Capítulo 15 - Locamente enamorados
Luego de terminar de cantar, Elianne y Jaden bajan del escenario.
—Tengo que hablar contigo, pero no aquí —lo toma de la mano y se lo lleva al camerino.
Estando allí solos, ella está lista para hablar y dejarlo salir todo.
—¿Es cierto? —le pregunta él— ¿Todo lo que decía la canción es lo que sientes?
Elianne se sonroja, pero asiente.
—La verdad estaba allí, en cada palabra y cada melodía —se acerca a él y le toma de las manos— Jaden yo... yo me enamoré de ti. Lo hice cuando me salvaste del accidente del techo, cuando me acompañaste a Texas y me ayudaste con lo de mi hermano, cuando te abriste conmigo y me contaste tu secreto y tus temores, y cuando me defendiste hace algunos días —sonríe—. Incluso cuando me robabas besos, pero en ese momento no lo tenía claro, porque no lo podía ver. Sé que fui tonta y esas inseguridades no debían ganarme, pero...
Jaden la abraza.
—No hace falta que digas más —le toma el rostro con las manos y la mira a los ojos—. Tú a mí me encantas y créeme, te amo por todo, todo, absolutamente todo lo que te hace ser tú.
—¿Hasta la parte ranchera?
—¿Bromeas? Esa es mi favorita.
Los dos se ríen. Jaden le acaricia la mejilla con su mano.
—Sin ser lo que buscaba, terminaste siendo justo lo que necesitaba.
Elianne le da un beso en la mano que le acariciaba la mejilla.
—Lo mismo puedo decir. Al final resultó que aquella persona que me hace enojar y ponerme de malas es la misma que me hace reír y me pone feliz.
Jaden sonríe. Ella lo mira a los ojos.
—Te amo, odioso.
Luego sujeta su mejilla y acerca su boca, para esta vez ser ella quien lo bese. Ambos se dan el beso de sus vidas, entregándose por completo a este.
En ese momento tocan la puerta.
—Elianne, siento interrumpir—dice Calvin—, pero debes volver al escenario.
Los dos se separan del beso.
—¡Cierto!. Por un momento olvidé que estoy dando un concierto.
—Tranquila. De aquí no me voy a mover. Sabes que no te es tan fácil deshacerte de mí, y ahora menos.
Ella sonríe. Luego le da un último beso y se va de vuelta al escenario.
Terminado el concierto, Elianne se va con Jaden. Él la lleva a su departamento.
—¿Estás diciendo que la canción es mía? Pero si tú la compusiste.
—Es hecha para ti. Puedes hacer con ella lo que desees.
Jaden se queda pensativo.
—¿Qué tal otro dueto en un futuro?
Elianne sonríe.
—Suena fantástico.
Ambos se sientan en el sofá de la sala.
—¿Así que compusiste esta canción en un día? No lo puedo creer.
Elianne se encoge de hombros.
—Sí.
—¡Wow! Eso suena loco.
—Algo —dice bostezando.
—Ya veo.
Ella se tapa la boca.
—Perdona —se restriega los ojos.
—Creo que en ese caso debo dejarte dormir.
—¿Y si mejor me acompañas?
—¿Hablas de dormir contigo?
—Ya lo hemos hecho antes, así que no veo ningún problema con ello.
Los dos se preparan para dormir y luego de unos minutos se meten en la cama.
—Elianne, ¿estás segura de esto?
—¿De dormir contigo? Bueno, tal vez hoy ronque un poco por el cansancio y te asustes, pero...
Él sonríe.
—No hablo de eso —se queda un poco serio—. Hablo de querer esto —se señala a los dos—. Tú y yo.
—¿Por qué lo dudas?
—Por lo que te conté. Por lo de mi... —toma aire—. Por lo de mi padre.
Elianne no dice nada por un momento. Pasa su mano por la mejilla de Jaden.
