Capítulo 11
SunHee se mantenía viendo a todos hablar con ánimos desde una esquina. Estaba sentada en las escaleras, abrazando sus piernas.
-¿No piensas unírteles?
La beta dio un salto en su lugar, y volteó a ver a la joven que, burlona, la miraba.
Era una chica bastante alta, de un rosáceo cabello y hermosos ojos azules.
-no recuerdo que Jungkook haya mencionado a una hermana.
-no la tiene. Soy hermana de la novia de JungHyun.
-felicidades, ¿te doy un premio?
La chica soltó una risa y se sentó al lado de SunHee.
-Ahn YoNa, Cáncer.
SunHee soltó una carcajada.
-Kim SunHee, depresión.
La rubia volvió a reír.
-eres todo un az de la comedia. ¿Eres así con todos?
-sólo con los idiotas que me caen mal.
-qué suerte que apenas nos conocemos. Te podré demostrar que no soy una idiota.
-lástima que no deseo comprobarlo.
SunHee se levantó y se disponía a irse, pero la chica interrumpió su huida con tres simples palabras:
-hasta luego, Lari.
—mi pequeña Lari. Mi dulce nena. Oppa te ama, Lari, ¿lo sabes? ¡Te amo, Lari!
-¿Cómo demonios me has llamado?...
-creí que ya te ibas.
-¿Cómo me has llamado?...
-Lari. ¿Acaso ya lo olvidaste? Muy mal, nena. Era un apodo precioso.
—¿Mh? ¿Por qué te puse así?… Pues... Suena bonito. Larisa. Te gusta mucho el agua, y, según la mitología, Larisa era una ninfa y princesa griega. También satélite de Neptuno. Tú eres mi pequeña ninfa y mi hermosa princesa, mi mundo entero. Orbitaré alrededor de ti toda mi vida.
SunHee se quedó paralizada, temblando de pies a cabeza.
-¿Dónde escuchaste eso?
-¿De dónde más? Tú me lo dijiste, Lari. ¡Quién iba a pensar que la famosa escritora de fanfiction Larisa Kim iba a estar en la misma casa que sus ídolos!
La beta se puso totalmente pálida.
-creo que te...
-¿"creo que te estás equivocando de persona" "no soy Larisa Kim" "vete al diablo"? Oh, ¡vamos! Eres tan repetitiva, Lari. Ya pasamos por esta discusión antes.
-no, yo...
La pelirrosa rió con dulzura, y se levantó, poniéndose frente a SunHee, tomándola por la cintura.
-realmente te ves confundida, Lari. Deja que te refresque la memoria.
La joven acercó su rostro al de la paralizada beta; sin embargo, antes de poder besar esos labios rosas que SunHee portaba, un puñetazo fue depositado en su mejilla.
-no me toques - gruñó la beta.
-¡Mierda, Lari! ¡Era broma! ¡Soy yo, maldita sea! ¡Ahn YoNa, de la secundaria! ¡Carajo, me rompiste el pómulo!
SunHee procesó la información, hasta que un rostro conocido renació del olvido.
-oh... - fue lo único que dijo.
-¡¿"Oh..."?! ¡ Nada de "Oh"! ¡Un "lamento haberte golpeado, amada YoNa" estaría perfectamente bien, ¿sabes?!
-no lamento nada. Ibas a besarme.
-no es como si no lo hubiera hecho antes.
-éramos unas niñas.
-¡Eras mi novia!
-en ese entonces no sabía qué demonios significaba eso - bufó SunHee, volviendo a sentarse en la escalera.
-¿No sabías qué significaba ser novia cuando escribías fanfiction? Estás de broma...
El rostro de la beta enrojeció.
-déjame en paz... Sólo era un juego tonto.
-¿Escribir o ser mi novia?
-ambas.
-mentirosa.
YoNa se sentó en el regazo de SunHee, pasando sus brazos por el cuello de la chica y besando sonoramente su mejilla.
