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Capítulo 19

La música sonaba por todo el estadio, mientras una figura se movía con ánimos en el escenario. Las luces lo iluminaban, y, como era de esperar, todos los ojos estaban fijos en él, y los gritos levemente se oían a través de sus audífonos.

Luego de la nota sobre su intento de suicidio, WINGS lo protegió de innumerables comentarios que le deseaban una nueva recaída... Aunque Daehyun no se salvó de leer varios miles así.

WINGS era un fandom grande. No tanto como ARMY, pero se defendía fácilmente... A excepción de esas ocasiones donde eran todos contra todos. Especialmente si se trataba de temas tan delicados como el que se tocó.

"Debería matarse, así deja de llamar la atención", "Bah, no lo hará, es un cobarde", "¿Suicidio? Una forma patética de hacer sentir lástima". Esos eran los comentarios de muchos de sus supuestos fans.

Daehyun borró la sonrisa de su rostro al recordarlo.

"Ni para morir sirve".

Estaba tan distraído pensando en todas las palabras, buenas y malas, que había recibido, que no se dio cuenta del personal del STAFF que le hacía señas desesperadas para que diera un paso atrás.

Una dolorosa explosión de confeti le golpeó en el rostro, y uno de sus audífonos estalló.

Sigue bailando, ¡pase lo que pase debes seguir bailando!

Así, con el dolor ardiente en la mitad de su rostro, un fuerte pitido en su sentido auditivo y un leve rastro de sangre en su oreja, Daehyun volvió a sonreír y siguió bailando hasta el término de la canción, donde salió corriendo a cambiarse mientras se proyectaba un anuncio sobre su próximo álbum.

-¡Oye, D! ¿Estás bien? Rick me dijo que te pegó el confeti - le dijo su estilista, sumamente preocupado.

-¡Tienes la cara roja! ¿Te duele demasiado? ¡Si es así, pidamos un receso y que te revise el médico! - señaló un bailarín.

Y Daehyun quiso decir que sí, que le dolía mucho, que casi no los escuchaba por el aturdimiento que provocó la falla en su audífono, pero entonces uno de sus mánagers lo empujó fuertemente y golpeó su hombro.

-¡Te quiero concentrado, maldita sea! ¡Vete a cambiar, inútil!

-pero, señor Moon, su oreja...

-¡Incluso si se le cae la oreja su deber es seguir bailando y cantando! ¡Apúrate, maldita sea! - gritó furioso, dándole una patada en la pierna.

Daehyun mordió su labio fuertemente para no soltar un grito. Aún no se recuperaba del todo de la lesión en su rodilla ni de las heridas causadas cuando lo atropellaron... Pero sonrió y fue corriendo (cojeando, en realidad) a cambiarse.

Cuando subió nuevamente al escenario, WINGS notó de inmediato su cambio de humor y el ligero tono rojizo en la mitad de su rostro.

Daehyun contenía la frustración, mordía su lengua y bailaba casi con furia, con movimientos algo exagerados y fuertes pisadas...

La lluvia lo empeoró todo.

Afortunadamente WINGS tenía sobre sus cabezas domos que les cubriera de la lluvia... Pero el escenario no tenía eso, y pronto el suelo se volvió sumamente resbaladizo.

Entre dos y tres bailarines por poco pierden el equilibrio, y hubo el que quiso sostenerse de algo que, por desgracia, fue la ropa del vocalista.

Todas gritaron cuando el hombro de Daehyun y parte de su pecho quedó a la vista, luego de que el bailarín rompiera su saco y parte de su blanca camisa.

Para todo quien lo viera era un gran espectáculo... Menos para quien lo daba...

Daehyun sentía en la punta de sus dedos la desesperación, la voz empezó a temblarle, su cuerpo cada vez hacía movimiento más rígidos para evitar que su camisa cayera y mostrara las profundas heridas que, mucho tiempo atrás, su padre había marcado para siempre en su piel... Simplemente quería dejar de bailar y de cantar...

Quería dejar de fingir esa gran y coqueta sonrisa...

En un descuido, accidentalmente el cantante pisó un sostén, y, sumado al mojado suelo, el confeti, la espuma que lanzaron para el cierre, y la gran grieta en el piso que quiso evitar, fue que simplemente... resbaló.

