Capítulo 14 - Quiero estar junto a ti
Elianne está asombrada ante la revelación de Jaden. Jamás pasó por su mente algo como eso. Jaden Hard era hijo de un mafioso.
Ella lo mira todavía tratando de digerirlo.
—¿Qué? —pregunta incrédula.
—Sí. Estás frente al hijo de un maldito criminal.
Aparta la mirada, como si se sintiera muy avergonzado gracias a ello.
Elianne lo observa por algunos segundos. Después da unos pasos hacia él.
—Es algo inesperado —se sienta al lado de Jaden mientras él mira hacia la pared—. Y creo que lo que más me asombra de esto es saber todo lo que viviste al lado de quien era tu padre, la persona que debía amarte incondicionalmente.
Jaden ríe con amargura.
—Ese tipo solo quería a alguien que heredara y manejara su reino de porquería. Por eso no quería que yo me dedicara a la música, ya que quería que yo fuese su sucesor.
Elianne se queda pensativa ante ello.
—¿Y dónde está él ahora?
—No lo sé. Hace muchísimos años que no sé nada de él. Desapareció, ya que la policía lo buscaba y estaba a punto de atraparlo. Solo sé que lo hirieron en la persecución. No sé si vive o no. Es como si la tierra se lo hubiese tragado.
Ambos guardan silencio por algunos segundos.
—¿Y desde cuándo los chicos lo saben?
—Desde casi siempre. Cuando nos conocimos en el colegio yo era alguien muy tímido que no hablaba con nadie y no tenía amigos. Ellos se acercaron a mí y me hicieron su amigo. Con el pasar del tiempo sentí confianza hacia los tres, así que decidí contarles la verdad, aun a sabiendas de que quizás ya no querrían más ser mis amigos —da una sonrisa débil—. Pero contrario a ello, los tres se convirtieron en más que mis amigos, en mis hermanos, y tiempo después fueron quienes me sugirieron ir a terapia para superar mis traumas. La psicóloga del colegio me ayudó con ello. Fue ella quien me recomendó profundizar en la música, ya que notó que eso era lo único que me calmaba y me hacía olvidar un poco de todo. Como en aquel entonces Lucian estaba fuera de mi vida ya, y como los chicos también amaban la música, me animé a hacerlo, y así nació la banda —hace una pausa—. Pero decidí que nunca nadie debía saber mis orígenes, porque, sino, todo el mundo me juzgaría por ello y no podría cantar. Los chicos me apoyaron y pactaron nunca decirle nada a nadie.
Elianne se queda en silencio.
Jaden agacha la mirada.
—Sé que en este momento piensas que tal vez lo mejor es mantenerte lo más alejada posible de mí, porque al final no es bueno tener cerca al hijo de un mafioso, y tal vez yo sea una réplica exacta de mi padre —suspira—. Y te entiendo, porque a veces hasta yo temo en el fondo resultar ser igual a él.
Ella lo mira. En ese momento, lejos de juzgarlo, lo entiende perfectamente. Entiende su dolor.
—Lo que pienso realmente es que he conocido a un Jaden que es muy distinto a ese hombre que es su padre —lentamente acerca su mano a la de él y la toma—. Nadie debería juzgarte por ello. Tu padre es él, y tú eres tú. Tú no eres como él, y yo lo sé.
Jaden mira la mano de ella sobre la suya. Luego la mira a ella.
—¿Lo dices en serio?
Elianne asiente.
—Puedes estar tranquilo. Tu secreto está a salvo conmigo.
Luego, sin poder evitarlo y para sorpresa de Jaden, lo abraza.
Él se queda quieto mientras ella le da un abrazo reconfortante y sincero. Cierra los ojos, dejando que los brazos de Elianne le brinden el consuelo que anhelaba.
A la mañana siguiente, Elianne despierta, dándose cuenta de que ella y Jaden se quedaron dormidos juntos.
Se separa un poco y lo observa. Él duerme tranquilamente, como si hubiese mucho tiempo en que no lo hacía.
Ella le pasa una mano por la frente, apartando el cabello que cubría sus ojos. Luego trata de pararse para irse, pero Jaden empieza a despertar.