-¿Era un juego tonto el cariño que me tenías?... - murmuró sobre los labios contrarios la pelirrosa.
SunHee tragó con dificultad, evadiendo la mirada.
-lo fue. Bájate de encima, ya no pesas veinte kilos.
-¡Para tu información peso cuarenta!
-¡Sólo bájate, YoNa!
SunHee quiso empujar fuera de su regazo a la contraria, pero terminó cayendo sobre ella.
-boba - rió con dulzura la de ojos azules, besando su nariz.
-insoportable - gruñó la de tez un poco más morena, parándose.
-¡Oye! ¡¿A dónde vas?!
-¡Lejos de ti!
Con el rostro totalmente enrojecido y con las carcajadas de la pelirrosa tras de sí, SunHee huyó al lado de Jungkook y se pegó a él, escondiendo la cara en su hombro.
El Omega, impresionado, dejó por un segundo la conversación que tenía con su madre y Jimin. Luego sonrió, le acarició el cabello a la joven y prosiguió con su relato.
SunHee cerró los ojos con un poco de fuerza, tratando de calmar los latidos desenfrenados de su corazón.
Se tocó levemente la nariz, pensando en lo bonita que YoNa se había puesto y lo cálido que había sido su tacto.
-insoportable - bufó suavemente, abrazando el brazo de su tutor y poniendo suma atención a la conversación que éste tenía.
...
-¡Son tan lindos, ¿por qué no me los dejas un día más?!
-¡Má! ¡Los vas a ahogar!
-¡Es que no puedo dejar de abrazarlos, los adoro!
-¡Dame a mis niños!
-¡Jamás!
La mujer se llevó cargando a los mellizos entre risas, siendo perseguida por Jungkook. NaeByeol y MingSu reían fuertemente, pues, aunque la mujer no era muy rápida, eran lindo estar en sus brazos un poco más de tiempo.
-bien, ya - rió la mujer, exhausta, soltando a los niños.
-gracias, má. Te prometo que vendré más seguido - dijo Jungkook abrazando a su progenitora.
-trae a los niños también. Son unos amores.
Jungkook rió, viendo a lo lejos cómo sus niños se despedían de su padre con abrazos y risas.
-oye...
-¿Sí?
-¿Qué le sucedió a MingSu?… Le pregunté, pero me dijo que se había caído jugando... Es obvio que no es cierto... No tienes nada que ver, ¿cierto, Jungkook?…
El Omega frunció ceño, indignado.
-¿Crees que le pegaría a mi cachorro?… ¿Qué te sucede?
-no, no...
-fue su madre - bufó el Omega, empezando a molestarse de nuevo.
La Omega sonrió con tristeza.
-lo siento, Kook. Sé que jamás lastimarías a tus niños... Es sólo que realmente me preocupo por MingSu a pesar de que apenas lo conozco... Es un niño tan lindo que me duele pensar en que la está pasando mal.
Jungkook suspiró y pasó la mano por su rostro.
-sé a lo que te refieres... Siento lo mismo... Y yo jamás me atrevería a tocarlo. Nunca. Lo amo demasiado. Se merece todo lo bueno del mundo.
-tú también, mi niño - dijo la Omega, acariciando sus cabellos.
Jungkook rió.
-Kook.
-¿Mh?
-tienes una hermosa familia, mi príncipe. Estoy muy orgullosa de ti.
Jungkook sonrió con los ojos cristalizados.
Hacía años que esperaba escuchar esas palabras.
-gracias... Te amo mucho, má.
-yo también, mi cachorro.
El Omega le dio un dulce beso en la mejilla a la mujer, y fue a despedirse de su padre, quien tenía en la cara unos bigotes pintados.
-ni una palabra sobre esto - rió el hombre.
-difícilmente lo cumpliré - dijo Jungkook con una hermosa sonrisa.