Un sordo golpe se escuchó, y un quejido de dolor brotó de sus labios sin quererlo.

Eran los minutos finales de su concierto, ya los bailarines se despedían, y él debería hacer lo mismo... Pero no pudo.

Todo el aire se le había salido de los pulmones, y su cuerpo no reaccionaba a las indicaciones que internamente se daba.

¡Arriba! ¡Por favor, párate, sigue cantando, sigue sonriendo, sigue siendo perfecto!...

No se levantó. No pudo. Su cuerpo finalmente sucumbió ante el peso del cansancio, y el límite marcado de lo que debería ser su punto de quiebre fue palpable.

Tanta fue su desesperación por no poder pararse, reírse de su caída y seguir con el concierto, que se puso a llorar.

Ahí estaba, en vivo y en directo: el límite de la perfección de Jeon Daehyun.

El STAFF tuvo que subir al escenario para ayudarlo a ponerse de pie. A ese punto llegó. Tanto bailarines de apoyo como guardias de seguridad fueron a socorrerlo... Y sí, lograron que se sentara, incluso que se mantuviera en pie por dos cortos segundos... Pero al momento siguiente volvió a caer... Y nadie, en ningún momento, pudo detener su llanto.

Los fuegos artificiales fueron lanzados para distraer a WINGS, y todas las luces del escenario se apagaron, sacando así a Daehyun inmediatamente.

Las fans enloquecieron de preocupación. Le gritaron al STAFF, y una que otra se atrevió a subir al escenario, mas fueron detenidas.

Bajo éste, el cantante era fuertemente reprendido por su mánager, quien, entre gritos, lo insultaba y le aventaba ciertos objetos que si bien no causarían un daño permanente, el impacto sí era doloroso... Y Daehyun hubiera aguantado todo eso... Pero una fuerte mano le arrebató al mánager el micrófono que estaba dispuesto a lanzarle, y un fornido cuerpo se puso frente a él para protegerlo.

-animal - gruñó el Omega -, ¡eres un animal! ¡¿Cómo te atreves a alzarle la mano?! ¡Él te viste, te da de comer, te mantiene! ¡Infeliz, ¿cómo puedes hacerle eso?! ¡Juro por mi vida que le alzas siquiera la voz la próxima vez, y haré que te pudras en la cárcel!

Jungkook tomó a su mejor amigo por los hombros y lo alejó de aquel hombre furioso, que, sin poder hacer nada, los vio marcharse.

Daehyun estaba en silencio. Los flashes de las cámaras no lo afectaban, el camino por el que caminaba le era ajeno... Solamente sentía el cansancio en su cuerpo, y el peso del brazo de Kim sobre sus hombros no era de mucha ayuda.

Jungkook, por su parte, pasó un infierno para proteger a Daehyun de todos los periodistas que, como buitres, se arremolinaban alrededor de Daehyun para hacerle preguntas estúpidas.

Quería gritarles que se alejaran, pero no podía. No teniendo a su amigo temblando de pies a cabeza y casi sin poder mantenerse en pie.

Fue así como entre empujones y forcejeos que Jungkook logró subir a Daehyun a su auto, y, luego de media hora de tratar de evadir a los periodistas y no guiarlos a su casa, llegaron a la del cantante derrotado.

Daehyun, casi automáticamente, abrió la puerta de su casa y entró, dejando las llaves en una mesita y dejándose caer contra el sofá.

-¿Panda?...

Jungkook se acercó a él, pero Daehyun extendió la mano en señal de que parara.

-no - murmuró con un hilo de voz rota y temblorosa -. No, Jungkook. Vete.

-pero... Daennie...

-¡Vete, Kim!

Jungkook se quedó paralizado, lleno de miedo.

De miedo, de tristeza y de ira...

Daehyun jamás había usado su voz de mando con él, y el simple hecho de que le afectara más de lo que debería gracias a que su lobo estaba... Roto, por decir lo menos... Realmente le causó un remolino de emociones.

-lo siento - sollozó Daehyun, sin mirar al contrario -, lo siento, no quería... Lo lamento... Tan sólo... Vete, Jungkook... Te lo ruego.