La toma de la mano y abre los ojos.
—No te vayas aún —le dice con voz ronca y somnolienta.
Se sienta en la cama. Ella lo observa. Él también la observa. Después le aparta un mechón de cabello del rostro.
Elianne se queda quieta. Luego él comienza a acercarse a ella.
Ella cierra los ojos. Sus bocas están muy cerca. Jaden acorta la distancia y posa sus labios en los de ella, y con delicadeza empieza a besarla.
Elianne no hace nada para detenerlo, ni lo aparta. Contrario a eso, se queda quieta, y después empieza a corresponder al beso. No sabe lo que hace, solo que en ese instante desobedece a su cerebro y a cualquier alerta que este le pudiese enviar de que no hiciera aquello, porque algo más fuerte le suplicaba en su interior besarlo.
Son interrumpidos cuando alguien toca la puerta.
—Jaden, ¿estás allí? —dice Iker.
Elianne se aparta de Jaden.
Iker abre la puerta.
—Oye, dice Killian que... —se detiene al ver a Elianne— Oh...
Ella se levanta rápidamente.
—Yo... —dice viéndose nerviosa— Me tengo que ir.
Sale de prisa de la habitación.
—Elianne, espera —le pide Jaden en vano.
Iker lo mira a Jaden.
—Lo siento. No quise interrumpir.
Jaden suspira y se pasa una mano por la nuca.
Elianne llega a la habitación alterada. Selene aún duerme, para su suerte. Pone su mano en su corazón, el cual late muy rápido.
Recuerda lo de hace algunos instantes.
—¿Qué es esto que me pasa contigo, Jaden? —se cuestiona a sí misma.
Jaden estaba amenazando con romper los muros que ella había puesto a su alrededor, con traspasar esa barrera que ella había dicho no permitirle a nadie pasar, y eso la asustaba mucho.
Rápidamente, se dirige a su bolso y empieza a arreglar sus cosas.
—Oye, ¿qué haces? —le pregunta Selene, quien despierta.
—Debo irme.
—¿Tan temprano? ¿Por qué?
—Emmm... sí. Surgió un compromiso.
—¿En serio?
Elianne entra al baño. Se cambia rápidamente y toma su bolso.
—Sí. Adiós. Despídeme de los demás.
Sale de prisa y se marcha de la casa.
Ese día, en la noche, ella está en su cama mirando hacia su techo. Su teléfono suena, siendo una llamada de su madre.
—Hola, cielo.
—Mamá, qué bueno oírte.
—Tengo excelentes noticias. Tu hermano está respondiendo muy bien a la rehabilitación. Le está echando muchas ganas.
Elianne se sienta y sonríe.
—Esa es una excelente noticia.
—Sí. Esperemos que esto pase pronto.
Elianne se queda en silencio.
—¿Qué te pasa, linda?
—¿A mí? Nada.
—¿Segura? Sabes que puedes contarme lo que sea.
—Lo sé, mamá. Elianne Es solo que...
—¿Qué?
—Bueno, hay algo que quisiera preguntarte.
—Pues adelante.
Elianne duda, pero al final lo suelta.
—¿Cómo se sabe si estás realmente enamorada de alguien?
—¿Qué? ¿Cómo saber si estás enamorada de alguien? ¿A qué viene esa pregunta?
—Solo dime. No voy a entrar en detalles.
—Mmm... Qué niña tan misteriosa —ríe —. Bueno, creo que una mujer se da cuenta cuando está enamorada por cosas simples, o al menos ese fue mi caso con tu padre.
—¿Y cuáles son esas cosas simples?
—Verás, cuando cierras los ojos, esa persona viene inmediatamente a tu mente. Incluso puede que hasta en tus sueños lo haga. Y cuando estás cerca de él, sientes cosas que no sientes con nadie más, como que tu corazón se acelera y se detiene al mismo tiempo.
Elianne se queda pensativa.
Más tarde, mientras duerme, sueña con el beso que tuvo con Jaden ese día. Se despierta y pone sus dedos en sus labios.
Recuerda las palabras de su madre.
Al día siguiente estaba en el estudio. Entrando en la cabina ve a Jaden.