—Ya te dije que tú eres tú y él es él. Tú no tienes nada de aquel hombre, y yo te quiero, sin importar nada de eso.
Jaden aparta un poco la mirada.
—Y yo que me burlaba de ti por ser de origen campesino, cuando al final el mío es el malo.
—Ssh... —le da un beso en la mejilla—. Ya no pienses en ello. Tú no escogiste eso, ni es algo que quisieras. Y eso de que alguna vez pensaste que debías ser diferente para que yo te quisiera no es necesario, porque yo te quiero justo como eres, con todo y lo odioso.
Jaden sonríe y ella lo besa. Luego los dos se ponen a dormir.
El día siguiente Jaden despierta al oír un mensaje en su teléfono. Con sueño lo toma y observa el montón de notificaciones en la pantalla. Eran mensajes de Killian, de Arthur, de los chicos y muchos más. Sin intención de responder ninguno, apaga el teléfono. Luego mira a Elianne, quien aún duerme, y se vuelve a acomodar junto a ella.
Más tarde vuelve a despertar. Ve que Elianne no está en la cama, así que se levanta. La encuentra poniendo el desayuno en la mesa.
—Buen día. Espero que te gusten los waffles y... —saca un vaso con jugo y una taza con café—aquí está, para que luego no me salgas con que no querías jugo sino café.
Jaden se pasa una mano por la cabeza y ríe. Después se sienta junto a ella a desayunar.
—¿Has visto las redes sociales hoy? —le pregunta ella.
—No. Hice que mi celular tomara una siesta, pero ya me he de imaginar todo lo que pasa.
—Pues sí. Ayer me la tuve que jugar para desquitar a los reporteros que querían entrevistarme luego del concierto. Y ya me imagino para qué era.
Jaden le da una mordida a su waffle.
—Son como monstruos insaciables. No nos van a dejar en paz.
—No. Si antes que solo nos shippeaban no nos dejaban tranquilos, imagínate lo que harán ahora.
Ambos continúan desayunando.
—¿Y si no decimos nada aún? —sugiere él.
—¿No? Pero si ya con lo de anoche deben sospechar.
—Tal vez, pero quizás nosotros podemos jugar un poquito con ellos.
—¿Hablas de que a pesar de todo podemos seguirlo negando y hacerles creer que no hay nada aún entre nosotros?
—Por al menos un rato, para que nos dejen en paz, aunque sea por un momento.
Elianne se queda pensativa.
—Tienes razón. Tal vez así podamos tener tranquilidad por un tiempo, porque una vez lo sepan no la tendremos.
Jaden estira su mano a través de la mesa y toma la de Elianne.
—¿Entonces? ¿Qué quieres hacer? —le pregunta él.
—Eso —sonríe—. Vamos a jugar con la mente de la prensa un rato.
Más tarde ambos van a la casa con los chicos. Iker y Aaron son los únicos que se encuentran.
—Oigan, hasta que al fin se sabe algo de ustedes —dice Iker.
—Bueno, no voy a hacer suposiciones sobre lo que está pasando, así que díganme, ¿qué fue eso de anoche en el concierto? —cuestiona Aaron.
—Un truco publicitario —le responde Elianne con naturalidad— Era para promover una nueva canción.
—¿Qué? ¿Es en serio? —pregunta un incrédulo Iker.
Jaden y Elianne se miran.
—A ellos sí les podemos decir —dice él.
—No veo por qué no —le afirma ella.
—¿Decirnos qué?
Elianne y Jaden sonríen y se toman de las manos.
Iker, al ver aquello, se lleva las manos a la cabeza.
—Esperen, esperen, esperen. Pausen y retrocedan. ¿Es en serio? ¿Eso quiere decir que ustedes dos...?
—Sí, eso mismo —dice ella en respuesta.
Aaron revuelve el cabello a Jaden.
—¡Bravo, Jaden! Al fin entendiste que no se conquista a una chica haciéndole bulling. Aunque te lo advierto, Elianne. Jaden es como un niño grande.