Kim quiso contestar, pero no pudo. En lugar de eso, murmuró:

-¿Puedo pasar a tu baño?

Daehyun suspiró profundamente, pero al final cedió, señalando débilmente la puerta que daba al baño.

Jungkook con paso lento fue allí, y cerró la puerta con llave, sin saber qué hacer.

La casa estaba sola, los mellizos habían ido con Taehyung a la plaza, y SunHee estaba con SeokJin.

SunHee había ido al concierto de Daehyun con Jungkook y Jin, pero el maknae le pidió al mayor que la llevara a comer un helado o a comprar la comida para poder pasar un rato a solas con su amigo.

La beta se negó en un principio, pero, al ver a Daehyun tan inmóvil e ido, fue la primera en proponer una piyamada en casa de los Bangtan Boys.

Al fin y al cabo, el detective Harvey había convencido al jurado, y en dos días los niños regresarían con sus tutores.

En cuanto a la informante que provocó todo ese caos... La pareja ya estaba tomando cartas en el asunto y preparaba una demanda.

Pero, volviendo a la casa de Daehyun y al Omega en el baño, éste estaba al borde de la locura.

Generalmente Daehyun era quien lo consolaba... No al revés...

Además, nunca lo había visto de esa forma, salvo la ocasión con su padre.

No obstante, el nivel de esa situación sobrepasaba cualquier otra.

Luego de mojarse la cara, Jungkook salió del baño con un plan de tres pasos para alegrar a Daehyun:

1. Distraerlo.

2. Darle comida.

3. Arroparlo y dormirlo...

Muy seriamente hablando... Ese tipo de planes no funcionan en la vida real. No es tan sencillo.

Jungkook no tuvo oportunidad de siquiera intentar distraerlo.

Daehyun se mordía las uñas mientras desesperado se aferraba al teléfono, con los ojos rebosantes de lágrimas que no deseaba derramar, pues, además del dolor que le causaría a su piel herida por la explosión, hacerlo le haría sentir que realmente perdió el control...

Jungkook sufrió un cortocircuito. En todo el tiempo que conocía a Daehyun (toda la vida, básicamente...), nunca, mas que en la muerte de Amy y la grave discusión con su progenitor, lo había visto tan mal. Siempre tenía una dulce sonrisa en su rostro... Incluso cuando fue internado en el hospital luego de la horrible pelea con su padre más de ocho años atrás...

No obstante, en ese momento, sólo existía la desesperanza, la frustración y la rendición...

Sus dedos se entumecieron ligeramente por agarrar tan fuerte el teléfono, mientras temblaba de pies a cabeza, hundiendo esta última de a poco entre las rodillas mientras las abrazaba, evitando soltar el grito desgarrador que estaba atorado en su garganta... Pero no pudo. Las lágrimas cayeron por sus mejillas abundantemente, y un ligero gemido de dolor brotó de sus labios.

Jungkook, con pasos llenos de inseguridad y duda, se acercó a él, pensando en una forma de consolarlo... Pero no halló ninguna.

Decirle que lo entendía sería una gran y cruel mentira, y no era de mucha ayuda...

Jungkook jamás había tenido una presentación tan terriblemente desastrosa, y eso lo hacía sentir impotente, porque desconocía cómo servirle a su mejor amigo. No poder ayudarlo le hacía sentir terrible...

Años atrás le había prometido apoyo incondicional, la respuesta a todas sus preguntas y el consuelo a todos sus dolores... Pero Jungkook no sabía qué más hacer además de sentarse a su lado y palmearle la espalda.

Daehyun, contrario a dejar de temblar, escondió más su cabeza entre las piernas, tratando de ocultar ese vergonzoso llanto.

Jungkook delicadamente le quitó el teléfono de la mano, y empezó a leer los comentarios que aturdieron a su amigo.

Sus ojos se abrieron como platos al no ver uno, ni diez, sino miles, millones de despectivos y crueles comentarios... No había ni uno amable... Todos despedían odio, y hubo algunos en los que Kim tuvo que cerrar los ojos para no acompañar a Jeon Daehyun en el llanto. ¿Desde cuándo las personas pueden llegar a dañar tanto con simples palabras? ¡Todo estaba saliendo tan bien! El tema del suicidio, si bien aún seguía haciendo eco en algunos lados, había dejado de atormentar a Daehyun... Su último álbum había sido un rotundo éxito, y... Y...