Ambos se miraron un rato en silencio, hasta que el señor Jeon se acercó y envolvió entre sus brazos a su hijo con fuerza y cariño.
-lo hiciste bien, Kook. Lo has hecho muy bien.
Kim sonrió, devolviendo el abrazo de su padre.
-te amo, pá. Lamento mucho no haber venido.
-ven más seguido. Te esperaremos con ansias.
Jungkook sabía que eso significaba "también te amo", por lo que sonrió y se alejó de su padre.
-toma tus medicinas.
-¡Benditas medicinas! ¿Por qué todos me lo recuerdan? ¡Soy viejo, pero no tanto!
Jungkook rió, dio una palmada en el hombro de su padre y se subió al carro.
Los demás miembros se seguían despidiendo de sus padres, por lo que volteó a ver a los niños en lo que se iban.
-¿Cómo están? ¿Les gustó la comida de mi mamá?
-¡Fue muuuuy rica! ¡La señora Jeon es muy linda, y el señor Jeon muy amable! ¡Tienes los mejores papás, hyung! - halagó Byeol, brincando en su asiento.
Sí, es verdad. Prometo ser igual de bueno para ustedes, mis niños.
-son muy agradables - murmuró SunHee con una ligera sonrisa, mirando la ventana en dirección a una joven pelirrosa que hablaba con JungHyun riendo.
-vi que mamá te dio algo, ¿qué fue?
La beta salió de su ensoñación.
-¿Eh?
-¡Sí, Noona, muéstranos!
SunHee quedó impresionada por el honorífico que Byeol había usado, pero de inmediato una gran sonrisa apareció en su rostro y acarició el cabello del pequeño Alfa.
-uhm, me dio tres cadenas de oro. Una para cada uno - murmuró, sacando dichas cadenas de su bolsillo y dándole una a Byeol y a MingSu.
Este último se negó a aceptarla.
-¿Por qué, SuSu? ¿No te gusta?... - dijo Jungkook, angustiado.
-no, no. Es... Muy linda... P-pero no puedo aceptarla, es de la señora Jeon, debe ser muy valiosa. No merezco tal cosa...
Jungkook frunció el ceño.
-Su, escucha bien. Tú te mereces el mundo entero, te mereces los regalos que te den. Esa cadenita es para ti, te la mandan con mucho cariño.
El cachorro quedó pasmado unos segundos, procesando la información. Luego de unos segundos, aún con un poco de renuencia, tomó la cadena que la beta le extendía.
-gracias - murmuró.
Taehyung entró al carro cortando el momento, pasando el brazo por sus ojos.
-¿Estás llorando?...
-¡Claro que no! Me... Me entró una basura al ojo...
Jungkook rió, y besó la mejilla de su esposo.
-te dije que todo estaría bien.
-gracias, cariño. Te amo.
Un claxon les sacó de su burbuja, por lo que arrancaron el auto y empezaron el recorrido de vuelta a casa.
El camino estuvo lleno de música, risa y anécdotas de parte de los adultos y dos de los cachorros, haciendo de vez en cuando paradas para que Byeol no se sintiera mareado.
Sin embargo, nadie notó que el otro mellizo fingía dormir, mientras abrazaba la cadena que le habían dado con mucha fuerza y lágrimas contenidas.
Se sentía raro.
Todos los regalos le abrumaron, las risas de los señores Jeon casi lo ensordecieron. Se sintió tan fuera de lugar con esa pareja tan amable y cariñosa...
La mayor parte del día no supo qué hacer, cómo actuar. No estaba acostumbrado a las extrañas muestras de cariño y la constante atención sobre él... Cada risa que brindó, cada sonrisa se sentía rara, se sentía fingida... Sólo copió lo que Byeol hacia.
Quería vomitar.
Sentir los abrazos, los mimos en su cabello... Esos gestos que a muchos podrían parecerles insignificantes crearon un remolino de emociones en su estómago tan fuerte que tuvo que aguantar la respiración para no devolver la comida.