—¡Ya! —protesta Jaden— Y para que lo sepan, ella también me hacía bulling a mí.
Elianne entrecierra los ojos.
—Ay, no seas mentiroso.
—Claro que es verdad. Me atragantaste con un hotcake, me metiste un rodillazo texano en la ingle. Además, hiciste que tu antipático gallo me atacara.
—¡Uy sí!, la víctima.
—Será mejor que paren o terminarán peleando desde el inicio —les dice Iker.
Jaden le jala la mejilla a Elianne. Después se va camino a la cocina.
—Bueno, Eli. Suerte con tu tóxico —le dice Aaron.
—¡Escuché eso! —expresa Jaden desde la cocina.
Minutos después, Selene y Einar habían llegado. Elianne hablaba con su amiga.
—Así que tú y el odioso terminaron en esto —dice Selene sonriendo—. Te entiendo. Hace algún tiempo no me imaginaba con Einar, y mira en qué acabamos.
—Es un mundo loco.
Ambas se ríen.
—Aunque tampoco sé en qué punto estamos Jaden y yo.
—¿Hablas de qué son? Digo, creo que hoy en día casi nadie habla eso de "hay que ser novios" directamente. No es muy común.
—Sí, tienes razón. Pero al menos sabemos que el uno ama al otro.
Selene la mira con intriga.
—Y... ¿qué pasó cuando fueron a tu departamento?
—Nada de lo que puedas pensar. Solo platicamos y dormimos.
—Bueno, supongo que es normal porque están apenas como quien dice iniciando, pero espérate a que lleguen a hacer "eso". Una vez le agarres el gusto no vas a querer parar.
Elianne la mira a con la boca muy abierta.
—¡Selene!
Einar llega en ese momento junto a ellas.
—¡Hasta que al fin! Ya era hora de que tú y Jadencito admitieran que a pesar de todo están locos el uno por el otro. Ahora me toca a mí decirte lo que me dijiste cuando empecé con Sel: "si le rompes el corazón a mi amigo, te las verás conmigo".
—No es necesario que me lo digas. Yo sí me porto bien.
—Oye, yo también —mira a Selene—. Nena, defiéndeme.
—Mmm... Déjame pensarlo.
Jaden llega junto a Elianne y le habla.
—¿Quieres hacer algo?
—Tengo que llamar a Calvin por algunos asuntos. Déjame hacerlo y te digo.
Un par de días después, Elianne estaba en su departamento arreglándose, ya que debía ir a una firma de autógrafos.
Tocan el timbre, siendo Jaden. Él se para en la puerta y la mira de arriba a abajo.
—Pasa —le dice ella.
—¿Vas a la firma de autógrafos?
—Sí. Tengo que terminarme de arreglar.
—Adelante.
Ella se mete a la habitación y él la sigue.
Jaden se sienta en la cama a observarla mientras ella termina de maquillarse.
Elianne se da cuenta de que la observa.
—¿Qué?
—Nada, solo te admiro.
Ella levanta una ceja.
—¿Ah sí? ¿Te gusta cómo me veo?
—Sí.
—Tomaré el halago, aunque supongo que el vestido ayuda. Es un Ferreti original.
Jaden aprieta la mandíbula al saber que el vestido era de la marca de ropa del Enzo menso.
—Me faltan los zapatos —se va al ropero por unos zapatos.
Al regresar va hacia el espejo para colocarse los accesorios. Ve su labial destapado.
—¿Qué le pasó a mi labial?
Levanta la vista, encontrándose con un mensaje en el espejo.
Mientras ella está parada observando el mensaje, Jaden se coloca tras de ella.
—Jaden... ¿y esto?
—Pues es una pregunta que debes responder.
—Yo... no me lo esperaba —sonríe. Luego voltea a ver a Jaden—. Se me hace muy original. ¿Fue tu idea?