¿Y todas las sonrisas que viste en el rostro de Daehyun fueron falsas?, le dijo la voz de su cabeza, Eres tan mal amigo como para no darte cuenta de cuándo te necesita....

A pesar de todo, no era justo... Daehyun era una buena persona, el mejor... ¿Por qué la vida lo estaba haciendo caer al suelo con tanta crueldad? Fueron errores, cualquiera los pudo haber tenido en las condiciones que estaba su concierto. ¡Se rompió el suelo, por todos los cielos!... No merecía esas críticas...

Jungkook escuchó el sonido de cámaras, por lo que alzó la mirada y buscó la ventana. En ella se asomaban tres camarógrafos.

Eran del equipo de Pikto music... Y eso lo llenó de ira.

Jungkook salió de la casa, hecho una furia, y les gritó para que se fueran de allí.

Ni siquiera en los peores momentos pueden dejar de pensar en dinero...

-¡Díganle a su jefe que si vuelvo a ver un maldito camarógrafo cerca de aquí lo voy a demandar! - gritó finalmente, dando un fuerte portazo, y yendo a cerrar todas las ventanas.

Jungkook intentó calmar su ira, pero ésta picaba y vibraba bajo su piel.

El miedo fortalecía ese sentimiento...

-Jungkook...

El Omega miró a su amigo, quien, hecho un desastre de lágrimas y ojeras, le sonrió débilmente. La quemadura en su rostro había adoptado un color más rosado, contrario a su oreja, que no dejaba de sangrar.

-los niños... Tengo que ir por los niños...

Y fue en ese momento que Jungkook se dio cuenta del peso que le había puesto encima a su amigo.

Sin querer, Jungkook había contribuido a las falsas sonrisas de Daehyun esas semanas... Porque, claramente, no querría verse triste ante los cachorros...

-no - murmuró firmemente -. Quédate aquí. Yo iré por los niños.

-no puedes. Aún no. Servicios sociales...

-me las arreglaré. Tienes que descansar.

-ya es de noche, Jungkook...

-exacto. Es hora de dormir, no de sonreír falsamente.

Jungkook acarició el cabello del contrario, y le sonrió.

-descansa. Por favor... Por un segundo... Deja de ser tan perfecto.

Daehyun se alejó de su tacto, con una triste sonrisa.

-¿Y qué más puedo ser, si no soy perfecto?...

Acto seguido, en silencio, se levantó del suelo, secó sus lágrimas, se quitó el saco de su traje y su camisa rotos con rapidez para reemplazarlos, y salió de ese lugar con Jungkook pisándole los talones.

Al salir de la casa, el Omega lo tomó por la muñeca, pero él se zafó bruscamente.

Dolía.

-¡Tienes que parar! - dijo, entre molesto y preocupado, Kim -. ¡No estás solo, Dae, por amor a la Luna!

Hace mucho frío... Tengo que recoger a los niños, no puedo ceder ahora.

-quiero hacerlo, ¿okay? - murmuró -. Quiero ir por los niños, quiero ser un poco útil, quiero olvidar el peor concierto que di en mi vida, quiero dejar de pensar, quiero... Quiero... Quiero irme, Jungkook.

Dos simples palabras. Pueden parecer insignificantes, tal vez sin sentido... Pero lo son todo. Son una pausa, un ruego, una esperanza abandonada. Esas dos palabras, en un futuro, podrían destruir el mundo entero de alguien... O simplemente acabar con el sufrimiento de otra persona.

Las palabras son más poderosas de lo que pensamos. Una sola palabra, un simple oración puede cambiar vidas... O puede terminarlas. Todo depende de quién las diga y quién las escuche...

Escuchar es lo más importante.

-pues vamos juntos - le dijo el Omega con una sonrisa, tendiéndole la mano dulcemente, tal como hacía mil lejanos ayeres.

Una voz en el silencio, una soga para detener la caída, una mano en la soledad... Eso era Kim Jungkook para Jeon Daehyun. Un salvavidas. Su mejor amigo...