Su mamá lo dejaba a su suerte, le encargaba que hiciera la comida, a veces ignoraba su presencia... ¿Por qué la familia Jeon/Kim no?... Sería más sencillo... Sería lo normal...
¿Qué es esto?... ¿Por qué hacen esto?... No es normal, no es normal..., repetía en su cabeza.
¿O será que yo no soy normal?...
...
-¡Byeol, con cuidado! ¡Te vas a caer!
-¡No, hyung, voy a volar!
Jungkook corrió hasta donde estaba el cachorro, logrando tomarlo antes de que saltara del borde de su cama.
-¡Hyung!
-no hoy, Byeol. Te vas a lastimar.
-pero...
-hazme caso, bebé.
El cachorro hizo un puchero, pero se sentó en su cama, con los brazos cruzados.
-de verdad quería volar...
-yo sé que sí, cariño, pero a veces el aterrizaje no es el adecuado.
Jungkook besó la frente del cachorro, y le sonrió.
-ya descansa. Fueron demasiadas aventuras por hoy.
NaeByeol soltó un bufido, pero se metió debajo de las sábanas y le dio un beso en la mejilla a Kim.
-buenas noches, hyung.
-buenas noches, estrellita.
Jungkook volteó a ver a MingSu, quién aparentemente ya roncaba. Se acercó a él y besó su frente también. Acarició superficialmente una de las heridas en el rostro del cachorro, y con una voz suave y cariñosa murmuró:
-descansa, SuSu. Te quiero.
Jungkook salió de la habitación, sin saber que el pequeño Omega ante sus palabras había dejado caer dos tristes lágrimas.
Luego de un minuto de que la puerta se cerrara, MingSu lanzó con furia su almohada contra la pared, asustando a Byeol.
-¿SuSu?...
-Byeol... ¿Mamá alguna vez te dijo que te quería?...
-sí, muchas veces - dijo pensativo el alfa, sonriendo ante el recuerdo de su madre dándole mimos y diciéndole esas dulces palabras.
MingSu enfureció, se levantó de la cama y abrió la ventana de la habitación.
-¿Q-qué haces?...
-quédate aquí. Si alguien pregunta, no me viste irme.
-¿A dónde vas?
-no importa.
-SuSu, no te vayas... P-por favor... No me gusta estar solo...
-no tardaré.
MingSu saltó la ventana y salió corriendo antes de que su hermano pudiera seguirlo.
Corrió lejos, muy lejos.
Le dolía. El corazón golpeaba con fuerza su pecho y dolía.
¿Por qué? ¿Por qué él jamás había recibido un "te quiero", o un "estoy orgullosa de ti"? ¿Por qué? ¿Qué había hecho mal, qué le faltaba?…
MingSu siempre trató de ser el mejor. A pesar de todo lo que pensaban sobre él, de lo inútil que lo hacían sentir, siempre se esforzó para demostrarle a su madre que no era la basura que Él decía. El poco tiempo que pudo asistir a un colegio tuvo las mejores calificaciones de su salón, fue abanderado de la escolta, era el capitán del equipo de fútbol infantil, ¡incluso el director lo había felicitado frente a toda la escuela por ganar el primer lugar de un concurso de oratoria a nivel nacional!…
Pero todo lo que recibió fue una fría mirada y golpes.
No lo entendía... Si sacaba diez, era insignificante. Era su "deber"... Ah, pero si sacaba un nueve... Diosa... Hasta el demonio rezaba por su alma.
Cansado de correr, y herido por algunas caídas en su intento por llegar lo más lejos posible, MingSu se dejó caer al suelo, apretando fuertemente los puños ante el sentimiento de ira y desesperación.
Tanta fue su frustración, que golpeó el suelo repetidas veces, hasta que sus nudillos comenzaron a doler.
En ese momento, sólo un pensamiento pasaba por su mente.
