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Máscaras- parte II


Cuando Luna logra encontrar a Marti, esta está enterrada en un rincón, oculta bajo el corpulento zorro que no deja de besarla. Aunque siente unas ganas terribles de irse, no quiere ser egoísta con Marti, sabe que socializar con chicos no es su fuerte, y por una vez que logra besarse con uno, no va a interrumpirla, sabiendo, además que, si Marti llega a verla con algo de incomodidad en los ojos, va a salir en su rescate, como siempre. Decide entonces que salir al patio del salón y tomar aire es lo mejor, Agustín sigue ahí dentro, y ya un encuentro con él en una noche es suficiente.

Apenas sale sus pulmones se llenan de aire fresco y ya con eso se siente más tranquila, más centrada, como si el alcohol, la música, las luces en la oscuridad crearan un ambiente en el cual es difícil pensar, sentir, comprender del todo. Luna siente que en esos lugares es como si de pronto las emociones no fueran solo de ella, sino que flotaran en el aire, parte de la manada de gente que respira, jadea, exhala. Y de pronto se decide más con el cuerpo, y de pronto la razón se va de vacaciones dejando una voluble voluntad arremetida por la masa.

—Soy un terrible novio.

Dice una voz a sus espaldas y Luna no necesita darse vuelta para saber que V ha venido por su sarcástica venganza.

—Era un terrible trato— contesta Luna sin darse vuelta.

David se acerca a ella y se coloca a su lado, hombro con hombro, y mira o finge mirar al frente, igual que Luna. Ella trata de usar su mirada periférica para encontrar su expresión, aunque le es difícil, cree encontrar una sonrisa en la cara de él, sin embargo, bajo ninguna circunstancia pretende mirarlo frente a frente.

—Es un excelente trato— refuta David, y Luna se da cuenta de inmediato que mientras ella usó el pasado, él prefiere el presente, para él es todavía un trato —Y si pensás que por esta noche lo doy por perdido, me estás subestimando...

Luna permanece en silencio, prefiere fingir que está muy entretenida mirando las hojas monótonas de la mora que tiene en frente, antes de pensar una forma ingeniosa para contestarle a David. Pero él no está dispuesto a darse por vencido tan fácilmente.

—Te extrañé en la semana, y no me refiero solamente a los besos que cada vez se estaban poniendo más interesantes— dice con tono divertido —extrañé pasarte a buscar, y sobre todo tu sarcasmo insoportable en la mañana.

—¿De verdad no te importa?

—¿Qué?

—Lo que viste esta noche...

—¿Estás tratando de darme una explicación?

—No— se ataja de inmediato Luna, dándose cuenta que ha dicho algo estúpido —No te debo ninguna explicación... lo que quería decir es si de verdad querés seguir con la farsa, después de que Agustín te pegara, después de esta noche... fui estúpida, alguien puede habernos visto... alguien además de vos— esa última aclaración hace, por algún motivo que Luna todavía no logra entender, que sus mejillas se sientan como fuego. Quizás porque mientras lo decía se le venía la imagen de ella y Agustín, en esa posición tan evidente... con su mano en su...

—Hubiera preferido una explicación— contesta David con su tono divertido, pero al ver que no hay ni un solo asomo de sonrisa en la cara de Luna se pone serio y agrega —Lu... no me importa que nos vean como un triangulo amoroso, hasta sería divertido... vos ya hiciste tu parte prácticamente... si querés seguir con esto sería para lograr tu objetivo, pero no sé si es lo que buscás de verdad... no voy a presionarte, tampoco tengo intenciones de juzgarte si es lo que te preocupa.

Por primera vez desde que salieron al patio Luna lo mira, sin ser capaz de ocultar el asombro que está por toda su cara. No sabe dónde quedó el chico enigmático que le habló en el baño una semana atrás, ahora de nuevo se encuentra con el David dulce y maduro que creyó merecedor del trato, con su fragancia divertida y encantadora ¿A qué está jugando? No puede evitar pensar ¿Cuál es la imagen verdadera? ¿Cuál es la máscara?

—Está bien— dice finalmente Luna- sigamos con esto, si de verdad no te importa que lo que pasó esta noche se reparta como cotillón en la semana.

—Por favor— David no puede evitar la enorme sonrisa que se le dibuja en la cara —todo el mundo sabe que con las máscaras sale el monstruo que reprimimos en las noches.