Un ángel.

Un... Todo.

-yo pongo la música - le dijo Jungkook cuando Dae le tomó la mano con timidez.

-¡Hey! ¡No! ¡Es injusto, Jungkook! ¡No quiero escuchar tu álbum por enésima vez en la semana!

-¡Lo siento! - rió el otro, subiéndose al carro y prendiendo la radio para enlazarla con su celular.

Daehyun lo miró sonriendo, frotando sus muñecas con un gesto de dolor antes de subir al asiento del conductor.

Dos palabras. Mil historias, llanto y sangre tras de ellas.

...

-¡Hyung, mira! ¡Se parece a un pulpo!

Jungkook rió por la ternura que Byeol le causaba al mostrarle su hotcake mordisqueando y al que, sinceramente, no le veía forma.

-anda, bebé, termina la cena para poder dormir, ¿mh?

-¡Pero no tengo sueño!

Dos segundos después de que esas palabras abandonaran sus labios, un bostezo salió de los mismos, traicionándolo. Su hermano se rió de él, y le dio un empujón.

-tienes sueño~ - canturreó MingSu.

-¡Que no!

Y nuevamente su hermano se burló de él al volver a bostezar.

SunHee les golpeó muy dulcemente los hombros a los mellizos y acarició sus cabellos, riendo.

-¡No puedo creer lo escandalosos que son!

Jungkook la miró con cariño.

-Sun.

-¿Mh?

-casi es tu cumpleaños.

El rostro de la chica perdió esa brillante sonrisa, y un manto de melancolía pintó su mirada.

-oh... Sí. No es nada importante...

-nada de eso, es uno de los días más importantes. Estás aquí. Hay que celebrar eso.

SunHee sonrió con un poco de incomodidad, asintiendo sin real interés.

-iré a dormir... Hasta mañana.

-hasta mañana, nena.

Jungkook vio con tristeza cómo la chica huía de su lado.

-¿Estás bien?

-no sé qué hacer, Tae... Siento que avanzamos, y luego... Retrocedemos... Cada vez que pienso que me dirá algo importante... Se calla y se va.

Taehyung lo abrazó, y besó sus labios dulcemente.

-dale tiempo... No debe ser fácil.

Daehyun escuchaba la conversación en silencio, oculto tras una pared. quería pedirle a Jungkook que le ayudara a dormir a los mellizos, pero... Acabó escuchando lo que simplemente no le correspondía.

Daehyun lentamente retrocedió, y fue al cuarto de la beta. SunHee doblaba su ropa, haciéndolo distraída y con brusquedad.

-yo te recomendaría poner esa blusa en un gancho.

La beta se asustó, pero no lo demostró físicamente.

-¿Qué haces aquí?

-parecías triste. Quería saber si podía ayudarte en algo.

SunHee bufó, aunque no sé quejó cuando el alfa se sentó en su cama y la miró con atención. Palmeó el lugar a su lado, y ella se sentó.

-lo extraño...

-¿A quién? - preguntó, aún sabiendo la respuesta.

-a mi hermano... Él...

La chica no pudo continuar.

-¿Te hacía una fiesta sorpresa - murmuró Daehyun con una sonrisa y mirando al techo -, con un pastel que él mismo hizo y que sabía horrible pero de cualquier manera comían, con disfraces de lo que les gustaba y regalos que, si bien eran pequeños, eran preciosos?...

La beta le miró con mucho asombro.

-¿Cómo lo sabes?...

El alfa perdió ligeramente su sonrisa, y, sin mirar a la beta e impidiendo que sus manos buscaran algo qué rasguñar, respondió:

-mi hermana y yo hacíamos lo mismo... A veces nuestro padre se olvidaba de nuestros cumpleaños, y nosotros nos las arreglábamos.

SunHee sonrió, y asintió. Al fin alguien la entendía.

-¿Cómo es tu hermana, qué edad tiene?

Daehyun se quedó en silencio unos minutos, mordiendo su labio y sin darse cuenta que nuevamente había empezado a rasguñar su piel. Los ojos se le cristalizaron levemente y, a pesar de que quiso mantener una sonrisa, no pudo fingir ser perfecto... No podía fingir que no dolía.