—Oye, ¿crees que no puedo tener un poquito de creatividad? —sonríe— Aunque admito que le pedí ideas a los chicos, pero a la final esta fue la que me salió.
—Es algo muy a tu estilo, viéndolo bien. Y me encanta, aunque la parte mala fue que dañaste la punta de mi labial —dice mostrando el cosmético.
—Te lo compensaré, pero por ahora te toca darme una repuesta —le toma la mano—. ¿Quieres ser mi novia?
Elianne sonríe, y como respuesta a la pregunta escribe en el espejo la palabra "Sí".
Después engancha sus brazos alrededor del cuello de Jaden y lo besa. Estaba feliz. Jaden, a pesar de ser como era, en el fondo era un chico dulce que incluso se tomaba el detalle de hacer cosas que muchos hoy en día no hacen, como preguntarle a una chica directamente si quiere ser su novia.
—Bien, ¿y ahora qué sigue? —cuestiona él.
Elianne se encoge de hombros.
—No lo sé. Supongo que cosas de novios, como citas y blah, blah, blah.
—Mmm... En ese caso, ¿qué tal si hoy salimos?
—Sería luego de la firma.
—Sí, aunque... —se rasca la cabeza— tengo una reunión con Killian, ya que en unos días tenemos un viaje por un concierto en California.
—Tranquilo. Sé que habrá tiempo, y si no, pues hacemos que haya tiempo.
La noche siguiente ambos fueron al cine. Se vistieron usando sudaderas con capuchas y lentes oscuros.
—En serio creo que no es tan buena idea esto —dice ella—. Si alguien nos ve, no me quiero ni imaginar lo que pasará.
—Tú solo actúa sin llamar la atención.
Ambos entran a la sala de cine y se sientan. Pasados algunos minutos todo transcurría con normalidad.
—Dame palomitas —le dice ella a él—. Te las has comido casi todas tú.
Jaden aparta el tazón de las palomitas mientras Elianne intenta quitárselo. Al hacerlo derraman accidentalmente palomitas a la persona de al frente, la cual voltea molesta a ver a Elianne.
—¡Oye!
—Oh, perdona.
La chica abre los ojos de par en par.
—¡Santo cielo! ¿Eres Elianne?
Jaden corre a ponerse los lentes oscuros nuevamente.
—No, no lo soy.
La chica la ilumina con su teléfono.
—¡ES ELIANNE!
Todo el mundo corre a mirar.
—¡NO, NO ES ELLA! —dice la propia Elianne.
—¡Sí! ¡Eres Elianne!
Algunas personas empiezan a gritar emocionadas.
—¡Mierda! —dice Jaden— Hay que salir de aquí.
Ambos se ponen de pie y salen apresuradamente de la sala, mientras una multitud los persigue.
—Te dije que era peligroso —le dice ella a él.
Jaden le toma de la mano y los dos corren hacia un cuarto de aseo para esconderse.
Pasados unos minutos, y sin moros en la costa, salen y se van.
Tres días después la banda estaba en California.
—Tú y Elianne han tenido suerte de que la gente se sigue tragado ese cuento de que no tienen nada —le dice Einar a Jaden—. Por ejemplo, en el cine si hubieran visto que tú eras quien la acompañaba, adiós secreto.
—Tampoco pueden ocultarlo para siempre —recalca Aaron.
—Lo sé. Es solo por un tiempo para que no nos molesten.
—Bueno, ahora Aaron y yo somos los solterones —dice Iker.
—Yo he tenido varias citas con una chica, así que a este paso tú serás el solterón —le dice en respuesta Aaron.
—¡Ow! —expresa Iker.
Días después, al regresar de California, Jaden va con Elianne. Se encuentran en la azotea del edificio del estudio. Ella está feliz de verlo.
—¡Regresaste! —lo abraza y besa.
—Debo irme más seguido para que siempre me recibas así.
Ella ríe.
—Cierra los ojos —le dice él.
—¿Para?