Cuando él la mira y se le acerca, ella se pone un poco nerviosa.
No se habían visto ni hablado desde el beso.
—Elianne. No sabía que vendrías hoy.
—Yo... mmm... Solo vine a hacer algo, pero ya me iba.
Toma su bolso y camina hacia la puerta.
—Espera. Tenemos algo que hablar.
Ella se detiene.
—¿Hablar?
—Sí, sobre lo de ayer en la mañana. Y sabes bien a lo que me refiero.
Ella se pone más nerviosa.
—Jaden, yo... —se acomoda el cabello tras la oreja— No recuerdo bien aquello. Estaba medio dormida.
—No lo creo, porque al menos yo recuerdo muy bien ese beso, y sé que tú también.
Ella evita hacer contacto visual con él.
—Solo olvídalo, ¿sí?
Trata de salir, pero Jaden la detiene al tomarla de la mano.
—No, eso no lo voy a hacer. No quiero hacerlo —la mira fijamente— Dime una cosa, Elianne. ¿No te parece que algo especial está pasando entre nosotros?
Elianne trata de esconder la mirada.
—No sé de qué hablas.
—Creo que sí lo sabes, porque ese beso me dijo eso —se acerca más a ella, poniendo su rostro a tan solo centímetros de distancia—. ¿Y sabes qué? A mí me pasan un montón de cosas contigo.
Ella lo mira por un momento. La verdad, en el fondo, ella sabía que algo muy fuerte pasaba entre los dos, pero aún tenía tantas dudas y miedos que no lo admitía ni consigo misma.
—Yo... Yo me tengo que ir.
Se va, o mejor dicho, huye.
Días después la banda se presentaría en un club. Selene, quien ya se había mudado definitivamente a la ciudad, había arrastrado a Elianne para ir a ver a los chicos.
Ambas estaban sentadas en una mesa VIP. Elianne casi no va, porque con todo aquello que estaba pasando entre ella y Jaden no sabía si era buena idea ir.
—¿Y Wesley no te ha buscado más?
—No, y es mejor que no lo haga. No lo quiero cerca de mí.
—Quién lo diría. Él era tu amor de juventud, y ahora ya no lo quieres cerca.
—Por obvias razones —mira hacia la mesa de forma reflexiva— Además, creo que yo solo lo idealizaba, porque era guapo, popular y "encantador". Tal vez eso ni siquiera era amor, porque el amor creo que es otra cosa.
Selene levanta una ceja.
—¿Y qué lo es?
—Bueno, pues...
Jaden sale al escenario en ese momento.
—Es... —dice Elianne lo mirándolo— Es algo más —aparta la mirada—. Y sea lo que sea, ya yo no veo a Wesley como antes.
Selene mira hacia donde está Jaden. Después vuelve a mirar a Elianne.
—Sí. No lo ves como ahora ves a alguien más.
Elianne la mira, pero no alcanza a decir nada, ya que en ese momento la banda empieza a tocar.
Canción que interpreta la banda:
https://youtu.be/CBTOGVb_cQg
Jaden empieza a cantar con el micrófono en el pedestal. Cierra los ojos un momento, cantando con mucho sentimiento. Luego los abre y mira hacia donde está Elianne.
Canta mirando directamente hacia ella. Sus ojos no se despegan en ningún momento.
Entonces allí Elianne lo entiende. Esa mirada tan profunda que él le daba mientras cantaba solo decía una cosa: la canción era para ella. Él se la estaba dedicando.
Cuando él termina de cantar aquella canción, ella se queda paralizada.
El público bajo la tarima aplaude a montón, pero ella en ese momento siente que todo está vacío y que únicamente están Jaden y ella allí presentes.
Jaden la mira. Ella se siente tan sonrojada que cree que ni siquiera la oscuridad del salón puede ocultarlo. Se levanta de repente.
—¿A dónde vas? —le pregunta Selene.
—Al baño.
—¿Quieres que te acompañe?
—Descuida.
Se va. Estando en el baño se lava las manos y después se mira al espejo. Pone su mano en su corazón, sintiendo sus latidos que iban a mil.