-ella... - empezó, con la voz rota y más grave de lo usual -, Amy...

Las náuseas le invadieron, y, preso de un ataque nervioso, empezó a temblar fuertemente.

Hey, hey. Panda, tranquilo. Aquí estoy. Aquí estoy. Respira. Uno, dos, inhala. Uno, dos, tres, exhala... Todo estará bien, ¿mh?

Respiró profundamente, y, suavemente, soltó con melancolía:

-Amy - repitió -, se llamaba Amy... Ella era muy dulce, muy pequeña... Mi pequeña princesa, mi hermosa niña... Tendrá por siempre y para siempre nueve años.

SunHee cubrió su boca, asombrada y apenada.

-¡Lo siento tanto! No lo sabía, perdóname, yo...

-está bien. Nadie además de conocidos cercanos saben que tenía una hermana. Estoy bien con eso...

La beta se quedó en silencio, mirando el perfil del alfa que le acompañaba, con esos ojos verdes que se veían llenos de tristeza, y esos labios aún tratando de mantener una alegre mueca.

SunHee le tomó de la mano con timidez, y preguntó, a pesar de que sabía que tal vez no debía:

-¿Qué... le pasó?...

Daehyun la miró por un corto segundo, para luego desviar la mirada a sus manos doloridas.

-ella... Se ahogó - murmuró, tratando de no echarse a llorar -. Quería alcanzar un cisne, y cayó al lago... No sabía nadar.

SunHee se sintió culpable por hacerle recordar ese momento, por lo que, con un profundo suspiro, confesó:

-¿Sabes?... No recuerdo a mi hermano. Es una sombra en cada recuerdo, pero sé lo que hizo por mí... Y sé que él no quería matar a mi padre...

El alfa la miró, atento a cada palabra.

-entré sin avisar... Vi a ese demonio que tenía por padre y a mi hermano... Él lloraba... Le rogaba que se detuviera... Yo... Tomé una botella y la estrellé en la cabeza de ese asqueroso hombre... Pero no le hice nada... Estaba tan asustada, tan confundida... Que no golpeé con fuerza... Lo hice enojar. Fue por un cuchillo... Mi hermano me rogó que escapara, pero me quedé... Quería ayudar, quería... No lo sé... Salvarlo.... Pero entonces mi padre entró, trató de matarme... Y mi hermano encontró esa maldita arma debajo de la cama...

SunHee apretó los puños, furiosa.

-"el señor Kim era un buen hombre. Es una pena que su hijo haya enloquecido". "El señor Kim debió matar a ese mocoso. No era su hora". "Señor Kim, señor Kim"... todos amaban al "¡Oh! Gran Kim"... y culpan al pobre chico que simplemente quiso defenderse... Todos tachan de asesino a mi hermano, le dicen... Le dicen que era un fácil... "Iba todas las noches a la habitación de su padre desnudo para pervertirlo. Era el diablo"... Claro, ¡claro! Culpar a la víctima, ¡todos vamos a culpar al único alfa en el país que ha sido marcado! Un maldito Delta.... El único del que se tiene registro en décadas... Vamos a culpar al débil, al diferente... ¿Por qué no? Vamos a culpar al chico que no hablaba... Al chico muro. El niño robot... El chico "Loco" Kim...

La beta contuvo las lágrimas, odiándose a sí misma y a su hermano por no haber huido de esa casa a tiempo... Se detestaba tanto por haber discutido esa mañana, y no haber podido decirle cuánto lo amaba...

Kim SunHee se odiaba a sí misma por no haber podido salvar a su hermano, y, además, por haber olvidado su rostro, su voz... Su nombre.

-fue un accidente - murmuró, con una sola lágrima cayendo de su mejilla -. Ese demonio se le fue encima... El gatillo se accionó... Tres balas salieron disparadas. Una se perdió por la ventana, otra se estrelló en la pared, y la última cruzó mi cráneo... Vi su mirada llena de horror, y luego dos disparos más sonaron... Mi padre clavando su cuchillo en su pecho, y cayendo muerto por las dos balas es lo último que recuerdo...