—¿No confías en mí?
—Supongo que en otros tiempos me habrías pedido eso para lanzarme hacia el vacío, pero ahora no.
Cierra los ojos. Jaden saca algo de su bolsillo y lo pone frente a ella.
—Ya puedes abrirlos.
Ella abre los ojos y ve de qué se trata. Eran unas cadenitas, cuyos colgantes eran una mezcla entre un corazón y la clave de sol.
—¡Oh cielos! Son hermosas —dice ella emocionada.
Trata de tomarlas, pero Jaden no la deja.
—Eh-eh. ¿Quién dijo que las dos son para ti?
Elianne se cruza de brazos. Jaden toma una para sí y otra para ella.
—Permíteme.
Le aparta el cabello de la espalda y le coloca una a ella. Luego se coloca la otra. Elianne mira la cadena.
—¡Me encantan, Jaden!
—La música nos unió desde un principio, aunque no lo hayamos querido.
Ambos se miran y sonríen.
Una noche en la que los dos estaban libres, Jaden estaba con ella en el departamento. Jugaban un videojuego en la sala.
—¡Ash! —dice ella—. Estúpidos videojuegos.
—No les puedes decir estúpidos solo porque no logras entenderlos.
—Ya verás.
Continúan jugando.
—Ni creas que por ser chica te dejaré ganar.
—No espero que lo hagas.
Al final, Elianne, sin saber cómo, gana.
—¡Sí! —levanta las manos en señal de victoria.
—Bien, acepto mi derrota, aunque no sé qué rayos pasó.
—Te gané, y ahora te toca un castigo.
—¿De qué hablas?
Elianne se acerca a él y le hace cosquillas.
—No, eso no —dice Jaden.
Corre alrededor del sofá, mientras que Elianne lo persigue, pero al final lo alcanza.
Los dos ríen. Cuando dejan de hacerlo, ambos se miran.
Jaden se acerca a ella y la toma de la cintura. Después acercan sus rostros lentamente para darse un beso. Su beso inicia como cualquier otro, pero al pasar del tiempo va ganando intensidad.
Ambos se separan un poco para mirarse. No hacía falta decir lo que querían en ese momento, porque sus cuerpos lo revelaban.
Sonríen y miran sus bocas. Se vuelven a besar. Luego Jaden carga a Elianne y la lleva hacia la habitación. Una vez allí, la baja al lado de la cama.
Ella se sienta mientras él permanece parado frente a ella. Después ambos se ayudan a quitar sus suéteres.
Elianne se acuesta y Jaden se posa sobre ella. La observa por un momento. Pasa sus dedos por los labios de ella. Después dirige sus labios a los de ella, capturándolos con otro beso. Su boca desciende por su cuello hasta bajar a sus senos.
Ella cierra los ojos. Él lentamente le quita el sostén.
Una vez ella queda con su pecho descubierto, siente un poco de vergüenza, ya que es la primera vez que alguien la ve así, pero cuando él la vuelve a besar en los labios ella se olvida de cualquier vergüenza, puesto que al final de cuentas está allí a punto de tener su primera vez con la persona que quería un montón, y nada podía ser mejor que eso.
En ese momento, inmersa en el amor y el deseo, siente la necesidad de que sus cuerpos se unan y de así vivir aquel momento por primera vez junto a Jaden, pero a la vez quiere que aquello se tome su tiempo, porque desea poder grabar en su memoria cada instante.
Jaden empieza a pasar sus labios por sus senos, enviándole a ella pequeñas corrientes eléctricas que se esparcen por todo su cuerpo. Después su boca empieza a marcar con suaves besos un camino por todo su vientre hasta bajar a sus pantalones. Empieza a deslizarlos, dejándola únicamente en bragas. Luego se para y desabrocha sus propios pantalones.
Estando en calzones, se vuelve a poner sobre ella.
—¿Quieres esto? —le dice con una voz ronca y baja.