Ya no lo podría ocultar más ni negárselo a sí misma. Sí, sentía algo muy fuerte por Jaden Hard, el odioso, algo que tal vez era lo que la gente llama amor, algo inexplicable, pero ni siquiera sabía cómo llegó a ese punto de pasar del odio al amor.
Se sentía muy confundida. Por una parte, su corazón bailaba de felicidad ante ese descubrimiento, pero, por otra parte, tenía miedo, miedo de volver a sentir algo por alguien y que esa persona la fuera a lastimar, miedo de que sus sentimientos por Jaden fueran tan grandes que luego la hirieran.
Aún no se sentía lista.
Al ir saliendo del baño ve a alguien esperándola.
—¿Wesley? ¿Qué haces aquí?
—Bueno, estaba aquí y te vi, así que quise saludarte —le dice él, luciendo ebrio—. ¿Qué tal si bailas conmigo?
—Lo siento, pero yo no...
—Anda. No seas así.
Trata de acercarse a Elianne, pero ella retrocede.
—Alto. No quiero ser grosera, pero entiende que no quiero nada contigo. He sido muy clara en ello.
Le pasa al lado, pero al hacerlo él le toma del brazo.
—No sé qué te pasa, que ahora eres así de creída, cuando antes no lo eras.
—Estás borracho, así que mejor ya suéltame.
Wesley no la suelta, así que ella intenta soltarse, pero él la agarra con más fuerza, incluso lastimándola.
—Tienes que oírme.
—Wesley, me estás lastimando.
Él la arrastra al baño.
—¡Wesley, ya basta!
—¡No! Yo sé que aún tú me quieres, porque siempre me quisiste.
—Eso ya pasó, y ahora creo que más bien era solo una ilusión de niña.
—No, no mientas.
Trata de besarla.
—Ya para. No quiero.
Él continúa, así que ella lo abofetea.
—¡No!
Wesley la mira, y en ese momento saca el demonio de su interior. Se abalanza sobre Elianne y la acorrala contra la pared.
—Déjame—dice ella con súplica.
— ¡Ahora te sientes mucho, ¿no es así?! Sientes que puedes rechazarme solo por ser la famosa Elianne.
Ella empieza a desesperarse al sentir que no puede luchar contra él, ya que obviamente este es más grande y fuerte.
—Detente, Wesley. ¡Para!
Wesley la carga y la pone sobre el lavamanos mientras le besa el cuello.
—¡Déjame! No me hagas esto —dice al borde del llanto.
—Ahora sí me vas a tener que dar lo que no me diste hace unos años. Serás mía.
Comienza a levantarle el vestido.
—¡No! Déjame, por favor —dice ella entre lágrimas.
Wesley la ignora. Empieza a meter su mano bajo el vestido y a tocarla.
Elianne, en su desesperación, opta por morderle el hombro con fuerza, haciendo que él grite de dolor y la suelte.
Ella aprovecha para salir corriendo del baño en medio de lágrimas. Corre hacia donde está Selene, tratando de calmarse un poco para que nadie se dé cuenta de lo que le pasa, aunque le es inevitable.
Antes de llegar a la mesa se topa a Jaden. Él nota que le pasa algo.
—Elianne, ¿qué ocurre? ¿Estás bien?
Ella no resiste en ese momento y comienza a dejar salir sus lágrimas con desespero.
Jaden ve las marcas en su brazo, producto de lo fuerte que Wesley la había agarrado. Después mira tras ella y ve a Wesley salir del baño, por lo cual camina hacia este.
—¿Qué le hiciste, cabrón?
Le da un puñetazo. Luego vuelve hacia Elianne y le toma el rostro entre las manos.
—Tranquila.
Wesley se levanta y le da un puñetazo a Jaden.
—Te dije que no te metieras, ¡cantantucho estúpido!
Jaden lo mira con ira.
—¡Y YO TE DIJE A TI QUE SI LE HACÍAS ALGO TE IBAS A ARREPENTIR, HIJO DE PUTA!
Se tira sobre él y comienza a pegarle. Algunas personas se acercan al oír el alboroto.
Los chicos de la banda y Selene llegan. Aaron y Einar tratan de detener a Jaden.