Oh, y la cara llena de sangre de la única persona en el mundo que amaba... Unos ojos vacíos, con su mano ya fría tratando de alcanzar la mía... Y ese maldito cuchillo y el orificio de bala en la sien.

Aquel hermano que por años se mantuvo fuerte para su princesa... Cedió ante la culpa, el dolor y la muerte, y se suicidó.

Iba a morir de cualquier manera, sea en la cárcel o en ese sucio suelo... Él sólo aceleró el proceso.

Daehyun la abrazó muy lentamente, pues, si la chica quería separarse sólo debía hacerse a un lado para lograrlo; sin embargo, no lo hizo. Dejó que el alfa la rodeara con sus grandes brazos y que le acariciara el cabello.

-¿Cómo lo haces? - murmuró entre sollozos -, ¿cómo puedes vivir tu día a día luego de que tú hermana muriera?...

Directo al grano, Kim SunHee. Bravo.

-yo...

Daehyun se guardó tres simples palabras:

"No lo hago"...

No puedo hacerlo.

-es difícil, pero... Así como tenemos derecho a la vida, a la educación, a la salud y demás... También tenemos derecho a salir adelante y ser felices. Sé que Amy habría amado verme feliz, así que trato de siempre estarlo.

-¿Por eso sonríes tanto?...

-sí, algo así...

-¿Y funciona?

El contrario se quedó de piedra.

-a veces - confesó tristemente -. No funciona siempre.

Todos los días sigue doliendo.

¿Si vivo con ello? No. No puedo. Tengo que tomar tres pastillas para dormir todas las noches, porque de lo contrario podría pasarme la vida pensando en cómo dejé que Amy muriera...

Y sé que no fue mi culpa... Pero si tan sólo la hubiera visto irse... Si no hubiera sido tan presumido...

-ya es tarde, ¿mh? Descansa, pequeña. Yo sé que tú hermano está mejor.

-¿Es mejor estar muerto?

Quisiera comprobarlo.

-no. Simplemente cuando pasa, estás en paz.

-¿Cómo lo sabes?

-no lo sé - murmuró con tristeza -. Es lo que deseo. Para Amy... Que tenga paz... Tal vez conoció a tu hermano en ese lugar al que van los muertos. Seguro se llevarían bien... es mi único consuelo.

-mi hermano adoraba a los niños. Te aseguro que se llevarán bien - rió la beta.

Daehyun le sonrió.

-buenas noches, Sun.

-buenas noches, oppa.

...

-¿Cuánto falta para iniciar la demanda?

-¿Demanda? ¿Demanda de qué?

Daehyun se acercó a su amigo, con la curiosidad y el cansancio pintando su rostro.

-¡Dae! No te vi, yo... Uh... Es... ¿Tu cabello es natural? Creo que nunca te lo he visto pintado.

-parece que realmente tienes una cabeza de coco hueco. Eso no fue lo que pregunté, enano.

-¡¿Enano?! ¡Soy de tu estatura!

Taehyung miraba la pelea infantil con una sonrisa, la cual se borró al ver el gesto cada vez más y más nervioso de Daehyun.

-encontramos a quien le dio la información falsa a los Harvey. Estuvimos preparando abogados especializados en el tema. Estamos preparados para todo.

-¿Y los niños? Pronto dirán si pueden volver con ustedes...

-lo sabemos... - suspiró Kim, tomando el hombro de su amigo -, pero necesitamos hacer ests demanda. Esta mujer ha ido muy lejos. Queremos una orden de alejamiento mínimo.

-no, mínimo queremos que esté en la cárcel - gruñó Taehyung.

-woo, ¿tan serio es?... Pues ¿de quién se trata?...

Jungkook y Taehyung se miraron por unos segundos.

-de la ex de Tae... Jihye.





























...

SÉ QUE ESTOY MUUUY FUERA DE TIEMPO, PERDÓN. Tuve que agregar y quitar muchas cosas al último minuto, y siempre encontré errores ;-;. Pero bueno, aquí está! Espero les guste y que tengan una bonita semana!! Nos leemos pronto!!

§†Val†§

Posdata: ¡Pronto habrá una pequeña sorpresa! Llevo trabajando en este mini proyecto por MESES, así que espero que les guste. Tiene que ver con Dae. Espérenlo!

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