraño en la punta de sus dedos. Miró por una ventana cercana, y miró el cielo con melancolía. La luna, si bien ya había pasado su hora de brillar, estaba ahí. Tímida, casi sin que nadie la pudiera ver.
Jeon miró sus manos, recordando perfectamente la ocasión que se transformó por primera vez, y se preguntó seriamente qué relación tendría la luna con ello... Pero la cuestión se evaporó al ver a Jungkook correr hacia la salida, con una expresión de pánico total.
Confundido, quiso ir tras él y preguntarle qué sucedía, pero notó un brillo en el suelo y se acercó a él. Era el celular de Jungkook. Estaba roto (en realidad producto de caídas anteriores), y en la pantalla brillaba una llamada en espera.
"Manager D' Panda".
Más confundido aún, empezó a caminar en dirección por donde Kim había salido corriendo, pero las voces de los hombres de Servicios Sociales lo detuvieron.
-señor Jeon, hemos finalizado con la entrevista a su protegida.
-oh, bien... ¿Puedo saber si habrá... Alguna consecuencia o algo por el estilo?
-no, ninguna. La chica aceptó toda la responsabilidad. Nos contó todo, y no vemos necesario intervenir.
-nos veremos pasado mañana en la corte a la hora acordada. No llegue tarde, por favor.
-de preferencia, llegue cinco minutos antes.
Los tres hombres empezaron a retirarse, pero Taehyung interrumpió su salida.
-¿Pasado mañana? ¿Corte? No entiendo. ¿No habían dicho que no sería necesario intervenir?…
Los trabajadores se miraron entre sí.
-señor Jeon, ¿ha revisado su correo las últimas cuarenta y ocho horas?
-no... Hemos estado ocupados - murmuró con las mejillas rojas -. ¿Debí hacerlo?…
-realmente sí, pero no se preocupe. El caso es que su audiencia .26 con los jóvenes Miller ahora es "cambio de circunstancias". Se decidirá si la señora Thomas y los niños están listos para la reunificación.
-¿Qué?…
-lo siento, señor Jeon - murmuró el que parecía el más joven entre los tres -, pero tanto como MingSu Miller y NaeByeol Miller serán reubicados con su madre si así lo decide el juez. La preservación de la familia es nuestra preocupación principal, y la señora Miller ha demandado que-
-¿Preservación familiar?…
-en términos más sencillos... La señora Annabel Thomas demandó la reunificación familiar... Se hará un juicio, y si el juez lo decide así... Los mellizos regresarán con su madre.
...
Jungkook corría tan velozmente que sus pulmones parecían incendiarse.
Después de hablar por largo tiempo con el manager de su amigo e insultarlo otro largo rato, había buscado a Daehyun por horas. Lo buscó en su casa, en la empresa, en la plaza, y en cualquier lugar que hubieran visitado juntos...
Estaba exhausto, pero el miedo de que su amigo hiciera algo que no podría arreglar era mayor, y por esa razón seguía corriendo.
Pasó por su casa, revisó de nuevo la de su amigo, y fue incluso al vecindario no tan cercano en el que vivieron de niños.
A punto de darse por vencido, se le ocurrió revisar el Puente. Ahí había perdido su moneda, y quizá Daehyun la estuviera buscando...
Pero no estaba, y la noche ya pintaba todo de un azul oscuro.
Cansado, frustrado y muy asustado, Jungkook alzó la vista al cielo, pidiéndole a la diosa Luna alguna pista. Sin embargo, un edificio interrumpía su vista, y una figura diminuta estaba en el techo.
Echó a correr a una velocidad casi inhumana hacia ese edificio, y, al llegar a las escaleras de servicio, se dio cuenta que estaban abiertas de par en par.
Fueron diez pisos de altura, y llegó a la azotea casi muriendo.
Daehyun estaba sentado al borde de una barda de la azotea, con todas las probabilidades de caer si se movía dos centímetros hacia delante.
Jungkook se puso pálido al notar esto, pero el susto se le pasó al ver al joven tan a gusto.
Tan... Tranquilo...
-¿Dae?
El alfa se sorprendió, y volteó a verlo, mientras en sus labios una preciosa sonrisa se formaba. Sus ojos, en cambio, lucían exhaustos. La sonrisa no llegaba hasta ellos.