—¡Jaden, para! —le dice Aaron.
Pero no lo pueden controlar. Jaden está endemoniado dándole golpes a Wesley.
Iker se une a Aaron y Einar, y entre los tres, a duras penas, controlan a Jaden.
—¡Suéltenme!
Wesley se sienta y se limpia la sangre de la boca.
Selene se lleva a Elianne, quien aún estaba alterada.
Al día siguiente la noticia de la pelea en el club inunda el internet.
—Elianne, esto se ha vuelto muy grave —dice Calvin a esta, estando los dos en el departamento de ella—. Es un chisme que te involucra a ti, a Jaden y a ese tal Wesley en una pelea en un lugar público.
Elianne, quien estaba sentada, no dice nada.
—¿Me puedes explicar qué pasó?
Ella agacha la mirada. Calvin toma un respiro para calmarse y luego se acuclilla frente a ella.
—Linda, sabes que ante nada soy tu amigo. Puedes contarme. ¿Qué pasó?
—Yo...
El teléfono de Calvin suena.
—Perdona, debo contestar.
Habla con un periodista, quien le cuenta que Wesley Thompson dijo que Jaden Hard lo había golpeado por orden de Elianne.
—¡Qué mierda!
—¿Qué pasa?
—Hay que dar una conferencia de prensa o algo.
—¿Por qué?
—Porque el tal Wesley anda diciendo un montón de babosadas. Por eso necesito que me digas qué pasó. ¿Por qué Jaden lo golpeó?
Elianne le cuenta todo lo sucedido. Incluso le muestra los moretones en su brazo.
—Cobarde desgraciado. Tal vez su plan era acercarse a ti para conseguir un poco de publicidad y fama, pero esto lo daremos a conocer.
Al día siguiente están en una conferencia de prensa. Arthur, como dueño del estudio al que Jaden y Elianne pertenecen, está allí presente.
—A ver, señores —les dice a los reporteros—. Aclararemos todas sus dudas, pero una por una.
—Señorita Carson, el joven Thompson dijo que usted y el joven Hard lo atacaron sin motivos —dice una reportera.
—Eso no es verdad —le responde la propia Elianne—. Yo me encontraba saliendo del baño y él llegó a mí, y por más que le dije que me dejara, él siguió y me atacó. Fue él quien inició todo y el único culpable.
—Pero el señor Wesley dijo que no es así —agrega un reportero—. Dice que usted lo sedujo, y a juzgar por el vestido que en las fotos y videos se ve que llevaba, quién sabe...
Jaden, quien se había mantenido lo más sereno posible, explota en ese momento al oír las insinuaciones del reportero en contra de Elianne. Le da un golpe a la mesa y se pone de pie.
—MIRA, PEDAZO DE IMBÉCIL. ¿POR QUÉ MEJOR NO AGARRAS TU OPINIÓN Y TE LA METES POR EL HUECO DEL CULO?
—¡JADEN! —dice el CEO del estudio.
La sala se alborota.
—Por favor, cálmense todos —dice Arthur— Y usted, señor reportero, más respeto hacia la joven.
—Oiga, yo solo digo lo que investigo —responde este.
—¿Con que esas tenemos?—dice Jaden.
Arthur intenta controlarlo.
—Jaden, deja que yo...
Jaden se salta la mesa y se dirige hacia el reportero, tomándolo de la camisa.
—¡SI VUELVES A INSINUAR ESO DE ELLA, JURO QUE TE DESTRAMPO TODO LO QUE SE LLAMA CARA!
Killian y Calvin separan a Jaden del reportero.
—¡Basta! —dice Killian.
—Sí, basta —dice Elianne.
Todos la miran. Ella cierra los ojos y toma un respiro, para después hablar.
—Lastimosamente, vivimos en un mundo en el que cuando una mujer recibe este tipo de agresión se le juzga por cómo vestía, y hasta se le cree más al agresor que a ella. Eso es todo lo que diré.
Todos los presentes se miran, pero no dicen nada.
Ese mismo día los padres de Elianne están con ella en el departamento.