Unas palabras escritas con fuego en su corazón.
—es tu culpa.
Su culpa, su culpa... ¿Realmente todo había sido su culpa?…
Los golpes, el llanto, las drogas, la explosión... ¿Eso había sido su culpa?…
Ella... Lo que le había pasado... ¿Había sido su culpa?…
Sí. Definitivamente sí. Tú la dejaste. Tú la abandonaste... ¡Fue tu culpa, Miller, por eso ella no está aquí!
MingSu cubrió sus oídos, a pesar de que sabía que la voz estaba en su cabeza.
Su cuerpo temblaba, sus sollozos brotaban de sus labios con la misma fluidez que las lágrimas por sus mejillas.
—descansa, SuSu. Te quiero.
—muérete. Hazle un favor al mundo y no despiertes.
—¡Deja de llorar! ¡Deja de llorar, maldita sea! ¡Cierra esos ojos, duerme, y cállate!
—duerme con un ojo abierto si no quieres que te mate.
—¿Un cuento? ¿Qué eres? ¿Un niño estúpido? Déjame en paz.
—¡Molestas! ¡Sólo molestas! ¡Vete a tu cuarto y deja de joder!
-mamá... Mamá.... ¿Por qué no me quieres?… A niños ajenos les dedicas esas dulces palabras... ¿Por qué a mí no?…
MingSu golpeó nuevamente el suelo, ignorando que la sangre empezaba a brotar de sus nudillos heridos.
-¡¿Por qué?! ¡¿Qué hice mal, qué me falta, mamá?! ¡¿Qué es lo que quieres?! - gritó al cielo, lleno de furia.
El silencio fue su respuesta.
La cadena de oro en su cuello lo asfixiaba, quemaba, por lo que se la quitó con prisa.
Quería aventarla lejos, maldecir... Pero había sido un regalo de la señora Jeon, y no se atrevió más que a guardarla con pesar en su bolsillo.
¿Qué debería hacer?… Estaba solo, tenía frío, sus manos dolían y sangraban... Y, lo más importante... Estaba perdido...
Perdido en medio de un bosque del cual ni siquiera tenía conocimiento que existía.
Había corrido sin mirar atrás, y no recordaba qué camino tomar para regresar a la casa.
Tenía miedo. Miedo de las sombras que lo rodeaban, miedo de los ruidos a su alrededor, miedo de sí mismo.
Estaba tan asustado, que su cuerpo se negó a moverse. Escuchaba ruidos sordos a su alrededor, y aún así sus piernas se negaban a echar a correr...
Tenía frío, por lo que, dándose por vencido incluso antes de buscar un camino de regreso a su habitación, se acostó totalmente en el suelo y se abrazó a sí mismo.
Si me muero ¿dirías en mi funeral que me quieres, mamá?… Tantos problemas... ¿Todo se solucionaría con mi muerte?… ¿Mis errores serían borrados?…
No importa... Realmente no importa. Aunque todo empeorara, aunque me fuera al infierno... Siento que quiero morir...
Quiero morirme, mamá... Quiero morirme y la culpa es tuya y de Ann...
Ann...
Ann.
Ese maldito...
Él.... Me lo arrebató todo... Me mató sin ponerme un dedo encima... Y tú lo dejaste, mamá...
Eres cómplice de asesinato. ¡Eres cómplice de que mi mundo se haya destruido!
Ramas rompiéndose bajo el peso de algo llamó su atención y disparó todas sus alarmas.
-¿Hola?… ¿H-hay alguien ahí?…
Sí, claro, MingSu. El asesino va a salir, se va a presentar y luego te pedirá permiso para matarte. ¡No hay falla!
Un suave gruñido le puso los pelos de punta, e hizo que se parara de un salto.
-¿Byeol?…
En lugar de su hermano, un gran lobo negro apareció, gruñéndole furioso.
MingSu se quedó completamente paralizado del terror.