Elianne lo mira a los ojos, estando completamente segura de lo que quería.
—Sí, quiero esto. Quiero ser tuya en todos los sentidos.
Jaden le besa el cuello con delicadeza, y al mismo tiempo con hambre. Finalmente, se deshacen de las prendas que les quedaban. Al estar completamente desnudos, Jaden toma su pierna y le acaricia el muslo. Se acuesta sobre ella, mirándola a los ojos. Luego empieza a hundirse en ella poco a poco.
Elianne cierra los ojos. Él se queda inmóvil. Algunas lágrimas escapan de los ojos de ella ante aquel dolor de la primera vez.
Jaden le limpia las lágrimas con su pulgar. Después entrelaza sus manos. Él comienza a moverse con suaves embestidas. Cuando ella se acostumbra, él aumenta la intensidad de sus embestidas, y así se consumen en el calor del amor.
Al terminar aquel encuentro, ella descansaba su cabeza en el pecho de él mientras él le acariciaba la espalda.
—¿Te encuentras bien? —le pregunta él.
—Lo estoy. Hiciste que fuera perfecto para mí.
—También lo fue para mí.
Ella levanta la cabeza un poco para mirarlo y se dan un beso rápido.
—¿Te quedarás a dormir conmigo esta noche?
—Sí. Además, me he dado cuenta de algo.
— ¿De qué?
Jaden pasa su mano por la cabeza de ella.
—Cada vez que duermo a tu lado no siento ningún temor, ni tengo ninguna pesadilla. Es como si tuvieras el mismo efecto que tiene la música en mí.
Elianne le acaricia la mejilla.
—Deseo que algún día nada de eso te perturbe de ningún modo, y que seas completamente feliz.
Él la mira y luego sonríe.
—Soy feliz en este momento.
Al la mañana siguiente, Elianne despierta. Jaden aún duerme, así que ella con cuidado trata de levantarse. Busca su ropa para intentar colocársela e ir al baño.
Él despierta.
—¿Qué pasa? —dice bostezando.
Elianne se cubre bien para que él no la vea.
—Yo... buscaba mi ropa.
—¿Y para dónde vas?
—A bañarme.
—¿Y por qué necesitas tu ropa para eso?
—Pues porque... no quiero que me veas.
—Pero ya te vi anoche...
—¡Sí, pero ahora es diferente!
Se envuelve en la sábana y camina hacia el baño.
Jaden tuerce los ojos y va tras ella. La carga, haciéndola pegar un grito.
—Tonta.
La mete al baño.
Al día siguiente los dos están con Arthur en su oficina.
—Ya les dije que a mí no me engañan —les dice el CEO—. Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Ustedes tienen algo, ¿no?
Elianne y Jaden se miran.
—Pues, sí. Estamos juntos —dice Jaden.
—¡Lo sabía! —dice feliz Arthur.
—Pero no queremos que se sepa aún —le dice Elianne—. Es por nuestra privacidad. Si lo saben los medios desde ya nos van a andar acosando y estarán pendientes de lo que hagamos.
Arthur se queda pensativo.
—De acuerdo, los entiendo. Solo les voy a pedir que sean muy maduros con esto y que no afecten sus carreras. No dejen que la relación y el trabajo se mezclen de forma incorrecta.
—Te lo prometemos —dice Elianne.
Días después, tanto los chicos de la banda como Elianne se encuentran en una ceremonia de entrega de premios musicales.
Elianne estaba por su parte en la alfombra roja, mientras que Jaden estaba por su lado con los chicos de la banda.
Al entrar al salón en donde se realizaría la premiación, todos comparten mesa. Una chica llega junto a ellos.
—Hola, chicos. Tiempo sin verlos —les dice a los chicos—. Sobre todo a ti, Jaden Hard. ¿O es que no recuerdas nuestra última vez? —dice poniendo su mano en el hombro de Jaden.
Elianne, al observar eso, mira a Jaden con una ceja levantada.
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