—¿Por qué no nos dijiste antes esto? —reclama el padre de ella— ¿Por qué hasta ahora me entero de lo que te pasó con ese hijo de perra hace años?
—Porque sabía que te enojarías y que querrías hacerle algo, y no quería que te metieras en problemas, ni causarles dolores de cabeza.
—¡YO LO MATO! —dice él furioso.
—Jhon, así no vamos a arreglar nada —le dice su esposa—. Debes calmarte.
El padre de Elianne golpea una mesa.
—Juro que ese tipo va a recibir un buen escarmiento, y si la justicia no lo hace, lo haré yo. Va a pagar por cada cosa que te hizo.
Al día siguiente Elianne estaba en su habitación. Se sentía avergonzada, a pesar de saber que cuando una mujer recibe este tipo de agresión no es ella quien debe sentir vergüenza, pero no podía evitarlo.
—Eli, no estés triste —le dice su mejor amiga—. Mira todos los comentarios de apoyo que te han dejado tus fans. Además, te han dejado un montón de regalos tanto aquí como en el estudio.
Los ojos de Elianne se tornan llorosos.
—¿Por qué, Selene? ¿Por qué me tiene que pasar esto?
Selene se acerca a ella y se sienta a su lado.
—Porque tristemente en el mundo existe tanto el bien como el mal, y aunque no lo busquemos y no le hagamos mal a nadie, siempre habrá personas que aun así nos querrán hacer daño —abraza a Elianne—. Pero habemos muchas personas que te queremos y apoyamos, como tu familia, tus amigos, tus fans y como Jaden.
Elianne recuerda en ese momento la forma en que él la defendió, con tanta devoción.
—Porque algo quedó claro, y es que le importas mucho a Jaden Hard. Creo que realmente está loco por ti.
Días después las aguas se habían calmado. Wesley estaba siendo investigado. Elianne había puesto un abogado, ya que quería por lo menos conseguir una orden de alejamiento para Wesley.
Todo esto la había dejado tan desconcertada, que incluso no había hablado más con Jaden. Pero este sí quería hablar con ella, así que la va a ver.
—Cielo, tienes una visita —dice la madre de Elianne, quien aún quería quedarse acompañándola un tiempo más.
—¿Quién es?
—Es Jaden. ¿Le digo que pase?
Elianne asiente. Poco después, Jaden entra a su habitación.
—Hola —dice de forma amable.
—Hola.
Él se acerca y se sienta en la cama junto a ella.
—¿Cómo has estado?
—Estoy más tranquila ya.
Ambos se quedan en silencio por algunos segundos.
—Escucha, yo... yo lamento que hayas salido embarrado de todo esto.
—Nunca me dio buena espina ese tal Wesley. Cuando en el club te vi ir hacia el baño y a él seguirte, algo medijo que tramaba hacerte alguna cosa.
—No debiste golpearlo, y no lo digo por él, sino por ti. Te metiste en líos por mi culpa.
—No me importa —le toma de la mano. Tal vez no sea el momento, pero déjame decirte algo —la mira a los ojos—. Yo haría cualquier cosa por ti.
Elianne se siente magnetizada por esos bellos ojos que la miran, con una mirada tan transparente que sabe que no le mienten.
—¿Por qué harías cualquier cosa por mí?
—¿Qué no es obvio?
Elianne entiende sus palabras y lo que tratan de decirle, pero Aun así Jaden se lo dice.
—Yo te amo, Elianne, te amo. Nunca he conocido el amor, pero todo mi ser me grita que eso es lo que siento por ti —le acaricia la mano con su dedo pulgar—. Déjame demostrártelo. Dame una oportunidad de hacerlo y de intentar ganar tu amor.
Ella aguarda silencio por un instante. Después agacha la mirada.
—Jaden yo... no puedo.
Se pone de pie y camina hacia la ventana.
—¿Por qué? ¿Es por mí?
Elianne niega con la cabeza.
—Soy yo. Yo no sé si puedo hacerlo.
Él se levanta y camina hacia ella.
—Dime, ¿ese idiota de Wesley tiene algo que ver?
Ella asiente.
—¿Lo quieres a él?