-¿Taehyung hyung?… - preguntó con la voz temblorosa; sin embargo, cuando quiso acercar la mano al hocico del lobo, éste le lanzó una mordida que de milagro esquivó.
Definitivamente no es Taehyung...
MingSu echó a correr, sintiendo las lágrimas de desesperación caer por su rostro al escuchar tras de sí las veloces pisadas del poderoso animal.
Sus piernas, por mucho que quisieran dar largas zancadas, no eran rivales para las largas patas del gran lobo, por lo que pronto terminó con éste pisándole los talones.
Para empeorar las cosas, MingSu no alcanzó a ver una piedra, y tropezó con ella, y el animal de inmediato se colocó sobre él, listo para matarlo.
No gritó. Ni siquiera parpadeó. Se quedó mirando a los ojos al lobo, temblando del miedo. Y cuando el animal abrió sus fauces para dar la mordida mortal, apartó la mirada y cerró los ojos con fuerza.
No obstante, el peso sobre él despareció de repente, y un agudo chillido perturbó el silencio
Sorprendido, MingSu abrió los ojos, y se encontró con que un lobo de un pelaje plateado combatía fieramente contra el de negro. Se mordían, gruñían, se rasguñaban.
Era una pelea atroz.
Asustado, pues ambos animales sangraban por las heridas provocadas, el pequeño Omega trató de huir.
Corrió largos minutos, pero, cuando creyó estar a salvo, de nuevo una gran figura apareció entre las sombras.
Se trataba del lobo de un pelaje color plata manchado por la sangre de su contrincante.
MingSu rió suavemente, cubriendo sus ojos llorosos.
-no importa cuánto corra, ¿verdad? - le dijo al cuadrúpedo -. Vas a matarme...
Una carcajada aún más sonora salió de sus labios, mientras se tumbaba en el suelo.
-¡Hazlo ya! - gritó con furia, cerrando los ojos -, ¡mátame y ya! ¡Sólo mátame!
Mátame y acaba con esto... Pero que Byeol no se entere...
Que no sepa que fui un cobarde.
El llanto no tardó demasiado en salir. Temblando de miedo, y a la vez ya resignado de morir, MingSu esperó ansiosamente la mordida que le daría fin.
Pero nunca llegó.
Temeroso, abrió un poco los ojos, hallando al corpulento lobo con la mirada fija en él y las orejas un tanto bajas.
Esos ojos llenos de un fuego protector y amoroso se cruzaron con los propios, y un cálido sentimiento abrazó su corazón.
-¿Taehyung hyung?… - murmuró tímidamente, rogando a la Luna no llevarse una nueva decepción.
Sin embargo, el bello animal se acercó a él y frotó cariñosamente su nariz contra la cara del cachorro, y movió la cola cuando el joven se abrazó a su pelaje.
MingSu comenzó a llorar, dejando salir con aquellas gotas saladas su miedo y su dolor, aferrado fuertemente al lobo de pelaje plateado.
-estaban tan asustado - dijo el Omega entre hipidos y sollozos, enterrando la cara en el pelaje del contrario -, ¡c-creí que iba a m-morir!… Tenía tanto miedo... Sentí... Sentí que realmente m-me iba a morir...
Porque, a pesar de que lo desee, a pesar de que realmente no me hubiera importado que ese animal me comiera... No puedo irme. Aún no. Byeol me necesita.
Y mientras esté a mi alcance, jamás dejaré que entierre mi cuerpo sin vida.
No le haré lo que me hicieron a mí.
El gran lobo lamió la cara del cachorro con dulzura, y se recostó en el suelo para que MingSu no fuera a caer gracias a sus piernas temblorosas. Acto seguido, apoyó su hocico contra la espalda del cachorro, dándole así un "abrazo".
MingSu se sintió más tranquilo al sentir el calor del licántropo contra su cuerpo, tranquilizando su llanto y sus fuertes temblores. Incluso el sueño lo embriagó.