-¡Kuko Kukencio! Hola, ¿quieres venir?
El Omega se sentó al lado de su amigo, pero muy lejos de la orilla.
-¿Estás bien? Oí lo que pasó...
El alfa suspiró, y frotó su rostro con un poco de cansancio.
-seguramente todo el mundo, literalmente, lo sabe ya....
-¿Por qué?… ¿Por qué empujaste a esa chica?…
Daehyun volvió a suspirar.
-cuando llegué a la empresa, ella se me abalanzó... Casi me caigo, pero pude mantenerme de pie, aunque ella seguía encima de mí... Le sonreí con incomodidad y quise alejarla, pero... No pude... No quería tocarla, no quería hacerle daño... Pero empecé a entrar en pánico cuando me quiso besar... Había tanta gente a mi alrededor que mis guardaespaldas no se podían acercar, y yo... Sentí que me estaba asfixiando. Luego me besó, y simplemente... No sé qué sucedió hasta que la vi en el suelo, conteniendo las lágrimas...
Jungkook se quedó callado, mirando cómo su amigo miraba hacia el cielo, con una expresión que con el tiempo se volvió calmada.
-¿Estás bien?… Este lugar está muy lejos y muy alto...
-mhm. Este lugar es muy tranquilo. Me gusta. A veces siento que voy a caerme, pero luego lo pienso mejor y tal vez sería una oportunidad para volar... Me gusta pensar eso. No es una caída, es un ascenso... No es muerte, es lo que le sigue a la vida.
Jungkook lo miró en silencio.
-la muerte da miedo.
-sí... tal vez, pero es parte de la vida.
Jungkook miró al cielo.
-la luna está hermosa está noche, ¿no crees?
Jungkook sonrió, sin notar que el alfa le miraba, y suspiró:
-sí, mucho. Tan grande, tan vanidosa... Tan lejana... Siempre tan sola...
Daehyun desvió la mirada al cielo, pero en lugar de ver a esa vanidosa luna, se fijó en las estrellas y lo bellas que eran al iluminar la oscuridad.
-Kook.
-¿Sí?
-¿Qué tipo cielo crees que sería si me muriera?
Jungkook lo miró con horror, mientras Daehyun sonreía al cielo.
Una sonrisa de profunda calma y añoranza...
-Dae....
-ya es tarde, volvamos - murmuró el alfa y se levantó, alejándose lentamente y casi con pesar de la orilla.
Jungkook se quedó paralizado por unos segundos, por lo que Daehyun volteó a verlo.
-¿Kook?
-hermoso...
Jungkook miró a su mejor amigo con los ojos cristalizados; sin embargo con la sonrisa más preciosa y dulce en sus temblorosos labios.
-serías el cielo más hermoso. De tonos púrpuras, naranjas y rosas, con un sol perfecto y brillante que no queme. Tendrías muchas nubes, y muchos pájaros volarían para intentar alcanzarte... Y cuando tengas que anochecer, las estrellas brillarán como nunca antes, y tu preciosa sonrisa imitada por la luna alumbrará todo camino oscuro existente... Así serías... Hermoso.
Así serás.... Espero que en un futuro más lejano del que tú esperas...
Daehyun sonrió con ternura, y besó su frente, ayudándolo a pararse.
-me gusta. Gracias.
Jungkook no dijo nada. Le sonrió con tristeza y lo tomó de la mano hasta llevarlo a su casa, donde se quedó hasta que Daehyun cayó profundamente dormido.
Jungkook acarició su cabello con cariño, y se fue.
Al llegar a su casa, jamás habría imaginado encontrarse a su esposo llorando, aferrado fuertemente a un trajecito amarillo que conocía bien.
-¿Tae?…
Y las palabras que salieron de los labios de su pareja... Lo rompieron más que ver a Daehyun triste.
-reunificación familiar... - sollozó Taehyung -, Annabel Thomas ha demandado la reunificación familiar...
El ojo del huracán... Sólo es un momento de calma antes de volver a la terrible y mortal tormenta...
…
Después de un largo mes, ¡heme aquí de nuevo!
Lo lamento, tuve un bloqueo HORRIBLE con esta historia. Además, casi llega a su final y eso me trae medio bajoneada.
Pero bue. Tengan bonita semana, y nos leemos pronto!
§†Val†§
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