—No, no lo quiero, pero hace años viví algo a causa de él.
Le cuenta todo lo de Wesley.
—Eso explica muchas cosas. Lamento que hayas pasado por eso, pero debes saber que yo no soy Wesley.
Ella aparta la mirada y no dice nada.
Él trata de acercársele, pero ella lo rechaza.
—Entonces es por ello.
Elianne permanece en silencio. Él suspira.
—¿Sabes? Pasé tiempo echándome la culpa de que no podías quererme únicamente por mi causa, e incluso juzgándome por no ser otra clase de persona. Pero ahora veo que tal vez no se trata tanto de mí, sino de una tercera persona y de algo que aunque pasó hace tiempo no logras soltar. Y no me exonero de mi culpa, porque sé que estoy lejos de ser el tipo perfecto para ti e hice cosas que no te hacen confiar fácilmente en mí, pero creo que el que no quieras estar conmigo o al menos darme una oportunidad es a causa de que no sueltas tu pasado, y eso es algo con lo que aunque yo intente luchar si tú misma no quieres soltarlo, no podré hacer nada.
Con la mirada triste y sin decir más, sale de la habitación.
Elianne lo observa irse y lentamente se sienta en el suelo, juntando sus rodillas a su pecho.
Dos días después, Elianne no dejaba de pensar en lo que le dijo Jaden. Tenía una mezcla de emociones y sentimientos.
—Eli, soy tu amiga y te quiero y apoyo siempre, pero aunque nunca creí decirlo, esta vez Jaden tiene razón —le dice Selene—. No puedes aferrarte siempre al pasado y a una mala experiencia. Sé que tienes miedo, ya que Wesley resultó ser una porquería, pero no todos los chicos son como él. Las cosas no tienen por qué volver a repetirse con Jaden.
Elianne se pasa las manos por la cara.
—Me siento tan confundida.
—Pues yo creo que este es el momento para dejar a un lado las confusiones y temores —la mira—. A ver, dime algo. ¿Qué sientes por Jaden?
Elianne levanta la mirada y se queda pensativa.
—Siento muchas cosas por Jaden. A veces me hace enojar con sus tonterías —sonríe—, pero al mismo tiempo me hace reír. Y luego viene y me hace acelerar el corazón con tan solo una mirada —agacha la mirada—. Y ahora que siento que lo perdí me siento muy mal. Siento muy feo de solo imaginar que tal vez lo perdí para siempre.
Selene la observa en silencio.
—Y la verdad es que yo... Yo amo a Jaden Hard.
Selene sonríe.
Elianne, al por fin haber podido aceptar sus sentimientos, sonríe también.
En ese momento su madre entra.
—¿Qué pasa? ¿Por qué tantas sonrisas?
—Su hija acaba de admitir algo.
—¿Qué es?
Elianne mira a su madre.
—Mamá, tu pequeña ama a un chico.
—A ver, déjame adivinar. ¿Ese chico es cierto cantante raro que pelea con las gallinas?
—¿Cómo lo supiste? —pregunta Elianne riendo.
—Porque primero fue sábado que domingo. Pero dime, ¿él lo sabe ya?
Elianne mira al suelo triste.
—No. Me negué a decírselo y lo lastimé. Me di cuenta tarde de todo. Bien dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
—Nada de eso. Las texanas no nos damos por vencido tan fácil.
—Eso es cierto —dice Selene—. No te puedes rendir fácilmente. —¿Y qué hago?
—Pues no siempre los hombres son los que meten la pata y les toca arreglarlo.
—Selene tiene razón. Las mujeres también podemos equivocarnos y lastimarlos a ellos, y cuando es así nos toca a nosotras arreglarlo.
—Tienen razón. No quiero perder a Jaden. Lo amo. Necesito pensar en algo —se pasea por la habitación mientras piensa—. Y ya se me ocurrió una idea, muy al estilo de él y mío.
Al día siguiente, Jaden estaba en la casa jugando a encestar el balón en el aro.
—Amigo, ¿estás bien? —le pregunta Einar.
—No lo sé con exactitud —responde con tristeza lanzando el balón al aro.
—Y supongo que la causa de esa cara que traes tiene nombre y apellido.