Taehyung, al sentir al cachorro aflojar su agarre y empezar a cabecear, se separó ligeramente de él y le lamió la cara para llamar su atención. Cuando ambas miradas se encontraron, el Alfa ofreció su lomo en un agradable silencio, y MingSu, entendiendo perfectamente, se subió a él y se abrazó a su pelaje.
Taehyung comenzó a caminar lentamente hacia su hogar, cuidando que el cachorro no se fuera a caer.
MingSu, levemente despierto, sonrió por la dulzura de su tutor.
Todo esto es tan extraño... Pero me gusta. Me gusta mucho....
Arrullado por el movimiento sutil del animal al caminar, MingSu cayó profundamente dormido, sin preocuparse por nada en absoluto. Se sentía seguro. Se sentía... Feliz... Y los deseos de morir que envenenaban antes su corazón se disolvieron, siendo sustituidos por el anhelo de quedarse siempre así, con sus tutores, el calor cariñoso de un gran cuerpo contra el suyo, las suaves y hermosas voces de la pareja, y el sentimiento de que todo mejorará, que nada podría dañarlo. Ese sentimiento de... Amor.
MingSu sintió que pasaba del lomo del lobo a unos brazos humanos y se despertó, por lo que abrió con pereza los ojos, y se encontró con el rostro preocupado de Jungkook.
-perdón - murmuró, escondiendo la cara en el pecho del Omega.
-SuSu...
-perdón, perdón... Me enloquece... Ella me enloquece...
Está en mi cabeza, no se calla... Hyung, sálvame... Haz que me deje en paz...
-SuSu... No puedes salir huyendo a mitad de la noche, cariño - dijo esta vez Taehyung, de vuelta en su forma humana.
-perdón, lo siento tanto...
Ambos adultos suspiraron, pero de inmediato se sumieron en un abrazo con el cachorro en medio de ellos. Jungkook le besó dulcemente la frente, mientras Taehyung acariciaba su cabello.
-mañana hablaremos de esto, Su.
-descansa, cariño.
Jungkook y Taehyung fueron a dejar al cachorro a su cuarto. Al abrir la puerta, se encontraron con la tierna escena de NaeByeol completamente dormido sentado. El cachorro había intentado esperar a que volviera su hermano, pero su organismo le había ganado y cayó rendido.
Taehyung sonrió con dulzura y acostó correctamente al cachorro, tapándolo con sus cobijas hasta la barbilla y depositando en su frente un cálido beso. Mientras tanto, Jungkook hacía lo mismo con MingSu, sonriéndole cariñosamente cuando sus ojos se volvieron a encontrar.
-buenas noches, cariño - murmuró, depositando en su frente un dulce beso.
MingSu sonrió, y se dio media vuelta para acomodarse en su cama, abrazando su almohada con un poco de ansiedad al sentir unas palabras brotar de su boca.
-buenas noches, papás.
Ambos adultos se quedaron de piedra, colapsando internamente y tratando de procesar aquella frase.
-espera, no. Su, dilo de nuevo.
El cachorro, por su parte, ni caso le hizo pues ya se encontraba en el quinto sueño.
-Tae...
-¿Sí?
-¿Podemos ir al patio y saltar de la alegría y gritar?
-sip.
…
Amo demasiado al personaje de MingSu. Simplemente me recuerda tanto a alguien que me es imposible no amarlo a pesar de sus grietas y heridas. Afortunadamente, tiene a Jungkookie y a Taehyung. Ellos le ayudarán poco a poco a repararse...
¿O no?…
¡En fin! Estaré publicando cada que pueda, la escuela ahora sí me está consumiendo y no tengo mucho tiempo para escribir, por lo que pido de antemano una disculpa si no actualizo por un tiempo. Cuídense mucho, disfruten su semana, y nos leemos pronto.
§†Val†§
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