—¿Ah sí? ¿Y qué monstruo es el que vos reprimís?

—¿No es obvio?— le dice mostrándole la máscara de V que tiene en la mano —quiero vengarme.

—¿De quién?

—De todos, de todo.

—¿Por qué no podés ser claro?— Luna no puede evitar la molestia que se le mezcla en la voz —No me impresiona que te hagas el misterioso- miente.

—Si hay alguien acá que se pasa de misteriosa sos vos Luna.

—¿Por qué decís eso?

—¿Estás enamorada?

La pregunta la sorprende de tal manera que por un momento no es capaz de encontrar una forma coherente de contestar, hasta que halla finalmente su voz y su consciencia se explaya con vehemencia.

—¡No! ¿Qué te hace pensar eso?

—¿Qué pasa con Agustín, entonces?

—Es complicado.

—¿Qué tan complicado?

—No creo que puedas entenderlo.

De pronto el corazón de Luna ha empezado a latir con fuerza, siente que las manos se le ponen caliente, y de nuevo es incapaz de mirar a David a la cara, mira al frente, a la luna, sí esa otra luna, que ahora ha aparecido apenas entre las nubes, se concentra en mirar en como el contraste hace parecer como si estuviera rota, recortada sin pasión en el cielo, al igual que ella.

—¿Por qué no comprobás eso después de explicarme? Quizás si entienda.

—No estoy lista para explicarte— dice entonces Luna y se sorprende de su completa honestidad.

—Está bien...

David parece aceptar la respuesta en un principio, pero después se remueve incómodo, Luna percibe el movimiento y entiende que no puede significar algo bueno. Se siente un poco ridícula y vulnerable al lado de David... quizás por el hecho de que Agustín, al golpearlo, lo arrastró al círculo vicioso que ambos comparten; quizás porque hace una semana vio su otra cara, la cara del odio y la desesperación, esa cara que probablemente parecía más real que la que ocultaba todos los días frente al mundo, que incluso ocultaba en ese momento detrás de su antifaz; quizás porque él se dio cuenta de cuál era su máscara y entonces dijo lo que dijo: romper todos los espejos, todas las imágenes, esa maldita frase que no podía sacarse de la cabeza.

—¿Vas a volver a verlo?— suelta finalmente David.

—Sí— confirma Luna sin poder evitar que ese arranque de sinceridad se acabe de una buena vez —eso es parte de lo complicado.

—¿Qué querés que haga yo entonces?— la voz de David suena genuinamente honesto, no hay escándalos, no se siente el yugo de la moral.

—Quiero que sigas fingiendo— contesta Luna y se gira para verlo a los ojos, sabiendo que quizás la honestidad no ha venido a aplastarla esa noche, sino a salvarla —quiero que sigas fingiendo hasta que no sea capaz de darme cuenta qué es verdad o qué es mentira... hasta que toda la puta farsa sea parte de nuestra realidad.

Una sonrisa se dibuja de nuevo en la boca de David, se acerca lentamente, le levanta el antifaz hasta el punto en que queda en la cabeza de Luna, como un extraño tocado, pone sus manos en su cintura y la besa suavemente. Luna responde inmediatamente. En ese beso no hay desesperación, no hay algo que se rasga internamente, no hay cansancio... hay algo diferente, una comunicación que de pronto abre espacios... hay una duda... una duda que se cuela libremente, primero como un suspiro indebido, después como un mordisco en los labios inferiores, es una duda que escala, lentamente, se planta en un agarre de pronto más fuerte, en el inevitable acercamiento de los cuerpos y comienza atarlos, sin que ellos mismos se den cuenta. Cuando se separan la duda está ahí, en los ojos fulgurantes de ambos, está ahí soltando carcajadas terribles entre las chispas. No se sabe si ellos la notan aún. No se sabe si son capaz de entender lo que crece en sus entrañas. Se separan, tratando de evitar esa tensión que hace tiempo ha ido creciendo y no quiere desvanecerse. 

Se separan, pero ya han sido ligados, mezclados, atorados por la duda.




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Hola desquiciados!

¿Luna está jugando a dos puntas o es mi impresión?

 Lo único que sé es que el próximo capítulo va a ser largo y denso emocionalmente, así que preparen los calzones y no se lo pierdan!! ah y no se olviden de dejar sus comentarios, que son extremadamente importantes (sin exagerar) 

Aloha!

Ruy

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