Jaden suspira. Iker grita desde adentro de la casa.
—Jaden, te buscan.
Jaden deja el balón y va hacia la puerta principal, en donde ve a Selene.
—¿A mí? Pero si Einar es ese de allá.
—Lo sé, pero esta vez te busco a ti.
—¡Oye! —protesta Einar.
—Tranquilo, bebé —le muestra una cajita a Jaden—. Esto es para ti. Y puedes estar calmado, ya que no trae una rata adentro.
Jaden mira dudoso la caja, pero la toma. Ve que es de parte de Elianne.
Se va a su habitación. Al estar solo abre la caja. Ve que dentro de esta hay una memoria USB. También ve que hay un sobre con una carta.
Confundido, mira la memoria, y luego empieza a leer la carta.
Carta de Elianne
Jaden Hard, hay tantas cosas que quiero y necesito decirte. Primero que nada, déjame decirte que eres un odioso de primera categoría cuando lo quieres ser, pero aun así eres una persona muy noble en tu interior, aunque en muchas ocasiones ni siquiera tú mismo lo veas. Y sí, lo admito.
Esa estrofa de "Quise odiarte con todas mis fuerzas, pero terminaste por meterte en mi cabeza" era para ti, porque eso fue lo que me pasó contigo.
No solo te metiste en mi cabeza, sino también en mi alma y en mi corazón. No tienes que intentar ganarte mi amor, porque ya lo hiciste.
Lamento haber dejado que mis miedos me ganaran y no darme cuenta antes de lo mucho que significas para mí, y de haber demorado tanto en admitir mis sentimientos hasta conmigo misma.
Quisiera decírtelo en persona, pero por ahora quiero que lo escuches en esta canción que compuse para ti, en la cual tú me inspiraste. (Sí, ya sé que te dije una vez que nunca escribiría una canción inspirada en ti, pero así fue, al igual que nunca pensé llegar a sentir algo por ti, pero maravillosamente también pasó).
Espero que puedas escuchar la canción, y que algún día me perdones.
Él toma el USB y reproduce la canción de Elianne para él.
Elianne estaba en un anfiteatro de la ciudad, ya que tenía esa noche un concierto.
—Sigo sin entender cómo está eso de que te pasaste toda la noche grabando una canción —le dice Calvin—. ¿Estás loca?
—Te prometo no dormirme en el escenario.
Selene entra.
—¿Pudiste hacerlo? —le pregunta Elianne.
—De que sí se la di, se la di. Otra cosa es que él haya abierto la caja.
Elianne agacha la mirada, pero luego se pone optimista.
—De todos modos, iré con él una vez acabe el concierto. Y si me toca a mí esta vez ser la intensa y hasta robarle los besos, pues lo haré.
Al terminar de arreglarse sale al escenario, siendo recibida con aplausos y gritos de los fans.
Se acerca al micrófono.
—Gracias por estar aquí. Esta noche quiero hacer algo diferente, ya que quiero iniciar cantando una canción que acabo de componer.
Todo el mundo grita emocionado.
—Esta canción es para alguien muy importante y especial para mí.
La canción que le compuso a Jaden comienza a sonar y ella canta.
Luego, al llegar a la segunda parte, está a punto de cantar, cuando oye que alguien más canta.
Confundida mira hacia todas partes, pero no ve a nadie.
Después oye gritos en medio del público.
Al observar allí ve que las personas le abren paso a alguien. Cuando ese alguien se acerca con un micrófono cantando, ella ve que se trata de Jaden.
Ella se queda paralizada. Luego Jaden sube hasta el escenario, la mira y sonríe mientras canta. Cuando va llegando al coro, le guiña el ojo.
Ella, aun sin poder creerlo, sonríe y luego empieza a cantar de nuevo. Los dos cantan juntos el resto de la canción.
Al terminar de hacerlo se miran y se sonríen, mientras el sitio se quiere caer por los gritos del público.
Autora: ¡Hola! Pueden seguirme en Instagram como @florencia_historias para ver más contenido. Igualmente, si no están leyendo mi otra historia, "Enamorada del diablo" les invito a hacerlo.
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